Capitulo 1 "Un comienzo diferente..."

Siempre pienso en que yo hice actos y tomé decisiones de las cuales sus consecuencias se viven en el presente. Siempre me imagino que sería de este presente si hubiera cambiado algo en mi pasado, ¿Cambiaría el ritmo de la vida?, ¿El destino de las demás personas sería diferente?, ¿Todo hubiera acabado de la misma manera? ¿En el mismo lugar? ¿Amando a la misma persona? ¿Qué pasaría si, ahora que puedo, cambiara una decisión o un acto que realicé cuando estaba en vida? Me pregunto... ¿Qué pasaría si escribiera esta historia con un principio diferente? ¿El desenlace sería el mismo?...


Hace mucho, la pareja de pavorreales que gobernaban la hermosa y prospera ciudad de Gongmen tenía un hijo, el cual comenzaba a utilizar el maravilloso invento de sus padres basado en pólvora en una poderosa arma mortal que planeaba utilizar para obtener más poder.

Sus padres al darse cuenta de lo que sucedía, pensaron en hacer algo al respecto, pero todo concluiría en causarle alguna clase dolor a su único y amado hijo Shen. Así que preocupados buscaron ayuda en la sabiduría de la vieja adivina de la ciudad.

Ella les dijo a ambos padres que si no querían que su hijo se apartara de su lado y en un futuro sufriera un terrible final, apartaran de sus padres a todos los bebés de menos de un año y medio de edad que encontraran en la ciudad y en sus alrededores, y que solo así alejarían a su hijo del terrible final que le esperaba si todo seguía su curso normal.

Preocupados por la vida de su hijo y de su futuro, los pavorreales decidieron realizar aquel acto tan atroz para los demás padres, mandando tropas de su ejército a arrebatarle de los brazos a las madres todos los pequeños de la edad señalada por la adivina y los llevaran a lugares muy lejanos. Y así se hiso, comenzando miles de conflictos entre los habitantes, ya que la mayoría de las familias a las que sus bebés les serian arrebatados trataban de huir, algunos lo lograban, y otros desgraciadamente no.

Para algunos, el que el ejército estuviera ocupado, les habría nuevas oportunidades...

Una noche de invierno en lo profundo del bosque que rodeaba la ciudad, el caos aun estaba presente, y aún había familias tratando que salvar a sus pequeños, un lobo sonreía cínicamente, bajo sus negros ojos inyectados de maldad. La roja sangre que cubría su negro y áspero pelaje lo enorgullecía, pues pertenecía a las personas que más pudo odiar en toda su miserable vida.

Disfrutando cada milésima de segundo, fue retirando su poderosa espada del cuerpo sin vida de aquel formidable tigre de bengala, y al caer su cuerpo al frío suelo al lado de su hermosa esposa que ahora lo acompañaba en su muerte, una psicópata y triunfante carcajada salió de su boca haciendo eco en todo aquel lúgubre bosque, en el que la sangre inocente pintaba de rojo la blanca nieve.

El frío colándose en sus huesos y en todo su interior no le importaba en lo absoluto a aquel lobo, pues había obtenido lo que tantos años atrás había anhelado y que gracias a aquellos pavorreales egoístas había conseguido... Su venganza.

Por fin después de tanto tiempo podía deleitarse viendo los cuerpos sin vida de esos dos grandes felinos ante sus pies.

Tomó una gran bocanada de aire para recuperar el aliento después de su victoriosa carcajada. Con su lengua, limpió su filosa y fiel espada, saboreando el dulce sabor de la venganza, que correspondía a la muerte de tres almas inocentes... O eso cría, pues al darse la vuelta para retirarse y regresar a retomar sus planes ya que había escapado de prisión, un pequeño y casi inaudible quejido distrajo su atención...

El pequeño bulto envuelto en mantas ensangrentadas que ambos felinos querían proteger con sus vidas al lado de la tigresa de bengala, su madre, apenas se movía y emitía ruidos que eran cesados rápidamente dando la impresión de haber muerto para después volver a dar signos de vida y cesarlos nuevamente.

Con algo de sorpresa, se acercó a la pequeña que creyó haber matado, y para asegurarse de que era verdad lo que veía, le dio una ligera patada, haciendo que soltara un fuerte gemido de dolor y comenzara a llorar aclarando sus dudas.

Con la misma espada con la que mató a los padres de aquella cachorra, quitó de encima la manta que la cubría, y pudo observar que a un costado del abdomen de la bebé por encima de sus ropas se encontraba la cortada que momentos antes le había hecho con la intención de matarla frente a sus padres. La herida era profunda y sangraba demasiado, pero ahí estaba ella, con su pequeño corazón aún latiendo.

"¿Cómo es que sigues viva?"

