Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen. Son producto de la maravillosa imaginación de Stephenie Meyer. La trama si es mía, así que prohíbo la copia parcial o completa de la misma.


Capítulo beteado por Eve Runner, Beta FFAD: www facebook com / groups / betasffaddiction


Capítulo1


Isabella furiosa cerró con fuerza la puerta de su casa y luego se alejó del lugar. Otra vez discutió con su madre. Es de noche y no sabe a donde carajos ir.

No puede ir a un bar de mala muerte porque sería terrible para su imagen, así que solo se tendrá que conformar con un lugar tranquilo y libre de paparazzis para poder fumar.

Se me olvidó mencionar algo. Isabella Swan es la actriz del momento, gracias a su protagonismo en la película "Snow White & the Huntsman" (1).

Discutió con su madre porque odia que le digan lo que tiene que hacer. Había sido una simple petición.: "Isa, por favor, lava los platos". Y ahí empezó todo. Decidió irse por esa noche, aunque no sabe bien hacia donde. Era más que obvio que tal vez en treinta o cuarenta minutos volvería a casa.

Llegó, sin saber cómo, a un parque, así que encogiéndose de hombros se sentó en un banco y prendió un cigarro.

—Fumar mata, ¿lo sabías?

Se sobresaltó cuando a sus espaldas escuchó una voz.

—¿¡Qué diablos...!? —Se dio vuelta y se encontró con un chico de tal vez 1,70, con el cabello desordenado, y por la poca iluminación que había, dedujo que era de color cobrizo. Contextura delgada, lo que le dio una idea de su edad—. Es de noche, ¿no deberías estar en tu cama?

—Para tu información... —Comenzó el muchacho sentándose a su lado—. Tengo 15. No soy tan chico.

—Exacto. No eres tan chico. —Sonrió dándole otra calada al cigarrillo. Le sorprendió el hecho de que el chico no se le haya tirado encima. O sea, es Isabella Swan. Todos la conocen.

—Bien, sí, yo soy muy chico para estar aquí a esta hora y solo, ¿pero qué hace Isabella Swan fumando en un parque en esas fachas?

Se tensó al saber que la había reconocido, pero luego frunció el ceño.

—¿Estas fachas? —cuestionó mirándose. Está bien. Tenía un vestido de lentejuelas color negro y unos zapatos color dorado. Antes de discutir con su madre, estaba por salir a bailar con sus amigos.

—Iba a salir, pero al final no tuve ganas. —Le dio otra calada al cigarro—. Me reconociste. Creí que no te habías dado cuenta quién era.

—Me gusta como actúas, además, todos están hablando de tu última película, ¿cómo no iba a reconocerte?

—¡Como sea! ¿Qué haces por aquí, a esta hora, y solo?

—Me iba a quedar a dormir donde un amigo, pero al final me arrepentí y como no quería molestar a mis padres, estaba volviendo solo a mi casa.

—¿Por qué te arrepentiste?

—Porque la hermanita de mi amigo... Digamos que tiene un enamoramiento conmigo. —Hizo una mueca e Isa, como le decían todos, rio—. Supuestamente, ella no iba a estar esta noche, pero volvió a su casa y yo inventé una excusa para irme.

—¿Qué se siente ser el amor platónico de una niña de cuánto...?

—Seis años...

—Seis años. —Soltó una carcajada.

—¡Hey! —exclamó el cobrizo—. Tengo mi encanto.

—Oye, niño bonito, ¿cómo es tu nombre?

—Edward Cullen.

—Tu nombre se me hace a personaje de novela romántica. —Terminó su cigarrillo y lo tiró al suelo.

—Claro, me dicen eso todos los días —dijo irónico.

De repente, Isabella le dedicó una extensa mirada a Edward y sonrió.

—Tú no solo ibas a dormir donde tu amigo...

Traía puesto unos jeans color negro y una camisa azul oscuro.

—No es lo que estas pensando. No íbamos a salir a bailar, solo que así me visto. —Se encogió de hombros.

—Pues déjame decirte, bonito, que tienes muy buen gusto —aprobó Isa—, además ese cabello despeinado te da un aire sexy. Si tuvieras mi edad ya te estaría follando.

Ante la sinceridad de Isabella, Edward se ruborizó.

—¿No apruebas las parejas que tienen diferencia de edad?

—Me da igual, soy de mente abierta, ¿por qué?

—Dijiste que me... —carraspeó incómodo—. Que me follarías si tuviera tu edad, ¿por qué desear solamente eso?

—¿Qué...?

—Faltan tres años para que cumpla 18. —Sonrió torcidamente en su dirección—. Tú tendrías… ¿Cuánto?

—Ahora tengo 21.

—De aquí a tres años tendrías 24. No sería mucha la diferencia. —Le guiñó el ojo.

