Breathless

Summary: Cuando los vampiros buscan la noche eterna en Tomodea, Touya debe luchar por lo contrario e impedir un romance imposible entre su hermana y uno de estos seres de la oscuridad. UA- SxS ExT

Aclaraciones Narrativas:

Narración en 3era persona

-Diálogos-

Pensamientos

'Narración en primera persona por alguno de los personajes'

(Aclaraciones de la autora)

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N/A: Bueno! Aca llegamos con otra de nuestras historias de SCC, una de las tantas q pensamos subir en poco tiempo! Esta es una de vampiros, sisi, así como hay una de Inuyasha… xq no una de SCC? Espero q les guste tanto como Doux Sentiment y Houl in my soul!

Como en todos nuestros fics intentamos q la actualización sea semanal, pero en este caso va a ser mas difícil ya q no la tenemos toda escrita como en otros casos, así q es posible (y probable) q las actualizaciones demoren un poco mas. La historia girará en torno a Shaoran, Sakura, Eriol y Tomoyo, pero Touya también tendrá una actuación casi protagónica.

Parte I

Las espesas gotas de lluvia le molestaban en su visión, haciendo a un lado el flequillo empapado que caía pesado sobre su frente empuñó con más fuerza la estaca de plata que tenía en la mano derecha.

Sintió como otro detrás de él se prendía a su espalda intentando hincar los dientes en su cuello, pero Touya se apresuró a hacer un rápido movimiento clavando su arma en el corazón del ser nocturno para volverlo cenizas.

Para su sorpresa el grupo optó por huir, pero no por la habilidades del ya herido joven sino por el próximo amanecer.

-Perdimos a Yamasaki?-dijo con cierta indiferencia un sujeto sentado en la oscuridad de un sótano de una iglesia abandonada, a su alrededor se veía la humareda provocaba por el cigarro que nunca abandonaba.

-Si Shaoran, no se pudo hacer nada- acotó otro sentándose a su lado y limpiando sus lentes que tenían varias gotas de sangre aún fresca.

-Sabes bien que no queda mucho tiempo, tenemos escasos cinco días.

-Y no podemos volver a esperar otros mil años, no amor?-Susurró con una voz sensual que llamó la atención de ambos, una tercer vampiro acababa de entrar dando un salto por la puerta trampa del techo y se acercaba con una sonrisa. Su cabellera negra largísima le daba un aspecto siniestro y sus colmillos brillantes y perfectamente blancos resaltaban en sus labios rosa pálidos.

-Claro, ya esperamos mucho-dijo por fin el ambarino para luego tomar a la joven por la cintura y levantarla en el aire. La besó con desenfreno y pasión mientras ella respondió del mismo modo recostándose sobre él.

-Habrá que planearlo mejor para mañana-se limitó a decir Eriol sin humor para ver el espectáculo de su jefe y su novia.

Salió casi olvidando que en un par de horas el sol bañaría las calles de la pequeña ciudad que aún dormía bajo el manto de la ignorancia.

-Tomoyo…-susurró pensando en voz alta a la vez que se hacia una imagen mental de la chica en la que pensaba- que voy a hacer contigo?...

Sin un rumbo fijo, pero al parecer determinado de modo inconsciente, llegó al mismo sitio que las noches anteriores, esa enorme mansión tan perfecta y pura, con sus ventanas veladas por claras cortinas, su entrada con rejas altas que impedían el paso de posibles ladrones, y un par de perros que reforzaban la seguridad.

Sin dudarlo dio un salto que poco le costó para traspasar aquella barrera que lo separaba de ella, y con rapidez antes de que los perros se percataran de su presencia y comenzaran a ladrar como en ocasiones anteriores, atravesó el jardín. Trepó con agilidad por la pared aprovechando cada hendidura para facilitarse el acceso a la ventana del segundo piso, la de cortinas azuladas que siempre permanecían cerradas.

