Bueno pues un par de cosillas solo. Dado que soy nueva por aquí porfis no seáis muy malos conmigo xD siento si hay alguna falta o algo así, después de tanto tiempo ya forman parte de mí. Lo segundo que yo como lectora no dejo reviews porque tampoco soy muy partidaria de ellas, pero como escritora sí que es verdad que se agradece saber que la gente te lee, aunque no les guste, pero las críticas si son constructivas, siempre son buenas así que si me dejáis alguna… No me enrollo más, espero que guste.

Caminó sin hacer el más mínimo ruido por la casa. NY estaba entrando en el mes de diciembre y el frío no pasaba desapercibido. Había cenado frente la chimenea, observando cómo las chispas hacían figuras extrañas que la permitían olvidarse por un rato de sus problemas. Mucha gente prefería los programas de corazón, probablemente el ver discutir a otras personas les hacía creer que sus peleas y penas eran menores. A ella eso no le ayudaba. Pocas cosas la ayudaban ya. "Los peores momentos son por la noche" solía pensar "Ahí es cuando me tengo que enfrentar a mis pensamientos al estar sola. Por ello lo mejor es sencillamente no pensar" Y para no pensar tenía que dormir. Pero los fantasmas acudían a ella sigilosamente, aterrándola y despertándola en mitad de la noche sin piedad alguna. Por ello recurría a métodos algo más drásticos. Dejó la taza de leche caliente con valeriana encima de su mesilla de noche y se metió en la cama preparada para beberla de un trago y dormir gracias a ella. Pero su rutina fue interrumpida por el timbre del móvil.

-Beckett-dijo en un tono neutro

-Yo, soy Espo. Hay un cuerpo-apuntó la dirección y salió disparada de la cama cogiendo el recipiente de porcelana y tirando su contenido por el desagüe. Por lo menos hoy, no tendría que pensar

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-¡Pero papi yo no quiero ir mañana a clase!-la niña llevaba un par de semanas enferma, su padre le había dado todos los caprichos y claro, ahora ella no quería regresar a la escuela.

-Alexis ya estás buena y hay que ir a clase-su hija le empezó a poner pucheros mientras se la llenaban los ojos de lágrimas-Peque…-dijo Castle abrazándola con fuerza. Pocas veces se resistía a los llantos de su niña-Cariño mañana hay que ir al cole. ¿No tienes ganas de ver a la profe y a todos tus amigos?-estas últimas palabras hicieron que la pelirroja cambiara los pucheros por una sonrisa

-Pero luego vendrás tú a buscarme… ¿Verdad?

-Claro que sí renacuaja-Rick empezó a hacerla cosquillas por todo el cuerpo-Y ahora a lavarse los dientes y a dormir, sino mañana no podrás levantarte

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Se paró antes de entrar en el callejón, tomándose unos segundos para honrar a la víctima, como una especie de ritual. Algo que simbolizara que para ella realmente cada cadáver era importante e independiente, no como hizo el asqueroso detective con… "Kate. Para. No es el momento ni el lugar para dejar entrar a los fantasmas" se dijo a sí misma para después pasar por debajo de la cinta amarilla. Se movió con cuidado para no molestar a los de la CSU. Era la novata y no podía permitirse un fallo. Sobre todo teniendo en cuenta que estaba dirigiendo un equipo propio en su sexta semana como detective. Y todo se lo debía al capitán Roy Montgomery. La primera vez que él la encontró en los archivos… Madre mía, pensaba que iba a echarla. En cambio la ascendió, ¿qué clase de sentido tenía aquello? Pero aunque fuera totalmente irracional, no había negado aquel puesto y nunca podría agradecérselo al capitán lo suficiente. Tenía previsto tirarse como mínimo tres años en la sombra, rasgando cualquier ascenso a sus superiores. Y de repente se ve aquí, al mando de una brigada. Había escuchado que era la policía más joven en haberse convertido en detective de homicidios, ganando por seis semanas a la temida Victoria Gates. Tenía como nota mental no acercarse a menos de 100 metros de ella.