—¿Me estás coqueteando? —cuestionó entre divertida y gratamente satisfecha.

—Podría decirse que sí, pero como seguramente pensaste cuando me viste, soy solamente un niño.

—Me agradas, niño bonito. —Sonrió Isa complacida.

—Y tú me gustas. —Se encogió Edward de hombros—. Como seguramente le sucede al 80% de la población masculina. El otro 20% es ciego.

A Isa le agradó de sobremanera como el chico que se había vuelto tan confianzudo.

—¿Siempre eres así? —le preguntó mirándolo a los ojos.

—¿Así cómo?

—Así, tan... seductor.

—¿Te parezco seductor? —Se acercó un poco a Isa y ella no fue capaz de alejarse.

—S… sí. —Y luego se golpeó mentalmente por haber tartamudeado.

—Bien. —Edward se alejó complacido al ver la reacción que había tenido Isabella ante su cercanía. Con que solo era un niño, eh. Él tiene 15 años, sin embargo, no le faltan admiradoras y él está plenamente consciente de su atractivo. Aunque nunca lo usó para aprovecharse de una chica. Hasta virgen era. Pero ya había tenido dos o tres novias y sabía cómo utilizarlo—. Me tengo que ir. —Se puso de pie e Isa lo imitó.

—De acuerdo. —Sacó el celular, que tenía guardado en su escote bajo la atenta mirada de Edward—. Ten, agenda tu número. Me pareces interesante, chico.

Edward también le tendió su celular e intercambiaron números con la promesa de volver a hablar.

Edward tomó su celular cuando anunció un mensaje entrante.

Hey, bonito. ¿No se te dio por ir al parque ayer a la noche?
Isabella.

Sonrió al ver quién era.

Lo siento, pero esta vez no hubo ninguna niña acosadora que me espante. ¿Me esperaste mucho?
Edward.

Demasiado. Hablar contigo me hizo muy bien el otro día.
Isabella.

Me alegra leer eso. Hey, tenemos que buscarte un apodo. "Isabella" te hace más grande de lo que eres.
Edward.

No seas maleducado con alguien que te lleva seis años XD Y ya tengo un apodo. Todos en mi familia y mi círculo de amigos me dicen "Isa".
Isabella.

Pues tendremos que buscar uno que solo utilice yo.
Edward.

De acuerdo. ¿Qué tienes en mente?
Isabella.

"Bella". Son las últimas dos sílabas de tu nombre y además significa "bonita" en italiano. Te hace justicia.
Edward.

Y volvió el Edward coqueto.
Isabella.

La castaña sonrió mientras releía el mensaje de Edward. "Bella". Le gusta su apodo.

Seguramente ya lo extrañabas :3
Edward.

Como no tienes idea :3
Bella.

*Suspira* Ya estás haciendo uso de tu apodo, que tan bien merecido lo tienes.
Edward.

Jajajaja. Me gustó mucho.
Bella.

Edward comenzó a bajar las escaleras de su casa con una sonrisa plasmada en su rostro, mientras en sus manos tenía el celular.

Con gusto seguiría hablando contigo, pero el "niño bonito" tiene que ir al colegio.
Edward.

Cierto, ¿ves? Si tuvieras mi edad no tendrías que ir a la escuela y ambos podríamos ir a desayunar al parque.
Bella.

¿Es esa una invitación?
Edward.

Me encantaría decir que sí, porque, bueno, sí, es una invitación, pero igual no creo que pueda. ¿Te imaginas la próxima portada de una revista de chismes?
Bella.

Algo como: "La famosa actriz Isabella Swan, ¿ligando con un puberto?" Jajajaja. Si mis padres llegaran a ver eso se caerían de espaldas.
Edward.

Podríamos juntarnos en la noche, ¿qué te parece?
Bella.

—Edward... —le llamó la atención su madre y Edward borró su sonrisa rápidamente—. Recuerda la regla. Sin celulares en la mesa. Anda, vamos, desayuna, tienes que ir a la escuela.

—Sí, deja respondo un mensaje y lo guardo... Por favor. —Hizo un puchero y su madre rodó los ojos asintiendo.

Me parece perfecto. Te espero en el mismo lugar y a la misma hora. Más tarde seguimos hablando. Ya sabes, reglas de la casa: "Sin celulares en la mesa" :p Besos.
Edward

Por supuesto, no podemos hacer enojar a Mamá Cullen XD. Besos.
Bella.

Con una última sonrisa, Edward guardó el celular en su bolsillo.

—¿Estás listo, Edward? —le preguntó Alice, su hermana mayor.

—Sep, vamos. —Se puso de pie y tomó la mochila que colgaba en el respaldo de la silla—. Adiós, mamá. Adiós, papá.

