DISCLAIMER: Dragon Ball y sus personajes pertenecen a Akira Toriyama


Te he esperado durante cien años


CAPÍTULO 1: A veces la noche trae sorpresas inesperadas.


Aquella era una noche tibia y el edificio de Corporación Capsula se recortaba con su estructura imponente y orgullosa contra la oscuridad. El ajetreo incesante de todos los días al fin se había calmado, los motores del laboratorio y talleres se habían apagado por ese día. Tanto el personal, como los miembros de la familia Brief dormían profundamente en sus camas.

O al menos, la gran mayoría de ellos lo hacía. La verdad es que en una de las habitaciones una cama esperaba a su ocupante.

Sin embargo, de momento, la espera sería en vano.

Eran cerca de las tres de la mañana, cuando Bra despertó violentamente de su sueño, alertada por el ruido sordo de algo cayendo con fuerza, seguido de una maldición.

¿Quién estaría haciendo semejante escándalo a esa hora? Lejos de asustarse, se levantó ofuscada de su cama. Sin duda, ella le daría una lección al infame intruso ruidoso.

Se asomó por la ventana de su habitación. Esperaba cualquier cosa: algún iluso ladrón que pensó poder irrumpir en su casa, que alguno de los animales de su abuelo hubiese escapado de su hábitat y diera un paseo nocturno por el jardín, o incluso que su padre estuviera realizando algún entrenamiento nocturno de emergencia de esos que a veces sentía la necesidad de hacer. Pero definitivamente no esperaba aquello.

Llegó a dudar de si realmente había despertado o estaba soñando aún. Se frotó los ojos con fuerza incrédula, comprobó que estaba bien despierta.

Allí, en la mitad del jardín estaban de pie el mismísimo Trunks junto a Goten. Al principio, Bra no entendía muy bien qué rayos es lo que estaban haciendo, pero cuando los vio separarse, sostener precariamente el equilibrio sobre un pie y levantar los brazos sobre sus cabezas, comprendió todo. Juraría que su mandíbula llegó al suelo de la impresión.

- FUUUU…

El gesto de incredulidad en su rostro era digno de ser retratado ¿Qué creen que están...?

- SIÓN, AHHHHH!

Un resplandor la encegueció por un segundo.

Y allí estaba.

Gotenks hacía poses frente a un público invisible.

Bra salió por la ventana y descendió rápidamente al jardín. Al acercarse al guerrero lo llamó alzando una ceja, dudando nuevamente de si seguía dormida - ¿Gotenks?

El aludido se volteó hacia ella sonriendo con la mueca orgullosa que le caracterizaba, pero Bra pudo ver claramente que había un leve sonrojo en sus mejillas y que sus ojos se achinaban al sonreír.

-Aquí está Got...!- gritó a todo pulmón haciendo el signo de la paz con los dedos. Bra se abalanzó con fuerza sobre él tapándole la boca con las manos.

- ssshht ¡silencio idiota! - le susurró en voz baja. -¿Qué crees que estás haciendo?

Como Gotenks empezó a responderle teniendo sus manos sobre la boca, Bra se vio obligada a quitarse de encima y se puso de pie. Gotenks también lo hizo, pero con tanta dificultad que estuvo a punto de caer en dos ocasiones. Evidentemente estaba ebrio. Y eso sólo podía significar una cosa: Goten y Trunks tendrían una resaca terrible en la mañana.

- Frente a ustedes ¿tres? ¿dos? ... bueno, no importa- dijo tratando de enfocar- frente a ustedes está el hip! siempre grasoso, digo, grandioso...¡Gotenks!- gritó arrastrando la s en un siseo que terminó en carcajadas.

Bra se acercó a él nuevamente- ¡Puaj! Apestas a alcohol.

- ¿Ah sí? pues tú hueles…- le dijo entrecerrando los ojos- ¡a panqueuqes! - gritó, y se largó a reír nuevamente, por lo que Bra tuvo que tapar su boca con fuerza otra vez.

- ¿Qué creen que están haciendo? - preguntó enfadada, pero en tono bajo.

- mmjujujumkk

- ¿Qué dices? ah! - Bra se dió cuenta de que seguía tapando su boca- Lo siento ¿Qué dices?

Gotenks se acercó y le dijo en tono confidente- Digo que también sabes ¡delicioso! - le dijo mientras le daba un languetazo a la mejilla de Bra, que no pudo evitar chillar indignada.

- Ayyy Trunks, Goten! que asco ¡no vuelvan a hacer eso!

El guerrero se puso serio de repente. Levantó un dedo y lo movió de un lado a otro en negativa.

- No, no, no…- canturreó. - No soy Trunken ni Gonks- dijo confundiendo los nombres- soy GOTENKS! wiiiii! - exclamó levantando los brazos. Cayó de espaldas riendo.

- Por Kami, que par de idiotas- dijo Bra poniendo los ojos en blanco.

Gotenks dejó de reír de repente y se levantó de un salto, levitando unos centímetros sobre el césped.

