**Devuélveme la vida. **

Hola a todos otra vez, gracias por estar aquí, esta es mi segunda historia, se me ocurrió en un momento de ocio pero lo he escrito con todo mi empeño y con un toque de amor, para todos ustedes los que me acompañen hasta el final de la historia: Arigatou gozaimasu.

ai no kotoba.

Ps. Esta vez espero no hacerlos llorar, ni matar a nadie. Todos los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, la historia es totalmente mía, cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia.

"Sí, estamos vivos en una vida donde todo puede pasar: Nada es imposible"

Capitulo 1: Cuando abrió los ojos.

De vuelta del trabajo otra vez cansado, se quito la corbata y se tiro en la silla detrás del escritorio, que estuviera en casa no significaba que no tenía trabajo.

Recibió una llamada que le taladraba los oídos, es su novia Karin, que quería que cenaran juntos. Él aceptó, siempre le hace bien distraerse.

Otro día en la oficina sin más nada que hacer, un día cualquiera, como otros… eso pensó.

-Señor Sasuke… -habló la nueva secretaria de piernas largas- tiene una llamada… de un hospital… -y después de escuchar esas palabras se dio cuenta que en realidad, algo había cambiado, algo iba a cambiar.

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Un día nublado y gris, como su memoria, cuando despertó abrió los ojos de golpe, su respiración se agitó, miro a su alrededor y…Nada…, tenía la bolsa de suero a un lado conectada a su vena, un respirador artificial que se quito casi por reflejo, la máquina a su derecha indicó los acelerados latidos de su corazón, traía puesta una bata de hospital, estaba en un cuarto de hospital, sin saber cómo había llegado ahí, una enfermera entró para revisar sus signos vitales como hacía todos los días desde que estaba ahí, cuando la miro despierta abrió los ojos como platos

-Doctor… ¡Doctor venga rápido! –gritó la mujer de la bata blanca. Un hombre alto pasó tras ella y la miro igual o más sorprendido- ¡Es un milagro!

El hombre se acercó a ella y se aseguro por el mismo de los signos vitales de la chica, Sakura no sabía que decir; trataba de recordar algo y la cabeza le dolía, no sabía por qué estaba ahí, quién la había llevado y por qué estaba sola ¿No se supone que cuando estas en un hospital es porque algo malo te ha pasado, que alguien que se preocupa por ti te ha llevado ahí, y que cuando despiertas esta ahí esperándote y se te va enzima con una gran sonrisa en el rostro? Quizás, así era, pero junto a ella no había nadie, tan solo el joven doctor y la enfermera.

-¿Un milagro? –pregunto Sakura confusa, qué le había pasado entonces

-si… usted lleva así casi 4 meses –dijo la alegre enfermera, el medico la miró fulminante, la sacó al pasillo y se podían oír los gritos del regaño que le dio, aquello la pudo dejar en shock, pero lo único que provoco en Sakura fue llanto, un llanto imparable ante el vacío que sentía, el medico volvió a entrar mientras trataba de calmarla, como no sabía qué hacer, ella lo abrazó, intentando aferrarse a algo real en ese momento mientras entre lágrimas y con su respiración cortada decía

-4 meses… casi 4 meses… qué-qué pasó, quién me trajo aquí –dijo queriendo saber por qué esa persona no se encontraba ahí- y… ¿Quién… soy? –dijo tomando su cabeza entre sus manos, la desesperación, eso era lo único que sentía en ese momento. El joven doctor aun no sabía que decir, hiso una reservación de la sala de radiografías para observar su cerebro, pero mientras eso ocurría, se sentó al lado de la chica y la acurrucó en su regazo con un cálido brazo.

