El renacer del fénix

Universo alterno: Lily E. Potter falló, el pequeño Harry fue sepultado junto a sus padres; años después, las calles se tiñen de rojo con la sangre de los inocentes, ahora es el turno de mujeres y hombres ordinarios levantar el vuelo a distancias increíbles para recordar al mundo porque luchamos. Cuando no hay héroes, tenemos que salvarnos por nuestros propios medios.

Disclaimer: Nada que reconozcan de los libros es mío.

Pareja: Hermione/Draco

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Godric's Hollow

La noche era opaca, no se podía vislumbrar una sola estrella en el cielo, era como si la luna estuviera de duelo, un grito rompió el silencio, de repente una calavera de reluciente color verde se dibujó sobre las casas, un mal augurio.

Albus Dumbledore llegó a la casa de los Potter y entró sin esperar a que los aurores hicieran los hechizos necesarios para buscar alguna maldición que los asesinos hubieran dejado detrás, aquí no había nada, nada excepto muerte. El primer cuerpo que vio fue el de James Potter, yacía con su varita en el suelo, no había señal de pelea, el joven no tuvo oportunidad de morir como merecía, continuó hacia la recamara del pequeño Harry, antes de entrar sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, sabía lo que encontraría y sin embargo… la esperanza muere al último.

- Y ahora qué hacemos Albus, los Potter y su hijo eran nuestra última esperanza, todos creímos en la profecía, nunca pensamos que…- habló una mujer de apariencia estricta, su voz sonaba desesperada.

- Nuestra batalla terminó, Voldemort va a ganar, impondrá un régimen de dolor y sangre, pero no todo está perdido, cuando el tirano esté a un paso del poder absoluto, cuando se sienta seguro en su trono de terror, cuando el mundo este a sus pies… los soldados del fénix se levantaran de las cenizas para gritar por última vez que preferimos morir de pie a vivir de rodillas- el anciano estaba cansado, las runas antiguas habían enseñado esta posibilidad, pero la profecía parecía inequívoca, ahora sólo quedaba pelear, dejar la vida en el campo de batalla.

Al escuchar estas palabras, los aurores sintieron el escalofrió del miedo y de la esperanza juntos, una sensación de muerte y renacimiento, sólo algo es seguro, hay kilómetros que caminar y promesas que guardar antes de dormir.

- Kingsley, plan B entra en acción ahora- anunció un hombre con un ojo falso a otro joven auror.

Al salir de la casa, Albus Dumbledore se topó con una escena peor que la anterior, Sirius Balck estaba hincado ante su amigo de toda la vida pidiéndole que por favor abriera los ojos, en unos cuantos minutos el antes apuesto y gallardo joven había envejecido carcomido por la muerte de su hermano de sangre. Nunca había visto llorar a ese hombre, nunca quería verlo de nuevo.

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Quince años después

Los gritos de su madre despertaron a Hermione, eran aterradores, se confundían con las voces y risas de hombres, la única voz que faltaba era la de su padre, rápidamente la chica se levantó de la cama y sin interesarse por su atuendo corrió hacia su madre, de repente: silencio, no más gritos, no más risas, sólo siseos provenientes del cuarto de sus padres. El miedo se apoderó de su cuerpo, "están muertos, corre, sal de aquí, corre, sálvate, corre, vive", lentamente vio como se abría la puerta del dormitorio principal, un hombre con capa negra y máscara salió de la recámara, al verla se congeló asombrado, Hermione vio como levantaba una varita, sin pensarlo levantó su mano y con un movimiento arrojó al hombre de regreso al cuarto, medio segundo después se volteó y corrió como nunca había corrido antes, sintió varios pasos detrás, gritos, sólo un poco más, estiró su mano para abrir la puerta, al ver lo que estaba delante, un grito ensordecedor se quedó atrapado en su garganta. El hombre en el umbral apuntó su varita a la chica y susurró "desmayus", la chica perdió la consciencia y cayó al suelo.

- Mándala al campamento- ordenó el hombre, inmediatamente una mujer detrás de él, sacó algo de su bolsillo, lo colocó sobre la palma de Hermione y la chica desapareció un segundo después.

- Vaya, vaya, qué tenemos aquí, Sirius Black, sabes, estaba pensando que si hace quince años no hubieras sido tan idiota tal vez el día de hoy estarías salvando a tu propio ahijado en vez de esa mocosa- el hombre enmascarado había llegado a ver como la chica que debía llevar a su señor era transportada hacía el campamento de la resistencia, eso no era bueno.

- Lestrange, podría quedarme y discutir contigo todos los posibles "y si hubieras" pero prefiero "expelliarmus"- el hechizo tomó al enmascarado por sorpresa, y Sirius Black lo vio caer con satisfacción, pero inmediatamente se arrojó hacia un lado para dejar paso a sus compañeros, la batalla inmediatamente se volvió sangrienta.

Del otro lado de la calle, una anciana despertó a su marido¿oyes eso?, le preguntó, pero el hombre estaba ocupado marcando un número en el teléfono, "hay ruidos extraños en la casa de mis vecinos, creo que podrían ser los hombres del orfanato", en cuanto colgó el teléfono, el anciano se asomó por la ventana, pudo ver a una gran ave desplegar sus alas y la vio volar hacia el cielo, sintió que tal vez no todo serían malas noticias, por primera vez sintió una esperanza comenzar a renacer en su interior, ya era hora, el mundo necesita héroes hoy más que nunca.

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Campamento fénix

- ¿Ya despertó?- Preguntó Sirius Black, sus ropas desgarradas dejaban entrever heridas y cicatrices en su cuerpo.

- Si, en cuanto llegó al campamento, nos dio una buena pelea, tuvimos que volver a dormirla, requirió tres hechizos, la inmovilicé para que no vuelva a intentar huir, tiene potencial- Remus Lupin anunció a su comandante mientras veía su túnica ensangrentada.

- No es mía – dijo Sirius Black al ver la mirada de su subordinado y amigo – tuve un pequeño altercado con Lestrange, ya sabes la clase de masoquista que es-.

- Ya despertó otra vez, está enojada, me llamo cosas que nunca he oído antes- anunció aturdido un joven de cabello negro, le habían encargado vigilar a la nueva chica, al verla dormir no se imaginó la clase de fiera que era, una leona con traje de cordero.

En cuanto Sirius Black escuchó las palabras de Neville Longbottom se echó a reír por primera vez en años.

- Bueno, vamos a ver que clase de chica es capaz de perturbar Stonehenge- y sin decir más el hombre comenzó a caminar hacia el lugar en donde se encontraba Hermione.