¡Hola! Ojalá les guste la historia, sin más preámbulo, empecemos.
Tokio, Japón, residencia Kamiya.
Desperté disfrutando los rayos solares de marzo, salté de la cama y me fui a bañar con toda la emoción, era sábado en la mañana e iba a salir con mis amigas un rato, a ir de compras, a ver una película, a comer chatarra, en fin, a disfrutar la adolescencia que es una sola, una vez salí del baño, sequé mi cuerpo y mi cabellera, me limité a ponerme un vestido de flores y unos zapatos cerrados.
Al llegar a la cocina, me limité a consumir el desayuno que me hizo mi nana Hibiki una señora de alrededor de 45 años, amable y cariñosa, la llegaría a considerar una segunda mamá, bueno, mis padres nunca están, pero ella y el chofer Kentaro son mi familia más cercana.
Tomé toda la leche de un golpe y me fui a lavar los dientes, al llegar al lado del señor Kentaro le dije que me llevara a la plaza flor de lotto.
Kyoto, Japón, afueras de la ciudad.
2:00am
-Levántate, basura humana, ¿Qué?, ahora suplicas perdón, que vergüenza me das, ¿A quién se le ocurre meterse con la mujer de un mafioso?, el que me contrató me pidió específicamente, una muerte lenta y dolorosa, pidió tu cabeza como regalo, ¿Y sabes?, me pagó excesivamente bien, con gusto haré el trabajo.
-Noooo, Battousai, por favor perdóname la vida, te pagaré al triple que lo que te pagará él, te pagaré, lo prometo, por favor, déjame vivir.
Battousai levantó su katana con una velocidad sorprendente y le cortó la cabeza en cuestión de segundos, haciéndole la muerte lo más rápida y menos dolorosa posible, después hizo todas las indicaciones que había pedido su cliente y se llevó los restos en su mochila y el cuerpo, lo tiró en el primer basurero que vio, se subió a su motocicleta Kawasaki y llevó el regalo a su cliente, una vez entró al lugar, todos lo miraban peor que una rata y él ni se inmutaba, iba con su característica cara seria que pedía a gritos que estuvieran a 20 metros lejos de él, una vez se acercó a la sala del jefe le aventó la cabeza del pobre hombre y le dijo
-Ahí está la cabeza, las demás partes que pidió, están en esta mochila, ahora deme la otra mitad de mi paga.
El señor de unos 50 años, estaba pensativo, luego se rio muy sonoramente y le aventó otra mochila con la paga de su buen trabajo.
-Vaya, si eres muy bueno, como dicen en el bajo mundo, el corte de su cabeza, tiene una precisión perfecta, es como si hubieras nacido para ser asesino, ¿No quieres trabajar como mi subordinado? Te puedo hacer mi mano derecha.
-No, trabajo solo, no necesito trabajar en una yakuza.
Battousai se llevó la mochila y luego se retiró imponiendo su figura, gritando ser el mejor ahí, o al menos eso pensaban los subordinados de aquel hombre.
¡Hey! Este es el prólogo espero les guste, nos seguiremos leyendo, comenten mucho por favor, eso me animará a terminar la historia.
Adiós le dice HinataOtsutsuki.