-¿No recuerdas nada? –ella asintió- tranquila… -susurraba mientras le acariciaba su hermoso cabello largo- ya verás que todo estará bien, yo sé mí nombre pero no sé quién soy, al menos tus ojos parecen bondadosos… -le dijo limpiándole las lágrimas, lo que provocó que ella se sonrojara un poco- t-tengo que atender a otros pacientes pero volveré al rato, así que tranquilízate o te darán un calmante ¿Bien? –le dijo con una pasible sonrisa

Entonces se fue dejando a la chica sola, otra vez, sola en la habitación de un hospital, sin nadie a su lado, sin recuerdos ¿Qué haría, dónde viviría, cómo pagaría 4 meses de hospital, tenía familia? Tantas cosas agobiaban su mente en ese momento, si tenía familia por qué no estaba ahí, si tenía trabajo era obvio que ya estaba despedida, lo único que podía hacer era quedarse quieta, como los últimos 4 meses, quieta, luego vería qué hacer; se quedo ahí esperando a que alguien apareciera por esa puerta pero nada, solo una enfermera, tres horas después quizás, un doctor de unos 54 años. Ya se había duchado y había comido, se había encargado de llenar cada hueco de su estomago, tenía tanta hambre como nunca antes, al menos eso pensó, pues no sabía nada del "antes" de su vida.

El primer doctor que la había atendido cuando había llegado al hospital entro, pero ella no lo conocía, por algún motivo quería ver al que la atendió esa mañana, pero era algo normal, en un hospital hay muchos doctores y ese hombre era el que debía llevar su caso, se notaba por su edad, el otro doctor seguro solo checaba a pacientes como ella o pasaba por el pasillo cuando la enfermera lo llamó.

-¿Esta bien? Le tengo una sorpresa… -se hiso a un lado para que alguien pasara- por favor pase señor Uchiha… pero procure no alterarla… -por algún motivo los ojos de la chica rebosaron de alegría al verlo, aunque no sabía quién era, no le importaba, alguien estaba ahí.

~4 MESES ANTES~

Otro día normal para la vida de Sakura, pensando en qué haría ese momento, seguro terminar de desempacar sus cosas, ya hacían 6 meses desde que se había graduado como doctora, y aunque era una de las mejores, no encontraba trabajo hasta esa mañana que le habían llamado, iba despistada por la calle, con una enorme sonrisa que no se le había borrado del rostro desde que el hospital más prestigiado de Konoha, le ofreció una oportunidad, pero tendría que presentarse en el hospital y demostrar sus conocimientos, aunque con haber visto su tesis e historial la mayoría pensó que sería muy útil tenerla ahí, además todos mejoraban con la experiencia de los años.

La "entrevista" sería al día siguiente, aunque ella estaba segura de que lo haría bien, por el momento solo quería comprarse algo dulce y llegar a su nueva casa. Se detuvo frente a una tienda y compró pan, amaba esa panadería, ninguna otra estaba abierta hasta las 8 de la noche con el pan recién salido del horno, era feliz, en su vida normal como cualquiera de las personas que cruzaban la calle en ese momento, estaba a casi 30 minutos de su casa, tendría que pasar la calle y caminar a la estación de tren si quería llegar a tiempo para ver su serie favorita.

-cuando valla al trabajo casi no tendré tiempo… -dijo para si misma ilusionada, todo estaba bien, aunque era una noche fresca y ella no traía abrigo, estaba bien, su cabello largo le cubría los brazos dándole confort, camino como 15 minutos hasta que ya no hubo gente cerca, esa calle no era muy transitada por la noche ya que estaba llena de puestos de verduras, tortillerías, y otros puestos, estaba más lleno en la mañana. Cogió un pan y se lo llevo a la boca después de cerciorarse que el semáforo aun estaba en rojo, entonces se aventuro a cruzar la calle, sin saber qué ocurría después, sintió un gran golpe, mucho dolor, sangre, perdió la conciencia, no sintió nada más.

~UNA HORA ANTES~

Sasuke estaba en la oficina como siempre, con sus problemas resueltos y con los que no tenían solución, sintiendo su vida algo vacía y falsa, condujo hasta el bar y bebió como otras noches, vale, esa vez bebió un poquito más pero daba el mismo efecto, se despidió su amigo Naruto y se fue, al otro día tendría mucho trabajo, siempre tenía mucho trabajo.

Directo a su departamento, eso creyó, nunca se imagino que en la siguiente hora estaría en el hospital con una completa extraña. Tenía prisa, mucha prisa por volver pues se le había olvidado darle de comer a Rex, su mascota desde hacía 2 años ¡Y todavía se había ido al bar!

