Fujoshis y Fundashis aquí presentes, soy nueva en esto de escribir fanfic, pero bueno, no importa.

Me dieron ganas de escribir de mi hermosa pareja favorita de Sekakoi, Nostálgica. Pero aquí habrá una pequeña diferencia, me inspire en una de las teorías publicadas en el hermoso blog en Tumblr "Confesionesjunjousekaiesp"; se los recomiendo bastante, la diferencia será que habrá Genderbend.

Si, cuál sería la situación en caso de que Fem!Ritsu (aun no declarando su amor) se enterará de que está embarazada de Takano-san.

Esto estará ambientada cerca del capítulo 18 del manga del caso de Onodera, así que puede contener Spoilers.

Probablemente sea un Two-shot.

Si no te gusta la temática de Gendebend, estás en tu total disposición de abandonar esta historia y no criticar lo que aquí se escribió. En caso contrario, disfrútalo.

Disclaimer: Los personajes aquí utilizados pertenecen a la gran Shungiku Nakamura.


Ya había pasado un tiempo, cerca de 2 semanas, desde mi colapso, y desde que Takano-san me obligará a comer, al menos, una vez al día con él.

También un par de días desde que logre que Takano-san se enojará terriblemente al descubrir que tuve una cena con Haitani-san.

Esto realmente puede llegar a ser muy molesto y desesperante para mí, preguntándome como deshacerme del constante acoso de Takano-san contra mí y cómo es posible que el, siendo un hombre, pueda ser capaz de mantener su vida en total orden y yo, como mujer, no pueda ni preparar un desayuno decente por una vez. Es que esto puede llegar a ser muy irritante de muchas maneras, yo siendo ya una mujer adulta debería ser capaz de mantenerme sin problemas y considero que debería hacerlo mejor que un hombre.

Eso es lo que me molesta.

Al menos creo que no estoy tan mal, aunque no pueda preparar una comida decente, me he decidido a ordenar mi departamento y lavar platos y ropa, si es que tengo un poco de tiempo, cada tres días. Hasta el momento lo he logrado.

Creo que si fuera un hombre lo limpiaría hasta que necesitara ropa y platos limpios.

Pero sin dudad lo que más me altera, es que aún tengo miedo de volverme a enamorar de Takano-san. Aún tengo muchas cosas en mi cabeza, aunque mi agobio de que Yokozawa-san siga detrás de Takano-san… ¡NO! ¿¡QUÉ DEMONIOS ESTOY PENSANDO!?

Más bien sigo con el agobio de que quiero mejorar y todo el peso de mi futuro que me estresa, no me siento capaz de nada, quiero mejorar y rápido, sin embargo Takano-san trato de animarme hace poco diciendo que estaba haciendo un buen trabajo; además de que me tiene muy bien vigilada por lo del colapso.

Y una vez más termine pensando en Takano-san, ya es algo inevitable. Miles de veces me reprocho que lo que siento no es amor y que clase de mujer deja que una relación así le suceda, que no debe dejarse llevar así, pero siempre me dejo arrastrar por el amor de Takano-san. Cada vez que me repito eso se vuelve más difícil creerlo.

Me cuesta ya sacarlo de mi cabeza, y lamentablemente de mi corazón, ahora sé que si eso pasa dolerá. Pero lo debo seguir intentando, ya que no quiero que el dolor vaya a ser mayor si sigo dejando a Takano-san meterse en mí.

Aunque no todo ha ido tan mal, finalmente An-kun ha roto nuestro compromiso; el realmente merece una mejor mujer que yo, aun así recibí los reproches de mi madre diciéndome que debería pensar en mi futuro como heredera de la editorial Onodera. Y mis dolores de cabeza continúan.

Aunque últimamente no me he sentido para nada bien, peor que de costumbre, aunque no me siento tan mal como para enfermarme. Últimamente me han dado mareos, la causa probable es que aún siga con mi desnutrición.

