Una chica de rizos avellana soltó un pesado suspiro, a sus 28 años era una medimaga consagrada a su trabajo, aunque fuera novata en su profesión era reconocida por sus nuevos métodos revolucionarios. La bruja después de la guerra deseaba emprender una carrera en la vida política en el mundo mágico pero al término de los juicios de Wizengamot quedó hastiada de la política. Entonces decidió ayudar a los brujos a sanar heridas.
"—Sé que te pido mucho pero en verdad necesito que ayudes a esta persona.—La voz de Harry sonaba desesperada, sus facciones estaban contraídas y reflejaban una profunda preocupación.—Es un favor especial."
Hermione Granger no podía darse el lujo de negarse a un favor especial a su mejor amigo y benefactor principal. Al término de la guerra no pudo deshacer el hechizo lanzado en sus padres, la familia Weasley le apoyaba pero después de terminar con Ron la situación se tornó extraña. Se llevaba bien con todos los pelirrojos, seguían siendo su segunda familia pero no deseaba seguir dependiendo de ellos. Por esa razón se fue a vivir con Harry a Grimmauld place, además de que el chico financió sus estudios. Le debía mucho.
"—Es una persona difícil pero sé que podrás ayudarlo.—El héroe del mundo mágico comentó ya más tranquilo.—Él ha aceptado que seas tú quien le ayude a recuperarse. "
Harry Potter se volvió un importante elemento en el departamento de Aurores, ahora él dirige grupos tácticos para la persecución de algunos mortifagos rebeldes, que aún quedaban en el mundo mágico. Él también finalizó su relación con la pelirroja Weasley, ambos se dieron cuenta de la enorme lista de diferencias que los separaba.
"—De su familia no te preocupes, ellos han cambiado en estos años.—El chico trató de formar una conciliadora sonrisa.—Aman a su hijo sobre cualquier cosa en el mundo. "
La mujer sujetó fuertemente la maleta que llevaba en la mano derecha, para que la recuperación fuera más rápida y completa debía hacerse cargo del paciente por las 24 horas, fungiendo también como enfermera por ese motivo ahora su residencia serían en esa enorme mansión. Dio un par de pasos temerosa, aún los recuerdos de la tortura sufrida en esas paredes erizaba su piel. Cuando llegó al portón y presionó el timbre, un elfo apareció. La criatura llevaba un precioso traje. La invitó a seguirlo.
Hermione quedó sorprendida por el interior, era distinto a sus recuerdos, la edificación fue remodelada, el jardín ahora estaba repleto de varias especies de flores, fuentes hechizadas, algunos animales vagaban por las zonas. Los colores pasteles abarcaban esa edificación de estilo victoriano, es como si estuviera rodeada de una luz nunca antes vista. Cuando cruzó la puerta y detectó el lobby modificado en su totalidad, cuadros de anteriores cabezas de clan desaparecieron siendo reemplazados por flores o pinturas más agradables.
—Buenos días señorita Granger.—Una femenina voz hizo acto de presencia, ahí estaba la señora Malfoy, elegante y con una burguesa expresión impresa en su rostro.— Sospecho que el joven Potter le ha dado los detalles de la situación ¿Verdad?
La castaña asintió para seguir a la aristocrática mujer que le invito a pasar a la sala donde cada una tomó asiento en sofás contrarios. Sin dudas ese sitio ahora poseía una armonía más natural, como si borraran las huellas el pasado. Agradeció la remodelación ya que sus pesadillas no volverían durante su estadía.
—Desarrolle una carrera como medimaga pero usó una técnica muggle llamada fisioterapia que ayuda a los magos con las secuelas de algunos maleficios. —La chica sacó un par de pergaminos que su amigo le proporcionó.—Me han dado una lista de las consecuencias del hechizo lanzado en el paciente pero no especifican el origen.
—Fue un error doméstico con algunas maldiciones que trataba de aprender, es preferible que no sepa la razón es lo que Potter y mi esposo me han informado.—La mujer movía nerviosamente los dedos evadiendo la mirada de la castaña, era claro que ella también desconocía la verdad .— Espero se sienta cómoda en la recamara que le hemos asignado.
Hermione deseaba decir que sí, que le emocionaba vivir en ese palacio pero la verdad se le notaría en sus gestos. No, no le gustaba saber que pasaría algunos meses conviviendo con esa familia. Aunque al ver el semblante de la mujer descubrió que había cambiado, se notaba más relajada como si toda su arrogancia del pasado hubiese desaparecido. Para ser honesta Granger no sabía mucho de la familia Malfoy después de los juicios, mantenían un perfil bastante bajo y alejado de los chismes.
