Hola. Vuelvo por aquí con otra historia. Esta tiene siete capítulos y que posiblemente no pueda tenerlos todos publicados para navidad u.u Con el trabajo no he podido publicarlo antes. Esta historia se basará en MUCHO Hiccstrid. Espero que disfruteis con esta pequeña historia y feliz navidad a todos!
Feliz snoggletog
Capítulo 1
-Gobber tenemos muchos preparativos para tener un gran snoggletog este año.
El jefe y Gobber ultimaban los detalles, ya quedaba poco para la festividad y estaban preparando una gran fiesta para toda la aldea.
-Los jinetes harán una exhibición de dragones y además una carrera. Así que tendremos una buena mañana de snoggletog -aportó Gobber.
-Lo sé. En la exhibición mi hijo trabajará con Astrid.
-¿Ya están juntos por fin Stoick?
-Si te soy sincero, no tengo mucha idea. Siempre están juntos se llevan muy bien, pero creo que mi hijo es algo lento. Le presta más atención a los dragones que a las chicas -el jefe comenzó a escribir en su inventario lo que necesitaban preparar para la fiesta.
-¿Te acuerdas cuando nosotros teníamos diecinueve año Stoick? todas las chicas se morían por conseguir una de tus miradas.
-Pues claro que me acuerdo. Sobre todo porque la única que no me miraba era Valka -el jefe rió ante ese bonito recuerdo.
-Te fuiste a por la chica más complicada... Tú y Hiccup os pareceis -se rasco su bigote con el garfio.
De repente sonó la puerta. Tres golpes algo insistentes. El jefe solo dijo que pasaran. Quien quiera que fuera parecía que tenía prisa.
-Hablando de chicas difíciles -susurró Gobber al ver a Astrid entrar y parecía muy enfadada.
-¿Está Hiccup en casa? -la chica habló lo más calmada que pudo, aunque quería matar a su amigo.
-Está arriba, dormido -respondió Stoick.
-¿Está dormido? -la chica apretó sus puños. Eso ya había hecho que la gota que colmara el vaso -¿Puedo...
-Adelante estás en tu casa -le indicó el jefe y la chica subió a toda prisa.
-¿Dejas que una chica suba al cuarto de tu hijo? -preguntó Gobber.
-Haber si así espabila de una vez Gobber
-¡Maldito hijo de troll! -se escuchó un grito por parte de la rubia hasta abajo.
Ambos hombres se miraron y rieron, parecía que Hiccup no había tenido un dulce despertar por parte de la chica rubia.
Escucharon como la rubia bajaba por la escalera lanzando más improperios para el chico castaño, el cual bajaba detrás de ella, algo atolondrado aún por acabar de despertarse con semejante griterío por parte de su amiga.
-Astrid lo siento - la tomó de la mano para que esta le prestara atención.
-¿Qué lo sientes? ¡Tres horas Hiccup! ¡Llevo tres horas esperándote! -alzó la voz muy molesta.
-Ayer me entretuve con Heather y acabé muy tarde. Lo siento.
-¡Me da igual Hiccup! ¡Estoy harta de estar esperando siempre a que quieras aparecer! -la rubia se soltó de la mano de su amigo y bajó su voz. Estaba dolida.
-Podemos entrenar ahora. No pasa nada Astrid.
-No. No voy a entrenar contigo -Le dió la espalda a Hiccup -yo... he estado entrenando con Snotlout esta mañana... voy a hacer con él la exhibición.
-¿Estás de broma verdad Astrid? -Hiccup vio como su amiga se alejaba poco a poco de él caminando hacía la entrada, pero él se interpuso entre la puerta y ella -Es una broma muy mala Astrid.
-No es broma Hiccup.
-Venga. No puedes hacerme esto. Solo me dormí. Heather llegó ayer por la noche y nos pusimos a charlar sobre los lugares donde había estado y se nos hizo tarde.
-¡Hiccup no entiendes nada!
-¿Qué es lo que debo entender? -preguntó algo contrariado por las exigencias de su amiga.
-Si no son los dragones, es Vigo, o a lo mejor el ojo del dragón, o tus locos inventos... y ahora ha sido Heather... Siempre soy la... -la chica suspiró y se armó de valor, ya que debía decirle cómo se sentía respecto a él -Siempre soy la última en tu lista de prioridades. Y estoy harta de ello Hiccup -Astrid apartó a su amigo que se había quedado algo contrariado por su respuesta y se marchó de la casa de los Hadock.
Hiccup se quedó mirando la puerta cerrada. Estaba aún algo atolondrado, no hacía ni un par de minutos que se había despertado a base de gritos, pero lo que Astrid le había dicho definitivamente hizo que terminara de despertar.
