Agridulce
La hora del baño de Ciel. Uno de los momentos más íntimos entre ambos.
Esta vez es diferente. No hablan sobre algún trabajo encomendado por la Reina, no hablan sobre el progreso de la compañía Futom, y mucho menos se hablan con insultos elaborados, como casi siempre. Simplemente, Sebastian cumple con su tarea y Ciel se relaja.
Ciel estira su mano hacia una bandeja de plata, la cual contenía pastelillos que el mayordomo había preparado antes de su baño. Sabía de perfectamente que a su Bocchan le encantaban las cosas dulces.
Hacía tiempo que la relación entre ambos había dejado de ser únicamente Mayordomo/Amo, y eso ambos lo disfrutaban, aunque no solían conversar sobre eso. Ciel mantenía su imagen seria ante él y los que le rodeaban, y Sebastian mantenía su imagen de Mayordomo perfecto.
Ciel tomó otro pastelillo, y al momento en que entró a su boca, hizo todo lo posible por tragarlo sin saborearlo. Refunfuñó.
― Crema agridulce… ―musitó con desgano.
― ¿Es que no le gustó? ―Preguntó Sebastian, probablemente fingiendo preocupación.
―Sabes que no me llevo con lo agridulce…
―Le ruego me disculpe.
Y todo volvió a ser silencio. Ambos volviendo a concentrarse, Sebastian en mimar, y Ciel en ser mimado.
Cuando se vino el momento de salir de la bañera, Sebastian ya estaba preparado con una toalla. Secaba pequeño y frágil cuerpo de su amo sin ninguna novedad, el mismo trato que siempre le había brindado; mientras que Ciel miraba hacia otro punto en la habitación.
Agrio.
Monotonía de nuevo. Pareciera que nada había cambiado.
Pero cuando por fin volvió su mirada a Sebastian, se topó con los ojos castaños de él, mirándolo fijamente con cierto brillo que hizo estremecer al joven. No era igual a la mirada que le da un perro fiel a su Amo. Era totalmente diferente, y eso a Ciel le encantaba.
Dulce.
Ciel se puso su bata y Sebastian su saco. Uno de los momentos íntimos que ambos compartían finalizó con un intercambio de sonrisas tibias. Ciel Entonces se dio cuenta que, el pastelillo con crema agridulce no fue un error que cometió el perfecto mayordomo, era una táctica para enseñarle a él una importante lección...
Las cosas agridulces, de vez en cuando no caen nada mal.
Buenas buenas mis lectoras y lectores... aunque dudo que hayan masculinos :p
Vuelvo a publicar... en un periodo menor a las 24 horas ._.
Pero es que no me resistí a publicar esta historia :3 Me ha gustado
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Se despide:
YCnia ;D
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