Disclaimer: Ningún personaje me pertenece, por más que me guste la idea.

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Breaking Free (UA)

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By: Anitta Felton

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1

Si alguien que viese a Hermione Granger por la calle después de haberse puesto el sol, se cambiaría de acera sin dudarlo.

Buscar su nombre en un diccionario implicaba palabras tales como desaliñada, descuidada, empollona, desafortunada, fatalista…

A sus 18 años, su vida no constaba de más que sus estudios, los cuales marchaban viento en popa; no así como su vida amorosa: hacía ya un año que no había mantenido ninguna relación con nadie.

Ella no entendía por qué. No era tan fea como todo el mundo se esforzaba por mantener siempre a la vista. Era bastante alta y esbelta, tenía una mata de pelo muy espesa y larga, con ondulaciones. Aunque llevaba unas gafas negras de montura cuadrada y vestía con amplias camisetas que muchas veces eran de publicidad. Las faldas siempre eran largas hasta los tobillos, y los zapatos negros, austeros, horrendos y planos.

Su vida social en el instituto era un auténtico desastre porque no podía dar dos pasos sin recibir algún insulto. Es por ello, que Hermione Granger siempre pasaba desapercibida.

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-¿Alguien sabe la respuesta al ejercicio 3? – preguntó la profesora de física.

Hermione levantó la mano y la profesora la invitó a escribir su ejercicio en la pizarra.

-Bonito cuerpo, Granger – exclamó alguien desde la última fila.

-¡Ya basta! – chilló la señora Cooper.

Todos los demás compañeros estallaron en carcajadas, y miraron divertidos al autor del comentario, Draco Malfoy.

Era él una de las razones por las que cada día rezaba para que el instituto se incendiase.

Él, el estúpido narcisista de tres al cuarto, que se creía una divinidad por pertenecer a la aristocracia de la ciudad.

El mismo que fulminaba a todos sus inferiores con sus fríos ojos grises.

El mismo que revolvía su pelo platino cuando localizaba alguna chica que pudiese darle lo que él buscaba.

Hermione terminó de copiar el ejercicio y se dirigió a su asiento, no sin recibir una pedorreta por parte del rubio cuando fue a sentarse.

-Muy bien, señor Malfoy, dado que lo veo tan sobrado en la materia, le informo que está a punto de reprobarla gracias a sus exámenes que lamento decir, no exceden del 3.

-¡Pero el último me salió bien!

-Tiene razón, le salió genial, si esto hubiese sido un examen de sexualidad¿o acaso en la lección hemos visto por qué el preservativo no es 100 fiable?

Malfoy maldijo por lo bajo, había estado apuntando allí su guión de la clase de biología y se olvidó de borrarlo.

El timbre sonó, y todos se apresuraron a salir de clase para marcharse a casa.

-Estoy jodido – les dijo a sus amigos, Blaise Zabini y Gregory Goyle.

-¿A qué viene eso? – preguntó Zabini marcando la configuración de su taquilla inútilmente, ya que esta no se abría.

-Mi padre – dijo el rubio con un suspiro – Dijo que si suspendía alguna materia, la fiesta que me prometió en la playa no se celebraría.

-¿La gran fiesta a la que iban a asistir las modelos francesas?

-La misma.

-Oh tío, debes aprobar Física como sea. Contrata a un profesor particular. –

-¿Estás loco? – Preguntó Draco – Mi padre no permitiría que alguien fuese a mi casa para ayudarme a aprobar. Él quiere que todo salga de mí.

-Pues puedes probar a apuntarte en el voluntariado ese de ayuda a estudiantes retrasados y…

-¿Me estás llamado retrasado, Zabini?

-Más o menos – contestó Blaise cerrando su taquilla de un portazo – Sólo te digo que como no hagas esa fiesta, Draco Malfoy ya no será lo que era.

-¿Tanta repercusión tendría sobre mí?

-Ni te lo imaginas. Helena Shepard ya ha comprado su traje de baño con pareo y sandalias a juego. La oí en Matemáticas.

-Necesito un plan y…-su mirada se desvió y siguió como una autómata los pasos de cierta castaña que se esforzaba por abandonar los pasillos del instituto – Oye, nos vemos esta tarde, tengo algo que aclarar.

Draco echó a correr hasta alcanzar a la chica. Hermione miró hacia atrás asustada.

-¿Qué…qué quieres Malfoy?

-¿Por qué tendría que querer algo?