- Hey, Br (hip) Bra! ¡vamos a luchar! - dijo poniendose en guardia, pero perdiendo estabilidad miserablemente en el intento

- chisssst- lo conminó Bra.

- Anda Bra! - insistió Gotenks- luchemos! - Su última palabra se perdió en un bostezo.

Bra lo miró resignada ¡Qué pesadilla!

¿Qué había pasado para llegar a esta situación?

Simple. Goten y Trunks salieron a celebrar su primer gran triunfo a la cabeza de la Corporación. En la reunión de esa tarde analizaron, junto con los miembros de la junta directiva, los resultados del año anterior. Las cifras de ganancias habían aumentado exponencialmente y habían logrado disminuir los costos de producción.

Además de eso, diseñaron toda una nueva política de desarrollo sustentable que había logrado dar aún más prestigio a la empresa y lograron, en el transcurso de un año, generar importantes cambios con los trabajadores; implementaron una política de capacitación para las áreas técnicas, aprobaron un reglamento de paridad y un nuevo programa de cobertura de salud, todo lo que se traducía no sólo en mejores remuneraciones y condiciones laborales, si no que también posicionaba a la Corporación inamoviblemente en la cima.

Al principio, cuando se situaron a la cabeza de la Corporación, Trunks en la presidencia y Goten como su mano derecha y gerente general, muchos dudaron de sus capacidades para dirigirla. No faltaron los inescrupulosos que vieron en ésta, la oportunidad para hundir a la Corporación. Suponían que lejos de la atenta vigilancia de Bulma Brief y su padre la empresa se iría rápidamente al carajo estando en las manos de esos dos mocosos.

Sin embargo, esos dos mocosos habían cerrado todas esas bocas venenosas. Por lo demás, no eran ningunos niños. Ambos pasaban recientemente de los treinta años, pese a su apariencia en extremo juvenil gracias a su poderosa sangre guerrera, y ponían todo su empeño en su trabajo, pese a lo agobiante que era.

Como sea, la reunión de esa tarde había terminado en aplausos, una ovación de pie por parte de los directores más leales a la familia Brief y caras molestas de parte de quienes vieron fracasar sus propios planes de ascender.

Al salir de la sala de reuniones Goten y Trunks chocaron los puños con fuerza y se sonrieron, en el mismo gesto fraterno que hace años había sellado su eterna amistad.

Claramente, era una ocasión para celebrar. Y he aquí los resultados.

Habían estado tan ansiosos antes de la junta que descargaron todas las tensiones en el mismo bar que los acogía desde que ninguno de los dos tenía edad suficiente para comprar alcohol sin necesitar sobornar al barman.

Y ahora, ahí estaban las consecuencias de esa celebración.

En algún momento de su borrachera, al llegar de vuelta a casa de Trunks, pasó por sus cabezas la brillante idea de que era imperioso en ese mismo momento contar con la presencia de Gotenks para un propósito que ambos ya habían olvidado.

Trunks tenía la vaga impresión de que era algo relacionado con despertar a Vegeta, pero no estaba seguro. Y era mejor que lo hubieran olvidado, por su integridad.

¿Y ahora? - pensó Bra cansada. Todavía le quedaban por lo bajo, veinticinco minutos de soportar a un ebrio Gotenks ¿Cuanto tiempo haría falta para que el sensible oído de su papá lo despertara alertado por tanto escándalo?

Se merecían la golpiza por haberla sacado de la cama a esa hora, sin duda. Pero se trataba de su hermano y de Goten, y debía admitir que no le apetecía verlos a ambos paralíticos. Ya que si Vegeta llegaba a verlos en ese estado, seguro correrían tal suerte.

Hace años atrás Vegeta los había descubierto fumando a escondidas encerrados en el baño del cuarto de Trunks. La sesión "especial" de entrenamiento correctivo le significó a Trunks una semana con cabestrillo y a Goten tres con un yeso en la pierna derecha que ella misma se encargó de decorar con colores brillantes y pegatinas de animales. Sonrío ante la imagen.

Entonces, ¿ayudarlos o dejarlos a su suerte? - Decisiones, decisiones...- suspiró resignada. Los ayudaría. Pero debía hacerlo rápido.

Su mente trabajando a la velocidad de la luz

- Oye Gotenks ¿alguna vez luchaste con la gravedad aumentada? ¿Te gustaría intentarlo?

Gotenks la miró, sus ojos resplandeciendo de pura emoción. - ¿Es en serio? Claro que (hip!) quiero hacerlo.

- Pues, si quieres tendrás que seguirme, pero en silencio. - Le advirtió Bra alzando el vuelo hacia la cámara de gravedad, rogándole a Kami que Gotenks la siguiera sin hacer ruido. Milagrosamente lo hizo, aunque en el camino medio se estrelló con un árbol.

Cuando Bra se detuvo frente a la entrada de la cámara se volteó a ver a Gotenks. Tuvo que ahogar una carcajada. Tenía el cabello lleno de diminutas hojas que había arrancado del árbol y un pequeño nido de pájaro caia por su cabeza. Sus ojos parecían agrandarse y achicarse sucesivamente.

