"La Sacerdotisa de Konoha"

NARUTO Y SUS PERSONAJES NO ME PERTENECEN SOLO LA HISTORIA Y ALGUNOS PERSONAJES AJENOS A ELLA

DI NO AL PLAGIO

CHICOS Y CHICAS ESTA HISTORIA ES MIA! ME ESFUERZO DEMASIADO EN ELLA ASI QUE NO LA COPIEN SEAN ORIGINALES SI NO LO HACEN ME PONDRE TRISTE Y YA NO ACTUALIZARE Y ELIMINARE CUENTAS OKI

Hola, este es el primer capitulo de la historia espero les guste, pues es mi mayor proyecto, disfrútenlo.

Capítulo 1: CHOCOLATES

Cerca del mediodía en un bosque ubicado a las afueras de cierta aldea ninja se podía ver corriendo desesperadamente a una joven.

—Demonios porque me sucede esto a mi. ¡AH! Me están alcanzando si sigo así jamás los perderé.

Eran los pensamientos de la chica mientras iba corriendo y trataba de imaginar cómo había llegado a esa situación cuando hace 2 horas estaba feliz de la vida. Y ahora por culpa de quien sabe quién estaba corriendo como loca hasta donde sus piernas le daban y por si fuera poco sentía que los pies se le iban a caer de dolor.


—Toma también tengo uno para ti.

Dijo ella a un joven moreno delgado aparente de su misma edad con cabello corto chino y piel clara, mientras estiraba su mano para entregarle una pequeña canasta con unos chocolates envuelta en papel celofán con un listón rojo.

—Ah. Muchas gracias Christine.

—No hay de que Bryan— respondió la chica con una gran sonrisa que hizo que el chico mostrara un poco de rubor en sus mejillas.

—De todos modos gracias.

—Aja... bueno voy a terminar de repartirlas.

Su nombre algo simple, común como cualquier otro... al menos en ese mundo.

Christine de tan solo 17 años de edad, cabello castaño claro un poco debajo de sus hombros, ojos negros, piel apiñonada y cuerpo ni muy delgado ni muy gordo.

Ese día llevaba una falda de vestir negra con una blusa blanca, manga, zapatos grises de tacón y saco cortó negro de 3 botones.

De repente se oyó una explosión, todo el lugar fue iluminado por una luz cegadora.

— ¿Pero qué demonios…?

— ¿Qué? fue eso—pregunto una chica.

—No tengo idea—respondió otra.

—Espera, ¿qué es eso que se ve?

La luz y el humo de la explosión fueron desapareciendo poco a poco y dejo ver 2 sujetos parados

— ¿Quiénes son ellos?

—No puede ser. Imposible esos son...

Christine pudo ver perfectamente a esos hombres sabía quiénes eran, sin embargo era imposible de creer lo que sus ojos veían, pero ahí estaban frente a ella, no eran con los que siempre soñaba despierta de eso estaba segura, pero eran del mismo lugar que ellos.

Capas negras con nubes rojas y sandalias ninja eran lo que vestían ellos, uno con una gran oz en la mano, ojos color violeta y todo el cabello hacia atrás, el otro con una máscara que cubría su rostro solo dejando ver un par de ojos negros.

—Maldito Itachi pudo hacer que cayéramos en un mejor lugar jashin-sama lo castigara por descuidado.

—Ya Hidan, el líder y él nos aseguraron que no tenían idea de si caeríamos en el lugar correcto. Por cierto, ¿dónde estamos?

—Y yo qué demonios voy a saber Kakuzu, eres un imbécil no ves que yo caí junto contigo

Toda la gente miraba de arriba abajo demasiadas veces a esos dos.

—Disculpe señor, ¿porque viste así? — pregunto un hombre dirigiéndose a Kakuzu

— ¿Como que porque? Es porque soy de akatsuki.

—¿Akaki?

— ¿Akatsuki?-repitió Kakuzu.

— ¿Asuki?

— ¡ES AKATSUKI!- grito Hidan, furioso tomo al pobre hombre de la camisa y lo levanto como si fuera de papel— dime ¿dónde diablos estamos? — siseo peligrosamente.

—Bueno... yo... Pero...

— ¡RESPONDE O TE USARE COMO SACRIFICIO PARA JASHIN-SAMA!

—E... Estamos en México señor.

—México a bueno gracias—dijo Hidan bajando al hombre amablemente y sacudiendo le la camisa como si tuviera polvo.

*Caída de Kakuzu al estilo anime*

—De nada—alcanzo a decir antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo.

—Déjate de idioteces. ¡HAY QUE BUSCARLA!- grito Kakuzu enojado a Hidan— no tenemos...

—Hey Kakuzu—lo llamo Hidan pero este no lo oía.

—Idea de donde pueda estar por eso…— continuo el moreno con su monologo.

—Kakuzu.

—Creo que es mejor si nos separamos para cubrir más terreno.

— ¡KAKUSU! ¡MALDITO BASTARDO DEJA DE IGNORARMEY PONME ATENCION! ¡SI NO QUIERES QUE TE MATE!

La tensión era fuerte

—Pudiste haberlo pedido amablemte.

— ¡ESO HICE!

—Bueno, ¿y entonces qué?

— ¿Que de qué? —pregunto Hidan confundido.

— ¡QUE ME HIBAS A DECIR! — grito Kakuzu.

—Ah, si eso.

— ¿Y bien?

—La encontré.

—Ah la encontraste. Espera ¿Qué? Porque no me dijiste algo tan importante desde el principio.

— ¡PORQUE NO DEJABAS DE PARLOTEAR!

—¿Y dónde esta?

