Hace muchos milenios, incluso antes de que las princesas Celestia y Luna nacieran, incluso antes de la creación de los Elementos de la Harmonia, incluso antes de la existencia de la diosa Artemisa. Para ser mas exactos, cuando todas las razas conocidas como los ponis, grifos, minotauros, dragones etc...no eran mas que criaturas primitivas sin apenas inteligencia y apenas dando sus primeros pasos por el mundo. Con objetos muy rudimentarios de fabricación propia con los elementos que tenían a su alcance, estas razas primitivas tenían un largo camino para progresar hasta convertirse en las razas de hoy en día.

Pero había una raza que estaba muy por encima de las demás. Una prácticamente adelantada a su tiempo hasta el borde de la ciencia ficción. Aquella raza era nada menos que los ponis celestes. Una raza que existió mucho antes que las demás. De como se originó era un completo misterio.

Como se sabe de esta raza por libros de historia. Antes esta raza mítica y milenaria estaba dividida en dos tribus debido a la diferencia de sus alas. Aunque ambos eran la misma raza, cada vez que nace un pony celeste, este no tiene alas. Cuando llega una determinada edad, este queda envuelto en una crisálida donde sufre una metamorfosis, donde puede surgir como un pony celeste de alas de luz, o un pony celeste de alas de dragón.

Ambas razas debido a sus diferencias prácticamente estupidas, luchaban la una contra la otra causando muerte y destrucción a su paso, una guerra conocida como el Conflicto Eterno. Un día, un semental celeste de alas de luz y una yegua celeste de alas de dragón se enamoraron del uno del otro. Ambos mantuvieron su amor en secreto y de dicha unión tuvieron a su primer retoño. El cual ambos lo bautizaron con el nombre de Orion.

Ambos trataron de mantenerlo en secreto, pero de algún modo, ambas tribus lo descubrieron y trataron de matarlos a ambos y al bebe potrillo, haciendo que ambos escaparan con el bebe consigo evitando así la muerte y dejando a ambas tribus con sus luchas inútiles.

300 años después de cruentas batallas y muerte sin sentido. Ambas tribus estaban a punto de desempeñar su batalla final donde se decidiría todo, pero su batalla fue interrumpida por una poderosa luz que detuvo a ambos bandos. Era nada menos que Orion. Tenía alas de luz como de la tribu de las ponis celestes de alas de luz, pero también tenía un cuerno largo en la cabeza. Orion trató de razonar con ambas razas para que llegaran a hacer las paces y ambas tribus se unieran, pero ambos bandos eran demasiado cabezotas para aceptarlo.

Al final Orion desafió a ambas razas. Orion se enfrentó a los más fuertes campeones de ambos bandos y Orion demostrando su increíble poder, los derrotaba a todos.

Contra todo pronostico, Orion logró derrotar a todos y ambas tribus no tuvieron más remedio que renunciar a la guerra y concertar la paz. Pese a ello, algunos lo celebraron y vitorearon a Orion.

Orión quería crean un símbolo de poder y de la unión de ambas tribus y así lo hizo. Fundó el Imperio Celeste.

Al principio el reino era pequeño, pero a medida que los años pasaban y que ambas tribus ya amigas comenzaran a tener descendientes, la ciudad fue creciendo.

Aunque los ponis celestes poseían magia muy superior a la actual que podía hacer las cosas más fáciles, Orion les enseñó a no depender de la magia para todo. Querían que observaran su entorno y aprendieran de ello. Lograr utilizarlo en su favor los elementos a su alcance. Gracias a ello lograron grandes avances en medicina como en la metalurgia, sembrado..etc...Iniciando así la alta tecnología en su raza en futuro.

Orion estaba satisfecho con su trabajo. La gente lo consideraron su rey y su salvador. Aquello lo enorgullecía.

Pasaron los milenios y Orion desapareció sin dejar ni rastro y nadie supo nunca que fue de él. Tras varios siglos, comenzó a surgir un ciclo que siempre acabaría repitiendo una y otra vez. Cada mil años nacía un pony celeste completamente blanco, como lo fue Orión en el día que nació. Cuando éste alcanzaba cierta edad, como todos los potros celestes, se introducía en una crisálida sufriendo su transformación, pero aparte de las alas, al nuevo potro le salía también un cuerno haciéndolo por tanto un alicornio.

La gente lo consideró aquello como una especie de señal, pero no divina ya que la población celeste no creía en dioses considerándolo una total perdida de tiempo creer en cosas así. A partir de ahí, cada mil años en que nacía un nuevo pony celeste alicornio, el anterior se ocuparía de su educación para convertirlo en un buen gobernante y guiara al Imperio Celeste por el buen camino. Así hasta que naciera otro en mil años.

