¡Hola!

Esta historia tiene lugar en el anime (pero hago referencias a eventos que sucedieron sólo en el manga, ¡si lo leyeron los reconocerán!, por cierto si no lo han leído, ¡háganlo!, ¡está muy padre!) después del gran campeonato de KC y antes del el viaje a Egipto. No tomé en cuenta los hechos que sucedieron en la película de la pirámide de la luz.

La idea originar era un oneshot bastante corto pero evolucionó jaja, entonces lo dividí en dos capítulos. Subiré el segundo muy pronto =)

Nota: uso la edad de Atem en el manga (3000 años). No me gusta envejecerlo tanto jaja.

No sé si mi idea es buena, es sólo algo que se me ocurrió de la nada y decidí escribirlo. Si alguien decide leer, ¡dejen sus comentarios =)! ¡Gracias!.

Yu-Gi-Oh! Y sus personajes no me pertenecen

Tampoco me pertenece "sueño de una noche de verano", (comedia romántica de Shakespeare) sólo hice la referencia porque siento que va con la historia.


Esto es lo que sucede cuando te la pasas de torneo en torneo nada convencionales de duelo de monstruos con tus amigos los campeones mundiales… O cuando ayudas a tu amigo el faraón de hace 3000 años a salvar al mundo y ese tipo de cosas- pensó Anzu sarcásticamente mientras caminaba hacia su casa después de su clase de ballet. El cielo comenzaba a oscurecerse y una cálida brisa de verano acariciaba su rostro y agitaba ligeramente el vestido negro corto que usaba sobre sus medias rosas de ballet.

-"Por supuesto que me gusta estar con mis amigos en las buenas y en las malas y no los abandonaría por nada del mundo, pero realmente estoy adolorida por la falta de práctica" - dijo para sí misma en voz alta mientras estiraba sus brazos para aliviar el dolor.

Y es que cuando te la pasabas salvando al mundo con tus amigos, no había mucho tiempo para practicar tus movimientos de ballet y luego tu maestra te mandaba hasta el fondo del salón o te obligaba a quedarte horas extras si querías estar en el recital mínimo como un hada más del cuerpo de baile ya que habías perdido cualquier oportunidad de tener un papel principal, pues aunque eras realmente buena, faltabas demasiado a los ensayos.

Ese viaje a América me dejó en total desventaja- pensó Anzu mientras cruzaba una avenida particularmente peligrosa- lo peor es que no podía decir que fue un viaje de placer… y después el Gran Campeonato de corporación Kaiba… más faltas.

Y Para rematar, dentro de dos semanas, ella y sus amigos viajarían a Egipto para ayudar al faraón a recuperar sus memorias…

-"Supongo que no estaré en 'sueño de una noche de verano' en dos meses"- dijo Anzu para sí misma- "Todo sea por ti Yami"-

No es que no tuviera ganas de conocer Egipto, seguro era un lugar fascinante, y claro que quería ayudar al faraón a recuperar sus memorias, después de todo el la había salvado incontables veces y se preocupaba mucho por su seguridad; Además, Ella sabía que él se sentía culpable por meterlos en tantos aprietos… Pero a ella y a sus amigos no les importaba con tal de poder ayudarlo… después de todo, el espíritu ancestral era tan amigo de todos como lo era Yugi…

Pero había algo que perturbaba a Anzu, y no era sólo el hecho de perder la oportunidad de estar en el recital de verano…Ella tenía el presentimiento de que el faraón no regresaría con ellos a Japón después de conocer la verdad sobre su pasado, y eso era algo que a ella le aterrorizaba.

Anzu sacudió su cabeza, como si de esa manera pudiera deshacerse de ese pensamiento, le dolía el simple hecho de pensar que el faraón tuviera que seguir su camino algún día, sin ella.

Anzu suspiró

Claro era bastante obvio que algún día tendría que irse, pues era un alma antigua sin cuerpo, perdida… pero también era su amigo, alguien a quien le había agarrado mucho cariño y quien admiraba por su valentía y su lealtad hacia ella y sus demás amigos, definitivamente el día que tuviera que separarse de ella, eso le dolería, y ella tenía el presentimiento de que ese día estaba a la vuelta de la esquina.

Anzu pensaba que el problema era que tal vez lo admiraba más de lo que era correcto.

Y luego estaban aquellas pesadillas…

-"No pienses eso"- Se dijo a sí misma mientras se detenía para abrir la reja de su casa y subía los escalones hacia el recibidor exterior que llevaba a la puerta principal. Todo estaba completamente oscuro, sus padres estaban de viaje visitando a sus tíos en Tokio, y Anzu quería aprovechar las dos semanas que tenía libres para bailar y practicar todo lo que pudiese antes de irse a Egipto con los chicos.

Debí encender la luz de afuera antes de irme, pero claro no pensé salir tan tarde de clase- pensó Anzu mientras trataba de distinguir en su llavero la llave que abría la cerradura de la puerta principal. Se había quedado toda la tarde en la academia y la noche había caído con rapidez mientras ella caminaba a casa.

De pronto escuchó un chirrido, alguien había movido la reja del patio que ella acababa de emparejar.

Anzu brincó del susto y se dio la vuelta sobresaltada, estaba a punto de gritar cuando reconoció la sombra.

