Hola a todos, mis queridos lectores. Les comento que esta es mi primer historia. Es absolutamente alternativa y espero que no me tiren con tomates.Antes de empezar, algunas aclaraciones:

Las líneas so cambios de escena o indican que cambia el personaje del cual se muestra el punto de vista (habrá varios).

"texto" (Lo que los personales piensan.)

- Texto. (Lo que los personajes dicen.)

Ahora sí, espero que lo disfruten


"De sueño a pesadilla"

Prologo

Sakura se encontraba enfrascada en su computadora portátil. No podía escribir porque no podía formular una oración coherente. Ni siquiera podía pensar.

Cualquiera que la observara, con su semblante serio y su vestimenta de ejecutiva no dudaría en suponer que lo que ella intentaba fallidamente redactar era un informe para su trabajo o una tesis digna de doctorado. ¿Qué tan lejos estaba eso de la realidad?

BASTANTE.

Sí, era verdad. Sakura Kinomoto se encontraba en su oficina en plena mañana rodeada de papeles y con su agenda abierta en medio del amplio escritorio de madera ubicado en el extremo posterior de su oficina. Vestía una camisa elegante y moderna, color crema, una pollera azul marino, medias de lycra y zapatos de taco alto. El estilo ropa que ella había adoptado prácticamente como un uniforme cuando se trataba de ir a trabajar.

El elegante conjunto era completado por su juego de joyas de plata preferido, el cual consistía en un par de grandes y hermosos aros que hacían resaltar sus ojos esmeralda y una gargantilla de plata a juego. El conjunto había sido adquirido por separado, pero para ella conformaban una sola pieza.

Inconcientemente se llevó la mano derecha a la gargantilla que llevaba todos los días debajo de la camisa. Sí, debajo de la camisa. Para que nadie la viera. Mirando fijamente la pantalla la estrujó entre sus dedos y en un acto reflejo la soltó, como si le quemara la piel. Se había dado cuenta de lo que estaba haciendo y no le había gustado. Mentalmente se reprendió por su estupidez olímpica y en un gesto de frustración cerró su laptop con fuerza y se levantó de la silla.

Juntó varios papeles que se encontraban sobre el escritorio y los metió apresuradamente dentro de su carpeta. No estaba contenta consigo misma. Si quería conservar lo poco que le quedaba de cordura, debería deshacerse de esa gargantilla. Más le valía.

MENTIRA.

Sabía que nunca lo haría. Sabia que siempre decía lo mismo pero simplemente no tenía el valor para hacerlo. Era parte de ella. Si alguna vez la perdía sabía que parte de su corazón también desaparecería.

De repente detuvo la actividad de acomodar los papeles y apoyó fuertemente ambas manos sobre el escritorio, quedando en una posición encorvada. Debía tranquilizarse. Debía dejar de pensar en todo eso. Debía calmarse y concentrarse en su trabajo.

Suspiró fuertemente. Así lo haría. Se aseguró que la gargantilla estuviera bien escondida y se acomodó la ropa. Luego tomó con elegancia sus papeles y se dispuso a salir de su oficina. Lista para la reunión de aquella mañana. Tenía negocios que atender y no podía seguir perdiendo tiempo con asuntos personales.

Se paró ante la puerta y ensayó su mejor sonrisa. Si quería convencer a ese cliente y conseguir para sí aquella cuenta, más le valía ser profesional. Ella era una profesional, y así se comportaría. Abrió la puerta de la oficina con confianza y salió hacia el pasillo. Salió y la puerta se cerró tras de ella, perdiéndose de vista.


Sakura se encontraba sola en su departamento, preparando la cena para aquella noche cuando sonó el teléfono de línea. Concentrada en su tarea no reconoció el sonidito a la primera vez. Tampoco a la segunda. Lo hizo recién a la tercera. Al reaccionar dejó los utensilios sobre la mesada y salió corriendo como una loca en dirección al living de su departamento. Al llegar descolgó rápidamente el teléfono y atendió entre jadeos.

-Hola –Saludó apuradamente.

-¿Corriendo de nuevo? – Se burlo una voz femenina al otro lado de la línea.

-Hola Tomoyo – Saludó Sakura alegremente y se acomodó en el sillón cercano para conversar con su amiga.

-Hola Sakurita. ¿Cómo te fue con la presentación en el trabajo? – Le preguntó la muchacha morocha y de tez pálida que se encontraba del otro lado de la línea.

-Maravilloso – Contestó la castaña de ojos esmeralda, sin reservas. – Les expliqué a todos mis ideas y aceptaron sin contratiempos.

Sakura había tenido una importante presentación de un plan de inversiones que había diseñado personalmente. El dichoso plan que beneficiaría tanto a su cliente como a la compañía de su padre (para la cual trabajaba) le había llevado tres meses de investigación y diseño. Pero si todo funcionaba según sus cálculos, como ella lo esperaba, marcharía maravillosamente y les traería muy buenas ganancias.

Sakura se había sentido muy nerviosa con respecto a aquella presentación. Ya que con 25 años de edad había sido su primer trabajo totalmente independiente en la compañía de su padre y no quería decepcionarlo. Siendo una de las herederas de la fortuna Kinomoto y de la gran empresa que su padre tenía y dirigía, era de suma importancia su participación activa en la compañía y su buen desempeño en los negocios. A los cuales la habían acostumbrado desde pequeña.