Pasaron los milenios y el que fue en principio un pequeño reino, fue creciendo hasta convertirse en un enorme imperio resplandeciente. Lleno de ponis celestes donde todos vivían cómodamente, aportando lo mejor de si mismos para hacer el imperio el más grande que había existido nunca. Las academias de magia como de ciencias y tecnología, investigaban nuevas formas de magia y tecnología y aplicarlas de forma unidas para hacer el imperio un lugar mejor.

Los ponis celestes aunque no poseían cuerno como los unicornio, podían utilizar magia. Solo tenían que concentrarse con la mente para realizar hechizos o manipular objetos. Con entrenamiento, se podía emplear magia en diversas partes del cuerpo.

La tecnología tampoco tenía secretos para ellos. Investigando sin parar para hacer el mundo un lugar mejor.

Aunque eran una raza muy avanzada y muy adelantada para su época, respetaban a las otras razas inferiores no tan evolucionadas, ya que consideraban que algún día éstas evolucionarían en especies inteligentes. Aunque el imperio podría ayudar en eso, preferían dejar que cada raza siguiera su camino por si misma, ellos solo intervendrían si lo considerasen necesario. Había una cosa que los ponis celestes nunca llegaron a comprender de las demás razas inferiores. Su obsesión por los dioses. Ellos no comprendía la necesidad de de las otras razas de rezar a seres irreales. Podían pasarse días, meses o incluso años esperando respuesta divina y no recibir contestación y aun seguían con ello. Los celestes nunca comprendieron esas raras costumbres y creencias sobre los dioses.

Desgraciadamente no todo fue brillante para el imperio. Un día surgió una nueva magia. Una magia muy peligrosa que traería muchos problemas en el futuro. Una magia conocida como la magia de sangre. Un tipo de magia que como su nombre indica, necesitaba sangre para realizar la mayoría de los hechizos que precisaban sangre, tanto propia como ajena.

No se sabía con exactitud como surgió aquella diabólica magia. Al principio lo practicaban muchos y podía usarse para proteger y curar, incluso para resucitar a los que han muerto recientemente para salvarles la vida, tardar más tiempo en hacer eso último, solo harían resucitarlo como muerto viviente. Más adelante se descubrió un peligro mayor de la magia de sangre.

La magia de sangre podía convocar poderosos demonios. Demonios de un poder que hacían parecer a los de épocas futuras prácticamente inferiores. Los demonios que fueron convocados por tal magia oscura, causaron masacres horribles y muchos ponis celestes e incluso otras razas morían por aquellas horribles bestias y el ejercito del imperio tuvo que intervenir. Las cosas iban a peor cuando los magos de sangre realizaban sacrificios vivos para sus rituales cuando necesitaban mayores cantidades de sangre.

Después de ver los peligros de la magia de sangre. El emperador de aquel entonces, ilegalizo su practica haciendo que estuviera prácticamente prohibida y no se volviera a usar nunca jamás. Desgraciadamente no todos estaban dispuestos a renunciar a tal magia por lo que el emperador tuvo que crear equipos especiales para dar caza a estos magos renegados y destruir sus libros con información con la magia de sangre.

Después de esa parte oscura sobre la magia de sangre, todo parecía normalizarse, aunque aun quedaban quienes practicaban magia de sangre a escondidas, por fortuna su número era menor.

Poco a poco a través de los milenios, el Imperio Celeste se fue expandiendo y otras ciudades se iba formando alrededor del mundo, pero una preocupación se formaba en ahora emperatriz actual. Si la población crecía tanto, en el planeta ya no quedaría sitio y los recursos escasearían. Por eso se llevo siglos investigando una forma de evitarlo y lo encontró. Las zonas de vació.

Las zonas de vacío serían mundos artificiales creados por la tecnología del imperio. Permitiendo crear mundos para poder enviar gente en problemas de espacio y formaran sus propias ciudades. Zonas donde crear fabricas o generadores de energía según la necesidad. También se crearon zonas biosferas para almacenar ejemplares de plantas y animales en caso de una extinción masiva en el planeta, poder poblarlo de nuevo.

Pese a todo, todo tiene algún momento de oscuridad en el Imperio Celeste. Y todo comenzó cerca de terminar el reinado del último emperador vigente Etheriun.

Aquí comienza la historia de como el Imperio Celeste comenzó con su caída.

