No me pertenece ningún personaje, sólo la historia owo
Muerta, completamente muerta
Era en lo que sólo pensaba esa persona la cual corría con rabia hacia quien la había matado, soltó un alarido en el aire y de un golpe derrumbó al verdugo de su amor. Lloraba y golpeaba a quien antes había sido su aliado, no importase de que ella estuviera por traicionarlos, no, no importaba, lo que importaba es que ella no podría seguir viviendo… y menos que él siguiera viviendo sin ella.
Sus actos eran compulsivos, tal vez más tarde se arrepentiría por la decisión que había tomado, pero no por ver de que había matado a ese hombre, no, no por eso, de echo se sentía orgulloso de eso, por haberle matado y lo más importante; lo había matado el solo. Se arrodilló y se acercó al cuerpo inerte de su amante, una amante la cual era todo lo opuesto a él. Se guardo las lágrimas por que esta vez no lloraría, no lo haría pues la rabia que sentía era más inmensa que su tristeza.
La única persona que le comprendió y amó
Tragó saliva forzosamente, cualquier movimiento le dolía, aún el más mínimo, se levanto con cautela y prendiendo fuego sobre el cadáver del verdugo y derramó unas cuantas lágrimas soltando unos que otros pequeños gemidos. Se acercó otra vez a su amada y sentándose a su lado vio como el fuego quemaba lentamente el ahora cuerpo de su enemigo hasta dejarle los huesos tostados y pequeña carne viva en ellos.
La noche era muy seca, unas sombras se acercaban con cautela hacía donde ahora reposaba el repugnante esqueleto, uno se detuvo y observo el cuerpo con asco, pero él otro se acercó y abrazo a su compañero que tenía la mirada perdida y murmurándole unas silenciosas palabras lo levantó mientras la otra persona se encargaba de levitar los cuerpo.
Las palabras eran insuficientes¡deseaba venganza!
Días habían pasado de ese funesto y terrible acontecimiento, nadie había sospechado que ella había sido matada por traicionera, y menos de que él había matado al asesino de su amada por furia; pensaban que habían sido mortífagos, no, nadie sospechaba de él y eso le enfurecía más. Caminó silenciosamente con cautela, apareció en la cocina soportando las miradas de lastima dirigidas hacia él, eran desesperantes tener que caminar sin sus miradas encima.
Mientras más pasaba el tiempo, más paranoico se volvía, oía voces, y precisamente no le decían lo correcto; pero era lo que quería escuchar. ¡Esa maldita orden le había quitado lo más amado!, nunca se perdonaría lo que haría más tarde, pero eso en ese momento no le importó, avanzo con sigilo, lo cual era raro en él, y en unos instantes se encontraba fuera del edificio.
No le quedaba más que la traición
Avanzó por la calurosa calle hasta llegar a un callejón, y haciendo uso de su varita se transformó en una regordeta rata marrón y busco por todos lados un lugar en donde hubiese un disturbio. Los días seguían y nadie sospechaba de él, por las noches seguía buscando a los enemigos de la orden y en el día aparentaba ser el mismo hombre torpe de siempre, gracia le causaba que nadie sospechara de él.
Todo fue mejorando para él, al fin había encontrado a la persona a quien buscaba, un mago al cual muchos temían y al cual se osaba a mirar en ese instante
-¿Qué es lo que deseas? –preguntó con desinterés Lord Voldemort
-Entregarte a los Potter –Le respondió con seguridad provocando que el otro sonriera con cinismo
Algún comentario (alabanzas o criticas XD) serán bienvenidos owo... las críticas nomás con respeto y sin llegar a insultarme ¬¬... gracias por su tiempo.