-"Yugi"- dijo Anzu respirando aliviada, sin darse cuenta había tomado la llave de su casa en una posición amenazadora, como si fuese un arma.

-"¡Anzu!, ¡Vaya! Si que te asusté, ¡disculpa!"- dijo Yugi riendo nerviosamente mientras pasaba una mano por su extravagante cabello. El chico estaba vestido de manera distinta esa noche, usaba un pantalón de vestir y zapatos de vestir negros y una bonita camisa azul medianoche de manga larga; El rompecabezas del milenio colgaba de su cuello, como siempre.

-"Sí que lo hiciste"- Anzu rio nerviosa- "No te preocupes, dame un minuto por favor para que abra la casa y prenda la luz que esta oscuridad me está dejando paranoica"- dijo Anzu dándole la espalda a su amigo.

-"Oh sí, claro no te preocupes"- dijo Yugi acercándose a la puerta junto a Anzu.

Anzu abrió la puerta de su casa y entró solo para encender las luces del porche y del garaje, así como la del recibidor de la casa. Después regresó rápidamente hacia su amigo.

-"Y bien Yugi, ¿Qué te trae por aquí?" – preguntó la chica con una sonrisa, apoyándose en el marco de la puerta.

-"Bueno, en realidad, me da mucha pena molestarte… Yo se que debes estar cansada de tanto ensayar ya que ni tiempo de vernos has tenido"- dijo Yugi mirando el suelo- "pero necesito pedirte un pequeño favor".

Y es que Anzu estaba concentrada en sus ensayos de ballet que había faltado a casi todas las reuniones en casa de Yugi, visitas a los videojuegos y salidas a comer en la última semana.

De pronto Anzu sintió remordimiento por abandonar a sus amigos.

-"¡Yugi! Yo se que los he dejado mal últimamente, me han estado explotando en la academia, con eso de que estuvimos tanto tiempo en América… y luego el torneo de Kaiba… disculpa"- dijo Anzu apenada y Yugi levantó la mirada dándole una sonrisa a su amiga- "te lo repondré"- continuó Anzu- "Dime, ¿cómo puedo ayudarte?, ¿Quieres pasar?".

-"En realidad me gustaría que pudiéramos ponernos al día, pero mi abuelito y yo tenemos un evento relacionado con el antiguo Egipto en el museo; Nos encontraremos ahí con Rebecca y el profesor Hawkins". - dijo Yugi con algo de tristeza, al parecer pasar tiempo con Anzu sonaba más emocionante para él – "Y pues eso está relacionado con lo que te voy a pedir"- continuó, soltando una risa nerviosa al pronunciar la última frase.

Bueno, eso explicaba el inusual cambio de vestimenta -"Oh"- la expresión de Anzu se tornó a una expresión de molestia al saber que Yugi pasaría tiempo con Rebecca… Siempre lo está abrazando y cree que es su novio- pensó la chica- ¿Por qué me molesta eso? No es como que me gusta Yugi, ¿o sí?

Todo se volvía más complicado por el hecho de que Yugi y el faraón compartían un mismo cuerpo, Anzu sabía que se sentía más apegada a él/Ellos que a sus demás amigos, pero ni siquiera estaba segura de que le gustaba/gustaban, y si le gustaba alguno, ¿Cuál?, ¿Por qué tenían que complicarlo todo de esa manera?

-"¿Anzu?"- Yugi pronunció el nombre de la chica, sacándola de sus pensamientos.

-"Ah sí, ¿Qué me ibas a pedir Yugi?"- Anzu volvió a la realidad.

-"Bueno te decía, al ir al evento podría enterarme de cosas que nos pueden ser útiles cuando vayamos a Egipto"- dijo Yugi mientras Anzu asentía con la cabeza- "Sólo hay un pequeño problema"- agregó Yugi juntando sus dedos índices en un gesto de vergüenza.

- "¿Y cuál es?"- preguntó Anzu ladeando la cabeza, aún sin entender que era lo que Yugi quería pedirle.

- "Bueno, ahí van a haber muchas personas que se interesarán en mi rompecabezas del milenio"- dijo Yugi tomando la pirámide invertida entre sus manos y mirándola con preocupación-"Y no quiero que todos los investigadores presentes quieran echarle un vistazo y tocarlo, me pone nervioso"- dijo Yugi mirando otra vez a su amiga- "Entonces te quería preguntar si no tienes problema en cuidarlo, sólo por esta noche, el evento ya comenzó y mi abuelo me está esperando, regresaría por el mañana antes de que vayas a tu clase"- dijo Yugi rápidamente como para no ser interrumpido por Anzu. El chico la miraba con vergüenza por pedirle un favor tan grande, portar el rompecabezas del milenio era una gran responsabilidad después de todo.

-"¿Quieres que me quede el rompecabezas por la noche?"- Preguntó Anzu confundida. Yugi nunca se lo quitaba, era su posesión más preciada y su vínculo para poder hablar y cambiar de lugares con el faraón.

-"Sí por favor"- asintió Yugi mientras hablaba-"Ya se acerca la fecha de nuestro viaje a Egipto y no quiero arriesgarme a perderle, ya sabes cómo son todos los investigadores, se fascinarán al verlo en vivo y querrán tenerlo entre sus manos…no me agrada la idea"- aceptó Yugi con algo de pena.

