La aristocracia de Demacia
Capítulo 1:
En el reluciente reino de Demacia, el sol salía brillante, bañando en su luz a toda la ciudad capital y despertando a todos los habitantes poco a poco. En palacio, Jarvan IV observaba por la ventana la salida del astro. Aquella noche apenas durmió, algo estaba en su mente, golpeándole una y otra vez, como un martillo con un clavo, pero no tan fuerte. "¿Qué tengo que hacer? ¿Se supone que tenga que hacer algo? ¿Podré?" pensó a la vez que soltaba un suspiro. Lo único que pudo hacer fue ponerse la armadura y prepararse para atender a sus deberes habituales.
De mientras en la casa Crownguard, el primogénito se acercaba con paso firme a la habitación de su hermana. La mañana había llegado a la casa y todos debían levantarse por disciplina. Como una casa militar y una de las más respetadas de Demacia, debían mantener una rutina de soldados. Garen llegó a la puerta y empezó a picar para que se levantara. Sin embargo, Lux se encontraba en el interior con Ezreal. Justo después de picar, el guerrero se puso a llamar a su hermana.
-Lux ¿Estás ahí?-empezó a escuchar algunos susurros al otro lado de la puerta.
-¡Ahora salgo hermanito!-y entonces los susurros continuaron.
-¿Estás bien? Me ha parecido oír que hay alguien más dentro.
-¡No lo hay, no te preocupes!
-Ya, claro…-se dijo a si mismo. Lo meditó un par de segundos y entonces empezó a abrir la puerta. Una vez abierta, se encontró a su hermana tapándose con unas sábanas.
-¡¿Qué haces?! ¡Fuera de aquí!-le gritó Lux mientras recogía más la sábana a su alrededor y le tiraba algún que otro peluche.
-¡Perdón! ¡Lo siento!-cerró la puerta con una mano tapándose los ojos-Pensé que había alguien y me preocupé.
-¡No hay nadie más aquí dentro! ¿Cuándo aprenderás a confiar en mí?
-Confío en ti, Lux, pero los cuchicheos…
-Los cuchicheos era yo repasando las cosas que tenía que hacer hoy.
-Vale, ahora vente a desayunar-su hermana salió llevando el traje azul que suele llevar bajo la armadura.
-Está bien, además, tenemos que estar presentes para nuestro invitado-dijo con una amplia sonrisa.
-Oh, es verdad, Ezreal está aquí.
Desde ningún otro lugar se podía admirar mejor el amanecer en Demacia que los tejados del castillo. Allí Shyvana, sentada al borde de la torre más alta de todo el palacio, observaba con ojos cándidos el momento más bonito del día. Junto a ella, Galio se quedaba tan quieto como se suponía que debía estar, igual que una gárgola. Una vez que el amanecer había acabado Shyvana se levantó y empezó a estirarse.
-Es precioso, ¿verdad?-dijo la dragona.
-Sí que lo es-respondió la gárgola.
-Este es mi momento preferido del día. Sobre todo aquí. Una ligera brisa, Demacia despertando con el amanecer… esto no lo veías en tierras de dragones.
-¿No crees que duermes muy poco con tal de ver esto?
-Tú no duermes.
-Soy una gárgola mágica, no necesito dormir.
-Buen argumento. Me toca empezar con mis tareas, ya nos veremos luego.
-Adiós Shyvana-y entonces la medio dragón saltó de la torre para acabar colgándose de una de las muchas y variadas ornamentaciones, dejándose caer de una a otra y acabar colgándose de la ventana de Jarvan VI.
-Buenos días alteza-dijo mientras se metía por la ventana.
-Shyvana, ¿cuántas veces te he dicho que no hagas esto?
-Utilizar escaleras es aburrido. Volar es mejor.
-Da igual, vámonos-Jarvan empezó a pestañear bastante seguido.
-Su alteza, ¿se encuentra bien? Parece cansado.
-Una mala noche, eso es todo. Tenemos cosas de las que ocuparnos.
-Entendido-y ambos salieron del cuarto del príncipe para llegar a la sala del trono.