Dobla la esquina, perfecto, ese tramo era recto y no había más coches circulando, semáforo en rojo, maldición, no había nadie del otro lado para pasar la calle, y él no era muy paciente pero pararía de todos modos, sin fijarse que en el último minuto una chica que se metía un pan a la boca, con la melena en su rostro y perdida en su propia vida se decidió a pasar, justo cuando el semáforo se ponía en verde y él aceleraba (le encantaba la velocidad y no había tenido que frenar), lo siguiente que supo fue que estaba al lado de la chica tirada en la carretera, su cabeza sangraba debido al gran golpe que se llevó al rebotar contra el coche y golpearse muy fuerte en la acera, él no sabía que hacer.

Dios, ¿pensarían que estaba ebrio y la atropello, no fue del todo su culpa, o sí? Sin saber que hacer la tomo en los brazos y la llevo al hospital, cuando le preguntaron porque la había llevado dijo "porque las ambulancias tardan mucho", todo nervioso y tembloroso esperando en la sala, siendo llevado después por unos oficiales, ni siquiera tuvo tiempo de pensar en Rex.

En la comisaria explico la situación según sus hechos, si bien había tomado, no rebasaba los limites de alcohol permitido. Lo dejaron ir al día siguiente con una gran multa, puesto que no había huido y en cambio ayudo a la joven (lo menos que podía hacer era llevarla al hospital), dijeron que esperarían a que ella reaccionara para que diera su declaración, mientras eso sucedía él se haría cargo de los gastos médicos, lo que fue un mal trato según él al saber que la habían operado para estabilizarla y debido al golpe había quedado en coma.

Qué debía hacer, si bien pensaba no era su culpa del todo, le había arruinado la vida a una joven. ¿Y si alguien la esperaba en casa, si tenía familia, trabajo…? En ese momento se sintió devastado y se sumergió en el pánico.

Al día siguiente no fue al trabajo, además eran vísperas de navidad y sus vacaciones llegarían pronto, se pasó el día en el hospital esperando que mágicamente la chica abriera los ojos, sentado en una silla azul como las otras personas en la sala de espera, cuando un medico se acercó a él

-Es usted el señor Uchiha ¿verdad? El que trajo a la joven de la habitación # 463 –él asintió- entonces sígame por favor.

Así se dirigieron a la habitación de la chica, el medico le tendió una ficha medica que tenían que llenar y que no habían podido pues apenas la había llevado la semana pasada él había desaparecido.

Nombre: no lo sabía. Dirección: no la sabía. Edad: aunque se veía de su edad realmente no sabía. Teléfono: no lo sabía. Tipo de sangre, alergia a algún medicamento…: no sabía nada. Ni siquiera supo por qué había puesto su número telefónico y dirección donde decía "en caso de emergencia".

Llegaron a la habitación y la vio ahí, en la cama sin poder moverse. Se sintió culpable, "si me hubiera fijado, si hubiera volteado antes de acelerar, sino hubiera parpadeado…"

-¿Me esta escuchando? –preguntó el doctor sacándolo de sus pensamientos, él asintió- pues entonces… quedó en coma… es una pena porque muchas personas nunca despiertan, pero no se desanime, también hay muchos casos exitosos…

Fue entonces cuando decidió que no podía decidir sobre la vida de alguien, pero tenía que tomar una decisión

-D-déjela conectada un año… si en un año no despierta… entonces… -quizás con el tiempo ella abriría los ojos, pero sino no le veía caso esperar

-entiendo… A partir del primer mes el coma suele ser parcial o irreversible, la mayoría que no despierta a lo largo de un año ya no despierta más así que no se sienta culpable, eso era todo señor Uchiha, ahora debería descansar, que usted este aquí no significa que ella abrirá los ojos mágicamente.

Así comenzó un cambio repentino en la vida de Sasuke, un cambio muy drástico en la vida de Sakura, un cambio hasta para el doctor que la atendería los siguientes 4 meses… para un cambio todos.

Próximo capitulo: En esa habitación.

En una habitación pueden pasar muchas cosas, en especial durante cuatro meses.

¿Les gusto, o Al menos les pico la curiosidad? Cualquier comentario o crítica es bien recibido.