Disclaimer: Tokyo Ghoul no me pertenece. Es propiedad de Sui Ishida.

Nota de la autora: Para superar mi depresión con Hide (¡HIDE!) decidí crear otro fic, donde haya mucho cariño, amor, comedia, familia (?, etc. Espero les agrade. Nos leemos abajo.


1

I

Si había algo que Kaneki disfrutaba era de la compañía de Touka. A pesar de que ella le golpeaba con frecuencia-demasiada frecuencia-disfrutaba de su presencia porque de cierto modo encontraban un tema del cual hablar, desde cosas sin sentido-como golpes a su persona- y momentos en los que ambos necesitaban apoyo.

Touka tenía la costumbre de dar consejos de forma brusca y brutal, sin molestarse mucho en cómo se sentía él, pero sabía que era su mejor modo de apoyarle. Además, no podía evitar verla con ternura cada vez que se sonrojaba y desviaba su mirada vidriosa. Eran pequeños detalles que lo hacían sentirse amado y querido a su lado. Desde que había acabado la guerra –temporal-del CCG, todo había vuelto a lo normal, por ciertos detalles. Como que había vuelto a la universidad, lo cual no le molestaba o que había vuelto a trabajar en Anteiku. Pero había algo que si le molestaba, algo que hacía que su vena se saltara, que últimamente era una espina en el trasero, un dolor de cabeza, un…un…un…

-Oye, parchecito, ¿Qué estás pensando?

Lo dicho, era lo peor. Miro con indiferencia al peli-azul, el cual llevaba el cabello atado en una pequeña coleta-por su cabello largo-y el uniforme del café. Kaneki le envió una mirada gélida en señal de advertencia. Sin embargo, sus miradas frías y sus rostros neutrales nunca asustaban a Ayato, pero si le declaraban el límite que estaba propasando y eso era suficiente para frenarlo. Pero esta vez, Kaneki solo suspiro y continuo limpiando el vaso con el pañuelo que estaba usando.

-Nada en específico.-aclaro tranquilamente

-Si no es nada en específico entonces mueve el trasero, ya pronto abrimos-contestó el otro.

-Ya habríamos abierto si te hubieses levantado temprano.

-¿Qué estás diciendo, maldito?-amenazó Ayato, mirándolo fijamente.

-Que eres un impuntual y holgazán-contestó el otro sin mirarle ni prestarle atención.

-¡Vuelve a repetir eso, maldito tuerto!

-T-Tuerto…-murmuro el peliblanco con una voz ensombrecida, dando a demostrar su gran molestia por ese apodo.

-¡Oigan, ustedes dos!

Y en ese momento, el verdugo de ambos apareció en la puerta principal que daba a las escaleras del resto del edificio de Anteiku. Touka usaba su uniforme y su bolso para la escuela a su lado, los miraba a ambos con total indiferencia, con su cabello tapando su ojo derecho.

-Dejen de pelear, parecen niños estúpidos.

Ambos, tanto Ayato como Kaneki dijeron un "Tu hermano empezó" y un "Tu novio empezó" respectivamente, mirándola a ella como si fuera la madre que fuese a elegir entre ambos y regañar al contrario. Ella les envió a ambos una mirada macabra, dándoles a entender que si no se calmaban, comenzaría a cortar cabezas. Ambos giraron sus rostros, sin poder mantener su mirada contra Touka. De ese mismo modo, Yoshimura salió de la misma puerta, con ese rostro tan pacífico y risueño de siempre.

-Touka-chan, ¿Te vas ya a la escuela?

-Sí, hoy saldré más temprano de lo normal-admitió la otra cambiando su semblante con su jefe.

Kaneki no pudo evitar levantar el rostro con alegría, como si moviera la colita de un perro abandonado y triste, prestando toda la atención en Touka. Sintió la pesada y amenazante mirada de Ayato sobre de él, pero poco le importaba a estas alturas.

-Entonces, ¿Te parece si te voy a traer?-le pregunto dirigiéndose a Touka.