Era un resplandeciente día en el Imperio Celeste. Sus habitantes iban a sus quehaceres diarios caminando, volando o utilizando los modernos transportes públicos como los trenes magnéticos. Sus habitantes vivían felices gracias a la buena guía de su actual emperador el rey Etheriun.

En el majestuoso castillo dorado el imperio, en una habitación estaba una hermosa yegua alicornio de pelaje dorado, crin plateadas y ojos azul cielo, alas de luz. Cutie mark de una aureola dorada con unas alas resplandecientes cubriendo alrededor de ésta. Estaba tumbada en un sofá leyendo un libro que sostenía con su magia. En ese momento entró otra yegua alicornio. Ésta era de pelaje verde oscuro y crin negra. Ojos rojos. Cutie mark de un ojo de dragón amarillo con unas alas de dragón alrededor del ojo, alas de luz. Ésta al ver a la yegua tumbada, la saludo alegremente.

Yegua: Hola, Artemisa ¿Cómo estás?

Saludaba la yegua. La llamada Artemisa dejó de leer su libro y mirando a la recien llegada, con una sonrisa la respondió.

Artemisa: Estupendamente ¿Y tú, Lunarian?

Lunarian: Igual que tú, amiga.

Y ambas se rieron.

Lunarian: Bueno..¿Cómo te van con esos ponis primitivos de las tierras en que te has establecido, después de que dejaras de ser emperatriz del imperio?

Artemisa: Bueno. Trato de que las tres razas ponis terrestres, unicornios y pegasos se lleven bien, pero no es fácil.

Lunarian: Es increíble que esas tres razas no se lleven bien solo por diferencias funestas como el cuerno, las alas o la ausencia de ambas cosas.

Artemisa: Desde luego. Me va a costar que dejen de lado sus diferencias. De momento me han tomado éstos como una especie de deidad pony o algo así.

Lunarian: Uf...Igual que a mí. Nunca comprenderé a esas razas primitivas su obsesión por creer en seres irreales como dioses.

Artemisa: Yo tampoco. Es como si para ellos fuera necesario creer en alguna deidad para ser felices.

Dijo seriamente la yegua. Luego miró a Lunarian y la dijo a ésta.

Artemisa: Bueno ¿Y tú, amiga? ¿Cómo te va con los dragones?

Lunarian: Uf...Imagínate...Esos enormes reptiles de enorme fuerza y poder, pero con el cerebro del tamaño de un guisante. Sin duda tienen un carácter muy volátil y se alteran por todo, especialmente los dragones violetas de ojos verdes.

Artemisa: Ya veo que son de cuidado.

Lunarian: Ya lo creo. Mucho me temo que tardarán siglos en evolucionar, y aun así seguirán siendo verdaderamente salvajes. Tuve que tumbar a un enorme dragón que estaba poniéndose verdaderamente pesado allí. Tuve que demostrar quien mandaba por ahí, tras darle tres o cuatro golpes. Empiezo a dudar que algún día acaben convirtiéndose en una raza inteligente.

Decía con pesar la yegua. Artemisa trató de animarla.

Artemisa: Animo, amiga. Piensa que algún día, todas las razas primitivas se volverán como nosotros. Seres con capacidad de raciocinio e inteligencia.

Lunarian: Ojala tengas razón.

¿?: Hola, señoritas. Me alegro de volver a verlas.

Dijo entrando por la habitación un alicornio celeste de pelaje gris. Crin y cola amarillo con detalles blancos al igual que una bien formada barba. Alas de luz y cutie mark de un satélite espacial. Las yeguas le saludaron alegremente.

Artemisa: Hola, emperador Etheriun.

Lunarian: ¿Cómo le va a nuestro actual emperador?

Etheriun: Bien. Especialmente porque muy pronto dentro de unos años podré jubilarme y disfrutar de la vida.

Bromeó el alicornio haciendo reír a las alicornios.

Lunarian: Ja, ja, ja, ja...Viejo chivo. Aun no ha nacido un nuevo alicornio y ya piensas en la jubilación.

Etheriun: Bueno ¿Y qué esperabas? Ya casi se han cumplido mil años desde que fui nombrado emperador. Ya el próximo debería estar por nacer ya. Cuando lo eduque para que se convierta en el próximo emperador y me sustituya, a disfrutar de la vida. A hacer surf en las playas, a disfrutar del atardecer. A disfrutar de ver hermosas yeguas en bikini.

Bromeaba el alicornio haciendo reír aun mas a las alicornios.

Artemisa:La verdad es que te mereces ya un descanso. Teniendo en cuenta todo lo que hiciste por el imperio y el mundo.