-Onodera –la imponente voz de Takano-san me saca de mi ensoñación-, no duermas en el trabajo.

-¡No estaba durmiendo! –exclamo con enojo.

-Entonces si tienes tiempo para de "descansar", saca unas copias a estos –dice mientras me entrega un montón de papeles.

No tengo otra opción que levantarme y seguir la orden de mi jefe.

-Ricchan –llama mi compañera Kisa-san- ¿Podrías traerme una botellas de agua de regreso?

-Claro, Kisa-san.

Es un poco extraño que solo seamos dos mujeres en la parte del Manga Shojo y tres hombres*, ya que, con normalidad las mujeres son las que están apegadas al romance, incluso yo, aunque yo nunca encontré el gusto por el manga, si tenía mi afición a las novelas románticas que fueran dulces. Eso casi siempre se muestra, incluso con mis compañeras de Sapphire; que aunque su gusto es por relaciones entre dos hombres sigue mostrando romance.

Finalmente termino de sacar las copias y voy directo a la máquina expendedora por la botella de agua de Kisa-san, y aprovecho para tomar una botella para mí. Sabiendo que si Takano-san me ve con una bebida energética, me lo hará pagar en la noche.

&Onodera Ritsu no baai&

Tuve una oportunidad para escapar, Takano-san estaba en una junta y logré que almorzáramos juntos en el trabajo. Así que, si tenía suerte, ya no me encontraría con él hasta mañana.

Pude llegar a mi departamento sin demoras y finalmente pude cenar con calma y ordenar un poco mi departamento y organizar mi trabajo para el día siguiente.

Con el tiempo he aprendido a corregir más eficazmente a mis autores y pude entregarle hoy a Takano-san mis correcciones para que las revisara. Solo terminé los detalles finales para la nueva revisión.

Decidí organizar un poco mi agenda para ver mis fechas de entrega, pero lo que vi fue un impacto mayor a la sensación de enterarme que debía entregar un trabajo mañana que aún no había comenzado, sin dudad, mucho mayor.

Yo tengo la costumbre de marcar mi llegada de mi periodo menstrual y que no me tome de improviso en el trabajo, pero lo vi, mi periodo llevaba una semana de retraso.

Estoy segura que lo colores se fueron de mi cara, aun con mi irregular estilo de vida, lleno de estrés y cansancio, siempre he sido exacta en el sentido de mi periodo. Es de las pocas cosas que puedo agradecer que están en orden en mi vida y que no llegan irregularmente.

Pero ya no hay vuelta de página ahora, voy a tener que enfrentarme a esto. Aunque esta la mínima esperanza de esto se deba a mi colapso y que con una mejor alimentación mi periodo regrese. Pero las posibilidades son casi nulas.

Mi mundo se está derrumbando justo ahora, que dirán mis padres o las personas al enterarse de que la heredera de la editorial Onodera se ha embarazado fuera del matrimonio cuando aún tenía un prometido. Y si esto es real, es más que obvio quien es el padre.

Eso sin duda afectaría a Takano-san, que le harían si se enteran de que tuvo relaciones con su subordinada. De que se ha involucrado más de lo necesario con un empleado. Lo despedirían o me acusarían de tratar de sobornar a mi jefe o lo acusarían de abuso de poder. Eso es lo que menos deseo, causarle problemas a Takano-san.

Después de esto apenas logré conciliar el sueño en toda la noche. Creo que en un punto me di la libertad de soltar mis lágrimas, aunque sea un poco.

&Onodera Ritsu no baai&

Ya pasó una semana desde que me enteré del retraso de mi periodo, así que aproveche mi momentáneo fin de semana libre para ir al médico.

Apenas si logré escapar de Takano-san, él decía que tenía que venir para cuidarme, le explique que no iba por mí, sino por mi madre que aún estaba enferma y que, obviamente, él no podía venir.

El me dejo ir, aunque no estaba muy convencido, sola. Sigo sin ser buena para mentirle.