Perdidos por los bosques de la cercanía, Valor cazaba su propio alimento, era bueno dejarle hacer eso todas las mañanas para que se mantuviera en forma, mientras Quinn se dedicaba a hacer dibujos de las cosas más curiosas que encontrara. Una vez que el ave había acabado de cazar, se posaba sobre la cabeza de la joven esperando a que emprendiera el camino de vuelta. Mientras volvían a la ciudad, pudieron ver a Shauna, cargada con su gran ballesta en la espalda, volver a Demacia. Vayne llevaba varios días fuera de la capital y no era la primera vez que hacía algo así. Cada tanto en tanto salía para asegurarse de que no habían amenazas de magia negra ni brujería en el reino. Ambas entraron a la capital al mismo tiempo. Vayne se quitó las gafas de sol tan pronto como puso un pie en la ciudad, revelando unas muy notables ojeras. Quinn siempre se había sentido un poco intimidada por el aspecto de la cazadora noctívaga. Aun así tan pronto como se cruzaron se dieron ambas un cordial saludo y continuaron con sus respectivos caminos.
La última duelista de la casa Laurent se encontraba totalmente sola en una casa demasiado grande para ella y sus hermanos. Después de la caída de su padre como un duelista y el descubrimiento de su farsa, Fiora se deshizo de su padre y tomó el mando de la familia, convirtiéndolos en la primera casa matriarcal de Demacia. La duelista se tomaba un té en el salón principal mientras disfrutaba de una fría brisa que entraba por una de las ventanas. Ninguno de sus dos hermanos ni su hermana se habían levantado aún y la casa estaba muy tranquila. Entonces alguien empezó a picar en la puerta de aquella gran casa. Uno de los sirvientes dejó pasar al salón donde Fiora se relajaba a un mensajero de la liga. Se quedó mirando por la ventana sin dirigir la mirada al hombre.
-¿Qué es lo que queguéis?
-Soy un mensajero de la academia, tengo un mensaje para usted, señorita Laurent.
-Dejadme veg-estira la mano para que le dé la carta y tan rápido como la recibe, coge un abre cartas y con la precisión propia con la que ganaba todos sus duelos, no solamente abrió el sobre, sino que sacó su contenido clavando el pequeño puñal en la esquina de la carta. Empezó a leer el mensaje de los invocadores y se quedó mirando al mensajero algo perpleja-¿Esto es en seguio?
-Sí señorita, si no le importa, debo hacer más entregas.
-Clago, continuad con vuestga taguea.
Xin Zhao estaba esperando al final de unas escaleras a que Jarvan IV bajara de su cuarto. Empezó a escuchar pasos, los de su amigo, que finalmente estaba haciendo acto de presencia. El guerrero se giró para hablar cara a cara.
-Buenos días, alteza, me temo que Shyvana aún no ha…-entonces vio a la medio dragón bajando detrás de él-llegado… ¿En serio?
-Estaba en el tejado y me pareció más eficiente meterme en su cuarto.
-Por el amor de dios…
-¿Estabas en el tejado? ¿Cada vez que entras por la ventana vienes del tejado?-preguntó el príncipe, a lo que Shyvana hizo que sí con la cabeza-¿Cómo está Galio? Lleva días sin bajar.
-Está bien, sigue vigilando. No necesita descansar así que no le pasa nada.
-Bien.
-Jarvan, con todo el respeto, deberíais dejar de aparecer bajando junto con ella de la habitación, la gente podría empezar a hablar cosas.
-Pues que hablen lo que quieran. Este castillo es totalmente transparente para sus ciudadanos… aunque es posible que debamos hablar tú y yo de algunos asuntos.
-Ahora podríais empezar-dijo Shyvana.
-Lo siento, esto es un asunto de hombres-la dragona se quedó meditando ligeramente sobre qué se podría referir.
-Creo que entiendo…
Durante la mañana de la casa Crownguard Garen atendía la visita de un mensajero de la liga, el cual interrumpió el desayuno del guerrero, y recibía dos cartas. Según volvía al comedor iba leyendo aquel comunicado. La premisa le pareció un tanto boba, pero tenía sus puntos a favor. Llegó al comedor, donde estaban sus padres, su hermana y Ezreal, que se quedó invitado. A Lux le dio el sobre cerrado y luego le dio la suya al explorador.
-¿Vosotros qué haréis?-preguntó la maga.
-Yo iré a hablar esto con Jarvan-"Él sobre el resto de nosotros ha tenido que recibir la carta".
-Voy a ir con los que salgan de aquí, si eso veré al resto de los campeones de Piltover allí directamente.
-Pues creo que yo también voy, empezaré a hacer la maleta.
-Iré a recoger mis cosas, muchas gracias por dejar que me quede señores Crownguard.