Golpeó suavemente para no asustar a la chica que probablemente estaba durmiendo, pero se sorprendió por su rapidez para abrir las cortinas de par en par y luego el vidrio dejándolo entrar.

-Perdona, te desperté?-pregunto un tanto apenado dedicándose a cerrar de nuevo el ventanal.

-No, te estaba esperando…-respondió ella con cierta timidez mientras se acomodaba en su cama destendida- Por un momento pensé que no vendrías…

-Es que tuve algunos asuntos que atender-explicó sentándose a su lado el ojiazul.

-Ya veo…-susurró para luego toser y llevarse la mano al pecho dolorida, se inclinó sobre la cama para seguir tosiendo apoyando la manos a los lados de su cuerpo, finalmente cuando incorporó de nuevo el rostro Eriol pudo ver como de sus labios salía sangre. Su instinto brotaba de su interior sin que pudiera evitarlo, y eso mezclado con las ganas que tenía de besarla terminó poseyéndolo. Antes de que se diera cuenta estaba recostado sobre ella, con la manos en su rostro, y lamiendo con delicadeza los labios de la sorprendida joven quien permanecía inmóvil y totalmente sonrojada.

-E-Eriol?-se animó a decir sacándolo del transe en el que parecía hallarse su invitado, cuando había comenzado a besar su cuello y había podido sentir sus afilados colmillos rozando su delicada piel había sentido temor. El ojiazul se incorporó apoyando las manos a los lados del cuerpo de Tomoyo y la miró largamente, meditando. Los latidos del corazón de la chica estaban acelerados al sentir el peso del cuerpo de él sobre el de ella, su mirada fija en sus ojos….

-Tomoyo…-susurró con una voz suave reservada para la morocha que tenía frente a el- cuanto tiempo mas… vas a vivir?

La chica suspiró con cierta angustia, el hecho de morir no era su real preocupación, sino que odiaba imaginarse una realidad sin él.

-Creo que… unas pocas semanas…-explicó clavando la vista en las sabanas pero sin moverse ni un centímetro.

-No quiero… separarme de ti…-agregó ocultando el rostro en el cuello de la joven para sentir mas fresco el aroma de su perfume, durazno.

-Estarías… siempre conmigo? Por toda la eternidad?-pregunto la amatista tímidamente entrelazando sus dedos con los de él.

-De que hablas?-susurró el confundido por su pregunta.

-Yo tampoco quiero dejarte… pensaba… que tal vez… podrías volverme… alguien como vos…-hace que la mire para luego sonreír.

-Harás eso… por mi?-acotó el sorprendido por las palabras de la chica.

-Claro… yo te amo…-acercó su rostro para besarlo lo que el correspondió.

-Yo también…. Tomoyo…-se separa un poco de ella incorporándose- pero no debemos tomar decisiones apresuradas….

-Te daré un tiempo para que lo pienses, yo ya no tengo nada que pensar…

El joven asiente y suspira, para luego clavar la vista en la ventana, ya hacia más de 300 años que "vivía" como un vampiro… quería arrastrarla a ella también a ese cruel destino?

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El viento húmedo que anunciaba el comienzo de la estación primaveral jugaba con su cabello mientras ella se despedía de su grupo de amigas antes de ir hacia su casa a la salida del colegio luego de un largo y rutinario día en la escuela secundaria de Tomodea.

La chica de mirada verdosa y cabello largo color miel era la envidia y el celo de muchas, sin proponérselo era más popular de lo que se imaginaba. Sólo por ser amable con todo aquél que le hablara, siempre estar dispuesta a ayudar y contestar siempre con una sonrisa sincera en el rostro. Cualidades heredadas de su madre y fomentadas por su padre.

Prefirió tomar un atajo, quería sorprender a su hermano con su cena favorita y si no se apresuraba no llegaría a tiempo antes de que el tuviera que irse a su trabajo.

