- Con más cuidado, joder.
Se sobresalta. No es que le escuche demasiado normalmente, es cierto. Pero le escucha aún menos así, haciéndose jirones contra su piel desnuda. Por eso, durante un minuto la frase le sobresalta y tiene que comprobar donde está, con quien está. Pero sí, es Spike quien le pide que tenga más cuidado, joder; y sí, están haciendo precisamente eso, joder.
Y le pilla tan de sorpresa que durante unos minutos se mueve suavemente sobre él, e incluso le besa en la boca con delicadeza, sin clavarle los dientes, sin succionar la lengua hasta arrancarla. Sólo acaricia sus labios con los de ella, suave y tiernamente. Su mano no le araña, ni le pega, ni le agarra con violencia. Por un rato sólo se abraza a él tranquilamente, despacio. Buffy se siente entonces relajada, cómoda, por un instante se deja llevar por aquel sexo, que casi es hacer el amor, una sensación que le ha pertenecido escasas veces.
- Te quiero, cazadora.
Y se vuelve a sobresaltar. Spike tiene la costumbre de decírselo más de lo que a ella le gustaría oírlo, y no es eso lo que le sobresalta. Lo que le hace quedarse parada son los repentinos deseos de responder Y yo a ti, William, de dejarse llevar, de dejarse amar. Por eso Buffy vuelve a morderle la boca con violencia, vuelve a montarle con furia. Por eso vuelve a pegarle y a huir de la idea de que pueda querer a alguien sin alma.