-Es un placer tener a un explorador de tan afamada reputación en esta casa-respondió el señor Crownguard-la pareja se fue rápidamente de aquel lugar y Garen se quedó a solas con sus padres.
-Yo iré a palacio, a ver que harán el resto-dijo mientras se acercaba a la puerta.
-Garen, hijo mío, tenemos que hablar-Garen se detuvo poco antes de coger el picaporte y giró la cabeza, mirando por encima del hombro a sus padres, se acabó de dar la vuelta y se quedó con una seria expresión en su rostro.
-¿Qué pasa?
-Aún no hemos hablado sobre la familia Laurent.
-¿En serio vamos a volver a este tema?
-Por supuesto-el cabeza de la familia no parecía dejar su brazo a torcer, pero mientras ambos hablaban, la señora Crownguard se levantó y se fue, en asuntos de familia la mujer no tenía cabida-si tan solo consiguieras acercarte a ella, estoy seguro que podrías incluso derrotarla en duelo.
-Padre, admiro a Fiora por su gran habilidad con la espada, pero no tengo interés en casarme con ella y menos de arrebatarle su familia.
-¿Su familia? Esa mujer es un ultraje para Demacia. Ahora ella es la cabeza de su familia y tú tienes los encantos de un Crownguard, solamente tendrás que pedir su mano en matrimonio, seguro que no tendrás que coger la espada.
-No se trata de que lleguemos a la espada o de que yo tenga o no los encantos, se trata de que YO NO QUIERO casarme con ella. ¿Entendéis el concepto, padre?
-Lo siento, pero no te permitiré discutir esto, es más, ya que veo claramente que acabarás yendo a este experimento de la academia, aunque puede que por las razones equivocadas,-y entonces a Garen le apareció durante una milésima de segundo la imagen de Katarina "Nunca tuve que habar de ella…"-podrías aprovechar para conquistar a la señorita Laurent y darles un verdadero cabeza de familia, además de hacer más fuerte la nuestra.
-Siempre se trata del poder… estoy perdiendo el tiempo aquí, voy a hablar con el príncipe, seguro que Xin Zhao y el resto de la guardia tiene que estar ya al tanto de esto.
-Piensa bien en lo que haces, hijo, no quiero arrepentirme de tener un heredero.
Aquellas últimas palabras recorrieron la espina de Garen en forma de escalofrío, aunque la verdad es que no le acabó de importar lo que dijo, lo que más le caló fue el tono aquel tan frío con el que lo dijo. A veces estar en una familia era como llevar grilletes.
Se había formado un gran bullicio en el palacio, Quinn, Vayne, Xin Zhao, Galio, Shyvana, Garen, Lucian, Kyle y Taric, todos en una gran sala donde esperaban a Jarvan IV. Amplios ventanales, paredes de tono dorado oscuro y una extensa mesa con suficientes sillas para la gente presente y más y en frente de varias sillas un sobre. Algunos hablaban entre ellos, otros solamente se quedaban sentados o apoyados en alguna pared mientras esperaban. Entonces el príncipe abrió la puerta generando un sonoro chirrido, nada demasiado estruendoso, lo suficiente como para cortar las superfluas y escasas conversaciones que se daban en aquella sala. Jarvan caminó hasta uno de los extremos mientras todos acababan de tomar asiento. Fuera de lo que cabría esperar el príncipe pegó la silla totalmente a la mesa y se quedó agarrando el respaldo.
-Gracias por haber venido, incluyendo a Garen aun sabiendo de qué va esta reunión. Abrid vuestros sobres-mientras abrían Garen empezó su pequeña ronda de preguntas.
-¿Cómo que no han recibido el comunicado directamente?
-Solo las familias principales han recibido el comunicado directamente, el resto es obligación del soberano o representante informar a los campeones. Por suerte hoy la señorita Vayne volvió de una de sus cacerías y Lucian no salió de Demacia.
-No ha sido más que una coincidencia-dijo Shauna. Justo después de eso se levantó, dejó la carta sobre la mesa y empezó a caminar-esto no es más que una ridiculez, no tengo nada que hablar.
-¡Cuida tus modales, Shauna!-gritó Shyvana, pero la cazadora hizo como que no la escuchó y se fue de la sala.
-Tranquila Shyvana, yo solo os traje aquí para informaros y para disipar cualquier duda, quienquiera está libre de irse.
-Pero…
-Nada de peros.
-Ya, yo pienso que esto también es ridículo-Lucian también se levantó y se fue de la sala.