Anzu recordó aquella vez hace mucho tiempo cuando Yugi había accedido a prestar el rompecabezas del milenio para una exposición, Yugi estuvo muy nervioso todo el tiempo… El dueño del museo quería vender el rompecabezas…

-"Bueno Yugi"- dijo Anzu con expresión pensativa mientras miraba hacia el rompecabezas- "Supongo que puedo quedármelo por hoy, no pienso salir a ningún lado después de todo"- dijo encogiéndose de hombros y sonriendo.

-"¡Genial!"- dijo Yugi dando un salto- "¡Gracias Anzu!, ¡Eres la mejor!"- Dijo Yugi mientras se quitaba del cuello el rompecabezas y se lo extendía a Anzu.

Anzu se sonrojó un poco por el comentario de Yugi mientras tomaba el rompecabezas en sus manos; de pronto un pensamiento se le vino a la mente.

-"Oye Yugi"- dijo Anzu, llamando la atención de su amigo que ya estaba por despedirse- "¿Y el faraón está de acuerdo con esto?, ¿ya sabe que me quedare con él? … ¡es decir con el rompecabezas!" – se corrigió Anzu rápidamente y sonrojándose un poco al darse cuenta de lo que había dicho.

Yugi rió nerviosamente y contestó- "¡Claro!, yo le expliqué la situación. Verás, Originalmente él iba a ir con mi abuelo y yo me quedaría en el rompecabezas…Pero como van Rebecca y el profesor Hawkins pensamos que después podríamos ir a cenar juntos o algo así y ya sabes que Rebecca aprecia al faraón pero en realidad ella es más amiga mía y nuestros abuelos son muy amigos y pues..."

-"Sí, claro"- Interrumpió Anzu poniendo los ojos en blanco- "Oye Yugi pero…"

-"¿Qué pasa Anzu?"- Preguntó Yugi alegremente.

- "¿El faraón se queda ahí dentro o cómo funciona?, ¿No puedo hablar con él, o sí?"- preguntó Anzu confundida mientras acercaba su rostro al ojo grabado en relieve en la pieza central del rompecabezas del milenio.

Yugi rió, sus amigos no entendían bien cómo funcionaba el vínculo entre Yami y el.

-"No te preocupes, él sabe que hoy el rompecabezas no está en mi poder…No saldrá del cuarto de su alma, a menos que lo llames, pero aún así no podrías verlo, sólo yo puedo, así que no creo que pueda contestarte"- Yugi se econgió de hombros- "No te preocupes, el no es entrometido, es muy respetuoso y no te molestará"- Agregó Yugi rápidamente.

Anzu se sonrojó, definitivamente aunque el faraón no saliera del rompecabezas no se le ocurriría cambiarse de ropa o hacer algo vergonzoso en frente del rompecabezas, Sólo por si acaso, aunque el faraón no parecía del tipo pervertido estilo Jonouchi y Honda- Esos dos sí que son extraños- pensó Anzu.

-"Bueno Anzu, ¡muchas gracias!, te debo una enorme"- dijo Yugi alegremente mientras se alejaba a trotes de la puerta de Anzu- "¡ya voy tarde!"- gritó a su amiga- Corrió unos metros más hacia la acera y gritó- "¡cuídalo bien por favor, confío en tí!"

- "¡Claro que sí Yugi, suerte!" – gritó Anzu sonriente mientras le hacía una señal de despedida a Yugi que se alejaba a toda la velocidad que sus piernas le permitían.

Anzu Soltó un suspiro y miró el rompecabezas del milenio que sostenía entre sus manos. Aunque no pudiera verlo ni hablar con él, el hecho de saber que el faraón estaba dentro del rompecabezas, ahí en su casa, solo con ella y ni un alma más alrededor, hacía que la chica sintiese una oleada de calor recorrer su cuerpo. Anzu cerró los ojos y sacudió la cabeza- que cosas estoy pensando, no es como que me gusta el faraón, ¿o sí?- pensó mientras se sonrojaba más.

Anzu abrió los ojos de golpe y sin soltar el rompecabezas se encaminó a cerrar la reja que Yugi había dejado abierta, después cerró la puerta de su casa con llave y subió las escaleras camino a su cuarto. Al llegar abrió la puerta y encendió la luz.

-"Que desastre hice aquí durante la mañana"- dijo para sí misma mientras dejaba caer la pequeña mochila rosa que llevaba a ballet y se dirigía hacia su escritorio, el cual estaba repleto de cosas de la escuela; las vacaciones de verano acababan de comenzar y no había arreglado el desastre que había dejado en el escritorio con el trabajo de los exámenes finales y tener ponerse al día por haber faltado varias veces.

Anzu se sentó en la silla y colocó el rompecabezas encima de unos libros, apoyó sus codos en la mesa y descansó su cara sobre las palmas de sus manos, dejando salir un suspiro de cansancio.

