Disclaimer: Los personajes no son míos, la historia, pues sí.
.
.
.
En un momento de su vida, después de que él la dejara por primera vez, su mente formuló que, tal vez, él podría fijarse en alguien, pero ni siquiera en ese entonces se permitió acariciar aquella descabellada posibilidad, porque, a sus ojos, Bruce Banner jamás, pero jamás, se atrevería a arruinar una vida después de convertirse en Hulk, su mente humana egoístamente pensó que él jamás se fijaría en una mujer diferente, en una mujer que no fuera ella, que después de convertirse en esa bestia verde nadie más podría amarlo realmente.
Eso la alegró.
Secretamente.
Si nadie lo amaba, sólo ella podría hacerlo, sólo ella disfrutaría de él.
Ahora comprendía que no era así.
Era cierto, estaban juntos, pero de buena fuente sabía (Tony era un chismoso de lo peor) que habían tardado exactamente dos años en convencerlo para que les permitiera llamarla, y ella no dudó en correr a Nueva York en cuanto supo que él estaba allí y que no se había marchado de nuevo, como el gobierno aseguró hacia tantos años.
Ahora, encarcelada en la jaula que suponían los brazos de Clint, forcejeando en vano por soltarse, su corazón se rompía y su mente explotaba al comprender que la ecuación que suponía Bruce Banner, esa que creía resuelta, no estaba más que terminada a la mitad.
─ Respira Brucie, 1 2 3, 1 2 3─ decía Tony, mientras guardaba las distancias con Banner─, vamos, otra vez, 1 2 3, 1 2 3…
─ ¡Déjame, déjame! Yo puedo ayudar…─ Elizabeth Ross trataba de llegar a Banner.
─ Sujétala bien, Clint─ el tono del Capitán era firme, no permitiría que Banner hiciera daño a nadie ese día.
─ Steve, necesitamos un arrullo─ Sam Wilson parecía no querer mirar al Capitán Rogers en ese momento.
─ Tiene que haber otra manera…─ ante su necedad, el Capitán América no veía que Betty estaba más que dispuesta a ayudar─ ¡Stark! Sigue diciéndole que respire.
─ Steve─ el tono de Wanda Maximoff detonaba una advertencia─, si no actuamos ahora, si no arrullamos a Banner, todas estas personas saldrán mal paradas.
─ ¡Yo puedo…! ─ Betty trató de hablar de nuevo, pero Clint no lo permitió.
─ Doctora Ross, si algo te pasa por culpa de Hulk, Banner jamás se lo perdonará y jamás nos perdonará a nosotros por no protegerte.
Steve miraba a Betty, su mirada reflejaba que entendía el punto de Clint.
─ Necesita un arrullo─ cedió al final.
─ Sabría que dirías eso─ la sonrisita de Stark era un poco cínica─, Thor ya viene en camino…
¿Thor? ¿El tipo grandote? ¡No! Eso solo lo enojaría más, Hulk probablemente pensaría que buscaba pelea.
─… tuvo que ir por Nat ─ Steve Rogers estaba a punto de echar humo por las orejas.
El suelo tembló un poco y Betty fijó su mirada en la figura alta de Thor, que vestía con ropa casual, al igual que todos los vengadores ese día, lo que más llamó su atención fue la mujer que Thor sujetaba por la cintura, el cabello lo tenía corto como un varón, con el fleco un poco largo y de color rubio, la piel pálida y vestía jeans entallados y una sudadera de Harry Potter, se soltó del rubio y caminó con paso decidido hasta donde Bruce se encontraba, a medio camino de convertirse en Hulk.
─ Con cuidado─ Steve había atrapado a Natasha, ella se sacudió su agarre con suavidad y siguió su camino.
─ Hey, fortachón─ Bruce giró con brusquedad hacia la voz de Natasha, a quien Betty no había tenido el placer de conocer─, el sol se está ocultando.
¿El sol se está ocultando? ¿Es que pensaba que Bruce era idiota? Más le valía a esa mujer, Nat, alejarse de él.
Para la desventura de Betty, Bruce parecía cómodo, parecía tranquilizarlo, la extraña y Banner hicieron un par de cosas con sus manos, nadie parecía sorprendido, pero Betty no podía dejar de mirar, en un segundo Bruce comenzó a temblar y de a poco volvía a su estado normal.
─ ¿Nat? ─Bruce trataba de ponerse de pie.
─ ¿Lo ves, Capi? te dije que el efecto arañita aun no se le pasaba a Brucie─ declaró Tony, con suficiencia.
Bruce gruñó.
─ Calma, grandote, no puedes perder el control frente a tu chica─ la voz de Nat, era calmada y rozaba lo dulce.
Bruce parecía reparar por primera vez en Betty.
No hacía falta que nadie le explicara nada, ella era demasiado lista para comprenderlo.
No era la única mujer de la que Bruce se enamoraba.
Esa mujer también era importante para él.
─ ¿Betty?
Betty miró su reflejo en una de las puertas de vidrio de una tienda, los ojos abiertos y dolidos, Clint casi sostenía su peso por completo.
En ningún momento Betty sintió que había dejado de pelear por llegar a Bruce.
Espero que les guste, saludos.
¿Review? ¿No?