-¿Cómo es esto… algo? Quiero decir, suena tan extraño, una convivencia entre todos los campeones…
-Sé que puede resultar extraño, Quinn, pero tiene sus puntos buenos. El hecho de que podamos estar más cerca de nuestros aliados podría generar una mejor relación e incluso conseguir más, la neutralidad de Shurima y de Freljord son bastante desconcertantes, y diría lo mismo de Aguas Estancadas, pero no hay regente.
-Entonces vais a utilizar esto como misión diplomática…-dijo Taric-¿Por qué tiene todo que estar relacionado con la guerra? ¿Esto no podría ser una oportunidad para deshacernos de todas estas rencillas?
-Eso quisiera, pero Swain no es ningún pacifista y las ansias de poder son demasiado para ellos.
-La propuesta es cuanto menos interesante, pero poder encontrarme con mi hermana cuando es algo fútil, yo me volveré a mi hogar provisional-entonces Kayle se fue.
-Creo que no hay cabida para mí en este proyecto.
-¿Galio? ¿Cómo que…?-dijo Shyvana bastante sorprendida.
-Lo que he dicho-se levantó y empezó a caminar-me gustan más estos tejados.
-Bueno-interrumpió Jarvan mientras Galio acababa de marcharse-¿He de suponer que el resto sí vendréis?
Y justamente así fue, todos los que se quedaron en aquella sala se marcharon para poder montar sus propios equipajes. Por otra parte, Sona salía de una sesión con su etwahl, pero al salir de aquel pequeño cuarto que utilizaba para practicar, tuvo que hacerse inmediato cargo del emisario de la liga que había ido a entregarle la misma carta que al resto de familias. Le agradeció como pudo la entrega y se sentó en uno de los sillones donde solía sentarse su madre adoptiva Lestara. Parecía bastante incrédula en cuanto al contenido de la carta, pero al acabar de leerla esbozó una sonrisa y dejó aquel papel en una mesita.
Una vez todos los presentes en aquella sala estuvieron listos para irse junto con Lux, Sona, Fiora y Ezreal. La presencia de la duelista fue una sorpresa para más de uno y sobre todo para Garen, quien al verla recordó las palabras de su padre. Se pusieron en marcha y durante todo el camino se hicieron algunos grupos: Ezreal y Lux se quedaron un poco apartados al principio; Garen, Xin Zhao y Taric se quedaron justo detrás del príncipe Jarvan; mientras, Jarvan, Quinn y Shyvanna iban delante del todo, utilizando a Quinn y a Valor como guías; de mientras Sona y Fiora iban por detrás de los tres guerreros, la música de Sona le resultaba relajante a la duelista y que no pudiera hablar le resultaba de lo más conveniente, lo último que quería era ponerse a hablar de cualquier tontería. Por otra parte, los tres guerreros sí que estaban de charla, pero no demasiado agradable.
-Taric… están pensando en hacerte un consejo de guerra…
-No hay nada de qué preocuparse, Garen, solo me han degradado.
-Sí, cinco rangos en dos semanas, ponte al día-sentenció Xin Zhao.
-Ya, bueno, la cosa es que no tengo nada de qué ponerme al día, es Demacia la que tendría que aprender a ser una con Valoran.
-Y tú a poner los pies en la tierra. No tenemos ninguna responsabilidad con Valoran más que la de liberarla de Noxus y su tiranía.
-A eso me refiero, siempre con la batalla en la boca y en los puños. ¿Por qué no podemos arreglarlo de manera pacífica?
-Te he visto dar golpes, Taric, muy fuertes. Eres un guerrero como Xin Zhao y yo.
-Eso.
-Después de todo, te comprometiste a servir a Demacia.
-Tendría que haberme ido con Sona, ella lo entendería mejor que vosotros dos.
Las cosas no solamente andaban tensas con los dos guerreros. La maga y Ezreal también estaban teniendo una discusión sobre lo que les había ocurrido aquella misma mañana. El explorador había tenido un duro despertar.
-Siguiendo las normas… podrías coger una habitación con mi hermano y así os lleváis mejor.
-¿Qué tal si primero le decimos a tu hermano qué tenemos entre nosotros?
-No puedo decirle nada a mi familia, les podría dar algo, se supone que tengo que casarme con alguien de la nobleza.
-Antes has oído a tu padre, soy un afamado explorador.
-Eso no significa que te acepten.
-Lux, no podemos seguir ocultando esto, hoy me has tirado por la ventana.
-Me lo pensaré, te lo juro.
