Te sigo amando.
Capítulo 1. ¿Y dónde está la novia?
La muchacha se miraba con orgullo frente al espejo. Dicen que uno de los mayores deseos era casarse con uno de esos vestidos de novia de ensueño, y un laaaargo velo cubriendo la cabeza de ellas...
Estaba nerviosa, había llegado "ese" gran día, de echo, faltaban muy pocas horas para que diera inicio la ceremonia que tanto deseaba...
-¿Ya estás lista?- le preguntó su padre, asomando la cabeza por la puerta. Ella lo miró con una gran sonrisa.
-Sí, papá, en un momento voy...
-Te espero...
La muchacha buscó con nerviosismo el ramo, encontrándolo sobre un mueble. Al tomarlo, suspiró hondo.
-Vamos, Hyuga- se dijo, comenzando a sonreír –muy pronto lo harás... ¡serás una Misaki!
Con ánimos renovados, salió de la habitación, caminando con algo de incomodes (debido a lo largo y ancho del vestido)
-¿Papá?- llamó al hombre, extrañada de no verlo por ninguna parte. Al no tener respuesta, comenzó a preocuparse -¿¡Papá!?
Ya estaba bastante inquieta, su padre no aparecía por ninguna parte y tampoco contestaba a sus llamados.
De pronto, al dar media vuelta, un hombre que estaba ahí la hizo saltar.
-¡Ah!- gritó ella, pero después de unos momentos lo reconoció.
El joven parecía estar ligeramente trastornado. Su cabello rubio (normalmente cuidadosamente peinado), estaba todo desordenado, e incluso, se veía sucio. Sus ojos claros parecían que se iban a salir de órbita, y tenía unas notorias ojeras...
Y en sus manos, tenía un arma.
Pietro lucía terriblemente mal. La muchacha nunca lo había visto así, ni siquiera cuando iban a la universidad y a él le iba mal en una prueba se ponía tan mal.
-... Pietro...- murmuró ella, alejándose un poco (más por el arma que por la apariencia) -¿qué... qué haces aquí?
-Noriko...- ella sintió un escalofrío cuando él dijo su nombre, y sintió temor cuando comenzó a acercarse a ella.
-... Pensé que irías a la boda- dijo la novia, muy nerviosa y preguntándose dónde estaba su padre –Pietro...
-Nunca pensé que fueras a hacerme algo así- la interrumpió él, casi gritando. La muchacha retrocedió, con miedo.
-No... no entiendo de qué... estás hablando- balbuceó ella.
-¡¿Cómo que no entiendes?!- le gritó el italiano -¡de la boda estoy hablando!, llevo años con deseos de estar contigo, pero tú sólo tenías ojos para el idiota de Misaki.
-Lo siento... no fue mi inten...
Comenzó a llorar cuando Pietro levantó el arma y la apuntó. La mano le temblaba visiblemente...
-No hagas nada, por favor...- le pidió –de verdad que yo...
-¡Cállate!- la cortó, ella dio un salto, gritando un poco debido al susto -¡no se te ocurra hablar, querida, porque me siento muy nervioso...
Tenía deseos de ponerse a gritar, llamando a su padre, su futuro esposo o cualquiera que pudiera ayudarla.
-Ahora, linda, te vienes conmigo...
-¿Qué cosa?
¿Se la iba a llevar¿la iba a secuestrar?
Ella sabía que Pietro estaba un tanto loco, pero nunca pensó que llegara al extremo de no permitirle llegar a la Iglesia.
-Ya escuchaste, vamonos ahora- la apuró él. Al notar que ella no se movía, se adelantó y la agarró del brazo, llevándosela con él -¡avanza!
Comenzó a gritar, debido al miedo producido por la reacción que él había tenido.
A pesar que luchaba en contra de él para que la soltara, no era lo suficientemente fuerte como para hacerle frente.
La arrastró hasta el auto y, amenazándola con el arma la obligó a subir. Luego lo hizo él, arrancando rápidamente.
