Disclaimer: ningún personaje me pertenece.
Esta historia participa en el reto #91 "… pero con una condición" del foro Alas Negras, Palabras Negras.
Mi condición es: el drabble debe iniciar con un diálogo.
Un vestido más
—¡Jaime! —chilló Cersei—. ¡Sabes que odio que hagas eso!
A Jaime no le importó; siguió en su labor mientras sonreía.
—Ya tienes bastantes vestidos —contestó—. No te vas a morir por uno menos.
—Sabías lo mucho que me gustaba ese —se quejó ella.
La seda susurró cuando cayó al piso, al igual que los restos del encaje; aquel vestido había sido uno de sus favoritos: despertaba el color de sus ojos cuando lo llevaba junto a su exquisito collar de esmeraldas.
—¿Acaso es mi culpa que hayas decidido llevar un vestido tan complicado, querida hermana?
Cersei quiso apartarse, pero Jaime la tomó entre sus brazos. El roce de ambos cuerpos parecía excitarlo todavía más.
—¡Jaime!
Ella levantó la mano. Jaime ya sabía lo que pasaría: su hermana le daría una bofetada y se marcharía, molesta. No le hablaría por el resto del día, y probablemente al siguiente, orgullosa; siempre era ella quien se dejaba buscar… Pero agarró su muñeca y la bajó. Los hermosos ojos de Cersei chispeaban; sus mejillas estaban encendidas… Aquella fiereza propia de una leona inflamaba su pasión tanto como las suaves curvas de su cuerpo.
—Arreglaré lo del maldito vestido —prometió, besando su cuello. Se permitió sonreír con satisfacción cuando ella gimió, por mucho que tratara de mantener la distancia.
—¿Cómo? —preguntó casi con brusquedad—. Si tú ni…
Jaime atrapó sus labios y Cersei terminó entregándose al beso.
—Ya veré cómo. Pero ahora, querida hermana, esto es más importante…