El chico se alborotó su cabello y dió la vuelta, encontrándose con los dos mirones que lo observaban con mucha atención.
-¿Qué? -preguntó al sentir las insistentes miradas de su padre y Gobber sobre su persona.
-Parece que tienes problemas con Astrid -sentenció Stoick.
-Parece muy enfadada... aunque bueno esa chica siempre se enfada con facilidad -le siguió Gobber.
-Pero con Hiccup suele ser muy... amable -Stoick miró a su hijo.
El castaño lanzó un gruñido de frustración. Astrid solía ser amable con él. Se llevaban bien y bueno se enfadaba un poco con él cuando solía llegar tarde, pero siempre se disculpaba y ella aceptaba sus disculpas. Pero parecía que había confiado demasiado en la confianza que tenía con Astrid.
Había estado mal haberla dejado tres horas esperándolo... y bueno hubiera sido más tiempo si no hubiera llegado ella para despertarle. Ella era Astrid, era alguien muy importante para él ¡Por supuesto que no era la última en sus prioridades!
-¿Cómo piensas solucionar esto?-preguntó Stoick cuando su hijo se sentó a su lado.
-No tengo ni idea. Espero que entre en razón y me escuche -Hiccup apoyó su cabeza sobre la dura madera de la mesa.
-Y si no te escucha, te quedaste sin pareja para hacer la exhibición de dragones.
-Muchas gracias por tus ánimos Gobber -se quejo el chico desde su posición.
-Y para colmo ha dicho que lo iba a hacer con Snotlout -Stoick rió al escuchar un gruñido por parte de su hijo -sé algo de Snotlout que te podría interesar.
-No creo que me interese algo sobre Snotlout y menos ahora mismo papa.
-Yo creo que si te interesa. Ya que me ha dicho Splitelout que su hijo quiere pedirle matrimonio a Astrid.
-¿Qué? -Hiccup alzó su cabeza y miró a su padre.
-Justo lo que te he dicho, parece que Snotlout va a pedirle a Astrid que se case con ella. Ya tiene veinte años, es normal que piense en el futuro.
-Es idiota. Astrid le va a decir que no -respondió seguro.
-¿Cómo sabes eso? -preguntó Gobber -ya las has oído. Va a hacer la exhibición con Snotlout y los dos se llevan como cualquier matrimonio Vikingo. Tienen una relación de amor odio.
-Creo que voy a cambiarme de ropa para ir a la academia -Hiccup se levantó y fue arrastrando sus pies hacía su habitación.
Allí estaba Toothless. Su dragón era feliz y sin tener preocupaciones de ningún tipo. Y mucho menos porque parecía que era el único en su especie, por lo que no tenía problemas con chicas de ningún tipo.
Cogió su ropa que solía utilizar normalmente y se la puso. Aunque estaba trabajando en un nuevo traje de vuelo, pero le faltaba unos detalles que ultimar antes de utilizarlo. Se puso su armadura de cuero marrón, aunque esta ya le apretaba un poco ya que su espalda estaba más ancha y había crecido.
Ya no quedaba nada del escuálido Hiccup. Aún seguía siendo un chico delgado en comparación con los estándares vikingos. Pero aún así ya se le veía más adulto. Incluso su rostro ya había perdido las facciones infantiles por unas más varoniles y acordes a su edad.
Había veces que por mera vagueza se dejaba que su vello facial creciera, pero Astrid siempre se quejaba y por ello se afeitaba dejando su piel lisa y suave.
-Astrid -susurró el nombre de su amiga y la chica que le había robado el corazón desde una muy temprana edad.
Por su cabeza rondo lo que le acababa de decir su padre sobre el tema de que su primo iba a pedirle a Astrid que se casara con ella. Estaba más que seguro de que Astrid se negaría a esa petición. De hecho llevaba rechazando a Snotlout desde que tenía uso de razón. Aunque su primo era insistente eso no se podía negar. Pero aún así era cierto que tal y como había dicho Gobber la relación de estos dos era mucho mejor que cuando eran pequeños y aunque había odio entre ellos, siempre había un cierto compañerismo y camaradería que era visible.
Pero de ahí al amor había como un abismo. Aunque claro eran vikingos, cosas como el sentimiento romántico era algo secundario. Ellos se llevaban más por el estatus y por el hecho de procrear que por sentimientos románticos y que para muchos eran algo absurdo y sin sentido.
Pero él no pensaba así. Para él era importante el amor. Él siempre se había dejado guiar por lo que sentía y por sus propios sueños, por ello en Berk esa aldea donde masacraron dragones, ahora los montaban y se habían convertido en sus fieles amigos y compañeros.
