Disclaimer:Naruto ni sus personajes me pertenecen. Solo los utilizo sin un valor pecuniario, solo para un mero desahogo mental. Por tanto la historia y los hechos que se cuenten a continuación y me pertenecen en su TOTALIDAD.
Notas del autor: Ok está bien soy una bruja maldita y lo acepto. Técnicamente no he actualizado en años y bueno todo tiene una explicación. Y esto que traigo ahora es mi explicación. La vida universitaria. Los que ya están supongo me entenderán y los que aun van en la escuela quisiera enseñarles un poco de este negocio. Por otro lado muchos pensaran que abandone el Sasusaku, bueno también lo aceptare Sí. Desistí de escribir de ellos, pero aún me gusta la pareja.
Y antes de cualquier cosa, no acepto reclamos ¿Por qué? Porque mi editor es un hombre muy ocupado. Sale conmigo.
A mi querido Lonely boy por haberme soportado todo este tiempo,
A pesar de todo seamos lo que seamos,
Siempre seremos los mejores amigos cariño.
Te amo.
Juguemos al amor, y asumamos que yo gano.
I
Como duele ser grande.
Nara suri
Si creía que la vida en la preparatoria había sido una mierda, realmente no sabía que podía esperar de universidad. Es más ni siquiera sabía cuál universidad.
Cuando mi primo no pasó en la Todai a nadie de le sorprendió. Nunca había sido lo que se dice un buen estudiante y mucho menos el más dedicado, pero sorprendentemente ahora que iba a 3 año de ingeniería electrónica en una privada cerca de casa, en Nemuro una ciudad ubicada en subprefectura de Nemuro, Hokkaidō. Era uno de los mejores estudiantes y tenía hasta una beca parcial. Muy en el fondo nadie había querido que Shino pasara en la Todai. Porque muy en el fondo todos sabíamos perfectamente que una ciudad tan grande como Tokio habría sido la perdición pero alguien tan inquieto, vago y poco comprometido como mí primo.
La cosa ahora es que quien seguía ahora a la universidad era yo. A diferencia de Shino todos sabían que yo pasaría en la Todai. O al menos todos creían aquello. Yo no estaba convencida del todo. Tokio estaba algo lejos de mi ciudad. Yo Sakura siempre había sido criada como una niña consentida, que decían que por la forma en la que me criaron no podría conseguir marido nunca. No se cocinar, no se hacer que hacerles y mucho menos tengo esa vocación de servicio que tienen mi madre o mis tías. Mi pasión era la de salvar vidas, ser una cirujana exitosa. Pero ¿podría yo sobrevivir en Tokio? No lo sabía. De hecho ni siquiera sabía si habría pasado. ¿Y qué tal que no? ¿Me condenaría a esta vida inmóvil y me dejaría arrastrar por los deseos conservadores de mi madre de dedicarme a ser una incubadora de niños para algún tipo rico de Nemuro? Definitivamente no era mi idea de vida.
Lonely boy escuchaba mis patéticos lamentos en el chat. Al igual que Ino que tenía el corazón en la garganta como yo, que nos negábamos a ver los resultados de nuestros exámenes de admisión colgados en la web. Lonely boy me decía que no me preocupara él sabía que yo era muy inteligente y todas es cosas. Ino decía que era mi novio virtual y constantemente me recalcaba que Lonely boy estaba enamorado de mí. Yo hacía caso omiso esas cosas, no era que no me gustara. Si admito que si no que una relación a distancia estaba destinada al fracaso, además del hecho que yo ni siquiera conocía por fotos a este personaje. Lo había conocido en un foro hacia algunos años, inesperadamente tuvimos una química impresionante y con el pasar del tiempo nos habíamos hecho amigos, sabía que era japonés por que hablaba japonés perfecto y su teléfono celular era de una compañía japonesa. Ahora que lo pienso bueno quizás no fuera japonés, pero si al menos sabía que vivía en Japón. Ustedes dirán que solo una demente consideraría su amigo a alguien así, pues son bienvenidos a la historia de mi vida. El punto aquí es que Ino y yo pegadas del chat y enganchadas en los teléfonos le picamos a las listas de admisión y…
-¡No! ¿¡Frontuda que vamos a hacer! Yo no quiero ir a la universidad y tener que aguantarme a tu primito mandándome flores.- me dijo al otro lado de la línea Ino visiblemente hastiada. Ni su nombre ni el mío aparecían en las listas de nuestras respectivas facultades.
-Déjalo yo ahora tendré que ir a decirle a toda la familia que no pase- está bien yo si quería pasar, quería escapar de este pueblo inmóvil. Pero ahora como les decía a todos los que tenían su fe puesta en mí.
-Que mierda, menos mal que en mí no tenían muchas esperanzas, nos vemos después entonces- colgó el teléfono.
Me desconecte al instante, realmente me di cuenta que si quería irme de ese pueblo. Baje todos estaban abajo tomando el té.
-¡No pase en la Todai!- solté rápidamente. La sensación de escalofrió me embargaba.
