Aclaración: Los personajes pertencen a S. Meyer...
Ésta historia la hago con Melissa, así que si la encuentran en su perfil es por ese motivo... decidimos publicarla ambas para que no hayan problemas...
.::JuegoMacabro: Introducción::.
Negué con la cabeza, todo lo malo me sucedía a mí; estar con Cullen encerrada en una habitación, sin ni siquiera saber el motivo para que al entrar "mágicamente" la puerta se cerrara y quedara trancada. Para agrandar más mi situación Alice, Emmett y Rosalie, estaban encerrados en otras diferentes… Emmett y Rosalie… Estaban en la habitación de en medio, Alice y Jazz… en la habitación de arriba, y lo peor de todo es que no nos queríamos ver ni en pintura… o al menos eso aparentábamos.
El silencio era destructor, mis mejillas estaban entre mojarse y ponerse rojas por coraje, estábamos hace alrededor de una hora encerrados, y Cullen no me dirigía la palabra.
—¿Qué no me vas hablar todo el tiempo que estemos aquí atrapados, Cullen? —pregunte a punto de explotar, la tensión en el ambiente era palpable.
—¿Qué ,Swan? ¿Acaso ya vas admitir que te gusto y que tienes fantasías conmigo? ¿Por eso quieres que te hable? —espeto entre enojado y sarcástico. Me dolió, pero lo preferiría antes que su indiferencia… no, él era igual que todos, no me tenia que preocupar si me hablaba o no, seria mejor estar con un mono antes que con él.
Pero en el fondo sabía que jamás podría olvidarlo, ni mucho menos remplazarlo con nadie.
—Púdrete—respondí e iba salir de la habitación, pero recordé que la tonta puerta estaba cerrada… ¡maldita porquería! Estaba tan enojada que si pudieran embotellar mi mala vibra, la CIA la compraría para las guerras y ganarían seguro.
Justo en medio de mi trance, en el cual pensaba maneras de torturar a alguien sin que se muriese, la televisión se prendió como por arte de magia, claro que era imposible, no tenía botones… y el control remoto lo perdimos peleando Cullen y yo… él lo quería todo como si fuera el rey del mundo, y yo no se la haría nada fácil.
Un tipo con mascara apareció… Oh por Dios… tenia una cicatriz en su cuello, pero lo demás no podía ver, solo tenia esa ridícula mascara negra de Haloween, pero el muchacho me dio una mala sensación… tenia la sospecha de que era mala persona y tramaba algo ¡Bravo Bella! Un tipo con mascara y una sonrisa cínica, quien seguramente los encerró, aparece, y tu tienes una sospecha de que algo tramaba… claro, sin contar el hecho de que la tv se prendió sola…
—Bienvenidos a mi juego— dijo con voz robótica… parecía Anonymus, o era otro juego macabro de un personaje muy conocido que se me hacia difícil identificar— La única forma que salgan es: — vacilo por unos momentos, mientras ponía su mano en su barbilla— Enamorándose o matando a la otra persona—termino con una sonrisa siniestra.
—Suena bien— murmure, de pronto esperanzada con poder estar con Edward, esperanza la cual duro unos 2 segundos antes de que mirara a Edward, quien tenia el rostro decidido y con una sonrisa que no me gusto.
—Bueno… tienen una semana para completar y enamorarse— completo con una risa maléfica— O… asesinarlo o asesinarla— en ese momento la tele se quedó sin señal, mientras ambos quedábamos en un silencio incomodo.
Edward me miro con una mirada de asesino en serie, estaba espantada… él nunca se enamoraría de mí, por lo cual había elegido matarme… ¡Me asesinaría! Trate de calmarme, no debía entrar en pánico pero es que… ¡me mataría! Yo, obviamente no podría hacerle daño, pero él lo haría y a pesar de el amor que le tengo, no me dejaría vencer hasta convencerlo de enamorarse de mi.
O hasta que terminara con un Edward triunfante, cargando mi cadáver…
¿Cuál es su opinion? ¿Les gustó? ¿No les gustó? ¿Nos dedicamos a vender nachos...? No sé cocinar... asi que no me pidan eso... ¿Que les parecio?
Att: Kamy Vulturi, loca obsesiva con Alec Vulturi... y Jacob Black.
