Llamó a la puerta de la Corporación Cápsula y, cuando se abrió, subió tímidamente la mirada para encontrarse con el amable rostro de la madre de Bulma.

- Oh, pequeño Gohan, ¡qué bien que has venido! Creo que he comprado demasiados pastelitos y el apuesto Vegeta aún no regresa.

- Ni va a regresar -pensó el niño.

El carácter alegre de la anciana no pudo animarle en absoluto. Hacía poco que había terminado la terrible batalla y los recuerdos aún estaban frescos en su mente.

- Me encantaría probarlos, pero ¿podría llevarme con Bulma? Tengo que hablar con ella.

- Claro, estará muy feliz de verte y también mi lindo nieto. Hace poco dio sus primeros pasos, ¿sabes? Fue tan tierno cuando...

Mientras que la señora le guiaba por la enorme casa, Gohan fingía escucharla; pero no podía, su mente se enfocaba en buscar las palabras correctas para dar la triste noticia. Los demás guerreros tenían buenos amigos y gente que les extrañaría, pero Vegeta...

- Él tenía algo más importante...; él tenía una familia.

- ... Tendrías que haberle visto. ¡Estaba tan adorable!

- Mamá, ¿con quién hablas? ¿Ya ha vuelto Vegeta? -preguntó Bulma desde el gran salón sonriendo al imaginar la cara que tendría el saiyajin.

- No, es Gohan, cielo. ¡Vaya!, he olvidado los pastelitos. Ahora mismo los traigo -dijo la señora mientras se alejaba cantarina.

- Hola Gohan -saludó la científica jovialmente cuando llegó a su lado-. Cuánto tiempo, ¿verdad?

Él asintió con lentitud. Le daba mucha pena estropear su felicidad, pero debía hacerlo ya que ella debía saberlo y nadie más podía decírselo. Levantó la mirada y, al ver su rostro, Bulma se sorprendió y se preocupó pues nunca había visto a un Son triste. Finalmente, el hijo de Goku se dispuso a hablar; sin embargo, un llanto le interrumpió.

- Ven, tengo que calmar a Trunks. Hace rato que no para de llorar y no sé por qué.

- De acuerdo.

El bebé se encontraba dentro de su parque de juegos. La mayoría de sus juguetes y peluches estaban rotos por su rabieta y los que no lo estaban habían sido lanzados a mucha distancia. Él no dejaba de llorar, gritar y patalear, pero cuando Bulma le sacó y empezó a mecerle pareció tranquilizarse un poco aunque seguían oyéndose sus sollozos.

- De verdad no entiendo qué le pasa. Deben estar saliéndole los dientes - comentó la mujer para sí misma.

- Bulma, tengo que decir...

- ¡Cariño, ¿has visto los pastelitos de fresa que comprado esta mañana?! -se oyó gritar a la señora Briefs.

- No. ¿Has mirado en la habitación de Bulma? -le contestó su marido con tranquilidad.

- Ah, es cierto, son sus favoritos. Seguro que no pudo esperar. Ja, ja, ja.

- ¡Mamá! -chilló Bulma con las mejillas coloradas, haciendo que los chicos se taparan los oídos.

La científica salió del salón muy apresurada, dejando a Gohan a cargo del pequeño Trunks. Ambos semisaiyajines se miraron confundidos por un momento y después el mayor se sentó en el suelo al estilo indio mientras se perdía en sus pensamientos de nuevo.

Era el peor día de su vida. Todos habían muerto a manos de los androides; tan sólo quedaba él y no sabía si podría soportar una responsabilidad tan grande como la de vencerles y devolverle la paz al mundo. ¡Aún era un niño! ¿Por qué tenían que pasarle siempre cosas como ésta? Porque era más fuerte, sí, pero no lo suficiente. Nunca lo era...

Entonces sintió un pequeño peso sobre sus piernas que lo devolvió a la realidad. Trunks tenía sus pequeñas manitas apoyadas en ellas y le miraba a los ojos con intensidad, tratando de reconocer ese rostro que le resultaba familiar y balbuceando algo ininteligible. Tal vez nadie más lo notara, pero para Gohan era evidente la razón del inusual comportamiento del bebé.

- Lo sabes, ¿verdad? -preguntó aunque ya sabía la respuesta. Si fue consciente de la muerte de su padre y de la tristeza que generó a todos, ¿por qué no iba a sentir la del suyo propio?

El bebé hizo un puchero con los ojos brillantes y el ceño fruncido. Gohan sintió mucha lástima por él, pues nunca podía conocer al hombre del que heredó no sólo sus facciones y su mirada sino también algunos de sus gestos y la sangre guerrera que tenía... al igual que él.