Todos se quedaron en silencio. Y nadie movió un solo dedo. Mis ojos se colmaron de lágrimas y mi padre se paró estirando su brazo como quien quería abrazarme para expresar su compasión. Si hay cosas que detesto en el mundo es la sensación de que le des lastima a los demás. Pase olímpicamente de humillarme y llorar en los brazos de mis padres. Me negaba allí también estaban mis tías con sus maridos y mis primas de edades similares a la mía ya casadas, algunas de ellas llenas de niños. Tire de un portazo mi puerta. Esa no era la vida que quería para mí.
Encendí de nuevo mi laptop. A pesar de que Nemuro era una ciudad, había costumbres muy arraigadas. Y todo se sabía cómo un pueblo. Aquí no veíamos tantas cosas como en las ciudades grandes. Aquí era como si el tiempo se hubiera detenido. Si los jóvenes algunos teníamos ipods, laptops, teléfonos celulares y nos vestíamos con ropas actuales, pero a pesar de ello la mentalidad de pueblo medieval arrastraba a algunos a no ir contra la corriente. Muy en el fondo dentro de mi esas cosas existían. Nunca en mi vida he fumado un cigarrillo. Jamás he consumido nada extraño como drogas o cosas por el estilo. Es más, lo más loco que he hecho en mi vida es escuchar likin park a toda pastilla en el ipod, en medio de una reunión familiar.
Lonely boy me pregunto por qué tan súbitamente había desaparecido del chat. Se condolió un poco de mi situación, pero no de la manera lastimosa que todos lo harían como "hay pobre Sakura" si como un verdadero amigo. De hecho se enojó con la universidad porque decía que se estaban perdiendo a estudiantes muy valiosos. Yo simplemente me limitaba a contestar, si bien me había ayudado un poco el hecho de compartir mis penas con alguien como él pero eso no quitaba el hecho de que yo misma había cavado mi tumba condenándome a vivir en un pueblo como Nemuro.
Me dijo que me notaba extraña, que no era como solía ser. Este tipo siempre tenía la asombrosa capacidad de saber cómo me sentía en cada momento sin decírselo. Le dije que no era nada, solo que mi vida iba a ser aburrida de ahora en adelante. Me dijo que no me rindiera que fuera fuerte que las cosas cambiarían. Le dije que la verdad mi vida no va a cambiar.
-¿Realmente quieres irte de Nemuro y pasar en la Todai?- fue su última pregunta.
-Si- conteste sin vacilación.
-Mira tú credencial en la página.-
¡¿Pero qué demonios? ¿Había sido admitida? ¿Cómo era posible? Yo había leído que no me habían admitido. Por qué ahora aparecía como que si de la noche a la mañana.
-¡¿Qué DEMONIOS hiciste?- le pregunte a Lonely boy.
-Lo que es justo. Reconocer tu trabajo. ¿No era eso lo que querías?- me dijo el muy cínico.
-Si era lo que quería. Pero no de esta forma. ¡Es injusto!.-
-Bienvenida a la universidad, Primera regla aquí nada es justo.- se desconectó en ese momento.
¿Qué debería hacer? ¿Debería irme a Tokio? ¿Debería quedarme en Nemuro y perder la oportunidad de ir a la universidad más prestigiosa de Japón? Obviamente debía ir a Tokio, por que debería desaprovechar algo como eso. Pero no era algo limpio no sé qué coño habría hecho Lonely boy pero estaba dentro. Si lo sé no era lo correcto, mucha gente se esforzó aún más que yo y no paso por que debería entrar yo a la universidad. Bueno no todos tienen un amigo que es un posible hacker de computadoras que tiene la suficiente experiencia como para hackearse el sistema operativo de la mejor universidad de Japón y meterte dentro. ¿Por qué tendría yo que desaprovechar algo como eso? Pero igual era injusto. Decidí dejarlo a consideración de la almohada.
Desperté con parsimonia cuando mi madre abrió las cortinas y el sol entro dándome en la cara; técnicamente me ordeno que me fuera a bañar. No proteste pero le seguí dando vueltas a lo de anoche. ¿Debía o no debía? ¿Ser o no ser? he allí el problema Me puse unos jeans amplios y rotos que me gustaban un montón y una camisa normalilla, me recogí el pelo en un moño algo raro y me tire de nuevo en la cama a dibujar. Me seguía dando vueltas el asunto de repente me sentí algo mal. Yo definitivamente no podía aceptar. Era injusto que yo ocupara un lugar que no me había ganado a pulso. Mi madre entro de nuevo en la habitación me arranco la libreta de dibujos y me mando a ponerme una yukata teníamos un ilustre visitante según ella.
¿Alguna vez mencione el hecho que detesto el usar yukata? Esto del ilustre visitante no me olía nada bien. ¿No estarían pensando…? ¡Que ni se les ocurra! Me acomodo el cabello el cabello con un moño elegante ¿Por Dios ni que fuera el rey del España?