"Supongo que tengo que limpiar este desastre y después darme un baño, cenar…" – dijo en voz alta- "Disculpa el desorden, ¡Qué pena!" - dijo sonrojándose y mirando a su alrededor para asegurarse de que no hubiese algo de ropa interior a la vista… No, gracias al cielo no- volvió a mirar al rompecabezas-"seguramente ni siquiera puedes oírme ¿eh faraón?"- dijo con un poco más de seguridad mientras se ponía de pie y se alejaba del escritorio. Anzu decidió ordenar un poco su habitación; la chica levantó unas zapatillas del camino y las colocó en la parte de abajo de su closet, donde debían de ir…

Después de unos quince minutos, su cuarto ya estaba casi completamente en orden, a excepción del escritorio…De eso se encargaría otro día.

-"Bueno faraón… Ahora espera aquí, no tardaré"- dijo la chica mientras sacaba una toalla limpia del closet y caminaba hacia la puerta del baño que tenía dentro de su habitación.

Entro al baño y se miró en el espejo, se veía cansada, su cabello estaba recogido en un chongo repleto de pasadores para sostener su flequillo y lleno de fijador porque su cabello aún no era lo suficientemente largo para peinarlo en un chongo tan alto- me veo terrible- pensó la chica.

Entonces se le ocurrió que mejor metía su ropa al baño de una vez en vez de salir en toalla y vestirse en su cuarto como siempre, ¡qué vergüenza!- pensó sonrojándose- aunque el faraón no era del tipo pervertido y Yugi dijo que no se entrometería, sería extraño e incómodo- pensó sacudiendo la cabeza-.

Salió rápidamente del baño al cuarto y se encaminó al closet, no sin antes lanzarle una mirada rápida al rompecabezas. Agarró la pijama más seria y decente que pudo encontrar- unos pants color azul marino y una blusa negra ligeramente holgada y larga, que tenía en el centro una imagen de la maga oscura versión caricatura guiñando un ojo.

-"Esto está decente"- dijo Anzu para sí misma mientras cambiaba de ángulo para quedar fuera del campo de visión del rompecabezas y tomar su ropa interior, escondiéndola entre los pants y sonrojándose al hacerlo.

-"Bueno ahora sí, voy a darme un baño, no tardo"- dijo alegremente hacia el rompecabezas y caminó rápidamente al baño.

Una vez que cerró la puerta soltó un suspiro- vaya, que pena- pensó- que no pueda verme ni oírme no significa que no está ahí, sobre mi escritorio, ¿Por qué estoy tan nerviosa?, seguro ni tiene idea que le he estado hablando, debe estar en sus cosas… ¿por qué sigo hablándole si no puede escucharme?- Pensaba anzu mientras se soltaba el cabello- tal vez es porque desearías que te respondiera- se contestó ella misma, sintiendo un poco de vergüenza en aceptarlo.

Anzu se bañó rápidamente y se colocó la ropa, desenredó su cabello y miró su imagen en el espejo- "bien"- dijo para sí misma.

Salió del baño y caminó hacia su escritorio, donde había dejado el rompecabezas y después miró hacia la mesita de noche donde el reloj despertador en forma de kuriboh que Yugi le había regalado hace un año señalaba que eran casi las nueve y media, hora de cenar.

-"Bueno faraón, ahora me acompañarás a que me haga algo de cenar"- dijo Anzu mientras se colgaba el rompecabezas alrededor del cuello –"Me siento Yugi en estos momentos"- Dijo divertida mirando de reojo su reflejo en el espejo de cuerpo completo que se encontraba adherido a la pared junto al closet.

La chica salió del cuarto y bajó las escaleras, encendió la televisión de la sala y se encaminó a la cocina, donde se preparó rápidamente un sándwich, no tenía mucha hambre y tampoco muchas ganas de cocinar algo más sofisticado; Se sirvió un vaso de jugo de uva y se dirigió a la sala donde tomó asiento en el sofá más amplio y dejó su vaso y plato sobre la mesa para empezar a cambiar los canales.

-"Típico, los viernes en la noche nunca hay nada en la televisión"- dijo Anzu en voz alta mientras tomaba su sándwich y le daba un mordisco, después tomó un trago de jugo- "Necesito hacer amigas… no lo tomes a mal faraón, ustedes son los mejores amigos del mundo pero a veces simplemente no encajo en sus planes"- dijo sonriendo mientras volvía a tomar el control del televisor.

Anzu se dio cuenta de que seguía hablando sola – "Sigo hablando con el aire, supongo que realmente me siento sola hoy"- dijo en voz baja.

La chica terminó su cena en silencio mirando las noticias de la noche, lavó los platos y subió a su cuarto después de asegurarse de que su casa estaba bien cerrada y apagar las luces.

Al llegar a su cuarto se lavó los dientes, apagó la luz del baño y del cuarto, pero dejó encendida la lámpara de la mesita de noche, algo que hacía desde pequeña, no le gustaba la oscuridad.

Después encendió el aire acondicionado, caminó a su cama y se deslizó entre el edredón y las suaves sábanas de algodón; En ese momento se dio cuenta de que seguía usando el rompecabezas del milenio.

- ¿Yugi duerme con esto puesto?- pensó- No, no creo, eso debe ser algo incómodo… Pero por alguna razón no me siento segura dejándolo en el escritorio.

