Hola a todos, ¿me extrañaron?

Soldado. Mi señora acaba de terminar el otro fic, es imposible que la hachen de menos tan pronto.

A que te dejo sin vacaciones ¬¬

Soldado. Vale vale me cayo.

Espero que os guste este fic dedicado a mis dos fieles chicas la generala Sam ya la generala de brigada ariadonechan sin las cuales habría desistido hace ya del objetivo de expandir mi imperio. Muchas gracias guapas.

Disfrutenlo


Estaba en la posición del crucificado, unos cables de metal se enredaban en sus muñecas y lo mantenían en alto, sobre el altar de la iglesia de grandes vidrieras verdes. Notaba la sangre resbalándole por el cuerpo, ¿Cuántas heridas tendría?, ya había perdido la cuenta. Fijó su vista en el suelo donde había otras tres personas tiradas, uno de ellos era de un rubio extraño y levaba prendida en el flequillo una cruz nórdica, la sangre manchaba su uniforme azul, a su lado estaba un joven de piel amarillenta y larga melena castaña, su kimono rojo disimulaba las manchas de sangre, tenía la cabeza gacha, no podía ver sus ojos y el último era un joven negro de cabellos del mismo color.

-Yao-les llamó con la garganta seca- Noru, Yaumbé –no hubo respuesta

-No te molestes en llamarlos mi amor-dijo una voz de niña muy infantil-hace rato que están muertos.

Alzó un poco la mirada para ver a una joven de apenas catorce años, rubia y de ojos azules vestida de luto, la joven golpeó el rostro de Noruega de forma que pudo ver como los ojos azules del nórdico miraban a la nada, seguramente los castaños del chino y los negros del camerunés estaban igual. Apretó los dientes y notó como su odio crecía, sabía que debía calmarse pero no podía, ver muertos a sus amigos sin haber podido hacer nada le afectaba y mucho.

-Reza para que no me suelte-dijo con voz tétrica-,reza pues como me suelte no tendré piedad.

-no te soltarás-dijo la chica burlona mientras misteriosamente comenzaba a flotar hasta él-estas cadenas son de plata y antes de atarte pronuncié tu calma, no puedes usar tu otro yo, mi amor.-fue a acariciarle el rostro pero este lo apartó.-Mi amor, comprende que sus muertes eran necesarias.

-También lo es la mía-dijo con una sonrisa

-Pero si me das lo que necesito te dejaré vivir-dijo melosa-sabes que te amo, no quiero dañarte.

El crucificado la escupió en el rostro.

-Ahí tienes mi negativa-rió- me da igual lo que hagas, no te daré nada, moriría antes, antes morir que traicionar a mis amigos.

-Tu lo has querido-dijo la chica sacando un puñal bajo la falda-si no me lo das por las buenas será por las malas-y dicho esto hundió el filo en el hombro del chico, quien tubo que contener un grito de dolor- mi amor no quiero hacerte esto, dámelo

-nunca, zorra

Volvió a notar como el puñal se hundía cada vez más en su piel, la sangre salía sin cesar, iba a morir, como Yao, como Noru, como Yaumbé pero ella no conseguiría sus objetivos. La sangre caía a borbotones manchando el suelo de mármol blanco. Moriría, lo sabía él y lo sabía ella. Él cerró los ojos y ella se acercó a su oído.

-No desesperes esto solo es un sueño-le susurró con dulzura- pronto estaré allí, a tu lado mi querido España.

Y entonces le apuñaló el pecho y el joven no pudo evitar gritar.


Bueno aquí os dejo el prólogo espero que os haya llamado la atención.

Soldado. ¿No había dicho que no iba a matar a nadie?

Y no los he matado.

Soldado. Noooo, claro que no.

Bueno, déjame en paz.(coge un vaso de Vodka) me voya ver sensitive pornograph ¿vienes?

Soldado. Por supuesto *¬*