Pero y Astrid ¿Qué pensaba sobre ello? ¿Preferiría el amor o el simple hecho de que su primo estaba bien posicionado en el estatus de la aldea? Había hablado de millones de cosas con Astrid, de muchos y muy diversos temas. Aunque nunca habían hablado del tema de casarse, tener hijos, sentar la cabeza y dejar atrás todos sus sueños e ilusiones. Sobre todo para él ya que si decidía casarse su padre aprovecharía para cederle la jefatura de la aldea y que en él recayera todo el peso Berk al completo. Cosa que quería posponer hasta que ya no le fuera imposible posponerlo más.
Aunque si pensaba bien si Astrid se basaba en el estatus para pensar en su futuro marido, él estaba mucho mejor posicionado por ser el futuro jefe de Berk. Aunque esa no era la forma en la que él quería que Astrid estuviera con él. Él quería que ella sintiera lo mismo que él cuando ella se acercaba, se le agitaba el corazón y como ver sus ojos les robaba el aliento y la cordura.
Quería amarla y protegerla todos los días de su vida. Hacía tiempo que se había dado cuenta de ello "no imagino un mundo sin ti" le había dicho el día en el que ella estuvo al borde de la muerte y que de igual manera ella le contesto ya recuperada ¿Pero el significado de esa frase sería la misma para él que para ella?
Bufó molesto por todo el torbellino de pensamientos que tenía en su cabeza. Toothless le dió un leve cabezazo en la espalda y lo miró. No entendía qué le pasaba a su dueño, aunque seguramente sentía que estaba algo molesto.
-Estoy bien amigo -el chico terminó de colocarse su ropa y se fue directo hacía la academia.
Al llegar allí, estaban todos los jinetes junto a Heather, parecía que charlaban seguramente de las aventuras que había tenido la chica durante sus viajes.
Heather había decidido vivir en la orilla, ella la mantenía a salvo y también a los dragones, aunque de vez en cuando iba a dar viajes para descubrir nuevas islas. Aunque el verdadero motivo de ello era el intentar descubrir qué le había pasado a su verdadero padre. Tal parecía que en la última carta que Dagur le dejo le contó que él no mató a su padre, si no que desapareció. Cosa muy rara, ya que Oswald era un buen jefe que no abandonaría a su aldea así como así. Aunque parecía que le era muy complicado encontrar pistas sobre él. Era la única familia de Heather por ello apoyaba su búsqueda y le ayudaría más de no ser porque él tenía sus propias responsabilidades y su padre ya le estaba instruyendo en cómo debía ser un buen jefe, aunque él siempre intentará escabullirse de tal cometido.
-Buenos días chicos -saludó a sus amigos y ellos a él. Menos Astrid, la chica le volvió el rostro, cosa que le hizo suspirar, debería de tener paciencia y esperar a que se le pasara un poco el enfado que sentía.
Comenzaron a ensayar para la exhibición. Esa vez y tal y como les había encomendado su padre, harían la exhibición por parejas y para finalizar harían algo en conjunto. Todo eso venía de un día que su padre vió cómo Hiccup y Astrid entrenaban juntos nuevos movimientos con los dragones y parece que le gusto, por ello se había decidido de esa manera, pero ahora Hiccup solo podía ver a lo lejos como Astrid intentaba hacer algo decente con Snotlout, pero este era demasiado torpe y siempre fallaba.
Snotlout había mejorado mucho en su relación con Hookfang y en sus dotes como jinete, pero aún así seguía siendo Snotlout.
Solo esperaba que Astrid explotara y por fin volviera a ser su pareja para la exhibición, sobre todo porque ya tenían casi todo lo que iban a hacer, solo tenían que pulir un poco y por ello él mismo quedó con su amiga rubia al amanecer, pero se había dormido.
El chico se maldijo a sí mismo y se revolvió su cabello. Hiccup ahora estaba ensayando algo con Heather. Pero estaba absorto en ver como y aunque Snotlout fallaba, su mejor amiga Astrid se reía con el imbécil de su primo, en vez de estar que echaba fuego por la boca por hacerla perder el tiempo.
-¡Hiccup espabila! -exclamó Heather algo molesta por su estado.
-Está bien -resopló y se puso a su labor.
Astrid llegó a su casa cansada, era de noche, la chica se tiró boca arriba en su cama y miró el techo de su habitación. Suspiró. Se había llevado todo el día sin hablar con Hiccup y le había costado lo suyo debía de ser sincera. No pensaba que fuera tan duro intentar que Hiccup se diera cuenta de su error.