-"Te dejaré aquí a un lado"- dijo en voz alta mientras colocaba el rompecabezas en la almohada de en medio de la cama, era una cama queen size, pero ella siempre dormía pegada a la orilla derecha y no era muy común que cambiara de posición… aunque recientemente con esas pesadillas casi se había caído de la cama un par de veces.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Anzu sólo de recordar aquella pesadilla que había tenido periódicamente desde que ella y sus amigos se dieron cuenta de que el faraón no era para nada la misma persona que Yugi, hace ya varios años atrás… Aquel día que Yugi fue hospitalizado por quedar atrapado en aquella bodega en llamas al no querer soltar el rompecabezas del milenio que Keith, controlado mentalmente por Marik, había clavado en la plataforma de duelos.

Anzu suspiró con tristeza- "Espero dormir bien hoy, debo levantarme mañana temprano"- dijo en voz alta- "Buenas noches"- dijo en dirección al rompecabezas.

Anzu se recostó sobre su costado derecho con la vista fija en el rompecabezas y extendió una mano para descansarla encima de este.

Poco a poco se fue quedando dormida.

X

Estaba pasando de nuevo

Anzu, aunque dormida, de alguna manera sabía que estaba soñando, pero no tenía las fuerzas para obligarse a despertar. Estaba consciente de que era el mismo sueño de siempre y sabía cómo terminaría.

Ella se encuentra corriendo por un camino arenoso, largo y estrecho donde se alzan dos altas paredes de piedra a cada lado, erosionadas por la arena. Apoyadas en las paredes descansaban figuras esculpidas en piedra de quien parecía el dios egipcio Anubis. Al parecer su sueño tenía lugar en algo parecido al valle de los reyes del antiguo Egipto, según había visto en fotografías.

Y de pronto a lo lejos reconoció la figura del faraón, vestido con el uniforme azul de la preparatoria, deteniéndose frente a lo que parecía la entrada de un templo. El tenía la cabeza en alto y miraba una gran puerta en la cima de todos aquellos escalones de piedra.

-"¡Faraón!"- Gritó Anzu mientras corría hacia a él, levantando arena en el acto. Pero el faraón subía los escalones con seguridad y no la volteó a ver. Anzu corrió con desesperación hasta llegar al pie de los escalones- "¡Faraón!, ¿A dónde vas faraón?"

Yami le lanzó una mirada fría por encima de su hombro y emitió un sonido de fastidio antes de seguir su camino hacia la gran puerta de piedra

-"¡Faraón!, ¡No te vayas Yami!, ¡Faraón!"- gritó Anzu. Sus ojos se llenaron de lágrimas debido al rechazo por parte de su amigo. El faraón cruzó la gran puerta se perdió en la oscuridad del templo egipcio, las puertas de la entrada se cerraron con un estruendoso sonido.

Pero esta vez el sueño no terminó ahí. Anzu decidió que no lo dejaría ir tan fácilmente, Subió corriendo los inclinados escalones del templo y al llegar a la cima puso sus manos sobre la gran puerta cerrada, Anzu sintió movimiento en las puertas y se dio cuenta de que estas se estaban abriendo lentamente, dejando ver lo que parecía un pasillo oscuro y frío de piedra, y justo al centro de este estaba lo que parecía una puerta de oro y otras aleaciones de metal, con el ojo del milenio esculpido en relieve en el centro de esta.

Un escalofrío recorrió a Anzu de pies a cabeza. La oscuridad del pasillo emanaba frialdad, era como si alguien no quisiera que nadie cruzara por esa puerta… Pero Anzu tenía que seguir al faraón a donde quiera que se hubiese ido, así que se adentró en la oscuridad del pasillo sigilosamente y miró hacia los lados, donde la luz del exterior no se reflejaba, no parecía haber nada ahí, así que se detuvo frente a la puerta, la cual no tenía perilla, así que solo empujó levemente con su mano.

La puerta emitió un chirrido y comenzó a moverse.

-Está abierta, pero sí que pesa bastante- pensó Anzu- mientras empujaba la puerta dorada, la gran puerta de piedra a la cual le daba la espalda se cerró de un estruendo, lo cual causó que Anzu se volteara del susto y perdiera el equilibrio.

"¡Anzu!"- Dijo una voz profunda detrás de ella, mientras que unos fuertes brazos le envolvían la cintura para evitar que la chica se estrellara con el piso de piedra.

Anzu ladeó la cabeza rápidamente aún con cara de susto para ver que la puerta dorada estaba completamente abierta y el faraón estaba parado justo debajo del marco de esta, sosteniéndola a ella entre sus brazos.

-"Faraón…"- dijo Anzu en voz baja

-"¿Estás bien?"- dijo él ayudándola a ponerse en pie y soltándola lentamente. Una vez de pie la chica se giró para quedar de frente a él.

-"Sí, gracias"- contestó confundida, esto era nuevo, ¿era aun parte del sueño? Normalmente ella despertaba cuando el chico cruzaba la gran puerta de piedra- "Vaya, esta parte de mi sueño es nueva"- dijo más para ella misma que para él.

Anzu notó que el faraón ya no vestía el uniforme azul de la preparatoria, si no que estaba vestido exactamente igual que Yugi cuando estuvo en su casa hace algunas horas, a diferencia de que él había arremangado la camisa a la altura de los codos.