-No me sirve, a este paso tendré que ponerte un ultimátum y créeme que no quiero hacer eso.
-Está bien, pero tengo que encontrar el momento adecuado.
-Te lo digo en serio, no me obligues a ponerte una cuenta atrás.
Y los tres campeones que guardaban el frente se encontraban en un silencio sepulcral interrumpido de vez en cuando por Valor, quien descendía cada vez que se desviaban del camino. En aquel silencio había una tensión ciertamente palpable que ni siquiera el compañero de Quinn era capaz de cortar. En una de las varias veces que el águila bajó, la medio dragón soltó un suspiro, mostrando una gran molestia. Tan imponente fue que casi se puso a escupir fuego. Justo después empezó a murmurar algo que la exploradora solo pudo entender como "pájaro estúpido".
-Perdona, ¿qué has dicho?
-Que estoy harta de tu pájaro estúpido
-¿Estúpido? Al menos él sabe por dónde ir.
-Entonces tú eres más estúpida que el pajarraco.
-¿Y por qué no echas el vuelo y te largas tú sola a la academia? Así podrás dejar de molestar.
-Claro, como que podrías hacer de guardaespaldas tú solita.
-Soy diez veces más letal que tú, así que puedes irte cuando quieras.
-¿Más letal que yo? ¿Que un dragón? Debes de estar drogada, o algo peor, no sé cómo alguien se fía de ti.
-Cuando tengas una de mis flechas en tu apestoso trasero verás de qué hablo-entonces Jarvan soltó un carraspeo sonoro para llamar la atención y ambas se quedaron mirándole.
-No puedo permitir que sigáis discutiendo de esta manera. En una tregua como esta no necesito ningún tipo de seguridad avanzada, pero si de repente nos asaltaran no podría permitir que os encontraran discutiendo y con la guardia baja.
-Pero su majestad…
-Basta, no más excusas, quiero que os hagáis con una habitación para compartir y que mejoréis vuestra relación. ¿Entendido?
-Nosotras no…
-He dicho "¿Entendido?"
-Sí, su majestad-dijeron entonces ambas al unísono.
Una vez por fin llegaron a la academia de la guerra todos se desbarataron en diferentes grupos. Fiora se llevó directamente a Sona, sabía que sería su única esperanza de tener una convivencia tranquila. Jarvan acabó pidiéndole un favor a Lux, el de irse con Shyvana y Quinn, pero de mientras la exploradora acabó encontrándose con la reina de Freljord. Los cuatro barones no tuvieron problema alguno, todos en un apartamento de cuatro habitaciones. Sin embargo las mujeres se acabaron escampando por toda la academia.
Lux entraba en su nuevo apartamento, inadvertida de qué sería lo primero que se encontrara. Nada más abrir la puerta se encontró a Katarina DuCoteau, rebuscando en la cocina. La asesina se asomó con un trozo de manzana en la boca y al cruzarse las miradas ambas se quedaron blancas. Aquello parecía tan irreal. ¿Cómo es que estaba en una habitación junto con Katarina? Se suponía que iba a estar junto con Shyvana, Quinn y Ashe.
-Dios mío…-dijo la pelirroja llevándose una mano a la cabeza.
-Esto tiene que ser una broma. ¿Cómo estás aquí siquiera? Y aun así, ¿desde cuándo eres tú sociable? Quiero decir, da igual por dónde lo mires porque tú en uno de estos apartamentos no tiene ningún sentido, demonios, ni siquiera tiene sentido que estés participando en esto. Hazme el favor, te lo pido y lárgate de aquí. Shyvana y Quinn llegarán en cualquier momento y te echaremos a patadas de todas formas.
-Nada más llegar y me sueltas una sarta de gilipolleces-cogió medio cacho de manzana mientras masticaba el otro.
-¿Qué? Dime que algo de lo que he dicho no tiene sentido, adelante, niégalo.
-Mira, que yo esté aquí no es de tu inumbencia. "¿Cómo?" o "¿Por qué?" no se supone que sean preguntas que te deban pasar por tu maldita cabeza hueca. ¿Entendido, rubia? Así que cierra ese piquito de oro y déjame hacer mi vida.
-Guau. Simplemente guau. Sabes que tengo razón y yo sé que lo sabes. No te pongas chulita ahora, recoge tus cosas y vete. Es lo mejor que puedes hacer, es lo mejor que podemos hacer. Estarás aquí sola con la elite de Demacia, lo peor que puedes hacer es quedarte aquí. Así que ahora harás la maleta y te marcharás de aquí.