-Idiota, tienes trabajo que hacer aquí-Ayato le arrojo un trapo sucio al rostro. Kaneki solo lo observo, imaginando una forma de hacerle contar mil menos siete.

-Por mi está bien. Saldré a eso de las 6. Nos vemos-se despidió con la mano, con la voz del Jefe deseándole un buen día.

Kaneki sonrió en forma de victoria, pero sin mirar a Ayato, aunque esté no tardo en descubrirle. El problema de Kaneki no era que Ayato estuviera en Anteiku ni que se hubiese reconciliado con su hermana-ni mucho menos-. El problema era que desde que Ayato no había podido tener contacto físico con Touka. NI UNA SOLA VEZ.

Era porque siempre interrumpía en el momento inoportuno. Además, incluso él era un hombre y necesitaba complacerse, y sabía que Touka también. Su abstinencia ya iba para al menos tres meses. Tres malditos meses en los que solo pudo darle unos abrazos y un par de besos superficiales a Touka sin que su hermana les jodiera a ambos. Sinceramente ya se estaba hartando de eso, por eso decidió que si Ayato le hacía la vida imposible, él también lo haría. Yoshimura los vio a ambos, pero luego detuvo su mirada con una sonrisa tranquila en Ayato.

-Ayato, deberías ser menos protector con tu hermana. Ella ya no es una niña-dijo el hombre con su voz tan ronca.

-¿Q-Que estás diciendo?

-Que nos dejes tener sexo en paz-agrego Kaneki con calma.

-Púdrete, tuerto.

-Sí, lo mismo para ti.

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Como siempre, fue Hide quien inicio la conversación hablando con gran entusiasmo sobre sus vivencias del día a día o quejándose con fuerza sobre lo mal que le había ido, pero sin perder su toque infantil. Hide era esa clase de persona que te llena de alegría y te ponen de buen humor, justo lo que Kaneki necesitaba. A pesar de que había regresado a su vida rutinaria, su actitud se había vuelto un poco más fría que antes, lo que no facilitaba sus relaciones anteriores, pero agradecía que Hide hiciera un esfuerzo por hacerle volver como antes. Quizás no lo expresaba en voz y voto-como ahora-pero sabía que Hide era su mejor amigo, nada podía cambiar eso. Además, había conseguido abrirse para él, contándole de igual modo sus pesares y su nueva rutina en Anteiku.

-Es dura tu situación, Kaneki-hablo de nuevo aquella voz llena de vida, con los brazos detrás de su nuca. Su expresión hasta el momento era seria, por escuchar los problemas de su amigo peliblanco, pero de pronto cambio a una llena de picardía-No me digas que, el virgen y santo Kaneki está desesperado por tener un poco de sex—

-N-No hace falta que lo digas, idiota-le reprendió el otro antes de que completara la frase. Dio un suspiro pesado- No es solo eso, ¿sabes? Pero es molesto no poder si quiera verla sin que su hermano este torturándome con la mirada

-Es cierto. ¿Por qué dices que se fue?

-Se unió a la militarizada cuando era joven, además él y su hermana no concordaban en sus ideales y objetivos, así que decidió marcharse.

-Oh, pero ¿Por qué volvió?

-Quién sabe. Probablemente se arrepintió de dejar a su hermana sola y regreso a trabajar al café por ella…

Por supuesto que nada de lo que decía era real, bueno la mayor parte. Kaneki había tenido que decir esa mentira improvisada cuando Hide llego al café y descubrió un gran parecido entre Touka y Ayato. Además, era verdad una parte. Ayato había vuelto al café por que se arrepintió de haber dejado a Touka, aunque no lo dijera en voz alta, sus acciones hablaban como si fueran una disculpa. Él no le impidió hacerlo, después de todo, lo único que quería era la felicidad de Touka. Aunque a estas alturas se estaba arrepintiendo de ello.

-Bueno, quizás el que su hermano se haya ido dejando a su hermana de pequeña y luego regresar y verlo con un novio…Es decir… Auch…-Hide hizo una mueca de dolor fingido.