- No soy el único, tú también eres medio saiyajin -pensó observando cómo el niño comenzaba a mirarle con curiosidad. Aún era pequeño, ambos lo eran, pero si querían vivir en paz tendrían que luchar por ella... juntos.

Como si le hubiera leído el pensamiento, el pequeño gateó hasta acomodarse en el regazo de Gohan con la cabeza apoyada en su pecho. Él le miró sorprendido, pero no dudo en acariciar suavemente su espalda recuperando por un momento el buen humor. Para Gohan, Trunks sólo era el hijo de Vegeta y la mejor amiga de su padre, pero desde entonces empezaría a crearse un vínculo entre ellos que ni el tiempo ni las circunstancias podrían romper. Seguirían adelante, el uno con la ayuda del otro.

De pronto, el primogénito de los Son escuchó un ruido y giró su mirada hacia la puerta. Trunks le imitó observando con inocencia la escena y balbuceó algo al ver que las mejillas de su amigo adquirían un tono rojizo.

- ¡Ay, pero qué tiernos!- exclamó enternecida la abuela del bebé, acompañada por un sonriente doctor Briefs y una divertida Bulma que no pudo contener una risita.


Desde ese día sus visitas se habían vuelto frecuentes, sobre todo desde que la ciudad había sido atacada y los padres de Bulma murieron. El pequeño Trunks ya sabía andar y había dicho sus primeras palabras; era común verle conversando en su extraño idioma con cualquier persona o cosa y también solía perseguir a su madre a dónde quiera que fuese. Bulma, por su parte, se dedicaba plenamente a cuidar a su hijo, llegando a sobreprotegerle a veces, pero era comprensible teniendo en cuenta todo lo que esa mujer había vivido. Sin embargo, si ya era difícil seguirle el ritmo a un niño cualquiera, con un semisaiyajin era prácticamente imposible, aún más ahora que rozaba los dos años de edad. Por eso, cuando Gohan les visitaba, Bulma solía aprovechar para tomarse un descanso; además los niños parecían llevarse muy bien, al contrario que sus padres.

Ese era un día como cualquier otro desde el despertar de los androides. Gohan emprendía el vuelo hacia la Corporación Cápsula, pero cuando estaba a punto de llegar se escuchó una explosión cercana y no pudo evitar ir a ver. La gente corría despavorida de un lugar a otro sin orden ninguno; tan sólo huía de algo, de alguien, de ellos.

- ¡Parad! -les gritó.

Lo más prudente habría sido marcharse, pero no podía permitir que tantos inocentes murieran sólo para su diversión, no podía tolerar esa injusticia. Lo que hacían no era cruel, era inhumano; aunque... ellos no eran humanos.

- ¡Vaya! Conque sigues vivo, enano -la respuesta de 17 no tardó en llegar, seguida de una pregunta en tono jocoso-. ¿Vienes a por más?

- Son más difíciles de matar que las cucarachas -comentó 18 fastidiada. Ella solo quería acabar rápido con los que consideraba basura.

Así empezó la batalla que se repetiría durante muchos años con el mismo resultado: la derrota del héroe; la victoria de los villanos. Gohan quedó estampado en un muro perdiendo el estado supersaiyajin, inmóvil e indefenso mientras los androides se mofaban de su debilidad. Su furia se incrementó, pero ya no tenía fuerzas para luchar por mucho que quisiera. La androide 18 le dio una patada en el pecho que le hizo atravesar el edificio de punta a punta y le produjo un dolor que ningún humano podría soportar.

Cayó al suelo; no tenía oportunidad, ni siquiera necesitó la ayuda de su hermano para dejarle en ese deplorable estado; su única opción era huir y volver a enfrentarles cuando fuera más fuerte. Su sangre guerrera le hervía al pensar en esa humillación, ¿qué habría dicho su padre? Él siempre se mostraría amable y comprensivo pero seguro que se sentiría decepcionado; porque era un gran guerrero, porque nunca se rendía, porque era en quien todos confiaban y él era su hijo. No podía escapar, no podía rendirse, debía seguir su legado luchando hasta el final.

Escuchó pasos y, tambaleando, se puso en pie. Sus ojos apenas podían mantenerse abiertos pero se las ingenió para mirar a la mujer.

- No deberías haberte levantado, eso ha sido muy estúpido -dijo ella con molestia acercándose a él con una esfera de energía en la mano.

De pronto, ocurrió algo inesperado para los dos. Una niña corrió hacia 18 y al grito de "¡Déjale en paz!" le dio un golpe en el brazo haciendo que el ataque se desviara. La androide reaccionó rápido enviándola lejos de un "leve" puñetazo que no pudo esquivar.

- ¡17, se te ha escapado una! -le gritó enfadada a su gemelo.

- Oh, lo siento, culpa mía -respondió él en tono hipócrita mientras iba hacia el lugar donde había caído la pequeña víctima-. Mira, sigue viva, parece que es una muchachita fuerte.