Al sentirse observado por la chica, el faraón le dio a Anzu su famosa sonrisa torcida y se recargó contra el marco de la puerta, lo cual hizo que esta se sonrojara; Su lenguaje corporal sólo lo hacía más atractivo de lo que ya era, ¿lo hacía a propósito?- Ay qué cosas estoy pensando- Se regañó mentalmente Anzu.

-"Esto no es parte de tu sueño"-Explicó el Faraón.

Anzu lo miró confundida, ¿Qué no estaba dormida?, ¡tenía que ser un sueño!

-"Me di cuenta de que estabas teniendo una pesadilla"- continuó el faraón al ver la cara de confusión de Anzu-"Te quedaste dormida tocando el rompecabezas, lo cual me dio la oportunidad de sentir algunas de las emociones que experimentabas durante tu sueño"-

Anzu se sobresaltó, ¿Qué tanto había escuchado?, Ella no sabía que tantas cosas sobre el podían estar pasando por su subconsciente… y ¿Cómo sabía que ella se había dormido tocando el rompecabezas?

-"Tu voz resonó en mi mente y te escuchabas muy alterada, estabas llamándome…"- el Faraón se puso serio- "Así que decidí traerte aquí por medio de la conexión que creaste al momento de dormirte tocando el rompecabezas"- terminó.

Así que… ¿Podrá escuchar todo lo que pienso?- se preguntó Anzu muy nerviosa.

Eso no era bueno, ahora el sabría de sus constantes pesadillas de él marchándose sin mirar atrás, o de los confusos sentimientos que tenía sobre él y sobre Yugi, que la estaban volviendo loca y los cuales decidía ignorar por el bien de su salud mental- "¿Cómo sabes que me dormí tocando el rompecabezas?, Yugi dijo que no saldrías del cuarto de tu alma…"

Por un segundo a Anzu le pareció ver un momento de debilidad en el faraón, como si su fachada de seguridad se derrumbara un instante para adoptar una expresión… ¿Apenada?, Al instante volvió a sonreír seductoramente…Tal vez Anzu imaginó todo el cambio de expresión.

-"Bueno, Yugi te dijo que yo no saldría del rompecabezas, a menos que tú me llamaras, y tú estabas hablando conmigo, ¿No es verdad?"- el faraón miró a Anzu divertido.

-"Bueno, sí, pero no pensé que pudieras escucharme"- respondió Anzu, en un tono de voz muy bajo, mientras miraba sus manos nerviosa- Yami estuvo fuera del rompecabezas, en mi habitación- pensó sonrojándose.

-"Hubiese sido grosero al no escucharte Anzu-chan, incluso te contestaba, aunque tú no pudieses escucharlo"- contestó el faraón sonriendo- "no te preocupes, me quedé en el escritorio todo el tiempo que estuvimos en tu habitación, tal como me lo pediste, como Yugi te dijo, no soy entrometido"- agregó, al ver el rostro avergonzado de su amiga.

Anzu levantó su apenado rostro- "No pensé mal de ti, ¡No te preocupes!"- dijo la chica agitando sus manos nerviosamente-

-"Por cierto, tu pijama es linda"- comentó casualmente el faraón señalando la camiseta de Anzu y sonriéndole de manera coqueta.

Anzu se sonrojó y articuló un – "gracias"- en voz baja, no se había dado cuenta de que estaba así vestida y estaba casi segura que en el sueño original estaba usando otra ropa.

Anzu trató de superar su vergüenza para aclarar una última duda con el faraón.

-"Oye Yami, y al estar tocando el rompecabezas, ¿podemos compartir… pensamientos como lo haces con Yugi?"- agregó Anzu apenada.

-"No, no en realidad. Al menos no cuando estas despierta"- contestó el faraón, aun mirándola fijamente con sus penetrantes ojos violetas- "pero al dormirte, tu subconsciente de alguna manera logró vincularse con mi mente y pude sentir tu angustia, no en sí leer tus pensamientos"- agregó mientras se enderezaba y lanzaba una mirada hacia el oscuro interior de la habitación que estaba detrás de el- "Es por eso que te traje aquí"- terminó.

-"Entonces… Esto no es un sueño, ¿es real?, ¿dónde estamos exactamente?"- preguntó Anzu, relajándose al saber que sus pensamientos estaban a salvo

El faraón se tornó pensativo, haciendo una mueca de concentración- se ve tan lindo- pensó Anzu moviendo nerviosamente sus pies descalzos y arrepintiéndose de estar pensando esas cosas en un momento así. ¿Qué tal si él podía sentirlo de alguna manera?, después de todo nadie sabía cómo funcionaba realmente el rompecabezas sólo Yugi y el faraón

-"Bueno, estás dormida, así que técnicamente si es un sueño"- explicó el faraón, sacando a Anzu de sus pensamientos- "Pero en este momento tu subconsciente se encuentra hablando conmigo, en mi mente…Entonces esto es un sueño, y es real, Anzu-chan".

-"Oh"- Eso era bastante confuso- "¿Así que esta es tu mente?"- preguntó Anzu, ladeando la cabeza para echar un vistazo al interior del cuarto de donde había salido el faraón.

-"Así es"- el faraón tomó a Anzu de la mano y la guío hacia adentro del cuarto- "observa"- continuó.