Me hicieron las pruebas correspondientes el médico regreso y me felicito por la buena noticia, que supongo que si no trajera tantos problemas consigo, probablemente estaría contenta. Aunque no es culpa de la inocente criatura, sino mía por dejarme llevar en una complicada relación que solo me confunde y no saber tomar el control de mi vida como es debido, no ser lo suficiente capaz de mantener un orden en mi vida y no cumplir con las expectativas.

Ni siquiera de ser capaz de protegerme adecuadamente cuando tenía relaciones con Takano-san.

Aunque el médico después me regaño al notar en mi expediente que hace poco había sufrido un desmayo por cansancio y desnutrición, me mando a que no hiciera esfuerzos y que si sufría otro desmayo podría dañar al bebe. Empezó a mandarme vitaminas y suplementos para que mi salud fuera óptima. Y que debía decirle al padre que también estuviera a cargo de mí.

Aunque eso es lo que menos quiero.

Al final resultó que tenía cerca de un mes y medio de embarazo.

Por ahora me he mantenido alejada de Takano-san, aunque él lo está empezando a notar, las comidas que tenemos que compartir procuro que sean en el trabajo y salir más temprano que él para no tener que hablar.

Debo mantener la calma, por el bien del bebe, y en estos momentos es lo que menos tengo.

No quiero que él noté nada raro en mí, quiero solucionar este problema. Aunque todavía no sé por dónde comenzar.

De momento he tratado de mantener los problemas alejados concentrándome más en mi trabajo, estoy cerca de lograr que Sensei esté de acuerdo con los cambios que hice. Pero esto siempre es complicado para mí, no soy muy buena convenciendo.

-Sensei, es necesario hacer esto…

-No creo que eso sea bueno –me interrumpió Sensei.

-Pero considero que se debe hacer así –explico yo con desconfianza-para que se entienda con más facilidad.

-Mmm… lo pensaré, después te llamare.

-Está bien.

Cuelgo el teléfono con aire derrotado y suelto un fuerte suspiro, nunca es sencillo convencer a mis autores.

-Sigues sin lograr convencer a tus autores de los cambios que haces –exclama Takano-san con un toque de burla-. Patético.

-Sí, lo sé –digo mientras aprieto mis puños con furia-. No es necesario que me lo recuerdes todo el tiempo.

-Pues mejora entonces –dice él con un deje de superioridad.

Me levanto abruptamente de mi silla estrellando mis manos contra la mesa, lo hice tan rápido que hasta Takano-san se sorprendió de mi reacción.

-Discúlpeme, voy por una botella de agua.

Camino directo a la máquina expendedora y pongo el dinero correspondiente. Yo sé que perfectamente que Takano-san hubiera esperado a que yo le gritara algo por el enojo, pero lo mejor era no hacerlos, debo mantener mi estrés al mínimo; además de que ya no quiero involucrarme más con mi jefe.

También necesitaba un momento para tomar mis medicamentos, el médico dijo que con mis problemas de desnutrición tengo bajo el hierro, lo cual es sumamente peligroso, según me explico el médico.

Así que sacó del bolsillo de mi saco un frasco pequeño lleno de pastillas, lo abrí con cuidado para evitar que alguien notara que las tenía. Finalmente meto una en mi boca, tomo un trago largo de agua.

Justo cuando estaba a punto de guardar de nuevo el frasco en mi bolsillo algo detuvo mi brazo con fuerza, volteo a ver y lo que encuentro no es nada reconfortante.

Takano-san está sosteniendo mi mano con fuerza, me quita el frasco de la mano con rapidez y lee la etiqueta. Justo después voltea a verme, con una mirada interrogante y penetrante. No la pude sostener por más tiempo y desvío la mirada.

En este momento maldigo mi fuerza, ya que no es suficiente para liberarme del agarre que Takano-san ejerce sobre mi brazo.

-¿Qué es esto? –pregunta con un aire ligeramente aterrador.