-Ya, no,-se sentó en el sofá y se metió la otra mitad del gajo de manzana-creo que voy a quedarme.
-Oh, dios mío, creo que vas borracha, o drogada, me da igual con lo que os dediquéis a intoxicaros en Noxus, pero estás fatal. Voy a darte la última oportunidad para que te vayas.
-No.
-¡¿Por qué tienes que ser tan insufrible?!-le gritó de repente la maga apretando los puños.
-Se supone que esto es para llevarse bien, si no te gusta te largas.
-Con que para llevarse bien… De acuerdo, tú lo has querido-y la maga se metió en una de las habitaciones.
Los cuatro guerreros no tardaron nada en organizarse. Rápidamente cada uno se metió en un cuarto y dejaron sus cosas. Inspeccionaron habitaciones, la pequeña cocina, la estantería llena de libros del salón, los muebles… En cuestión de un par de minutos ya habían registrado todo lo que había en aquel lugar. Se sentaron alrededor de la mesa y se quedaron un minuto sin decir nada, solamente mirándose los unos a los otros para ver si alguien tenía que decir algo. En cosa de un segundo Xin Zhao simplemente tuvo que decir tres palabras: "¿Vamos al bar?". Acto seguido, los otros tres afirmaron y se fueron tan organizadamente como llegaron.
Shyvana y Quinn llegaron junto con Ashe a su nuevo apartamento, pero se descordinaron al momento de escoger habitación con Lux. Al entrar se encontraron a Annie sentada en el sofá, jugueteando con su osito. Shyvana se acercó a la pequeña, algo extrañada de que estuviera allí.
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar con tus padres?
-Mis papis me han dicho que aquí estaré más segura.
-Niña, tus papis no sabían que aquí vendría gente muy peligrosa.
-¡Shyvana! ¿Estás amenazando a una niña?
-¿Pero se puede saber qué tonterías pasan por tu cabeza?
-¡No son tonterías! ¿Te has visto hablar con Annie?
-¡Solo le he preguntado qué hacía aquí! ¿Te piensas que me dedico a comer gente?
-¡Pues no me extrañaría demasiado!
-Oh, ya veo, soy medio dragón y ya tengo que ser un monstruo, ¿no es así? Harás cualquier cosa con tal de echar mi reputación por tierra.
-Tranquila, eso ya lo haces tú solita, fíjate en lo que le has dicho a Annie.
-¡Que no estaba amenazando a la niña!-entonces ambas miraron de vuelta y vieron cómo Ashe estaba llevándose la pequeña en brazos hacia la pequeña cocina.
-Parece que tienes buena mano con los críos-dijo Quinn.
-Genial, tú te encargas de ella-"A ver si me deja en paz de una vez" pensó la dragona mientras se iba hacia una de las habitaciones
-Ugh… no le hagas caso. A veces se pone un poco arisca.
-No se lo tengo en cuenta. Bonita discusión la de antes.
-Perdón, las cosas andan tensas, ya sabes.
-Ya, me lo has contado alguna vez. Ten-y le tendió el mango de un cuchillo-tú también vas a ayudar a preparar lo que sea que vayamos a hacer.
-De acuerdo-Quinn cogió el cuchillo y se unió a las otras dos.
Sona entró un poco confundida a su apartamento, donde Fiora ya se había instalado y se encontraba leyendo un libro en el sofá. La chica se encontraba perdida por la velocidad en que la duelista se la había llevado a escoger apartamentos. En cuanto entró la virtuosa de las cuerdas Fiora levantó la vista del libro, lo cerró y dejó bajo su brazo mientras se levantaba, carraspeó y miró directamente a la artista.
-Sé que esto puede guesultag un poco… confuso, pego tiene su explicación. Al venig aquí estoy buscando un vegdadego gueto, pego lo último que necesito son un montón de idiotas diciendo la pguimega tonteguia que les pasaga pog la cabeza. No estoy diciendo que tú seas alguien así, pego no puedes hablag, así que esto me pagueció la mejog idea. Si está todo aclagado, volvegué a mi lectuga.
En vez de confusa se encontraba algo incrédula, pero parecía algo bastante lógico viniendo de aquella mujer. Sona lo último que hizo fue preguntarle con gestos cuál era su habitación y la duelista señaló con una sonrisa de satisfacción una de las habitaciones, sabiendo que su compañera había entendido todo lo que acababa de explicar.