Las calles en ese lado de la ciudad eran más desiertas y oscuras, por alguna razón que Sakura desconocía a nadie le agradaba ir por esa zona del barrio. Ya eran cerca de las ocho, las luces de las calles comenzaban a encenderse ante la falta de luz natural, y los niños ya se mentían en sus casas para comer y luego ir a la cama.

La ojiverde, despistada como era su costumbre, iba soñando despierta, pensando en el festival que en pocos días habría en el colegio hasta que algo le llamó la atención haciéndola voltear.

Un sujeto vestido totalmente de negro, con un par de gafas oscuras la observaba frívolamente, parecía devorarla con la mirada, lo cual fue suficiente para hacerla estremecerse.

-Se… se le ofrece algo?-se animó a preguntar con un pequeño temblor en la voz, aquel hombre no le inspiraba confianza.

-Al fin te encontré-susurró pasando luego la lengua por sus labios claros haciendo que Sakura diera torpes pasos hacia atrás.

-En…contrarme?-repitió sin comprender de lo que hablaba.

-El jefe se pondrá muy feliz-sonrió furtivamente y no tardo en abalanzarse sobre la chica quien vencida por su fuerza acabo de espaldas en el piso sin mas defensa que sus pequeños puños que no causaron heridas en su atacante. Dándole un golpe seco en la nuca logró quitarle la conciencia a la ojiverde par luego con más cuidado cargarla en su espalda y dirigirse a la guarida, sabia que tenía que llegar sana y salva o Shaoran lo mataría.

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En la oscuridad sólo algunas difusas palabras y algún que otro gemido denotaban la presencia de la pareja que tumbada en el suelo disfrutaba la compañía del otro.

-No se que haría sin ti Mei Ling…-susurró el ambarino con ternura acabando con su ritual de cada noche, dejando exhausta a su compañera que sólo sonrió.

Oyeron la puerta abrirse y vieron por ella entrar a Eriol cargando un bulto extraño, la morocha lo miró molesta mientras que Shaoran se puso de pie acabando de vestirse interesado por las novedades que su amigo le traía.

-Ah…interrumpo algo?-rió al igual que su jefe- La tengo, es ella.

Dejó a su victima sobre la endeble cama que había en aquel sucio cubículo y luego se apartó dejando a Shaoran examinarla con la mirada.

-Si, es ella… huele igual que ese asqueroso cazador-se limitó a decir asqueado de la joven que aún dormía producto del golpe propinado antes- llevatela de una vez-resolvió- y cuida que no escape, de esta tonta humana depende nuestro destino aquí.

-Si lo se-respondió el otro volviendo a cargar con la joven- Entonces tengo la noche libre?

-que planeas? Últimamente andas en algo raro… no te desvíes Eriol-aconsejó severamente el castaño.

-No te preocupes, volveré antes del amanecer-aclaró saliendo del lugar.

Dejó a Sakura en otra de las habitaciones libres, tomando recaudos de que no pudiera huir y luego abandonó aquel desolado con intenciones de ver a la persona que más amaba. Pero… todo fue como siempre, entro, subió, y llego… pero la habitación estaba vacía, todo se hallaba limpio y ordenado, pero Tomoyo ya no estaba allí, hasta su aroma había desaparecido.

Comenzó a sentir miedo, y si… la había perdido para siempre? Iba a salir por la ventana, dispuesto a buscarla, tenía que estar en alguna parte, se lo había prometido, iban a estar juntos por toda la eternidad. Volvió por ultima vez la vista a aquella habitación y notó un paquete sobre la cama, era azul y un papel junto a el le hizo descubrir que era para él.

-Tomoyo…-susurró acercándole y tomando aquel regalo. Rasgó el papel con cierto nerviosismo. Dentro había un gorro de lana, se notaba que había sido tejido a mano por la inexperta muchacha que había puesto en eso todo su empeño. Lo miró y sintió sus dedos atravesar cada uno de los tejidos recordando la textura de la piel suave de Tomoyo… miró la nota, como imaginaba, era de despedida.

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