-Perdón, pero eso no es de su incumbencia –mi voz sale más débil de lo que hubiera querido.

Pero aún no levanto la mirada del suelo.

-Yo estoy a cargo de tu nutrición –dice él casi llegando a un grito-, así que es de mi incumbencia.

-No es normal que un jefe se preocupe así por su subordinada.

Una vez más jalo mi brazo para zafarme del agarre, y una vez más es inútil.

-Onodera, deja de ocultarte –exclama Takano-san con clara molestia-, estoy preocupado por ti.

-Entonces deja de estarlo –exploto yo-, soy lo suficientemente capaz de cuidarme sola.

El sin duda se sorprende por mi respuesta, aprovecho esa oportunidad para alejarme y correr hacía el baño del edificio.

Cierro la puerta y después escucho unos pasos acercarse con fuerza.

-Onodera, sal de ahí y responde.

Yo me quedo callada dentro del baño. Y, aunque suene gracioso, imagino que mi vida sería más sencilla si hubiera nacido como hombre. Así Takano-san me hubiera dejado en paz, no tendría que preocuparme de un embarazo*.

Finalmente escucho los pasos alejarse y yo salgo del baño para dirigirme de nuevo con los otros, justo al llegar Takano-san esta ya sentado en su lugar, pero eso no evita que me lance una fuerte mirada penetrante y que yo desvíe la mirada.

Continúo con mi trabajo lo mejor posible, pero no logro centrarme en nada, logrando que este día se volviera extremadamente largo. Y aunque Takano-san notó mi falta de atención no dijo nada, supongo que para no alterarme.

Agradecí no tener ningún tipo de estrés por ese día.

Ya casi salgo del edificio cuando algo me toma del cuello de mi abrigo y me arrastra para la parte del estacionamiento.

Finalmente cuando me suelta y logro voltear a ver me encuentro con la persona que ya me esperaba.

Era mi jefe quien estaba abriendo las puertas de su auto y me arrastra dentro de este.

-No es necesario… -no pude terminar la frase al sentir los labio de Takano-san sobre los míos.

El empezó a tomar posesión de beso y mis mejillas se tornaron rojas, pero no debo dejarme llevar. Por lo que trato de empujarlo, y mi fuerza, de nuevo, no es suficiente.

Sus besos son embriagantes, pero trato de mantenerme en mi sentidos, sabiendo cómo terminará esto si lo dejo continuar. Y aunque lo niegue, es algo que también ansío. Ansío el sentirme protegida por este hombre y decirle la verdad acerca de todo lo que me pasa; y todo lo que él me provoca, y saber que a pesar de todo él va decir que todo va estar bien y que se quedará conmigo.

Pero eso es un lujo que no puedo darme. Por el miedo.

Siento sus fuertes brazos alrededor de mi cuerpo, y cuando después de unos largos minutos nos separamos para tomar aire.

-Por favor, déjame ir –mi voz tiembla.

Noto que realmente me deja ir y que se aleja de mí para sentarse correctamente en el asiento del conductor. En ese instante trato de abrir la puerta, pero escucho el sonido de los seguros de auto cerrándose en las puertas.

-Hoy no desayunaste ni comiste conmigo –empieza él mientras enciende el auto- por lo que cenarás en mi apartamento.

Justo ahí es cuando otro sonrojo invade mi cara y me doy cuenta de lo descuidada que soy, estuve tan perdida en mis pensamientos el día de hoy que no noté que no procure mi plan de alejarme de Takano-san.

-Olvidaste esto.

Un segundo después el me lanza el frasco de pastillas que olvidé arrebatarle cuando hui al baño.

Con esto entramos en el silencio de costumbre mientras recorremos el camino de regreso a nuestros departamentos, al no poder hablar de nada trivial nosotros solos.

-Lamento el haberte gritado… y no haberme centrado en el-el trabajo –mi voz apenas si se logra escuchar.

-No te preocupes –responde él sin apartar la mirada del camino-, se nota que necesitas descansar.

