Se había quedado sin municiones nuevamente, pronto tendría que ir al mercado negro por más. Una de las cosas más irritantes que podian ocurrirle era exactamente eso, quedarse sin municiones, De hecho, le daban ganas de dispararle a alguien.

La chica, si eso era..., se encontraba en el mismo lugar, su mismo escondite, el que había usado cuando necesitaba un lugar seguro para dormir. Su "apartamento" como solía decirle era el último piso de un edificio abandonado, en otra era había sido un importante banco, pero el Piltover nada se queda como importante por mucho tiempo y aquello aplicaba a todo, Desde edificios hasta alimentos, Todo era pasajero, deshechable cuando apestaba o había una nueva versión. Incluso las personas.

Pero a ella no le importaba, en lo más minimo, para ella era un buen lugar, había una exelente vista. Un gigantesco tragaluz en lo más alto, colocado en una de las caras del edificio, desde allí se podía ver la ciudad completa, Aquella vista era de las pocas cosas que disfrutaba de Piltover. La chica se deslizaba con sus esbeltas piernas atraves de casquillos vacíos de bala que se esparcian por el suelo junto con otras cosas como cajas de dulces, alguna que otra computadora en desuso, y muchos envoltorios de chocolates.

Estaba Descalza, le gustaba la sensación de los casquillos en sus pies. También se encontraba en su ropa interior, después de todo ¿Quién podía verla?.

Caminó lentamente para poder hacer todo el ruido posible, el tin tineo de los casquillos era embriagador, la incitaba y le recordaba la diversión, La hermosa diversión de dispararle a algo, de hacer estallar un auto, de burlarse de lo mejor de la ley, le recordaba el sudor al huir corriendo, Le recordaba los mil y un disfrazes que le habían servido para infiltrarse. Incluso le recordaba el rostro de sus dos mejores amigas. Caitlyn Y Vi. Aunque ellas aún no sabían que eran sus mejores amigas.

Jinx caminó hasta un viejo mueble, se inclino para poder abrir el cajon más bajo de este, pero antes de hacerlo ladeó su cabeza a ambos lados para verificar que Fishbones no estaba cerca, Fishbones era un chismoso. Del pequeño cajon saco un cuaderno, un cuaderno rosado adornado con brillantina y centellas de plastico, verificando una vez más que no había nadie cerca abrió el cuaderno.

Dentro de él habian paginas de periodico recortadas y pegadas de nuevo, muchas tenían su nombre encima, hablaban sobre ella y sus horas de diversión, también había algunas con sus mejores amigas dando entrevistas. A jinx le gustaba comprar los periodicos aunque en realidad no los compraba, amenazaba a los chicos que los vendían, y tampoco los leeía, solamente le interesaban las fotos de ella, de la sheriff y su infame compañera.

Después de un rato de hojear en sus recuerdos, sintió un deseo dentro de su corazón, casi tan potente como su deseo de volar algo en llamas pero no tan potente, era más bien una aproximación. Ella sintió el deseo de escribir algo en su cuaderno, Quizás una carta o una reflexión, o quizás el plan de su siguiente atraco. Lo que fuese, necesitaba escribirlo.

Cerró su cuaderno y lo guardo bajo su brazo, ahora necesitaba una pluma o algo con que escribir. Rápida como una bala fue a su "cocina", dejando su preciado cuaderno en una silla de plástico comenzó a buscar en los estantes y almacenes vacíos, después de unos minutos se dio cuenta que no tenía nada con que escribir lo que su mente le pedía a gritos. Se detuvo en medio de la cocina, levanto una mano y la llevó a su barbilla, trataba de concentrarse y Caitlyn hacía la misma posé cuando se concentraba en algo, Jinx la había visto muchas veces hacerlo.

Finalmente consiguió su respuesta, si no tenía una pluma con que escribir...solamente tenía que pedir prestada una. Sin más que decir, corrió hasta el extremo más alejado de su escondite hasta que se encontró frente a una puerta de acero muy grande, la chica deslizó la puerta con ambas manos, dentro estaba muy oscuro, pero estaba pensado para que fuese así.

Jinx entró a la habitación, al momento de entrar pudo escuchar sonidos, los habituales sonidos de la gente que mantenía encerrada allí. No tardaría mucho para que llorasen y suplicaran por salir de allí, fue entonces cuando recordó porque odiaba esa habitación.

La criminal caminó hacia un muro que ella conocía, con el puño cerrado presionó el interruptor de la luz, el lugar se vio inundado entonces por la tenue luz de un foco que colgaba del techo. Al ver mejor dentro del lugar la chica camino hacia un hombre que tenía una bolsa negra de tela sobre su cabeza, el hombre estaba esposado a una tubería, se estremecía y movía sus piernas freneticamente al escuchar los pasos de su captora acercandose.

-¿Q..quién es?...Muestraté-. Gritaba el hombre esposado, Jinx solo arqueo una ceja y suspiro irritada, estaba taaaan acostumbrada a esto. Se acerco al hombre con aspecto de empresario y levanto su rostro cubierto de la tela negra.

-Amor, Esa no es forma de hablarme-. Dijo, tomó la barbilla del hombre y la apretaba sus mejillas con sus dedos. -Solo quería un favor tuyo...¿No quieres hacerme un favor corazón?-. Dijo riendose un poco.

El hombre tartamudeo. -Ju...Juro que cuando sepa...Qui..quien eres...La vas a pagar...- trataba de sonar lo más amenazante posible, La verdad, es que a Jinx le causaba mucha gracia.

-Hay, ya! Haha.- le respondió la chica dejando su mandibula libre y con esa misma mano buscó en los bolsillos del saco del hombre, después de todo, los ejecutivos siempre tienen plumas encima.

El hombre se retorcía sobre si, jinx solo miraba divertida como intentaba zafarse de las esposas...era una sensación curiosa tener a alguien...en especial un hombre de aquella forma...Era la misma sensación glamorosa y exitante que sentía al disparar sus armas...aunque esta era más...provocativa...le gustaba la idea de poder hacer lo que quisiese con sus prisioneros...lentamente la chica lamío el rostro del hombre, este preguntaba que hacía pero Jinx no respondió, solamente se rió como si fuese una niña traviesa aún.

Entonces encontró lo que buscaba, un objeto cilindríco estaba en su mano, lo tomó y se puso de pie de nuevo, camino mientras se mordía el labio, caminó hacia la puerta y apagando la luz, volvió a dejar el cuarto a oscuras.

Jinx tenía una costumbre, una rara costumbre, Siempre que tenía ganas de ver a sus amigas sentía la urgencia de escribirlo en su secretarium, y lo llamaba así porque Diario sonaba muy refinado, aquella tarde escribió sobre la diversión que tendrían Caitlyn, ella y Vi, sobre todo Vi, Cuando Jinx se apareciera como invitada de honor a la fiesta de 16 años de la hija del Primer ministro, Claro que nadie se había molestado en invitar a Jinx, Pero todo Piltover la adoraba. ¿Que podía salir mal?.

Además...ya se había molestado en poner las cargas de explosivos en el lugar de la fiesta...


Puesh esto, me encanta el GravesXjinx y esta sera una historia muy muy larga, Y no, no habrá nada de Liga de Leyendas o instituto de guerra, pero si abra muchos campeones que harán una que otra cosa, Como...Jayce o ezreal, tal vez urgot, porque el es hermoso UwU, Si les gusta dejen review y..Gracias por leer :3