-Mama y… ¿Quién es?- le pregunte aburrida mientras me ponía maquillaje.
-El hijo de Takasawa, te acuerdas el industrial de Sapporo amigo de tu papá. Pues ha venido a visitarte y no le vas a dejar esperando y mucho menos a presentarte con esas fachas que traías Sakura Haruno.- Esto huele mal.
Me trajo del brazo y me metió a la cocina me dio una bandeja con sake y un par de vasos. Me saco a empujones y ya sabía por dónde iba la cosa y no lo permitiría. Puse de mala gana la bandeja sobre la mesa y me senté en el mueble. Hablaban de política y de negocios. La verdad es que ese gordo de Takeshi Takasawa nunca me ha caído en gracia y este par sé que tramaban algo.
-¿Entonces Takeshi te vas a casar con Sakura? Ya sabes que ella estará para ti siempre, antes porque iría a la universidad pero la verdad es que le iría mejor si se casaran, a ver si me dan un nieto pronto- Andaba en mis patéticas cavilaciones cuando me salieron con esto.
-¡¿PERO QUE MIERDAS ESTAS DICIENDO?- Si, se no fue educado pero que querían que hiciera mi padre me estaba vendiendo a un gordo que podría tener 27 años. Como si fuera un mueble por el amor de Dios ¿Que estamos en la edad media y yo no me entere?
-¡Sakura hazme el favor! ¡Takeshi hijo discúlpala anda algo nerviosa tu entenderás!-me tomo del brazo fuertemente. Y me susurro. –Vete a tu cuarto-
-No tienes que decirlo-dije entre dientes, subí y tiré la puerta.
Puse el reproductor a toda pastilla y me encaje los audífonos hasta donde llegaban, me quite la yukata y me tire en ropa interior sobre la cama. Marque el único número de la única persona que quería oír en ese momento.
-Hey Lonely boy como va tu vida…-Fue lo que atine a decir.
-¿Qué va mal ahora? Pensé que deberías estar empacando tus maletas para venir a Tokio no para que estés llorando tonta- su voz era tranquila y cálida.
-No estoy llorando, es solo que… ¿de verdad podre ir a Todai? O sea lo que sea que hayas hecho ¿es legal?-
-Pues legal, lo que se dice legal no pero ¿a quién le importas estas dentro, no? Solo quiero que seas feliz-
-Pero y los demás…mucha gente tampoco la admitieron y es mucho mejor que yo-
-Y ¿Qué importa la otra gente? ¡Que les den! Tienes la oportunidad aquí y ahora, tómala o déjala, pero luego no tienes lugar para arrepentimientos es tu decisión Sakura-cerró el teléfono.
Me quede pensando la verdad es que Lonely boy tenía razón. Esta era mi oportunidad yo tenía que salir de aquí. Empezó a buscar un departamentito pequeño en la web. Empaque mis cosas, me vestí con los jeans y la camisa de antes. Si me iba a largar tenía que hacerlo rápido. Imprimí mi carta de aceptación, las fotos del departamento y plante mis maletas en la puerta. Mi madre me miro como si no fuese a volver a ver en la vida. Entre al despacho de mi papá y le puse los papeles sobre la mesa.
-Hubo un error en los datos me aceptaron en la Todai, este es el departamento-Vamos que estaba enojada este par intentaron venderme a ese gordo asqueroso de Takasawa. Como querían que le hablase.
-Estas demente, niña si crees que después de esa grosería que me hiciste con Takeshi te voy a dejar irte a Tokio-tomo los papeles y los volvió a arrojar a la mesa.
-Entonces dame mi parte de la herencia de mi abuelo, el me dejo suficiente dinero para que me pagara mi carrera y lo destino para eso siempre y cuando pasara en Todai y lo hice así que dame el dinero-
-Toma, te alcanzara para vivir un mes más o menos, los tiquetes de avión, la renta y los víveres.- me tiro una tarjeta sobre la mesa. –Sabes que está siempre será tu casa hija, pero recuerda que no quieres volver aquí, así que ojo con las calificaciones- vacilo un poco. –Si te hace falta algo no dudes en llamarme- te consignare mas el mes que viene.- me abrazo súbitamente. -¿De verdad te quieres ir sola a Tokio?-
-Prefiero vivir sola, pasar hambre, frio y quemarme las pestañas estudiando, pero nunca…escúchame bien ¡NUNCA! me voy a vender a mejor postor ni mucho menos me voy a condenar a esta vida de mierda, permiso- rompí el abrazo, tome mis maletas y no me despedí de nadie.
De ahora en adelante, esta era mi nueva vida.
Bienvenida a la universidad, Bienvenida a la edad adulta.
Notas finales: Bueno por primera vez no es una autobiografía, de hecho por primera vez Sakura no se parece a mí. Mi experiencia universitaria no fue tan traumática. Bueno vale lo fue, pero creo que discutí un poco más con mis padres. Y la última frase. Si es mía. Recuerdo la cara que me hizo papá cuando le dije eso.
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