-No es necesario –digo, recobrando un poco mi voz-, estoy completamente bien.

-Estas tan bien como para necesitar vitaminas.

Con eso la conversación se apaga y me quedo viendo al exterior de la ventanilla. Estar cerca de él realmente me afecta, tanto que no me doy cuenta de que lo que digo puede ser fácilmente leído entre líneas, y sumándole mi falta de habilidad para mentir. Todo para que él se dé cuenta de que solo deseo alejarme en este momento.

Aunque yo sé que él no va a dejarme hacerlo, así como sé que aunque yo desee pasar la noche en mi departamento atormentándome sin nadie cerca; sé que no va a ser así. Voy a pasar la noche con él.

&Onodera Ritsu no baai&

Esa noche solo le expliqué a Takano-san que si fui al médico por mi persona y no por mi madre, y como ya lo sospechaba, él ya lo sabía. Le dije que me empecé a realmente preocupar de mi salud y que por eso había ido a una consulta, ya que esto no es una mentira solo tuve que omitir ciertas partes para que él no se diera cuenta, que el doctor me recetó vitaminas y suplementos.

Le expliqué que no quería que él se enterará ya que sabía que le se iba a involucrar y quitármelas para controlar mi consumo de ellas por el mismo. Y como dije, lo hizo.

Incluso irrumpió en mi departamento para asegurarse de que le tenía todas, e incluso mis recetas. Por poco me da un infarto al darme cuenta de que estaba revisando mi cama, debajo de mi colchón, donde tenía los resultados de mi prueba de embarazo, pero estos al venir en un sobre blanco fueron ignorados.

Tuve suerte de que también mi receta de ácido fólico también estuviera en ese sobre y de que el frasco estuviera oculto en un cajón bajo llave. Realmente no quería que cualquier persona que viniera a mi departamento encontrara algo para demostrar mi embarazo.

Incluso An-kun.

Aunque últimamente he pensado muy seriamente en pedirle su ayuda, sabiendo que podría confiar en él y que no le diría a nadie si se lo pido.

Bueno, de eso hace una semana. Con esto ya llevo mi segundo mes de embarazo.

Y como investigué en internet, realmente los malestares continúan y los mareos siguen igual, pero mis pechos están más sensibles, por lo que evito el contacto y también empiezo a notar mi fatiga. Pero por suerte mi vientre aún no ha crecido.

No me imagino que voy a hacer en el momento que ya sea imposible ocultar mi embarazo, supongo que será el fin en mi estancia en Marukawa y tendría que ver a la cara a mis padres y enfrentar su decepción al enterarse de solo me deje llevar por una relación retorcida.

Pero hasta que ese momento llegué solo debo preocuparme por mi salud y el bienestar de mi bebe y de que Takano-san no se entere de nada. Lo cual se está poniendo cada vez más complicado, desde que se enteró de mis medicamentos me presta más atención y me hace cumplir con el horario exacto para tomarlos. Sin importarle que este en medio del trabajo.

Además de que siempre vigila que haya comido algo antes de tomarlas. Bueno, al menos una cosa positiva ha salido de esto, me he vuelto más responsable con mi persona, aunque esto no sea por mi propia decisión sino por el bienestar de algo más hermoso.

Hubo un momento en que mis nauseas aumentaron de manera brutal por lo que tuve que abandonar la oficina y correr al baño, inmediatamente escucho unos pasos detrás de mí.

-¿Qué pasa, Onodera? –su voz suena genuinamente preocupada.

Pero yo no respondo al estar vomitando en un cubículo del baño. Creo que mis quejidos sonaron muy fuerte, ya que en menos de un segundo escucho una puerta abrirse y mi cuerpo es jalado hacía arriba.

Takano-san me carga en sus brazos junto a su pecho, inmediatamente mi mareo se va y los colores de mi cara pasan de pálido a rojo brillante. Empiezo a gritarle y forcejear para que me baje, pero él no hace caso y solo logro llamar la atención de las personas en la oficina.