Lamentó no tener a mano una cámara - Sería el mejor material de chantaje del mundo- chasqueó la lengua molesta.

Uno de los privilegios que tenía ser Bra, era conocer la combinación de acceso a la cámara de gravedad de Vegeta. Hace años había descubierto que su padre no podía negarle nada. Y si bien se caracterizaba por ser una chica a la moda y que siempre hacía todo con elegancia, era una saiyajin de tomo y lomo, y si bien no entrenaba al mismo nivel maniático que su padre lo hacía, su lado guerrero había descubierto la paz que otorgaba entrenar en ese lugar silencioso donde el tiempo parecía detenerse. Lo encontraba relajante.

- Perfecto- se dijo a sí misma. Ahora sólo había que encerrarlos allí hasta que el tiempo que durara la fusión acabara. Luego de eso se las arreglaría para llevarlos al cuarto de Trunks, quien le debería un ENORME favor de por vida.

- Bien ¡Adelante! es toda tuya- le dijo con una sonrisa encantadora. Un paso más y Gotenks estaría encerrado y su escandalosa risa aislada del mundo tras las gruesas paredes de la cámara.

- Genial! ¡Gracias! - le dijo el guerrero emocionado con la perspectiva de un desafío.

Sin embargo, antes de entrar del todo en la cámara y que la puerta se cerrara automáticamente tras él, se volteó y miró a Bra a los ojos y le dijo nuevamente, pero de una manera diferente, más solemne - Gracias Bra - se acercó y depositó con suavidad un beso en su mejilla- Eres muy dulce…

Por ese pequeño instante Bra creyó reconocer en el presumido guerrero otra mirada. Sus ojos la calaban hasta ver dentro de ella, se habían vuelto tiernos por un segundo y allí estaba la mirada siempre dulce de Goten. Un estremecimiento la recorrió de pies a cabeza y sintió su corazón acelerarse a una velocidad de vértigo

- Hip!- hipó de nuevo Gotenks. El encanto se había roto. Su mirada volvía a ser arrogante.

Luego de eso, la puerta se cerró tras él.

Lo último que escuchó Bra fue un ligero golpeteo en la puerta mientras sus mejillas se teñían de rojo.

Gotenks, al verse encerrado la llamó exigiendo salir, sin embargo, estaba tan ebrio que a los pocos segundos el silencio de la cámara y la modorra producto de beber el peso de ambos jóvenes en alcohol, lo sumió en un profundo sueño.

Ninguno de los dos despertó cuando la fusión de deshizo.

Bra se sentó frente a la cámara a esperar que pasaran los minutos restantes. El frío del césped helado a esa hora le hizo bien. Necesitaba sacudirse el aturdimiento

¿Qué pasaba con ella? Primero, el hecho de que Trunks formara parte de eso que tanto la había alterado le produjo una fuerte sensación de incomodidad ¡Puaj!

Pero no, no era Trunks la verdadera razón de su inquietud, eso lo sabía muy bien. Sentada de piernas cruzadas suspiró mirando al cielo aún estrellado. Sonrió a la nada.

Definitivamente tenía que escribir lo ocurrido esta noche con Gotenks en su diario- pensó divertida. No podía olvidar algo tan provechoso.

- Goten... - susurró.

Sin darse cuenta el alba se asomaba en el cielo. Claramente los treinta minutos habían pasado hace mucho. Se sentía entumecida y helada. Necesitaba con urgencia una ducha tibia.

Se acercó a la cámara y abrió la compuerta. Rió divertida, lamentando nuevamente no tener una cámara a mano.

Trunks yacía dormido con medio cuerpo apoyado en el tablero de control mientras sus piernas se desparramaban de forma muy antinatural en el suelo. Goten, por su parte, colgaba de una de las barras de ejercicio de Vegeta en una posición extremadamente precaria que sólo un borracho podría encontrar cómoda. Un hilillo de baba parecía caer al suelo.

- Definitivamente esto les va a costar caro. - murmuró Bra por lo bajo, mientras se cargaba al hombro a Trunks y bajaba a Goten del techo. Como pudo, salió con ambos jóvenes a la espalda.

Rió quedamente al sentir un leve quejido de Goten al ser pateado en las costillas por Trunks una vez que los soltó como cayeron en la cama de su hermano.

Se sobresaltó al verlo allí. Tan profundamente dormido volvía a tener once años. Lo veía corretear por ahí con su gi naranja y su risa contagiosa. Era inevitable recordar.


Hola a todos! Estoy muy emocionada porque este es el primer fic largo que me animo a escribir así que espero sea una bonita experiencia tanto para mí como para quienes se den el tiempo de leerlo. Si alguien ha leído los one shots que he escrito antes, se dará cuenta de que quiero mucho a Goten y que amo escribir sobre él (¿quién puede no amarlo?)
La idea de Bra y Goten como pareja me encanta, de hecho hay muy buenos fics sobre ellos. Además la diferencia de edad no me parece un graaan impedimento en realidad, mis papás tienen una diferencia de edad similar y nadie se ha traumado por eso.

En fin, espero este experimento resulte y pueda salir algo bonito.

Muchos saludos!