—Adiós, Ed, Alice; pórtense bien.

—Sí, mamá. —Suspiró Alice y tomó su mochila. Cuando ambos Cullen estuvieron en el auto, la chica habló—. ¿Quién es la afortunada?

—¿Eh...?

—Vamos, Edward, a mi no me engañas. —Alice rodó los ojos con una sonrisita bailando en sus labios—. Mirabas el celular con una cara de tonto enamorado, ¿tienes novia? ¿Cómo se llama? ¿La conozco?

—No es nadie. Solo hablaba con Mike.

—¡Ay, Edward! Como si me fuera a creer que hablabas tan entretenido con ese idiota. —De repente abrió los ojos como platos y exclamó alarmada—. ¡Te has liado a Tanya! La muy zorra, le dije que no se te acercara. ¡Está rompiendo el código de amigas! Tú eres mi hermanito. Lo que significa que eres intocable para ella.

—¿¡Qué!? ¡No! No es Tanya.

—¿Entonces? ¿Es amiga mía? Dime quién es así el mato.

Edward miró a su hermana mayor y suspiró, sabiendo que era completamente imposible ocultarle algo.

—No es mi novia —aclaró—, solamente es una chica que conocí hace un par de días. Hace, exactamente, una semana y media. Nada más.

—Pero te gusta —afirmó con una sonrisa.

—Sí —aceptó Edward—, pero no se va a poder.

—¿Por qué? —Alice frunció el ceño—. Tú eres un chico muy guapo. Le gustas hasta a mis amigas, y ellas tienen 17 años.

—Pero esta chica tiene 21.

—Oh —carraspeó—. Entonces no la conozco.

—De hecho... —Edward se rascó la nuca—. Sí, la conoces, e incluso mejor que yo.

—¿Si? —Alice arrugó la nariz confundida—. ¿Quién es?

—Necesito que me prometas que no le dirás a nadie.

—Vamos, Edward, ¿cuándo te he fallado?

—Alice...

—De acuerdo, lo prometo.

—Isabella Swan.

—¿Qué pasa con Isabella Swan?

—Es la chica con la que me ando mensajeando.

Alice pisó el freno de golpe haciendo que las ruedas hicieran un chirrido.

—¿¡Qué!? ¿¡La actriz Isabella Swan!? —exclamó mirándolo.

—Sí y no grites —la silenció—. El otro día que volví solo a casa me la encontré. Nos pusimos a hablar, hicimos buenas migas e intercambiamos números.

—¡Oh Dios! —susurró Alice—. ¡Mi hermano es amigo de Isabella Swan!

—Shhhhh, Alice. —Edward frunció el ceño—. Voy a necesitar que esta noche salgas conmigo. Quedé de verme con ella en el parque y no sé qué excusa inventarle a nuestros padres. Así que les diremos que solo saldremos a caminar, luego tú te vas a no sé dónde y yo me quedo con Isabella.

—Por favor, déjame conocerla en persona.

—Alice... No sé...

—Por favor. —Juntó las manos e hizo un puchero realmente tierno.

—De acuerdo. —Edward suspiró no muy convencido—. Le voy a mandar un mensaje avisándole de la nueva.

—¡Síí! —Alice comenzó a aplaudir efusivamente y luego puso en marcha el auto.

Mi hermana mayor me va a ayudar con mi coartada para esta noche. Espero que no te moleste que la lleve.
Edward.

Tranquilo, mientras no sea una psicópata, está todo bien.
Bella.

.

La carita que Alice hizo cuando vio a Isabella fue para fotografía. Abrió los ojos y la boca como platos, sin poder creer lo que vería.

—E… Eres Isabella S… Swan.

—Sip. —Asintió Bella sonriendo divertida.

—Bella, te presento a mi hermana mayor, Alice. Alice, como ya sabes, ella es Isabella Swan. Bien. Ya la conociste, ahora te puedes ir.

—P… pero, no lo puedo creer. ¡Oh Dios!

—Alice, por favor... —Suplicó su hermano.

—Oh, sí, sí, yo... Estaré por allí —señaló un banco alejado—. Adiós, Isabella, fue un enorme placer.

—El placer fue mío, Alice.

La susodicha suspiró.

—Dijo mi nombre. —Y luego se alejó.

—Eso fue muy raro —admitió Edward rascándose la nuca.

—Aja.

Ambos se sentaron en el banco y suspiraron.

—Estoy empezando a creer que de verdad tienes muy buen gusto —dijo Bella mirando la vestimenta de Edward. Un jean azul oscuro y una camiseta blanca con cuello en "v" de mangas cortas.

