Dos caminos, una decisión

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Raven observaba la escena estática, el intercambio de palabras entre Erik y Charles un mero susurro para sus oídos. Solo veía a su hermano, ahí tendido sobre la arena, su cara intentando no mostrar el dolor que estaba experimentando.

Y después todo era Erik levantándose, dejando a su amigo en el suelo en manos de McTaggert y extendiendo la mano expresamente hacia ella para que le acompañara en su lucha por el orgullo muntante, por la supervivencia del siguiente eslabón de la cadena evolutiva. Y ella dudaba, pero a la vez no porque ya había hecho su decisión mucho antes. Sabía que no podía seguir teniendo esperanzas en el sueño de su hermano, se trataba de una utopía harta difícil de conseguir. El ser humano destrozaba por naturaleza aquello que era una amenaza para él, temeroso de quedarse atrás en la pirámide de poder, de caer en el pozo de la decadencia y ahogarse en él. Lo había visto con sus propios ojos desde que era pequeña, su vida antes de la compañía de Charles así se lo había hecho saber.

Aún así, a Raven no le resultaba una decisión fácil de llevar a cabo, no en esa situación. Por eso, dolida físicamente y dolida en el corazón, se acercó a Charles una última vez para mirarle a los ojos y decirle cuál era el camino que ella escogía. Pero él se le adelantó, robándole las palabras, admitiendo no haber cumplido su promesa de no leer su mente con un me temo que te prometí demasiadas cosas mientras una lágrima le caía por el rostro. Ella intentaba mantenerse firme, que su voz no denotara el nudo que tenía en la garganta mientras le decía adiós a aquella persona que hacía sido durante tantos años su única familia, el único apoyo en ese mundo rodeado de ignorantes. La persona que la había hecho crecer con un cariño antes desconocido para ella, y de la que ahora ella se alejaba tras una última muestra de afecto cargada de recuerdos.

Charles era un superviviente, se sobrepondría a la herida de bala, estaba segura. Él era fuerte, siempre lo había sido, mientras que ella todavía tenía que aprender a serlo. Tenía claro que la próxima vez que se reencontrara con él, ya no sería Raven, la chica con un poder que nunca deseó tener.

Sería Mística, mutante… y a mucha honra.