Notas:

Esta serie le pertenece al señor Togashi, no a mí. Sí, a que no lo imaginaban.

Esta historia participa en el reto del mes de Agosto del foro "Comunidad del Cazador" 3 Por cierto, mi palabra es "Encender".

Finalmente, pueden tomar el contenido de esta historia como quieran, yo solo escribí lo que mi perturbada mente me exigía. ¡Disfrútenlo!


El pelirrojo profesor observaba directamente aquellos brillantes y seguros ojos dorados, enmarcados por un bello rostro moreno. Infantil, pero atractivo. Entre más lo miraba, más ganas sentía de desafiarlo, molestarlo adrede solo para ver su reacción. Ese jovencito lograba encender una chispa en su interior, que poco a poco sacaba a relucir aquel lado de él que hasta ahora había mantenido oculto en lo más profundo de su ser. Sentía el temor de descontrolarse, pero a la vez le gustaba. Demasiado como para poder negarlo.

-Estas reprobado-. Dijo con su marcado acento francés, provocando que el más joven se exaltara al saber los resultados de su examen.

-¡Es imposible!- Exclamó con seguridad. -¡Exijo que me explique en qué me equivoqué!- Se armó de valor, seguro de haber respondido bien.

El profesor Hisoka no pudo evitar que sus labios se curvaran en una sonrisa de victoria, ya que había obtenido exactamente la reacción que quería. Sin darse cuenta, aquellas constantes discusiones con uno de sus alumnos se habían vuelto su fuente principal de entretención, y si bien a veces sentía que un día de esos su cuerpo dejaría de obedecerle para saltar sin reparo alguno sobre su presa, no dejaría de hacerlo. Porque después de todo, aquella chispa que Gon lograba encender en su interior, era lo que lo hacía sentir vivo.