18 ignoró las palabras de su hermano y aprovechó que Gohan estaba distraído para golpearle repetidamente en la cara y después mandarle a unos escombros con un revés. El niño tosió mientras la sangre comenzaba a fluir de su labio y de su frente; ante sus ojos, 17 pateaba a la chica divirtiéndose con cada golpe, pero bufó frustrado al darse cuenta de que ella contenía los gritos y la pateó más fuerte para dejarla a su lado.

- ¿Dos por uno? -preguntó la androide.

- Dos por uno -contestó 17 lanzando un rayo de ki junto con ella.

Gohan miró a la desconocida y sin tiempo que perder la protegió con su cuerpo de tal modo que recibió todo el impacto del mortal ataque.


Al abrir los ojos se encontró tendido en una cama, cubierto de vendajes de pies a cabeza. Apenas pudo acostrumbrarse a la luz el dolor volvió, pero se sintió algo aliviado al saber dónde estaba y al oír el conocido balbuceo de un bebé.

- Al fin despiertas -dijo Bulma dejando al pequeño Trunks en el suelo para acercarse a atenderle.

- ¡Go'an! ¡Go'an!

Él adelantó a su madre y se apoyó en el borde de la cama para verle con un brillo de alegría en sus pupilas. Gohan le sonrió a pesar de la molestia que eso le producía en las mejillas y sin dejar de observarle le habló a Bulma:

- ¿Qué ha pasado?

- ¡Eso me gustaría a mí saber! -exclamó ella, pero bajó el tono al ver la mueca de dolor del chico- Un hombre te trajo y me dijo que habías salvado a su hija de los androides y tenía que devolverte el favor. ¿Te has enfrentado a ellos, verdad?

- Eh... sí - respondió algo avergonzado sonriendo con una mano en su nuca.

- Go'an gasioso -dijo Trunks soltando una risita que el otro imitó.

- Ay, no tienes remedio, eres como Goku -señaló Bulma con nostalgia.

Ese comentario avivó el deseo de Gohan de ser tan fuerte como su padre. A partir de entonces entrenaría más arduamente para lograrlo, pero aun así no estaba seguro de poder derrotarles solo.

- De todos modos es una suerte que estuvieras tan cerca, seguramente ese hombre y su hija te vieron antes por aquí.

- Es posible -contestó Gohan saliendo de sus pensamientos-, aunque me pregunto a dónde irán ahora.

- Vaya, Gohan, ¿acaso esa chica te gustó? -cuestionó Bulma en tono picaresco.

- N-no, es simple curiosidad -respondió él atropelladamente negando con las manos, pero inmediatamente tuvo que apoyarlas en la cama.

Bulma sonrió al ver que su pregunta había tenido el efecto deseado, sin embargo Trunks frunció el ceño y sus mejillas se sonrojaron como cuando iba a hacer una rabieta. Poniendo su mano sobre la de Gohan atrajo su atención y con una seriedad que contrastaba con su voz infantil expresó lo que le molestaba.

- ¿Te gu'tó?

Bulma no pudo contener la risa al oír las palabras de su hijo. Ella sabía que estaban muy unidos, pero no esperaba que tanto como para que Trunks tuviera celos de hermano. Gohan alzó una ceja sorprendido y luego se echó al reír al comprender el motivo de la pregunta. El pequeño observaba todo confundido sin quitar el mohín de enfado de su rostro.

Ese fue el primer día de muchos que le seguirían en los que Gohan despertaría en esa misma cama, en ese mismo estado y con las mismas personas a su lado. Ese día despertó el nuevo protector de la Tierra.


¡Hola!

Pues bueno, ya que adoro tanto al dúo del futuro pensé "¿Por qué no escribir sobre M. Gohan?". Al fin y al cabo él lo vivió todo, vio cómo el mundo que conocía cambiaba que él pudiera hacer nada al respecto. También quiero mostrar la evolución de su amistad-hermandad con Trunks conforme pasa el tiempo por lo que serán 3 one-shots: niñez, adolescencia y adultez o madurez (no sé cómo llamarlo). Podría colocar cada uno como una historia aparte ya que no tienen continuidad pero creo que así es más cómodo para leer.

Curiosidades:

"Go'an" hace referencia al nombre de Gohan en el doblaje castellano (Songohanda).

Por si alguien no lo sabe, en la primera búsqueda Bulma quería pedirle a Shenlong fresas (o frutillas en el doblaje latino), pero al final decidió que pediría un novio.

¿Bulma fue a "regañar" a sus padres por desconfiar de ella o a recoger las "pruebas del delito"? ¿Quien sabe? XD

Sayonara!

Disclaimer: Dragon Ball y sus personajes pertenecen a Akira Toriyama.