—Ese duende que tengo por hermana me pegó su gusto y aquí me tienes. Un chico de 15 años que piensa cuidadosamente lo que se va a poner. Tú también estás muy bien vestida, mejor que yo —señaló, viendo el mini-short negro y la blusa plateada que tenía, juntos con unos zapatos de tacón chino color negros.

—Es mi estilo. —Se encogió de hombros—. Lo creas o no, así me visto todos los días... Y dime, ¿te causé problemas con mami?

—Oye, no utilices ese tono con tu futura suegra. —Bella enarcó ambas cejas con asombro.

—Cuanta confianza en ti mismo, cariño.

—No estarías aquí a solas junto a mí y a esta hora si no quisieras algo conmigo. —Se encogió de hombros como si hablara del clima—. No lo hagamos tan largo, ¿te gusto?

Y Bella se quedó pensando… ¿Edward le gusta? Es solamente un chico de 15 años, se le nota en la cara la edad. Tiene las facciones de un niño, tan inocente, inexperto, pero a la vez tan coqueto, seductor... Podría decirse que hasta atrevido. Y, sí, le gusta. A pesar de que ella le lleve 6 años, le gusta. Como le puede gustar una mujer a un hombre.

—¿Tu silencio es bueno o malo, Bella?

—Yo... —carraspeó—. Eres lindo...—admitió, logrando que Edward sonriera—, pero eres un niño. —Y la sonrisa de él se borró.

—¿Me quieres decir que si fuera más grande si me harías caso?

—Sip. —Asintió.

Okay, ¿O sea que para ti soy un niño?

—Sip.

—Pues te voy a demostrar que tan hombre puede ser este niño.

—¿Qué...? —Pero antes de que Bella pudiera reaccionar Edward ya la estaba besando. Al principio se había quedado petrificada, pero después comenzó a reaccionar y llevó sus manos al cuello de Edward y se acercó más a él. El cobrizo llevó sus manos a la cintura de Bella, la sentó en su regazo y el beso se volvió pasional, necesitado.

Edward pidió permiso para profundizar, el cual le fue concedido.

Por otro lado, Alice miraba la escena sorprendida.

—Ese es mi hermanito —susurró con una enorme sonrisa.

.
.

—Edward... —Comenzó Bella sorprendida cuando se separaron por falta de aire.

—Shhhh —murmuró silenciándola con un dedo en los labios de ella—. No arruines el momento.

La besó castamente una y otra vez, y Bella no podía hacer otra cosa más que dejarse.

—No me sorprendería que mañana aparezca en una revista con un encabezado que diga: "Isabella Swan violando a un menor". Tienes mucha cara de niño —masculló decepcionada. Era verdad. La diferencia de edad que tienen se ve a kilómetros de distancia.

—Ah, muchas gracias. —Rio con sarcasmo. Bella rodando los ojos se bajó del regazo de Edward y se sentó a su lado.

—No te quiero ofender, Ed, pero se realista, parezco tu hermana mayor.

—Pareces, pero no lo eres. —Sonrió y se quedaron en silencio—. Son solo seis años —habló Edward—, no es nada.

—No sería nada si por lo menos fueras mayor de edad.

—¿Segura que es por eso? Mi cara de "niño". —Hizo comillas en el aire—. ¿No interfiere en nada?

—¡No! Es solo que... Mierda, tienes cara de niño y me siento una pedófila porque me pareces muy atractivo.

—Ya te demostré que puede hacer este niño —se jactó Edward.

—Sí... Y para mi mala suerte, me gustó.

—Ya se te pasará. —Se encogió de hombros tranquilo—. Me gustaría quedarme más tiempo contigo, pero ya tengo que irme.

Se puso de pie al mismo tiempo que lo hacía Bella.

—¿Me das un beso de despedida? —preguntó Edward juguetón y Bella lo golpeó en el hombro—. ¡Hey! Solo lo quería en la mejilla. —Expuso la zona nombrada y Bella rodando los ojos se acercó para dejarle un beso, pero en el último momento Edward giró el rostro logrando que los labios de Bella se estrellaran con los suyos.

—¡Edward!—Exclamó Bella escandalizada cuando el joven le robó un beso—. Mejor vete.

—Adiós, Bella. —Se alejó pavoneándose, como si estuviera orgulloso de lo que acababa de hacer y allí parada, se quedó Bella con una sonrisa en su rostro.

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Notas:
1. Snow White & the Huntsman: Blancanieves y el cazador es una película estadounidense basada en el cuento de hadas Blancanieves de los hermanos Grimm. Está dirigida por Rupert Sanders y protagonizada por Kristen Stewart, Charlize Theron, Chris Hemsworth y Sam Claflin.

¡Historia nuevaaa! Espero que sea bienvenida. Va a ser un mini-fic y antes de que pregunten, todavía no se cuantos capis va a tener.

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