Ese problema no era suyo, y tampoco tendría que importarle la respuesta a esa pregunta, así que se reincorporó y levantó su espada a la altura de su rostro, listo para terminar con su sufrimiento. Pero antes de que tomara el impulso, esta abrió sus ojos y miró directo los de él, haciendo que se detuviera. Aquel lobo miró los ojos ámbar, sin brillo y fríos de aquella pequeña criatura, era una mirada sin sentimientos. Era solo un bebé, pero había dejado de llorar para mirarlo. Incluso por un momento se sintió intimidado bajo la mirada tan seria de una cachorra que, según la información que poseía, no pasaba del mes de edad, y podría haber jurado que lo miraba con odio, como si ella supiera que aquel ser malvado acababa de arrebatarle lo único que tenía en la vida. Pero era una completa tontería.

Sin embargo, un segundo antes de que su espada tocara a la pequeña, la tomó entre sus brazos y una sonrisa retorcida se posicionó en su rostro.

Pensándolo bien, si esta niña en verdad era una digna hija de sus padres y poseía aquellos dotes que los hacían tan especiales, cuando creciera podría servirle para sus planes futuros, así que la llevó consigo... al peor lugar de China.

"Te haré sufrir lo que no sufrieron tus malditos padres"


—Pero... ¿Y si alguien no quiere aceptar al niño o niña que se les dé?—

—Mátenlo, no andaremos rogando de casa en casa, si alguien no quiere aceptar el regalo que se les está dando mátenlo allí mismo, no pregunten dos veces, solo rómpanles el cuello a esos mocosos... lo que importa es que se deshagan de ellos y los alejen de la ciudad—

—Si jefe...

En el Valle de la Paz, un ganso cocinero con un corazón de fideos esperaba ansioso en las puertas de su restaurante desde que en el valle aparecieron anuncios diciendo que esa misma tarde miembros del ejército de la ciudad de Gongmen pasarían por ahí con pequeños que ya no cabían en los orfanatos para las familias que desearan adoptar. Era una oportunidad muy importante para él, sentía que estaba esperando a que la cigüeña le dejara al hijo que tanto deseaba en su puerta.

Tan pronto como los primeros soldados comenzaron a aparecer en la entrada del valle comenzó a aletear y a graznar de alegría.

Los minutos pasaban, y él ya esperaba con ansias a que el ejército llegara a su puerta. Pero poco a poco el ambiente fue cambiando, las risas de alegría se fueron transformando en gritos de horror.

No podía creer lo que veía, los soldados en todas las casa ofrecían pequeños, pero la familia no los elegía, solo tomaban el primero que agarraran, y si alguna familia no deseaba adoptar degollaban al niño ahí mismo y lo dejaban tirado en su puerta para seguir con su camino. Eso ya era una masacre.

Cuando aquellos lobos sanguinarios llegaron a las puertas de su restaurante estaba temblando de miedo, tendría que adoptar al niño que sea que le dieran si no quería que lo mataran frente a sus ojos.

El lobo jefe metió su mano a una caja en donde tenían a los pequeños como si de rábanos se tratara, y levantó de la nuca al primero que agarró.

—Tenga, acéptelo o morirá— Dijo el lobo desalmado ofreciéndole al pequeño cachorro.

El ganso se pudo imaginar lo que sea, pero nunca se imaginó que sería un pequeño panda bebé el que le plantearían frente a sus ojos. Las dudas asaltaron su cabeza, había oído que los pandas crecían mucho, que eran algo holgazanes y glotones, pero si lo rechazaba ese pequeño moriría.

Sin decir nada el ganso estiró sus alas para que se lo entregaran, y una vez que lo hicieron el ejército siguió su camino.

Se quedó parado en la puerta de su restaurante, y solo bastó unos cuantos minutos para que esos tiernos ojos verdes le llenaran de amor su corazón.

—Mi pequeño Xiao Po...

Nadie leyó lo anterior ¿ok? Es que lo acabo de publicar de nuevo, lo bueno es que se me ocurrió revisarlo otra vez jeje tenía demasiados errores.

Bueno, esta historia por fin fue publicada después de tanto tiempo queriendo tomar forma, ahora si así se quedara después haber intentado con varias tramas y haberla escrito y borrado muchas veces. Si se me llega a ocurrir otra cosa mejor pues ya que, pero ya no quería seguir atrasándola. Aun tengo muchas otras que esperan tomar la forma deseada, 9 historias específicamente, pero esas llegaran a su tiempo. Espero y les guste, aquí empiezo otro nuevo proyecto que siento que para mí es uno de los más importantes y apasionados, tengo muchos planes e ideas que han surgido en tanto tiempo que no se si quepan pero pues solo el tiempo y la situación lo dirá. ¿Tengo el que capitulo siguiente? Mas o menos jeje. Les mando un enorme saludo.