-¿"Auch"?-pregunto de regreso Kaneki enarcando una ceja confundido.

-Si…Veras, si yo fuera él, no sé, me sentiría fuera de lugar luego de tantos años. Además, podría sentir que alguien más se seta robando el cariño de mi hermana-sonrió-Quizás deberías hablar con él y aclararle las cosas.

Kaneki se lo pensó unos momentos, meditando lo recién dicho, mirando al frente.

-Puede ser. Pero, en cualquier caso, él y yo no hemos tenido buenos encuentros…

-¿Buenos encue-? ¿¡EH?!-grito exaltando, tomando a Kaneki de los hombros, agitándolo alborotadamente, y con voz chillona grito-¡No me digas que tú y su hermano han peleado!

Kaneki no contesto porque no podía negarlo-y porque Hide no le dejaba hablar ni moverse con libertad-. Pero en verdad se pensó en eso de hablar con Ayato. Por mucho que se hubiese distanciado de Touka y Anteiku, él era su hermano y no lo estaba respetando como tal.

En parte era su culpa.

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Caminaban juntos, conversando amenamente, Kaneki cargaba el bolso de Touka, mientras estaban sujetos de sus manos. A pesar de que el aura se viera sumamente empalagosa y cursi, para ellos era de lo más normal y natural, porque sobre todo no eran románticos. Ni siquiera Kaneki-aunque tenía sus lapsus-. Era una relación explosiva, tomando en cuenta sus actitudes tan diferentes. Pero tampoco les importaba.

-Sabes-comenzó él-Tengo pensado hablar con Ayato.

Ella lo miro atenta, intentando descifrar algo en su neutral rostro, pero Kaneki no le devolvió la mirada. Se mantuvo un silencio, donde sus pasos eran lo único que escuchaban en esa noche tranquila. Después ella giro su rostro a un lado, también evitándole.

-¿Por qué habrías de hacer eso?

Kaneki esta vez, fue quien la miro.

-Porque es tu hermano, Touka-chan-esta vez, logro sacar una apenas visible sonrisa agradable-Y la verdad, no me gustaría tener problemas con la familia de mi señora-

Touka lo miro, abriendo intensamente mis ojos, con el iris haciéndose pequeño, mientras un traicionero sonrojo aparecía en su rostro. Pero de inmediato bajo la mirada, al notarse completamente expuesta ante el gran Kaneki Ken.

-I-Imbécil…

El solo se limitó a girarle un poco del hombro, deteniéndole el paso y haciéndole que se miraran frente a frente. Se miraron directamente a los ojos, intensamente, con una chispa extraña y poco particular. Kaneki dejo en el suelo la mochila de Touka y de modo sutil tomo el rostro de su amado entre sus manos, disfrutando el contacto suave bajo sus yemas. Se inclinó un poco debido a la diferencia de altura, acercándose peligrosamente a su rostro. Pero ella no se negó y recibió aquel contacto labio a labio con el de él. No fue un beso profundo, pero tampoco superficial. Kaneki se encargó de saborear sus labios con los suyos, disfrutando de las corrientes eléctricas que atravesaban cada vez que se unían de eso modo tan íntimo y precioso.

Ambos se separaron, Touka con un enorme sonrojo y Kaneki con ligero rubor, sonriéndole tiernamente a Touka. Está solo desvió la mirada.

-Estúpido Kaneki, no empieces algo que no puedas terminar…

Kaneki sonrió y dio una muy ligera risita.

-Podría terminarlo, pero sería en el fondo del callejón y dudo que apruebes eso, Touka-chan.

Ella le miro molesta pero sonrojada a la vez.

-Idiota-gruño y comenzó a caminar de nuevo, con Kaneki alcanzándola con su mochila, abrazándola con un brazo-Vamos, tienes que llegar a hablar con mi hermano.

-Touché

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Nota final: Bien yo solo quería un fic donde no hubiera tantas malditas muertes y donde Touka y Ayato se reconciliaran. Espero les haya gustado. Nos leemos en el siguiente capítulo.

Editado el 15/Abril/2016


Atte. Ari