~ Sydney, Australia. 17 años antes ~
Pequeños rayos de sol se asomaron por mi ventana, haciéndome despertar minutos antes de que sonara mi alarma.
Me quedé en la cama mirando hacia el blanco techo, sumida en mis pensamientos.
Ese sería el tan esperado día de mi grado. Después de tantos años siendo la perfecta niña, la estudiante modelo, por fin, sería libre. Ya tenía todo planeado, me iría con Sakura -mi mejor amiga- a Oxford, serían los mejores años de mi vida.
- Ino, - gritó mi madre desde la planta baja - cariño, baja un segundo -
- Voy - grité mientras me dignaba a bajar de la cama.
El despertador sonó, lo que indicaba que eran las 06:40 am, "Joder" fue todo lo que pensé, y seguido de esto lo apagué.
- Ino, - volvió a gritar mi madre - ¡date prisa! -
- ¡Ya voy! - "ash, esto apesta" pensé mientras salía de mi alcoba.
Bajé las escaleras hasta quedar a sólo tres escalones del primer piso, y logré distinguir la figura de mi madre.
- ¿Qué pasó? - pregunté.
- Necesito que lleves a Aiko al centro comercial, - comentó - y aprovechas para comprar el vestido de hoy, - siempre arreglando las cosas con un "compra" pensé mientras la miraba, - por favor, Ino - hizo cara de perrito.
- Está bien mamá, llevaré a Aiko, - cedí a acompañar a mi hermana al mall - pero, ¿Qué va a hacer ella allá? -
- Quiere comprar una muñeca, - explicó mirando su celular - pero, yo no la puedo llevar -
- Ajá - es todo lo que dije.
- Ve con Deidara, - dijo mi madre.
- Nah, - dije - creo que iré con Sakura -
- Está bien. - miró su celular una vez más, - Te adoro Ino - y se despidió con un beso en mi mejilla.
- Adiós mamá - dije mientras la veía partir.
Subí las escaleras y me dirigí a mi alcoba, la verdad es que tenía que salir temprano, o Aiko se pondría intensa, y molesta.
No quería eso.
Al entrar a mi habitación, tomé rumbo hacia el armario. Busqué por minutos un modelito que de verdad me gustara, hasta que una voz desde la puerta llamó mi atención.
- Ino, - escuché la voz de mi hermana menor - ¿te demoras? - preguntó con esa inocencia en su voz característica de ella.
- Debo ducharme y luego arreglarme, - fue todo lo que dije - ¿ya desayunaste? -
- Mamá me hizo un sándwich. - explicó, - Veré televisión, - y con esto último se fue.
Volví la vista al armario hasta que por fin me convencí por una camisa sin mangas de color negra con un búho en el centro, un short de jean, y mis típicos vans.
Coloqué la ropa en la cama, y entré al cuarto de baño. Ya dentro de este hice todas mis necesidades y me duché. Unos 20 minutos después salí del mismo.
Regresé a mi alcoba y me cambié. Con mi cabello, la verdad no hice mucho, sólo lo acomodé en una cola de caballo alta.
Salí de la habitación y me encontré con Aiko en la sala de televisión.
- Vamos, - le dije.
Y así salimos de la casa. Tomamos un taxi hasta el mall. Fuero unos diez minutos hasta que llegamos a nuestro destino.
La primera en bajar del auto fue Aiko, por mi parte yo le pagué al conductor quien se despidió con una amable sonrisa.
- Ino, - escuché a mi hermana gritar - ¡date prisa! -
- Voy - caminé hasta llevar el mismo paso de ella.
Llegamos a la juguetería -el paraíso de Aiko- donde se volvió literalmente loca. Sabía que iba a durar como una hora en elegir la muñeca que quería, por lo que decidí enviarle un mensaje a Sakura.
Puedes venir al mall? no tengo vestido para esta noche!¡
Esperaba que con eso quisiera venir, debido a lo ansiosa que ella estaba por el gran día, aunque lo más probable era que me iba a regañar, puesto que ella tenía su vestido tres meses antes.