Anzu miró a su alrededor sin soltar la mano del faraón, de pronto se sintió mareada y agradeció que su amigo la estuviese sosteniendo. ¡Aquel lugar era enorme!, y además parecía un laberinto sin salida; Escaleras que llevaban a puertas, miles de puertas, corredores que terminaban en precipicios…Parecía una de esas tumbas egipcias que sacaban en las fotos de aquellos libros sobre arqueología, las que traían supuestas maldiciones a quienes usurpaban el lugar, o aquellos templos de los que pocos salían una vez que entraban.

Anzu soltó una expresión de asombro mientras miraba boquiabierta la extensión de la mente del faraón, quien soltó una leve risa al ver la cara que ponía su amiga y dejó ir su mano.

La chica lo volteó a ver al sentir la ausencia del contacto y el faraón siguió hablando- "este montón de laberintos representan mi eterna búsqueda de los misterios de mi pasado"- dijo con un tono de voz serio y distante- "detrás de muchas de esas puertas hay trampas que sólo me llevan a más laberintos sin salida, o empiezo a dar vueltas en círculos…"- El faraón de pronto se quedó en silencio, con una expresión pensativa en su rostro.

-"Tus memorias perdidas"- dijo Anzu más para sí misma que para él- La chica lo tomó del brazo y el faraón volteó a verla- "No te preocupes, ya que tienes las tres cartas de los dioses y los artículos del milenio están a salvo, por fin podrás recuperar tus memorias"- soltó Anzu animadamente, o al menos intentando sonar animada, ella tenía un mal presentimiento sobre ese viaje, ese era el porqué de aquellas pesadillas que sólo aumentaban en frecuencia mientras más se acercaba la fecha de partir a Egipto.

"Sí"- contestó el faraón dedicándole a Anzu una gran sonrisa.

Era raro verlo sonreír de esa manera- pensó Anzu-

-"No puedo evitar sentirme un poco nervioso… hablando de nervios"- La expresión del faraón se tornó preocupada- "¿Qué estabas soñando Anzu?"

Anzu de pronto sintió un golpe de calor- "bueno…yo, en realidad, no recuerdo"- dijo no muy convincentemente soltando al faraón y encogiéndose de hombros.

El faraón la miró de manera inquisitiva, algo que puso muy nerviosa a la chica.

-"Pero muchas gracias por sacarme de la pesadilla, sea lo que haya sido"- Agregó rápidamente la chica con una risa nerviosa.

Pero el faraón no parecía querer darse por vencido aún- es tan terco- pensó Anzu.

-"Mejor dime, ¿has logrado encontrar algo en este laberinto?"- Anzu cambió de tema antes de que el chico pudiese lanzarle más preguntas.

El faraón se dio cuenta de que Anzu quería evadir sus preguntas; Decidió seguirle la corriente por un tiempo, pero no se rendiría hasta que supiese de qué trataba aquella pesadilla.

-"No en realidad"- Contestó mirando a su alrededor- "Pero"- Agregó fijando su vista en la chica- "Supongo que podría enseñarte… El lugar en donde suelo pasar el tiempo cuando estoy aquí dentro…A menos que quieras que te deje seguir soñando"- Agregó el faraón, intentando medir la reacción de Anzu al hacer mención de los sueños.

-Anzu negó rápidamente con la cabeza- "Acepto el recorrido" -Dijo animadamente. No quería que el faraón se diera cuenta de que no quería volver a sus propios pensamientos; Además, estaba disfrutando bastante estar en compañía de Yami, no es como que pudiese hablar muy seguido con el sin que también estuviese Yugi presente… No es que no le gustara pasar tiempo con Yugi también pero… - ¡Ay! ¡Qué confuso!, ni yo me entiendo a mí misma.- pensó Anzu.

-"Bien"- dijo el faraón, dándole una sonrisa rápida a Anzu antes de comenzar a caminar hacia el frente- "Sígueme, camina exactamente por donde yo lo hago, hay muchos trucos por aquí, hasta yo mismo me he quedado atrapado por largos momentos".

-Suena peligroso- pensó Anzu mientras caminaba de cerca detrás de Yami. No expresaría su preocupación en voz alta, no quería sonar como una chica miedosa frente a él. Además estaba realmente emocionada por conocer más sobre Yami, aunque fuesen pocas cosas.

El faraón caminaba en silencio delante de ella, ocasionalmente ofreciéndole su mano para atravesar caminos peligrosos. -Es tan caballeroso y formal-pensaba Anzu- Realmente él y Yugi son tan diferentes-. Claro que Yugi era muy educado y noble… un niño muy lindo…Pero el faraón…con esa voz tan imponente y profunda, su lenguaje corporal… además de su constante preocupación por el bienestar de sus amigos…Se comportaba como un verdadero Rey. -Tal vez aunque él no esté consciente, esas actitudes son unas de las pocas cosas que conserva de su pasado-pensó Anzu.

-"Llegamos"- anunció Yami, abriendo una puerta exactamente igual a las demás y haciéndole una señal a Anzu para que pasara primero.

Anzu entro a la habitación. Era muy extensa, las paredes repletas de jeroglíficos y demás arte egipcio, varias hileras de columnas sostenían el techo, que era lo suficientemente bajo para que alguien de la estatura de Kaiba tuviera que tener la cabeza inclinada en ese lugar.

