Buenas a todas... soy nueva en fanfiction, pero éste fic es viejo. Lo había subido a una página antes, pero la dejé tirada. Espero que estar aquí me obligue a retomarla. Estoy haciendo modificaciones, porque si no, no sería divertido.
Título: El Hurón y la Comadreja
Parejas: Ron/Draco, Harry/Theo, Hermione/Pansy, Luna/Blaise y un par más que se me van ocurriendo
Advertencias: Slash! Yuri Mpreg Het AU
Disclaimer: Bueno, como no soy rubia y hablo un desastroso inglés, no soy la gran JK. En consecuencia, y como saben esto lo hago solamente para liberar un poco de tensión y divertir a todo el que pueda
No sé cómo empezar a contar esta historia. Realmente no entiendo cómo sucedió... Esa noche, esa maldita noche sin luna, te acercaste a mí, poseído por Merlín sabrá que demonio (o ángel quizás), me arrinconaste, y sin mediar palabra me diste un beso que denotaba posesión, pasión, y un poco de angustia. No debí permitir que lo hicieras, pero era la primera vez en casi 5 años que te fijabas en mí. Nunca, ni en mis más alocados sueños pensé que eso sucedería. ¿Cómo una alimaña como yo podía recibir el calor de un león? Y sin embargo... allí estaba, ese beso tomado a la fuerza…
Después de ello, saliste corriendo, no quisiste siquiera mirarme nuevamente, ni girar la cabeza para volver a encontrarte conmigo. Y yo... me quedé allí, duro, tocándome los labios, sintiendo que mi corazón galopaba desbocado, queriendo salir de mi pecho.
¿Qué podría haber sucedido?
"Merlín… todo me da vueltas… ¿por qué la luz es tan brillante? Oh, Merlín mi cabeza está a punto de reventar… siento que mi boca me sabe a cenicero… bien, hagamos un recuento de daños: dolor de cabeza, foto sensibilidad, acidez importante… Oh Morgana, no vuelvo a emborracharme otra vez con whisky de fuego"
– Veo que ya te levantaste – dice una voz aguda y molesta.
– Hermione, por favor, tu voz me da dolor de cabeza.
– Pobrecito – dijo con una mirada medio amorosa, que cambió al segundo – ¡pues creo que te lo mereces! – Agregó, con la voz más chillona que pudo encontrar – espero que aprendas de tus errores… – se dio vuelta en medio de una sonrisa extraña
"Bien, por lo que entiendo, hoy es sábado y puedo quedarme en cama todo lo que desee…"
Una vez más se dio media vuelta en su cama y cerró los ojos. Comenzó a ver a un pequeño animalito plateado corriendo, que se daba vuelta cada dos o tres pasos, para ver si él lo seguía. Empezó a perseguirlo con una sonrisa en los labios; cada paso que daba hacia él el hurón se hacía un poco más larguirucho, hasta que el animalito giró por una esquina. Él, con una sonrisa de felicidad, viró también, pero en lugar de un hurón, se encontró con un hombre platinado que lo miraba intensamente con unos hermosos ojos grises…
Se despertó asustado y sudoroso, y con un pequeño gran recuerdo del sueño…
Me desperté varias veces durante esta madrugada, recordando cada detalle de nuestro beso… cada vez que me despertaba, podría sentir el gusto afrutado de su boca, y me tocaba los labios para recordar la fuerza y la desesperación con la que me envolviste… Oh Salazar, me estoy convirtiendo en un maldito Hufflempuff. No debería hacerlo; un sangrepura nunca debería soñar con un león traidor a la sangre como él, pero… no puedo olvidarlo.
Me planteé seriamente hacerme un hechizo Obliviate, pero no soy muy bueno, podría pedirle a Nott, que es el mejor mago de Slytherin para estas cosas, pero quiero olvidar… ¿Olvidar? No, no quiero olvidarme…
Será que soy masoquista, pero quiero recordar por siempre ese tierno y alocado beso que me envuelve en una inconsciencia alocada.
Theo me mira un tanto asustado
- ¿Y esa sonrisa bobalicona? Creo que tengo a un tonto Hufflepuff enamorado a mi lado…
- Cállate Nott, - respondo sacando de mi mente todos los recuerdos que tengo, al menos por un instante - un Malfoy nunca sonríe bobaliconamente - agrego mientras coloco mi perfecta máscara marca Malfoy.
- Pues díselo a tu rostro, porque parece que tiene vida propia
Una almohada vuela violentamente enviada por mi varita hacia su cabeza. Entro en el baño apresuradamente, no quiero esperar la venganza.
Quiero dejar de pensar en él, en su beso, mientras me baño, pero un pequeño pulso enmin entrepierna me lo impide. Recuerdo mis sueños mientras descargo un poco de mis frustraciones en mi mano…
Y lo peor de todo es que ahora se supone que tengo que ir al comedor, pero siendo honesto, no quiero olvidar ese cabello de fuego que me persigue en sueños y que no me puede alcanzar…