-¿Le hiciste algo a mi papá?- le preguntó ella, nerviosa.
-Hum... dicen que el fin justifica los medios...- replicó él, conduciendo con nerviosismo –pero no te preocupes, que no es nada grave, sólo despertará con un poco de dolor de cabeza...
Ella miró con temor al muchacho. ¿Qué tenía planeado hacer Pietro?
¿Qué iba a hacer Daniel cuando no la viera llegar a la Iglesia?
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-¿Saben?, he llegado a una estúpida conclusión- dijo una de las tres mujeres que estaban reunidas en la puerta de la iglesia. Eran unas de las tantas personas que esperaban a que la novia llegara.
-¿Otra más?- dijo sonriendo la otra. Sus dos amigas se largaron a reír.
-Sí, otra más... ¿quieren conocer mi teoría?
-Dale, pues...
Alisse Misaki y Lily Wakabayashi se acercaron a la mujer con cierta curiosidad. Maki las miró unos momentos antes de decidirse hablar.
-El año- dijo, casi en un susurro. Las otras dos la miraron confundidas.
-¿El año¿cómo así?- le preguntó Alisse, sin entender.
-Sí, el año en que nos casamos- insistió Maki, logrando sacar una sonrisa de las otras dos –piensen, las tres nos casamos en el mismo año, y nos fue mal con nuestros esposos...
-No me incluyas- la interrumpió Alisse –que con Taro quizás algo queda...
-Bueno, ese es un detalle- dijo Lily –porque de que han tenido problemas, lo han tenido... me gusta tu teoría, Maki, es divertida.
Las tres volvieron a reír, divertidas.
A una distancia muy prudente de las otras tres, se veía una mujer italiana mirar de reojo a las tres mujeres, que reían mucho. Nella no quería estar en ese lugar (de echo, se sentía muy incómoda metida ahí), pero por su novio tenía que aguantar estar rodeada de tanta gente estúpida y que la odiaban.
Y lo peor, era que Kojiro Hyuga aun no llegaba con su hija, la novia. Y ya se estaba haciendo un poco tarde... o al menos así lo consideraba el novio.
-Vamos Daniel- le dijo Jazmín, que era su mejor amiga (y la madrina de la boda) –es normal que las novias lleguen tarde...
Daniel Misaki, el hijo mayor de Taro y Alisse, miró con nerviosismo a la chica. Parecía que nada de lo que dijera ella (ni los demás) lo dejarían tranquilo.
-Jaz, ya es muy tarde, no va a venir...- dijo el joven, con ojos muy tristes. Jazmín miró nerviosa a su alrededor, buscando algo para que su amigo se olvidara unos momentos de eso (y que no se fuera a morir de los nervios)
-Dan, cálmate... además, no puedes irte... quizás se quedaron sin combustible y el automóvil no anda... o...
El muchacho suspiró, desilusionado y completamente seguro de que Noriko lo había dejado plantado a las puertas de la Iglesia... y no era el único que estaba con esa sensación, viendo la hora que era, los asistentes habían comenzado a inquietarse un poco.
-¿No te parece extraño que la novia no llegue?- le preguntó la muchacha a Daisuke, pero éste no la escuchó. Estaba mucho más atento mirando lo que estaba haciendo Kaoru Misaki, con su invitado -¿Dai?
-¿Qué cosa?- preguntó distraído éste, mirándola. Ella prefirió no hacer ningún comentario sobre lo que estaba haciendo -¿qué fue lo que me dijiste?
-Nada...- murmuró molesta la otra.
A la distancia, Kaoru los miró horrible y luego desvió la vista ("un gesto muy parecido al de la tía Alisse", pensó Daisuke), continuando su conversación con ese compañero de escuela de ella.
-Reunión de brujas...- murmuró Wakabayashi, y él y Taro se largaron a reír, mirando de reojo a Alisse, Lily, Maki y a Sanae, que se les había unido hacía poquito rato. Las tres parecían muy felices conversando –hace tiempo que no veía reír a Lily de esa manera.