—Mi marido no se encuentra en la mansión, solo seremos nosotros tres y algunos elfos que regularmente se encuentran haciendo sus deberes.-—La mujer se detuvo como si recordara algo importante.—Todos ellos reciben una paga y poseen una habitación.
Hermione por primera vez notó una honesta sonrisa dibujada en ese serio rostro. Se sonrojo ante la aclaración, deseaba preguntar si aquella modificación fue pedida por Harry como una de las condiciones para que ella trabajará en esa casa.
—Es una casa muy grande, también tenemos una enorme biblioteca que está a su disposición.—La mujer se puso de pie para invitarla a seguirla.—Puedes disponer de lo que quieras, sólo pídelo y lo traeré para ti.
—Muchas gracias Señora Malfoy.—La leona siguió los pasos de la mujer, era verdad lo que Harry dijo, esos brujos amaban a su hijo a tal grado de aceptar a una hija de muggles como su igual. —Me gustaría ver al paciente ¿Si eso es posible?
A Narcissa le hubiese gustado terminar el tour por esa casa, ya que le servía el tiempo para armarse de valor y prevenir a la bruja. Tragó en seco para asentir con un leve movimiento de cabeza, deambularon por el primer piso hasta llegar a una de las alas más lejanas. Cuando llegaron a una puerta de madera se detuvo con la mano puesta sobre la perilla.
—Le pido que sea paciente, él no es esa persona que conoció en el colegio.—Su voz era entrecortada, antes de girar la perilla se dio la vuelta para mirar de frente a la chica.—No sé cómo se vaya a tomar su presencia.
Hermione comprendió ese gesto, quizá el hombre dentro de la recamara no sabía de su presencia aunque Harry le juró que él aceptó la rehabilitación, tal vez era mentira. Muchos magos que sufrieron problemas en sus cuerpos se oponían a seguir una terapia física. No entendía porque Potter sentía una gran responsabilidad con lo sucedido a ese hombre detrás de la puerta.
—Déjeme a solas con él.—La castaña le indico a la afligida mujer.— Estoy acostumbrada.
Hermione giró la perilla y se abrió paso por la puerta dejando a Narcissa en el pasillo. La habitación era bastante amplia, en la primera parte estaban dos sillones individuales grises con una mesa redonda en el centro. Una cama donde podría caber toda la familia Weasley, entonces noto cortinas moviéndose por el aire.
Cruzó la habitación notando los diferentes retratos puestos sobre algunos taburetes, cuando corrió la cortina logró ver un camino que llevaba hacia un jardín. Ahí encontró a un rubio de cabellos rubios casi plateados sentado sobre una silla de ruedas de madera, llevaba una cobija verde escarlata con el logo de Slytherin en las piernas. Mantenía los ojos cerrados como si disfrutara de la brisa. La barba en su barbilla lo hacía lucir mayor, descubrió que también estaba delgado y más pálido de lo normal.
La leona llevó el dorso de la mano a su boca para no hacer ruido. Nunca en sus más locos sueños se imaginó a Draco Malfoy en ese estado. Su brazo derecho descansaba como un tronco viejo sobre regazo. Entonces los párpados se separan dejando ver unos brillantes orbes grises.
—¿Que h..a...c..e..r a..q..u..i tu? —Draco cuestiono con dificultad arrastrando las palabras trataba de formular más cuestionamientos pero su boca lo prohibió.
—Debes calmarte.—La mujer se acercó con cierto grado de temor, posó sus manos sobre su regazo.—Trata de respirar.
Las consecuencias de la maldición lanzada en Draco Malfoy estaban perfectamente redactadas en los pergaminos dados por Harry. Poseía afasia, un problema en el uso o la comprensión del lenguaje. Este trastorno se produce por daños en áreas del cerebro responsables del lenguaje. Parálisis en su pierna derecha razón por la que no puede caminar, debilidad en el brazo del mismo lado, a consecuencia es incapaz de usar la varita. Por último los medimagos dejaban en claro que la mente del joven Malfoy no sufrió consecuencias, entendía lo que las personas le decían, no poseía lagunas mentales ni disminución en la área cerebral, solo su cuerpo era quien no respondía a sus órdenes.
—Hola Malfoy, he venido a cuidar de ti.—La leona trato de formar una sonrisa pero esos orbes grises que la observaban con furia le daban a entender que no era bienvenida.
Notas de la autora: Esta historia iba a ser un oneshot pero no podía meter toda la historia en un capitulo así que decidí hacerlo un mini fanfic. Esta basado en la canción Make you feel my love de Adele. Espero les guste, no va estar muy largo.
