Aviso: AU, indicios de OOC, lime, lemmon en esu momento y lenguage soez.
Capìtulos: 5 o 6, uno nunca sabe.
Parejas: SasuSaku y ligero NaruSaku.
Edades: 21 y 19 respectivamente.
Declaimer: Naruto no me pertenece, es propiedad de su respectivo autor.


MI MALDITO INQUILINO: PROLOGO

Estaba desconcertada, no lograba entender que era lo que le pasaba a ese chico por la mente. Como le irritaba. Si bien le aceptaba uno que otro capricho suyo, no era para tanto. Una cosa era regresar y encontrar a tu inquilino duchándose en el baño de tu departamento y otra muy distinta era encontrar a tu inquilino metido en tu bañera... con una tipa que nunca antes habías visto en tu vida. Nada más regresar de hacer las compras debidas para la comida de esta noche, había dejado las bolsas de las compras en la cocina para dirigirme a mi habitación ha hacerme un cambio de ropa. Escuché el agua de la ducha caer, así que decidí entrar pensando que había dejado la llave abierta antes de salir. Sin embargo lo que encontré fue a mi inquilino sentado en la bañera con una mujer encima mientras ésta se movía inquieta sobre las piernas de éste. Lo que me resultó extraño fue no haber escuchado desde el otro lado de la puerta, los ruidosos gemidos que la pareja soltaba.

Él no hizo más que fulminarme con su fría mirada. Instintivamente, cerré la puerta de golpe y me regresé por donde me había venido. No sin antes pedir disculpas. Dios, pero que descarados. Ni se inmutaron al verme parada frente a ellos, al parecer estaban demasiado ocupados. Todo esto era ridículo, no tendría que ser yo la que me avergonzara, tendrían que ser ellos los que lo hicieran. 5 minutos después ambos salieron de la ducha. Ambos desnudos. Él envuelto con una toalla de la cintura para abajo y ella también envuelta con una toalla que no llegaba a cubrirla completamente, dejando muy poco a la imaginación. Él se volteó a la vez que clavó su mirada en mí. Tenía que admitirlo, esa mirada me mataba.

Lo observé detenidamente. No había visto muchos hombres desnudos en mi vida, por no decir ninguno. Pero éste hombre daba Mucho que desear, sus piernas, sus brazos, su pecho, fuerte y musculoso. Su cabello, su cuerpo, su cara, todo en él era tan masculino, dios, ¡en que estaba pensando!, si bien era bastante sexy no era para tanto. Yo no tendría porque ponerme así por un hombre. Y menos esa clase de hombre. Me sentía más sucia que la mujer que estaba a su costado, después de lo que había sucedido y yo encima lo halagaba. Quizás me atraía, pero nada más. Claro que él nunca se fijaría en mí. No es que fuera fea, sino que no creía ser lo suficientemente buena para él. No era una de esas modelos que salían en las revistas ni mucho menos una Barbie. Noté que me seguía mirando.

Esa maldita forma en la que me miras.

-Si sigues viéndome de esa manera, se te va a caer la baba.- Dijo serio, atravesándome con esa mirada que tanto me inquietaba.-

Me sonrojé a más no poder. Sonrió. Caminó hacia la puerta, seguido de la mujer que hace unos minutos había estado revolcándose con él. Esperen, ¿que estaba haciendo? No lo dejaría irse así como así.

-¡Espera!- Le grité.

-¿Qué?- se había girado para mirarme.

-Na-Nada…- Estùpida, me dije a mi misma. Maldita timidez, maldito hombre.

Sonrió satisfecho.

Me sentía extraña. Ese hombre causaba en mi cuerpo reacciones que nadie más había logrado provocar. La capacidad de hacerme temblar con una mirada.

Haces que mi corazòn se detenga y se acelere al mismo tiempo.

Hace menos de una semana que empezamos a compartir departamento. Dos semanas antes me había mudado sola a Tokio en busca de nuevas y mejores oportunidades de vida, conseguí este departamento a bajo precio y un pequeño trabajo de camarera de medio tiempo en un bar cerca de aquí. Pero al parecer no ganaba lo suficiente como para poder cubrir todos mis gastos y los de la casa.

Así que decidí compartir el departamento. Lo que no se me pasó por la mente jamás es que sería un hombre y no una mujer con quien lo hiciera. Era un departamento a lo mucho para dos personas, compuesto por el dormitorio principal con baño completo, un pequeño cuarto para las visitas, otro baño en el pasillo, una cocina diminuta y un pequeño sala/comedor.

Esa semana solo se presentaron dos personas, una mujer mayor con su nieto en brazos, y él. Pensé que seria muy complicado estar atendiendo a la mujer, así que lo escogí a él. No, no fue eso. En el momento en que él posó su mirada en mi, supe que sería el con quien quería compartir el resto de mis dias en ese departamento. A pesar de ello, no solía pasar mucho tiempo en casa y mis conocimientos sobre él eran prácticamente nulos. La última vez que intenté preguntarle sobre su vida pasada, cerró los puños, hizo una mueca extraña y salió luego de cerrar la puerta de golpe.

Únicamente está en las noches y para el desayuno, almuerzo y cena. Trae mujeres exuberantes y luego se encierran en su habitación. Le gusta dormir y estar solo, y no le gusta la bulla ni hablar más de lo necesario. No se en que momento comenzó a gustarme, pero sabia que era algo puramente físico. De una mujer a un hombre.

Tocaron la puerta. Pasó y me tensé.

-Tengo hambre.- Me dijo con un gesto adorable en su cara y una mano en su estomago. Me eché a reír sobre la cama. Frunció el ceño y me miró interrogativo.

¿Te pasa algo?- Pregunto ofendido.

-No na-nada…- dije secándome una lágrima. –Pues tendrás que esperarte hasta la noche, hoy vendrán unas amigas y haré una cena especial.

-¿Amigas?- Preguntó malicioso.

Oh, oh no. NO lo haría.

-Ni se te ocurra tan solo pensarlo, será una reunión amistosa, no dejaré que la conviertas en una orgía.-Declaré seria.

-Yo follo con quien desee, o acaso piensas que las obligo o algo así, ¿ehh?-.

-No, como crees.-Dije divertida.

-Ellas vienen a mi, no yo a ellas.- Se me acercó peligrosamente hasta quedar a unos escasos centímetros de mi cuerpo.

-Si quieres… - Comencé a temblar cuando empezó a delinear mi figura con dos de sus dedos. – Podemos… hacerlo nosotros también.- Susurro seductoramente en mi oído.

-Jamás seré tu puta, Sasuke Uchiha. Me alejé nerviosa antes de que llegara más lejos.

Porque un jamàs es un nunca se sabe.

-Tarde o temprano caerás.– Finalizó.

Nunca lo dejaría hacer lo quisiera conmigo. No lo dejaría usarme para luego desecharme como a una servilleta. Sabia que el no me quería para nada mas que echar un polvo. Estaba segura. Era solo eso. Entre Sasuke Uchiha y Sakura Haruno no podría haber nada más que nada.

Y me di cuenta que me seguìas mirando.


Bueno eso es todo por ahora.
Esperoles gustase mi idea.
Acepto comentarios, opiniones, consejos, y criticas siempre y cuando sean constructivas.
Si tienen alguna duda no duden en preguntarme.
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Sois bienvenidas.

Nos leeemos! :3

Ale-chan (:

Posdata: Es apenas mi segundo escrito, no sean crueles nn