Misaki enarcó las cejas y miró a su amigo. Sabía que él y Lily estaban separados (y en espera que les saliera el divorcio), pero nunca pensó que fuera a decir algo como eso.
-No seas exagerado- sonrió un poco Taro –eso sonó a que la extrañas mucho...
Genzo miró a Taro, como si no hubiera entendido lo que le había dicho. Por su parte, el otro le devolvió una mirada de "¿ves?, te lo dije"
-Hum... no hables de lo que no sabes- replicó Wakabayashi, aunque aun no salía de la sorpresa.
-Como quieras, yo sólo quería que pensaras un poco en lo que estás a punto de hacer...
Sabía que su amigo tenía razón, pero ya a esas alturas, quizás era tarde. Ni siquiera estaba seguro de si seguía amando a Lily (o si ella lo seguía queriendo, al menos para volver a intentarlo)
-¿Por qué Hyuga demora tanto?- la pregunta de Taro sacó a Genzo de sus pensamientos, y lo miró extrañado.
-¿Es muy tarde?- le preguntó, también un poco preocupado.
-La verdad, sí... iré a ver a Daniel...
Taro se fue, y cuando se vio solo, Genzo volvió a mirar a Lily. ¿Acaso podrían estar nuevamente juntos si se lo proponían?
Rato después, ya todos estaban medios desesperados (y ya estaban mirando con cierta lástima al novio)
-¿Saben?, no viene- dijo Daniel, ya desesperado -¡no viene!
-Daniel...- los más cercanos (que estaban con él), intentaban calmarlo, pero ya casi todos sabían que era bastante inútil (en ese sentido era igual que la mamá)
-Me voy a casa...
El muchacho salió del lugar, siendo seguidos por unos muy preocupados Taro y Alisse. Kaoru, al verlos caminar, se acercó a ellos.
-¿Qué pasa?- les preguntó, aunque Alisse fue la que le contestó.
-Daniel se va, dice que Noriko no va a llegar...- contestó la chilena a su hija –con Taro lo vamos a acompañar, cuida a tu hermano, Kaoru...
-Sí, mamá...
Todos los invitados estaban de lo más sorprendidos cuando vieron que Daniel se fue junto con sus padres. Wakabayashi se acercó a Kaoru, que ya había tomado de la mano a su hermano chico, de unos cinco años.
-¿Qué pasó?- le preguntó.
-Daniel se fue- contestó ella -¿le puede decir a los invitados que la boda se canceló, por favor?
-Claro, descuida...
Cuando Genzo iba a comenzar a hablar, sintió que llamaban a su celular, era Hyuga. Contestó rápidamente.
-¿Está Noriko con ustedes?- escuchó la voz de Kojiro. Wakabayashi se sorprendió por la pregunta.
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Noriko no tenía idea dónde estaban, pero al menos el otro sabía muy bien hacia dónde iba. La muchacha lo miró llorando.
-Pietro... ¿qué vas a hacer?- le preguntó, entre sollozos. El otro no le contestó.
De pronto, detuvo el auto. Noriko veía sorprendida que él bajaba del auto, y que luego abría la puerta del asiento de ella, y la amenazaba con el arma.
-Baja- le ordenó. Temerosa, ella le hizo caso.
El lugar estaba completamente abandonado, no se veía un alma. Y la hija del tigre, por momentos, se temió lo peor...
Pero contrario a lo que esperaba, Pietro subió nuevamente al auto y lo encendió.
-¡Pietro!- le gritó Noriko -¡Pietro, no me puedes dejar aquí!
Como era de esperarse, él no le hizo caso. La muchacha miró temerosa a su alrededor, sin saber qué hacer, adónde ir... ni mucho menos cómo avisarle a alguien que fuera a buscarla (y que de paso, le dijeran a Daniel que no lo había dejado plantado a propósito)
Notas: Ésta es la última de las entregas que les ofrecemos Alisse y yo. Espero que disfruten leyéndolo tanto como nosotras disfrutamos escribiéndolo...
