Sí, sí, odienme. Soy horrible, lo sé. Excusas daría, pero de nada serviría. Ni rimar sirve ): Lo lamento muchisísímo, pero es que, en realidad he andado con un bloque de escrito horrible, estoy trabajando en un long-fic de otro fandom y me vienen ideas de drabbles y one-shots y fuck me odio ._. PEEEEERO esto es una ofrenda de disculpa (y de porfavorlesruego no me trinchen DDD:)
Disclaimer: ¿iCarly, mío? ¿Andrew Garfield y Jesse Eisenberg han decidido tener una boda poliamorosa conmigo? ¿He logrado terminar alguna de mis long-fic? NOOOOO :'C Y POR ESO LLLLOOOORRRROOO.
La mayoría de gente la llama una mala madre. Ella no es de las personas que escuchan lo que el resto de idiotas en el mundo dice, pero eso siempre le llega; no es que Pam quiere ser una mala madre, es solo que no sabe cómo criar a una adolescente tan rebelde, tan llena de energía, tan revoltosa.
Tanto como ella misma.
Y eso le asusta, porque no quiere que Sammy termine como ella. Abandonada, viviendo en un basurero, su única compañía su gato de tres patas, su hija que se va cada vez que puede, alcohol y pastillas, que usa para olvidar y las malditas cosas ni siquiera sirven para su propósito.
Odia su vida, pero eso no signifique que odie a sus hijas. Las ama, a las dos por igual. Sam no le cree, pero Sam nunca suele creerle nada.
Triunfó con Melanie, la niña se fue a los siete a una escuela para gentes con metas y mentes superiores (o al menos así se lo explicó el tipo del traje caro, que tampoco salió con ella. Una pena). Tal vez no es bueno compararlas, pero es que Sammy tiene potencial, tiene pasión y coraje pero la muy tonta solo lo usa para meterse en problemas.
(Y si sonríe un poco, cada vez que Sam vuelve con esa sonrisa de aún-no-me-atrapan-y-tampoco-lo-harán. Nadie tiene que saberlo, shh.)
Ama a su hija. No lo demuestra, no se lo dice, pero lo hace. Está en su cabello rubio, está en los argumentos sin sentido, está en los raros momentos en que actúa como una adulta responsable; está en Sam y como en sus brillantes y-oh-tan-grandes ojos azules que le juran y perjuran Pff, seré tan genial que el mundo nunca me olvidará. Soy Sam, ma.
Ella es Sam, es su hija. Salió a ella y le asusta, le enorgullece y le hace llorar. Le hace gritar, enrabiar y ¿por qué coño eres tan así? Y es Puckett, es suya. Y que la conviertan en hippie y en modelo si es que no mataría, moriría y golpearía a su propia madre por esa maldita mocosa que le robó el corazón el día que la miró con esos mismos ojos azules que hoy brillan, mientras agita su diploma de graduación.
Lo logré, ma.
Te amo.