Pasaron unos minutos hasta que recibí su respuesta.
Sorry amiga! pero mi mamá me hizo acompañarla al trabajo. Besos.
Pd: Escoge uno bien sexy, xd.
Pd2: No mejor no, después me opacas ly
Rayos.
Mi celular vibró, -una llamada entrante- miré el nombre en la pantalla y sonreí.
- Hey Yamanaka - típico de él, llamarme por mi apellido -
- Hey Uchiha, - hice lo mismo - ¿Qué pasó? -
- ¿Acaso no puedo llamar a mi mejor amiga? - se hizo el herido.
- En serio Sasuke, - me hice la seria - ¿Qué quieres? -
- ¿Dónde andas? - preguntó desde la otra línea.
- En el Westfield Sydney - respondí.
- Estoy cerca, - dijo - voy para allá -
- Está bien. - dije - Bye - y así colgué.
Miré a mi alrededor buscando a Aiko, hasta que una pequeña se acercó a mi.
- Ino, - inició - ¿Cuál es mejor, la Barbie Princesa Mariposa, o la Barbie Sirena? - preguntó.
- Por Dios Aiko, no sé, tú eres quien jugará, no yo - le dije.
- Pero... - pude ver su desilusión - está bien - y se volteó.
- Aunque, - alargué la palabra llamando su atención - si yo fuera tú, -teniendo en cuenta que necesito tiempo- escogería la sirena, - dije, - pues puedes usarla sin cola y con. - expliqué.
- ¡Gracias, Ino! - y así mismo se abalanzó a mi en un cálido abrazo.
- Vale, - dije en medio de risas - vamos a pagarla -
Fuimos a la caja y pagamos la dichosa muñeca, que para mi sorpresa, tomó unos 15 minutos en elegir.
Salimos de la tienda y Aiko me preguntó a dónde iríamos.
- A comprar mi vestido, - respondí.
Una Aiko emocionada tomó mi mano y casi corriendo me hizo entrar a una tienda.
- Este vestido, - indicó un vestido en el mostrador - desde que lo vi, pensé en ti - dijo la pequeña de 11 años que se encontraba a mi lado.
- Está lindo, - dije.
- Deberías probártelo - dijo una voz que no era la de Aiko.
Era Uchiha.
- Hola Sasuke, - me volteé y lo abracé -
- Yamanaka, - correspondió a mi abrazo después de dudarlo un tiempo - vamos, ¡pruébatelo! -
- No, - hice una mueca - no estoy segura -
-Vamos, - dijo Aiko tirando de mi mano.
Ya dentro de la tienda, Sasuke y Aiko le pidieron a la vendedora que nos mostrara el vestido, un largo vestido de color beige con pequeñas piedras en su parte inferior, y cuya parte de arriba tenía un pequeño escote, sin mangas, y con la espalda descubierta hasta un poco más abajo de la cintura.
Hermoso, según recuerdo.
- ¿Me enseña uno talla 8? - preguntó Sasuke.
Y así mismo la vendedora salió en busca del vestido, y acto seguido Sasuke y mi hermana trataba de convencerme para comprarlo. Dos minutos después regresó la empleada con un vestido igual al del mostrador.
- Aquí está el vestido - dijo con una sonrisa, que no estaba segura si era amable.
- Pruébatelo - dijo Aiko.
- Mmm, - dudé - lo compraré, por ustedes - aclaré, - pero no pienso medírmelo - terminé.
- Está bien, - dijo Aiko con desilusión.
Pagamos el vestido, -cuyo precio era justo- y nos dirigimos al auto de Sasuke, quien nos llevó a Aiko y a mi a casa, y luego accedió a quedarse a almorzar con nosotras.
Al llegar a la casa, mi mejor amigo me ayudó a preparar la comida. Almorzamos los tres y a media tarde, Sasuke se fue.
Tomé una siesta y pensé en lo que posiblemente pasaría esa noche.
Esa noche que marcó mi vida.