Aunque sentía unas muchas ganas de ir a casa de su amigo y abrazarlo con fuerza y decirle que aceptaba sus disculpas y que ambos seguirán haciendo juntos la exhibición. Aunque si hacía eso Hiccup seguirá teniéndola como algo seguro. Si ella siempre estaba ahí para él, para cuando lo necesitara, pero quería ser también algo importante para él. No como la chica segura que está a su lado ¡Que se esfuerce! Ella quería ser la primera prioridad en la vida de Hiccup.
Había sido una verdadera pesadilla estar todo el día con Snotlout detrás de ella intentando hacer maniobras con su dragón bastante simples y sencillas, pero que el chico no había logrado ni de lejos algo medio decente. Pero aún así había veces en las que acababa por reír para no llorar... y también porque sentía las miradas de Hiccup sobre ella cada vez que reía y se revolvía el cabello, cosa que hacía cuando estaba molesto.
Puede que esa no fuera la mejor forma de hacer que su amigo la tuviera más en cuenta, aunque parecía que había sido efectiva, ya que escuchaba como Heather molesta se enfadaba con Hiccup por estar distraído.
Suspiró cansada ¿Por qué Hiccup era un chico tan complicado? su cabeza era un sinfín de ideas locas y sin sentido y parecía que ella estaba la última de todas las cosas importantes en el mundo de Hiccup...Ella quería ser la primera.
Ya había pasado cuatro años desde que le dió su primer beso y Hiccup aún no le había correspondido. Si le había robado más de un beso a lo largo de esos cuatro años, pero nunca había sido devuelto el gesto. Igualmente el chico no había rechazado ninguno de sus besos, pero ¿Por qué lo hacía? ¿simplemente se dejaba llevar y se besaría con cualquier chica que intenta besarle? ¿O solo se dejaba besar porque era ella?
Odiaba la adolescencia. Todo era más fácil cuando solo era una niña, preocupada por ser la mejor guerrera vikinga de todo Berk y no pensaba mucho en los chicos. Solo miraba desde lejos al chico de ojos verdes algo torpe y que no entendía porque no sacaba algo de genio y valor, ya que era el hijo del jefe. Hasta que por fin saco quien era él cuando tuvo que ir a salvar a su mejor amigo y dragón.
Esa fuerza y esa pasión hizo que ella se fijara no solo en el chico guapo, también en lo que él era. Era un vikingo diferente a todo lo demás y eso era lo que más le había gustado de él. Ya que a ella no le gustaba el tipo de chico gallito vikingo... como Snotlout.
Hiccup también sacaba su furia interior cuando se trataba de salvarla a ella. Cada vez que Hiccup la protegía hacía que sintiera especial, la hacía sentir que era la primera en su vida. Tal y como hizo cuando destruyó el ojo de dragón por salvarla a ella.
Después de que lograran volver a arrebatar el ojo del dragón a Vigo, este les atacó y de la manera en la que sabía que Hiccup tomaría en cuenta su amenaza y era hiriéndola a ella. Recordaba el dolor aún en su costado, como este clavo una daga hasta lo más profundo que podía delante de los ojos de Hiccup.
Su vida por el ojo del dragón. Y por supuesto Hiccup no se lo pensó y fue a darle el ojo del dragón, pero en cuanto estuvo entre los brazos de Hiccup y este debía entregar el ojo del dragón. Lo tiró ordenando a Toothless que lo destruyera, cosa que hizo con facilidad el dragón.
Tras eso ella acabó en cama por varias semanas, estuvo bastante mal, la herida había sido grave, pero Hiccup estuvo a su lado durante todo el tiempo en el que ella no pudo moverse. Le ayudaba a comer, le ponía paños fríos en su cabeza para mantener a raya la fiebre y no se movía de su lado ni un milímetro.
Cada vez que abría los ojos allí estaba él, tomando su mano con cariño. Tampoco podía olvidar sus palabras, una y otra vez, cuando estaba peor siempre le pedía por favor que resistiera que no lo dejara solo "no imagino un mundo sin ti Astrid" no sabía cuántas veces se lo repitió mientras estaba en cama, pero daba igual las veces que él lo dijera, no se cansaría nunca de ello.
Se levantó de la cama, debía cambiarse de ropa por su pijama para descansar bien y poder seguir entrenando para preparar la fiesta del snoggletog. Aunque sentía pocas ganas de seguir entrenando con Snotlout.
¿Cuánto sería capaz de aguantar antes de caer en las redes de Hiccup?
Continuará.
Primer capítulo listo! Espero que les haya gustado.
Muchas gracias a las pesonitas que me dejaron un review y los favoritos en mi anterior fic "el nuevo peinado de Hiccup" Me hicieron MUCHA ilusión!