Justo en ese momento aparece la presidenta, Isaka-san, junto con su secretario caminando por el pasillo. Y noto que en su cara hay sorpresa al encontrarse con semejante escena.

-Isaka-san, Onodera necesita descansar de nuevo –explica Takano-san con ligero toque de desesperación en su voz.

-Por supuesto, no te preocupes –responde ella con calma.

-No, espere. Isaka-san no me pasa nada, solo fue un pequeño mareo.

-No te preocupes, no hay problema –dice ella con su común sonrisa gatuna.

-Pero… -intento replicar, pero soy alejada de ella a gran velocidad.

Cuando reacciono veo que estoy en el estacionamiento y que me dirijo al auto de Takano-san, me mete en el asiento del copiloto, el corre al lugar del conductor, entra y prende el auto. En menos de un minuto estamos en la calle.

-¿A dónde vamos? –digo temerosa de la situación.

-Al hospital –responde mientras aprieta el acelerador- necesito que te revisen.

-¿¡Qué!?

-No me digas que estas bien –está empezando a gritar-, porque no es así.

-No pasa nada, estoy bien. Es normal.

-No es normal que te dé por vomitar en medio del trabajo.

En ese momento ya no pensé en nada y simplemente exploto sin pensar mucho en lo que sale de mi boca. Realmente veo que se preocupa por mí y el sentimiento de culpa al no decir la verdad me invade por completo. Yo solo quiero decir la verdad y saber que todo estará bien.

-¡Claro que es normal! ¡ES NORMAL SI ESTOY EMBARAZADA!

Justo en ese instante Takano-san paro el auto bruscamente y empezó a mirarme fijamente.

Ahí me di cuenta de mi gran metida de pata y de que lo que acaba de decir ya no tenía reversa.

-¿Qué-qué dijiste?

Por primera vez vi a Takano-san realmente nervioso.

-Nada, no dije nada.

-Repítelo, por favor.

Me veía con sus ojos que tantas veces me habían hipnotizado, pero ahora se veían suplicantes y esperanzados al mismo tiempo. Y ya no pude aguantar. Y tal y como me había pasado diez años atrás, al confesarle mis sentimientos por primera vez, al verlo solo pude decirlo sin pensar. Mi garganta tiene un nudo, pero mi voz salió.

-Es-estoy embarazada.

Ahí fue cuando mis lágrimas se soltaron por completo y no pude hacer nada al respecto. Sentí los brazos de Takanos-san estrujarme contra su pecho y mientras me daba besos por toda mi cara hasta que llego a mis labios.

-Ritsu, dime que ese hijo es mío.

-Si lo es, es tuyo -dije sin poder mirarlo.

Apenas si mi voz lograba salir de mi garganta. Y de ahí supe que realmente estaba protegida en sus brazos, que si lo tenía a él a mi lado nada iba a pasarme. Por un momento pareció que todos mis problemas desaparecieron y que todas las presiones ya no existían.

Las lágrimas volvieron a salir.

-Ritsu, todo va estar bien.

-Lo sé.

-Te amo.

Días para que Onodera para que se enamore completamente: 0 (Pero decirlos en voz alta es algo diferente).


1* En este mundo decidí que todos los ukes sería mujeres, si, incluso Yokozawa-san. Si no hubiera sido raro, pero era la competencia de Ritsu, por lo que era necesario.

2* No pude evitarlo xD Claro, Ritsu, siendo hombre te dejará en paz.

Bueno, ¿Qué tal?

Me gustaría recibir sus opiniones acerca de esta mini-historia.

Saber si quieren que ponga el otro capítulo pequeño como un extra.

Ni siquiera yo sé cómo esto término así, tenía entendido hacer algo pequeño de solo una o dos páginas y cuando me di cuenta había nueve páginas hechas.

Espero les haya gustado.

Con amor la Fujoshi Ili-Dany.