-Quizá porque la última vez que te acercaste a mí fue en preescolar para pedirme el cubo de la arena.

Malfoy rió.

-No, esta vez no es para pedirte arena ni mucho menos – carraspeó, pero no pudo decir nada porque vio algo que lo consternó - ¿Bebe Coca-Cola? – Leyó en la camiseta de la chica con una sonrisa burlona en el rostro - ¿En qué tienda venden esa camiseta? Me gustaría comprarla.

Hermione se sonrojó y apretó ligeramente el paso.

-¿Tienes prisa?

-Bastante, la verdad.

-Verás, estoy aquí porque hay algo que tú tienes que a mí me hace falta – dijo el rubio.

-¿Sí?, y ¿qué es?

Draco levantó su mano y le dio tres leves golpecitos con el dedo índice en la cabeza.

-No te pienso dar mi pelo, hay unas pelucas fant…

-No seas estúpida, estoy hablando de tu inteligencia – Draco se detuvo y agarrándole de la muñeca, le hizo detenerse a ella también – Necesito que me ayudes a aprobar Física.

Hermione no pudo contener una risita despectiva.

-¿Acaso eres retrasado o esta mañana para desayunar tomaste matarratas?

-¿Qué demonios…?

-Mira Malfoy, no sé quién ha sido el estúpido que te ha aconsejado pedirme ayuda, pero…es la idea más descabellada que jamás ha tenido.

-Te estoy pidiendo ayuda¿no ves que esto es muy difícil para mí? Eres un estorbo en mi sociedad y me he dignado a dirigirte la palabra, ten la dignidad de aceptarlo.

-¡Eres estúpido! – Hermione se soltó de su afierre y siguió andando.

Draco la siguió de nuevo.

-¡Vamos¡Te compraré algo¡Te devolveré el favor!

-¿Hasta dónde estás dispuesto a sacrificarte por esto?

Él sonrió.

-Pensaba comprarte un armario nuevo pero…

-Lo digo en serio. ¿Qué puedes ofrecerme?

Draco levantó la mano.

-Está bien, está bien. ¿Qué pides?

-¿Aparte de que dejes de amargarme la existencia?

El chico bajó la mirada.

-Tengo todo lo que necesito, no creo que puedas ofrecerme nada, gracias.

-¡Espera¡Te invitaré a la fiesta de la playa, si tú quieres!

Ella se giró para mirarle directamente a los ojos.

-¿I…irá Potter?

-Claro, él es el primero de mi lista – mintió el rubio.

Hermione suspiró.

-Vale, aceptó. Pero si se me ocurre alguna otra cosa que me puedas dar, te la pedir-é– Empujó sus gafas hasta lo más alto del puente de la nariz - ¿Cuándo tengo que ir a tu casa?

-En realidad, preferiría que fuese en la tuya…

La castaña suspiró de nuevo frustrada.

-Está bien. Mañana, a las cinco en mi casa – Hermione le dio la espalda y siguió su camino.

-¿Dónde vives? – exclamó Draco.

-Si no te habías dado cuenta hasta ahora, soy tu vecina – y sin decir ni una palabra más se echó a correr.

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Hermione maniobró con las llaves de su casa y entró, dejándolas en el recibidor.

-¿Hola?

-Cariño, estoy en el comedor.

Hermione fue hasta allá. Había un hombre con su madre.

-Hermione, éste es el señor Holden, el estilista de la boda de tu hermana.

-Encantada – dijo la chica sonriendo tímidamente - ¿Terry aún no ha venido?

-Me temo que hoy no viene por Terry – dijo su madre mordiéndose el labio – Viene por ti.


¡Hola!

Resumidamente voy a contar algo: Mi ordenador está estropeado desde hace ya cierto tiempo, y ahora mismo me encuentro en el ordenador de una amiga. He impreso los capítulos de Hermione es el chico y El fin de nuestros días, con la labor de recuperar el hilo y poder subirlos cuanto antes, algo que veo un poco difícil cuando la película de Ella es el chico la tengo grabada en el PC. Mientras tanto he colgado esta nueva historia para que nadie desee mi muerte...

Podéis dejar reviews buenos, malos, regulares...se admite todo tipo de comentarios porque sé que algunas me odiarán a estas alturas o Si me queréis tirar cualquier tipo de objeto, adelante, pero que no sea puntiagudo, por favor (".)

Besitos de chocolate

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Anitta Felton