Tomoyo, su mejor amiga desde la infancia y su eterna consejera, había estado a su lado en todos los momentos de su vida en la que había necesitado apoyo moral y compañía. Durante el trabajo de armado de ese dichoso plan de inversiones la había consolado más de una vez. No era que ella fuera una debilucha que necesitaba de ayuda constantemente. Sino que se preocupaba y quería tanto a su padre y hermano que no quería defraudarlos presentando un proyecto que fácilmente pudiera convertirse en un fiasco. Y en esos momentos en que no sabía como continuar era Tomoyo quien la extraía de su encierro y frustración para distraerla saliendo a bailar, pasear o simplemente conversando.

Tomoyo siempre había sido tan buena con ella. Tan comprensiva durante sus años locos de adolescencia y ahora en su años de madurez. Siempre agradecía que además de ser su prima fuera su mejor amiga. Sabía que sin ella hubiera colapsado hacía mucho tiempo y nadie la hubiera sabido socorrer.

Inconcientemente Sakura se llevó la mano al pecho y sus dedos acariciaron la gargantilla. Al darse cuenta alejó su mano abruptamente, molesta consigo misma. "Diablos" pensó. Era la segunda vez que lo hacía en el día. Tomoyo notó el repentino cambio en el tono de su voz durante la conversación y la preguntó extrañada.

-¿Pasa algo?

-No, nada. – Contestó ella tratando de alejar de su mente esos molestos pensamientos.

-¿Segura? – Insistió su amiga.

-Segura. – Contestó ella lo más convincentemente que pudo.


Tomoyo dudó un momento pero decidió continuar con la conversación. Había algo que tenía que preguntarle y ya no podía seguir evadiendo el tema.

-¿Y?

-¿Y, qué?- Preguntó Sakura confundida.

-¿Ya lo escribiste? – Tomoyo oyó un gruñido de frustración.

-No. Todavía no. – Sakura suspiró. – Intenté esta mañana y no pude. Estoy bloqueada. No soy escritora. No sirvo para estas cosas.

-Sakura, deberías concentrarte. –Le recriminó su amiga.

-Queda tiempo todavía.

-Ya lo sé. Pero no quiero que después te arrepientas porque esperaste hasta el último día. – Sakura no contestó. Dejó pasar unos segundos para darle tiempo a su amiga a reflexionar. Sabía que los necesitaba.


-No sé por qué insistió tanto en que escribiéramos nuestros propios votos matrimoniales. – Se quejó compungida.

-Sakura ¿Lo amás? – Le preguntó su amiga preocupada. A Sakura eso le dolía. Sabía que Tomoyo tenía las mejores intenciones. Pero ella sabía lo que hacía. Amaba a ese hombre y su unión era la mejor opción que se le ofrecería en la vida.

Él no solo era apuesto, elegante y adorable, sino que era un millonario, como ella, y amigo de la familia. Se conocían desde niños y no tenían secretos el uno con el otro. Su decisión era la correcta. Ella lo sabía. Solo deseaba que Tomoyo le tuviera un poco más de fe con respecto a ese tema.

-Claro que lo amo. Si no lo hiciera no estaríamos comprometidos y a punto de casarnos.

-De acuerdo. – Le dijo la morocha más animada.

De repente Sakura comenzó a oler algo extraño. Como el olor que tomaría su cena cuando estuviera lista, pero era mucho más fuerte, y más amargo…. Era … Era… era olor a…"¿Quemado?"

-¡Madición! – Gritó aún con el telefono en la mano, casi dejando sorda a su amiga. - ¡Se me quema la comida!


Del otro lado de la línea Tomoyo oyó los gritos de su prima y se rió con fuerza. La escuchó colgar sin saludar. Sabía que en menos de diez minutos la llamaría. Sacudió la cabeza en un gesto de negación. Sakura era imposible. Siempre le pasaba lo mismo.


Notas de la autora:

¡Aclaración, aclaración!

Antes de que me tiren con tomates

Este es mi primer fanfic. Espero conservar algo de las personalidades de los personajes pero desde ya advierto que no conservare todo.

Este fanfic surgió en media hora con una trama que con cada nueva linea de texto se fue modificando. Tengo una buena idea de hacia donde va, pero propongo lo siguiente:

Con cada capítulo, quienes sean tan dulces de enviar reviews, propongo que incluyan una teoría sobre lo que va a pasar en la historia.

Su participación es de suma importancia y pienso tomar en cuenta las ideas e incluir a los colaboradores.

Espero reviews ya que soy bien perseguida y me encantaría saber que es lo que opinan o por lo menos digan "Segué, seguí, que estamos leyendo". Sino me deprimo y no sigo (carita triste)

Jajaja, espero que este prologo les haya gustado y les dejo un par de preguntas para no hacer el comentario muy largo:

¿Por qué Sakura se preocupa tanto por la gargantilla? ¿Con quién se va a casar? ¿Por qué Tomoyo se preocupa tanto sobre si está realmente enamorada?

Con esas ideas picando, me despido.

Mica-Stc

Y eso sí, lo de los reviews va en serio.