Al fondo de la habitación, justamente en el centro, había una gran silla de piedra, el único objeto en todo el cuarto.

A Anzu se le ocurrió que asemejaba lo que sería "la sala del trono" en un palacio del antiguo Egipto

La chica volteó hacia donde ella creía que estaba en faraón, y al no verlo detrás de ella regresó su vista al trono de piedra.

El faraón se encontraba ahí sentado, con la espalda completamente erguida, los brazos cruzados sobre su pecho y las piernas ligeramente cruzadas de manera que su pie derecho descansaba sobre su rodilla izquierda. Yami miraba a Anzu fijamente y sonría con esa típica sonrisa sexy y misteriosa que ponía a Anzu tan nerviosa.

Definitivamente lo hace a propósito, él tiene que estar consciente de que es atractivo-Pensó Anzu irritada-

-"Vaya, eres rápido"- Dijo la chica mientras se acercaba a Yami- "¿Este es su trono, su majestad?"- continuó, sonriendo ampliamente y haciendo una reverencia en tono de broma.

Yami entrecerró los ojos divertido – "JA, muy graciosa"- después soltó una leve risa- "Es aquí donde paso casi todo el tiempo que estoy dentro del rompecabezas, tratando de encontrar respuestas a mis preguntas, aunque cada vez que pienso tener una respuesta sólo surgen más preguntas"- El chico se puso de pie- "y el laberinto de ahí afuera cada vez se vuelve más complicado, así como el camino para llegar a este simple cuarto"- Terminó el faraón, con la mirada perdida y una expresión melancólica.

Anzu lo miró con preocupación, eso debía de ser frustrante, ni siquiera sabía que decirle.

Y de pronto su expresión se iluminó.

-"Sabes Yami"- dijo la chica poniendo una mano en el hombro de su amigo- "Tal vez estés muy confundido respecto a tu pasado… ¡Pero ahora tienes nuevos recuerdos!, ¿Qué hay de lo que has vivido con nosotros?".

La expresión del Faraón se llenó de tristeza, el chico fijó su vista en el suelo de piedra. Para él no era muy común demostrar sus emociones, pero la persona que estaba con él en ese momento era Anzu… a ella le tenía la misma confianza que a Yugi.

-"Anzu-chan… esta no es mi vida, es la de Yugi. Mi papel aquí no es disfrutar de una vida que no es mía"- dijo el faraón con expresión sombría.

Ahora Anzu estaba enojada y lo soltó bruscamente.

- "¿Estás hablando enserio?, ¡tú también eres nuestro amigo!, ¡y lo que has vivido con nosotros también forma parte de tus memorias!"- Yami alzó la vista para ver la expresión de su amiga, ella no solía reaccionar así, realmente se había enojado.

-"¿Eso significa que una vez que recuperes las memorias de tu antigua vida te olvidarás de mí, quiero decir, de nosotros?"- soltó Anzu rápidamente ignorando el pequeño error que cometió en su frase.

Yami acortó la distancia entre los dos, y la tomó de la mano.

Anzu ignoró las cosquillas en su interior y mantuvo su mirada determinada y fija en los ojos del faraón. No demostraría debilidad a causa del gesto, realmente estaba ofendida, ¿Qué acaso no era ella importante para él?, ¿no lo eran sus demás amigos?, una vez que el recuperara sus memorias… ¿se marcharía sin mirar atrás, tal como en su pesadilla?

-"Anzu-chan, te ofrezco una disculpa por haberte ofendido, jamás olvidaré el tiempo que he pasado con ustedes; Ustedes son muy importantes para mí…No pienses de otra manera"- dijo con un tono de voz un poco más grave que de costumbre y apretando la mano de la chica- "Es que los he metido en tantos problemas que muchas veces no me siento digo de ser su amigo… Siento que sólo altero el curso natural de sus vidas"- continuó con una sonrisa triste.

La expresión de Anzu se ablandó al escuchar las palabras de Yami- Es tan noble- pensó.

-"¡No pienses de esa manera!, nosotros ya sabemos los riesgos que corremos, pero no te dejaremos sólo…Nunca estarás solo Yami, me tienes a mí"- dijo regresando el apretón de mano- "A todos nosotros, tus amigos"- agregó rápidamente sonrojándose.

El faraón le ofreció una amplia sonrisa, se sentía aliviado de que su amiga lo comprendiera.

-"Te enseñaré algo más, para que no dudes que mis palabras son enserio Anzu"- Dijo el chico- "Es algo que he ido construyendo poco a poco en mi mente durante el tiempo que he pasado con ustedes".

El faraón soltó la mano de Anzu y se dirigió hacia el trono, extendió un pie y con este dio un ligero empujón al trono en la parte del respaldo.

Anzu observó con asombro como la gran silla se hundía en el piso de piedra y la pared del fondo se dividía lentamente por el centro, como una puerta corrediza, dejando a la vista otro salón.

El faraón le extendió una mano a Anzu, una sonrisa coqueta se formó en los labios del chico.

Anzu tomó la mano del faraón, sonrojándose un poco, y juntos entraron al salón que acababa de aparecer ante ellos.


continuará...

Nota: la pesadilla de Anzu es real hasta la parte donde el faraón cruza la puerta de piedra.

episodio 52 de la versión en japonés subtitulada.