Lunarian: El imperio progreso mucho gracias a ti.

Etheriun: ¿Qué voy a decir? El imperio está para el progreso.

Decía el emperador tumbándose en el sofá junto con las yeguas.

Etheriun: Cuando tenga mi casa de playa, espero que vengáis a visitarme. Será un placer veros allí llevando hermosos bikinis y correteando por la playa.

Lunarian: Lo tendremos en cuenta.

Artemisa: Ja, ja, ja, ja...Ya veremos, viejo verde.

Los tres se rieron. En ese momento un guardia celeste entró. Uno que portaba una armadura dorada de diseño futurista. El guardia habló.

Guardia: Mi emperador. Tenemos noticias.

Etheriun: ¿Cuáles son, guardia?

Guardia: Ha nacido un nuevo pony celeste alicornio.

Aquello pilló por sorpresa al trío de alicornios.

Etheriun: Ya iba siendo hora ¿Dónde está?

Guardia: Está...

Más tarde, el emperador viajó en una nave de alta velocidad cuyo rumbo lo llevó hasta una granja muy lejos del imperio. La nave aterrizó donde el emperador y varios soldados bajaron de dicha nave. Éstos fueron recibidos por un pony granjero celeste. Éste era de pelaje naranja y crin roja con azul. Alas de luz y cutie mark de una azada. Portando un sombrero y traje de granjero. Éste se inclinó haciendo una reverencia al emperador.

Granjero: Mi emperador. Sea bienvenido a mi humilde granja.

Etheriun: Gracias ¿Dónde está el pequeño?

Granjero: Está en mi casa siendo cuidado por mi esposa. Por favor. Si quiere seguirme.

El emperador junto con dos guardias, siguieron al humilde granjero. El emperador pudo observar sus grandes campos llenas de hortalizas varias. Sin duda tenía una gran variedad haciendo que pudiera llegar a vender casi de todo. Cuando llegaron a la casa, el granjero abrió la puerta y se anunció.

Granjero: Cariño. Estoy en casa. Y tenemos visita importante.

Se anunció el granjero. Su mujer, una yegua celeste de pelaje color cobre. Crines violetas, cutie mark de unas agujas de coser y alas de luz, portando un traje de granjera, estaba sentada en una mecedora tejiendo al lado de una cuna, hasta que notó la presencia de su marido como la del emperador, donde la yegua se sorprendió al ver a este último y levantándose rápidamente, le hizo una reverencia al emperador.

Mujer del granjero: Mi emperador. Que honor que estéis aquí en nuestra casa.

Etheriun: Levántate, buena mujer. No es necesario que hagáis eso. Vine a ver al nuevo retoño que tenéis.

Decía el emperador con una amplia sonrisa.

Mujer del granjero: Por supuesto mi emperador. Está ahora durmiendo en la cuna nuestro pequeño.

Dijo la yegua amablemente acercándose a un lado del a cuna. El emperador se acercó al pie de dicha cuna y la yegua apartó las mantas revelando a un pequeño bebe potrillo de apenas unos días. Era completamente blanco. El emperador lo observó por un rato y comentó.

Etheriun: Completamente blanco. Sin duda será un alicornio en el futuro.

Granjero: Cuando mi mujer dio a luz a un potro completamente blanco, nos llevamos una gran sorpresa. Por eso informé de sus cualidades cuanto antes.

Etheriun: Hicisteis bien. Tenéis un hermoso potrillo ustedes dos.

Dijo sonriendo el emperador mirando al matrimonio.

Mujer del granjero: Muchas gracias, mi emperador.

Granjero: Se agradece sus palabras.

Etheriun: Y díganme ¿Cómo se llama este bonito potro?

Preguntó el emperador por el nombre del pequeño. El granjero con orgullo, respondió al emperador.

Granjero: Al principio nos costó mucho decidirnos por el nombre, pero al final encontramos uno que creemos que es perfecto para nuestro hijo.

Despues de unos instantes, el granjero le dijo al emperador con orgullo.

Granjero: Su nombre es...Absalon...

Nota autor: Bueno. Así comienza mi nuevo fanfic. Hasta que por fin pude empezar. A diferencia de mi fanfic principal, este no tengo capítulos preparados de antemano. Por lo que no seguiré una pauta fija en cuestión de subir los capítulos. Al principio trataré de subir tantos como pueda. Aunque en ocasiones puede que lo interrumpa cuando lo considere necesario en caso de que deba esperar un episodio en concreto para poder seguir subiendo.

Hasta la próxima.