Hidan comenzó a caminar rumbo a Christine mientras la miraba fijamente a los ojos los que se encontraban en la oficina inmediatamente al verlo huyeron de ahí quedando solo ella y los dos ninjas Kakuzu inmediatamente giro su vista hacia la joven y la analizo durante un minuto.

—Es ella—dijo Hidan señalando con la cabeza a Christine.

— ¿Ella?-pregunto Kakuzu con una expresión de desconcierto en su rostro— ¿ y cómo sabes que es ella?

—El collar.

— ¿El collar?

—Sí, ve el pergamino que nos dio el tonto del líder.

Kakuzu saco un pergamino bastante viejo, se sorprendió veía repetidamente el pergamino y luego a la chica.

—Tienes razón, bueno al menos fue más fácil de lo que creí, ya es hora de regresar—dijo mientras se acercaba a la chica y la jalaba del brazo y empezaba a caminar.

—¡OYE! Pero qué diablos.

Kakuzu arrastraba a la pobre chica, cuando estuvieron fuera del lugar donde llegaron, durante un descuido de el recibió un golpe en un lugar no muy apropiado, aprovechando Christine se soltó de su agarre y corrió de regreso pero Hidan se do cuenta y la tomo con brusquedad, la arrojo contra unas puertas de cristal de una sala de juntas que estaba en ese pasillo haciendo que de golpe las atravesara destruyéndolas casi por completo.

—Pero que rayos paso. Oye tú ¿estás bien? Vamos respóndeme—un hombre de traje se acercó inmediatamente a Christine a socorrerla la cual yacía en el suelo inconsciente con cortadas por todo el cuerpo.

—Ni siquiera intentes escapar otra vez—dijo Hidan aun sabiendo que ella estaba inconsciente con una sonrisa que atemorizo todos los presentes.

— ¡¿TU LE HICISTE ESTO?! —le grito un hombre que se dirigía hacia el.

—Cállate y quítate si no quieres morir esa niña nos pertenece.

—No sé quién eres pero no dejare que te la lleves.

—Acaso me estas retando jajaja creo que aún hay tiempo para divertirme un poco torturándolos.

Rápidamente Hidan corrió apareciendo atrás de el, antes de que se diera cuenta Hidan uso su oz y lo atravesó aventándolo contra el suelo, los presentes estaban a punto de salir corriendo pero Hidan al ver su reacción lanzo su oz bloqueándoles el paso y se dirigió hacia ellos.

—Ah no eso sí que no, no se irán ahora que la diversión está por comenzar.

Tomo la oz y la dirigía ahora hacia una mujer castaña de aproximadamente 35 años pero antes de golpearla se alcanzó a ver una sombra negra atrás de Hidan esta lo lanzo lejos de ahí evitando que matara a la mujer, todos quedaron impresionados al ver quien era la sombra que los había salvado.

Sus ojos se abrieron lentamente, trato de enfocar la mirada en entorno hasta que pudo ver con más claridad.

—Vaya al fin despiertas nos has causado muchos problemas.

Christine era cargada por Kakuzu, iba en su hombro como costal de harina.

—Nunca me imaginé que fueras tan fuerte fue nuestra culpa el haberte subestimado.

— ¿Subestimado? Pero de qué rayos hablas. Hay mí, cabeza siento como si fuera a estallar ¿qué me sucedió?

— ¡PEQUEÑA ZORRA! ¡NI CREAS QUE TE SALVARAS FINGIENDO DEMENSIA! ¡PAGARAS MUY CARO LO QUE MEHAS HECHO!

— ¿De qué rayos hablas? ¿Eh?

Christine vio a Hidan con la ropa destrozada y heridas profundas que hubieran matado a una persona normal.

— ¿Que te paso? ¿Porque estas así? — pregunto sorprendida.

— ¡¿COMO QUE PORQUE?! ¡TODO ESTO ES TU MALDITA CULPA!

— ¿Mí culpa? Ja si como no, yo no sé pelear. Ve y cuéntaselo a tu abuela a ver si te cree.

— ¡USTEDES DOS YA BASTA! ¡IMPORTA UN PUTO CARAJO COMO QUEDASTE HIDAN! ¡FUE TU MALDITA CULPA! ¡TE DIJE QUE NO HICIERAS IDIOTECES, PERO NO ME HICISTE CASO! ¡Y POR IMBECIL MIRA COMO TERMINASTE! Agradece que llegue a tiempo si no está mocosa de te hubiera matado.

— ¿Matarme? Jajajaja, Esa mocosa no me podría matar nunca, no digas estupideces Kakuzu.

— Lamento decepcionarte Hidan, pero si te hubiera matado. No hubiera quedado ni rastro de ti así que ya cállate.

— Es una broma lo que dicen. ¿Yo pelear? Jajajaja que buen chiste jamás he peleado en mi vida y que casualidad que Hidan parezca un maldito vagabundo y a mí me echen la culpa seguro ellos se pelearon y a mí me quieren cargar todo— era lo que pensaba la chica.

— Bien Hidan es hora— dijo Kakuzu deteniéndose y bajando a Christine.

— ¿Hora de qué?

— Eso a ti no te importa. ¿Qué rayos esperas Hidan? ¿Una invitación o qué?

— Cierra el hocico ya sé lo que tengo que hacer.

Hidan saco un pergamino que se veía bastante antiguo e hizo unas posiciones de manos.

— ¡JUTSU INTERDIMENSIONAL! — grito Hidan.

Un agujero apareció justo bajo sus pies y el suelo se los "trago", y todos cayeron dentro, mientras Hidan no paraba de darle gracias a su dios por poder regresar al fin a su mundo.