Este fanfic participa en el mes RyoSaku creado por los usuarios de la página Ponta Pair Love en castellano.

1.- Celos

Nuevamente veía a un grupo de chicas amontonadas en un lado del salón, todas ellas chillando intentando llamar la atención de la persona desafortunada que se encontraba en el centro.

Suspiro por enésima vez esperando que pronto comenzara la clase, no era fan del inglés, pero en estos momentos sinceramente prefería eso a seguir viendo como acosaban a Echizen. Es decir, sabía que él era popular, estaba consciente de eso cuando comenzó a sentirse atraída hacia él, pero no pensó que tanto.

¿Qué estoy pensando? Es obvio que es popular.

Formaba parte del club de tenis, era uno de los titulares –sin mencionar que era el más joven−. Era guapo, astuto, e indiferente con quien no tenga una raqueta en la mano –otra razón del porque posiblemente tenga a tantas chicas tras el−.

−A las chicas les gusta lo frio e inalcanzable, los hacen ver tan cool –escucho decir una vez por parte de Tomoka.

Quizá por esa razón también me había interesado en él –pensó viendo a su amiga gritando que dejaran de molestar a Ryoma a lo que el bufaba molesto al ser quien recibía mayor parte del ruido.

No sabía si reírse o sentir pena por él. Es cierto que se sentía celosa de la situación actual, pero no por temer que él se sintiese a gusto con alguna chica, estaba claro que bien no la estaba pasando. La razón de sus celos era meramente por confianza, esas chicas podían ir y pararse frente a Ryoma saludándolo sin temor a su rechazo o indiferencia, es más, la mayoría de las ahí paradas ya hacia bastante se les habían confesado siendo recibidas por una cortante negativa.

Ella no sería capaz de hacer eso sin ponerse a tartamudear de los nervios o querer llorar por el rechazo, al menos no actualmente.

−No te preocupes, Sakuno. Sus intentos no son suficientes para que Ryoma-sama les preste la debida atención. –Incluso Tomo-chan pensaba que estaba celosa. Su amiga pronto cambio su expresión de enojo a una de confusión al escucharla reírse.

Ella tenía suerte, mucha suerte. Era capaz de ser ayudada por Ryoma –al inicio por obligación− en cosas que se le dificultaban, ya sea el tenis o el mismo inglés. Es verdad que siempre que la ayudaba él se quejaba la mitad del tiempo, pero la siguiente mitad solo se quedaba en silencio –uno bastante agradable−. Había tenido repetidas veces la oportunidad de ver una faceta distinta del príncipe del tenis, una que –estaba segura− pocas personas habían tenido la fortuna de conocer.

Era bastante afortunada. No tenía motivos para estar celosa.

-o-

Como creo que es obvio esto durara todo el mes de diciembre así que, bueno, me tendrán aquí molestando hasta año nuevo ñ.ñ