-¿Qué tenemos?-preguntó en alto, esperando una respuesta de su compañero, Javier Espósito. Roy la había dicho que después de estar en el ejército y en la guerra, decidió entrar en la policía y como aún estaba un poco inestable, lo mejor sería que tuviera a alguien que le controlara. El otro chico que estaba a su cargo se llamaba Kevin Ryan, un irlandés que anteriormente estaba en narcóticos pero había sido colocado en homicidios hace más bien poco. A él sí lo conocía de antes, los intensos meses que estuvo entrenando para convertirse en detective los pasó con Kevin y ya tenían bastante confianza.

-Manry Tomilson, 27 años. La encontró ese hombre cuando bajaba por la parte de atrás del edificio para tirar la basura, llamó inmediatamente a la policía. Ryan lo está interrogando. La cartera estaba en su sitio, pero no hemos encontrado su móvil. Trabajaba en una escuela privada de Manhattan y también residía por allí. Ya hay varios agentes en su apartamento, pero al colegio habrá que ir mañana, no conseguimos localizar a nadie debido a las horas que son. Han avisado a su familia pero viven en Chicago, tardarán un par de días en venir. La causa de la muerte son dos disparos en el pecho, pero eso ya se lo dejo a la doctora Parish.-La forense y la detective estaban comenzando a hacerse grandes amigas. Ambas adoraban su trabajo y como implicaban tener que estar disponibles las 24 horas, empezaron a pasar tiempo juntas hasta que descubrieron que realmente tenían cosas en común. A parte de que a Kate tampoco la sobraban los amigos y tenerla a ella que la invitaba a fiestas y a salidas, la reconfortaba.

-En efecto murió por estás dos cositas de aquí-dijo moviendo una bolsita con dos balas dentro-Pero lo mejor es que fue torturada. Tiene todos los dedos de la mano rotos y las uñas arrancadas. Además de otros dos tiros en ambas rodillas. Sabré más cuando la lleve a la morgue.

-Vale perfecto, gracias Lanie, mantenme informada-giró sobre sus talones y empezó a hablar con rapidez a Espo-Quiero ir yo mañana a primera hora a la escuela y para cuando llegue a la doce los informes sobe mi mesa de todas las personas que acuden allí, incluyendo profesores, padres, alumnos, el encargado de mantenimiento… Lo que sea. Todo es importante. Buscad el móvil por todas partes y…-una vibración en el bolsillo trasero la alertó y al sacar su teléfono y ver de qué se trataba, cambió la expresión de su cara-Tengo… Tengo que irme-dijo casi en un susurro-Mañana quiero veros a Ryan y a ti a primera hora en el colegio. Mándame la dirección por mensaje, no os retraséis-terminó avanzando ya hacia la salida del callejón. Tras esto contestó y después de escuchar un par de frases, concluyó la llamada con un voy para allá y se montó en el coche conduciendo escopetada a una dirección ya bastante conocida.

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Castle estaba arropando mejor a su hija, la cual se había quedado dormida mientras él la contaba su cuento preferido para intentar terminar de calmarla. Cuando Rick iba a salir ya por la puerta de la habitación, la aguda voz de la pequeña hizo que se parara en seco y apoyado en el marco de la puerta preguntó que la pasaba.

-Papi, ¿seguro que mañana estará la señorita Manry?

-Claro que sí princesita-volvió a acercase y acarició el pelo pelirrojo de la niña-¿Cuándo ha faltado Manry a clase? Anda vamos duérmete ya

-Puedes antes…

-Está bien-se agachó en el suelo y miró bajo la cama-No hay monstruos, descansa tranquila-la besó en la frente y salió por última vez de la habitación y bajó al salón dispuesto a escribir.