Despertar
Cuando abrí los ojos, me encontraba en medio de un bosque, y un hombre de tez blanca como la nieve que cubría el lugar y de ojos de un color café dorado se encontraba junto a mí. Su semblante era de preocupación
-Edward, hijo- me habló. Edward de seguro era mi nombre, pero que ese hombre me haya llamado hijo, se me hizo extraño pues podría ser mi hermano, pero no mi padre. Lo observé confuso durante un segundo, sin dar alguna respuesta aún. Mi vista se desvió, recorriendo en panorámico el lugar, y me encontré que no estábamos solos, que habían con nosotros un grupo de personas, con rasgos similares al hombre que estaba junto a mí... y lobos. ¿Lobos? Enseguida me envaré, y el hombre junto a mí, me sujetó por el hombro. ¿Acaso no había visto a los lobos?, ¡nos podrían matar! Le miré desconcertado. Y mi desconcierto se hizo aún más profundo, cuando me dí cuenta que estaba escuchando hablar al hombre, o es lo que pensé, pero sus labios no se movían: "Cálmate Edward. Todo estará bien". ¿Todo estará bien? ¿Qué demonios estaba pasando?, ¿Quién era ese hombre?, ¿Quiénes eran todas esas personas?, ¿qué hacían esos lobos allí?, maldita sea, ¿quién demonios era yo, y qué estaba haciendo en ese lugar? Era un torrente de preguntas que inundaban ahora mi cabeza, y me dejaban aún más confuso de lo que estaba en un comienzo.
-Carlisle, Edward no sabe quién es. Ese maldito le hizo perder la memoria- dijo una de las mujeres que se encontraba en el lugar. ¿Y cómo demonios sabía ella eso?
-¿Hijo, recuerdas lo que pasó?-
-No- fue lo único que pude responder. Enseguida agarré mi cabeza entre mis manos, y las sentí heladas como un témpano de hielo. Las observé, y me di cuenta que eran tan pálidas como las del hombre al que esa mujer había llamado Carlisle, además de su dureza extrema, como la de las piedras. Desvié la vista hacia los demás, y oí voces provenientes desde ellos: "Pobre muchacho", "Mi hijo, él no se merece esto...", "Y todo por culpa de esa maldita humana..." ¿Humana?, ¿acaso nosotros no lo éramos? -¿Qué está pasando?- le inquirí irritado
-Primero salgamos de aquí. En casa tendremos tiempo de hablar- me dijo. Luego desvió su vista hacia el grupo, y ordenó:-Emmett, ayúdame con Edward- un hombre musculoso se acercó hasta mi, y extendió su mano para ayudarme a levantar del suelo. Dudé por un segundo, pero luego, hubo algo en ese muchacho que me infundía confianza, no sabía porque, pero luego lo averiguaría. La voz del hombre que decía ser mi padre volvió a dar órdenes a una pareja:- Alice y Jasper, encárguense de llevar a Bella hasta su casa, antes que Charly regrese- los aludidos se acercaron a una joven que se encontraba resguardada detrás de los lobos, quien lloraba desconsoladamente, y no dejaba de mirarme. Rápidamente me di cuenta que no era como el resto de los que estaban ahí, incluso que no era igual a mi, por el tono de su piel y por sus ojos. La quedé mirando por más tiempo, y no sé por qué, pero un impulso animal, me llevó a correr hasta donde ella se encontraba, pero el muchacho y el hombre que se encontraban a mi lado, me lo impidieron. Era un deseo casi incontrolable, como si yo fuese un hombre sediento en pleno desierto, y ella la portadora del único baso del agua que saciaría mi sed. En ese momento me vi luchando para zafarme de los brazos de aquellos dos que me tenían sujeto con fuerza para ir hasta ella, o en contra de ella... –Llévensela, rápido- dijo Carlisle, a lo que la pareja la tomó por los brazos, y se la llevaron corriendo por entre el bosque, a una velocidad increíble. Carlisle volvió a hablar: -Sam, ve y explícale a los ancianos del consejo lo que sucedió, y muchas gracias por vuestra ayuda- me di cuenta que le estaba hablando a un lobo, ¿le hablaba a los lobos? La manada dio media vuelta, y se echó a correr. Eso era algo que no podía entender.
-Salgamos luego de aquí- dijo el muchacho musculoso que me sujetaba, y enseguida todos, incluido yo, nos echamos a correr a la misma velocidad que la pareja. Una velocidad anormal, no convencional. ¿Por qué podíamos correr de esa manera?, ¿por qué poseíamos tales características?, ¿qué demonios éramos?
