"Capítulo 1-Miradas"
Hay cosas que nunca se olvidan, por más que deseamos que desaparezca de nuestras vidas, seguirán instaladas en nuestro corazón por siempre.
Era un día lunes por la mañana, cuando Futaba Yoshioka, una chica de cabello castaño caminaba por los pasillos de su Instituto, buscando su salón. Se encontraba en su primer año de secundaria, su madre le había deseado suerte por la mañana, diciéndole que esperaba que pudiera conocer a muchas personas y fuera feliz. No obstante, no estaba muy segura de poder cumplir parte de las expectativas de su madre, dado que no se consideraba una persona sociable, más bien era todo lo contrario, era una chica totalmente retraída y tímida que no solía hablar mucho con las personas. Se centró en el tablero de salas, para buscar su nombre en él y descubrir donde tendría clases, cuando chocó con una chica de cabello corto.
—Lo siento. —Se disculpó Futaba avergonzada.
—No te preocupes, no ha sido nada. —Le dedicó una sonrisa. —Por cierto ¿Eres de primer año?
—Sí, es mi primer año en secundaria.
—Ya veo ¿Y en qué clase te ha tocado?
—N-No lo sé, no he podido encontrarla—Susurró
—Si quieres, yo puedo decirte ¿Cuál es tu nombre?
—Futaba Yoshioka.
—Haber…mmm—Miró el tablero tratando de localizarla y efectivamente estaban en la misma clase. —Es la misma clase que yo, podemos ir juntas. Mi nombre es Yumi.
La siguió en silencio, escuchando como Yumi le platicaba acerca de su vida, era una persona alegre y segura de sí misma, esperaba ver así alguna vez. Se detuvieron frente al salón indicado, y se sentaron juntas. Yumi le sonrió, diciendo que no fuera tímida y se atreviera a hablar con los demás. Pero no era tan fácil como creía.
Con el paso del tiempo, Yumi se convirtió en su mejor amiga, o más bien la única amiga que tenía en el Instituto. A pesar de su timidez, ella sabía apoyarla y subirle el ánimo cuando muchas chicas se aislaban de ella, porque los chicos la encontraban bonita y tierna. "Son envidiosas, no les hagas caso" Le decía cada vez que se sentía mal por ello. Aun si tenía algunos admiradores, no sentía nada por ellos, porque los chicos en general no le agradaban.
No obstante, un día mientras caminaba por los corredores del Instituto, se detuvo al observar como los chicos de la clase de alado se divertían charlando, especialmente uno de ellos, le gustaba observarlo hace algún tiempo. Nada menos que Kou Tanaka, un chico de tez blanca, cabello negro corto y ojos marrones. Él era pequeño a diferencia de los demás, hablaba suave, era incierto, un poco torpe como ella, pero había algo en él que lo cambiaba todo. Y eso era, porque estaba enamorada de Kou Tanaka.
A diario, se encontraba con sus ojos marrones observándola, podía ver en su rostro como sus mejillas se teñían de rojo por ello, provocando que sus miradas se desviaran por unos momentos, como si estuvieran avergonzados de ello, para luego volver a unirse. Aunque eran simples compañeros y no hablaban mucho, sentía como si a través de esas miradas, pudieran hacerlo en silencio, como si charlaran en un lenguaje desconocido para los demás.
Una tarde, se encontraba con sus amigas charlando de camino a casa, cuando de pronto se encontraron con que en medio del parque, se encontraban los chicos de la clase de alado reunidos para realizar una actividad. Como Yumi estaba enamorada de uno de ellos, se acercó a ver qué tramaban y descubrió que se estaban organizando para jugar a policías y ladrones. Su corazón latió desesperadamente, cuando se percató que Kou estaba entre ellos, observándola de reojos con timidez. "¿Quieren jugar? Chicas" Preguntó Yumi muy animada, frente a lo cual asintió sin decir nada.
Uno de ellos, se encargó de comenzar a contar hasta diez, para darles tiempo para esconderse. No sabía a dónde correr, no era muy buena en ese tipo de cosas, entonces encontró el lugar indicado para ello. Pero cuando se iba a sentar, se dio cuenta que alguien más estaba allí, nada menos que el chico en el que pensaba diariamente. "Lo siento, buscaré otro escondite" le susurró, pero Kou la detuvo, permitiéndose que se quedara junto a él. Asintió cabizbaja, sintiendo como su aroma a shampoo con una mezcla de sudor, se desprendía de su ropa. Lo que hizo que su corazón latiera aun más, cuando sus ojos se encontraron otra vez. Iba a decir algo, cuando Kou se atrevió a salir primero de su escondite, para que no fuera descubierta.
Aun si se trataba de un mísero acto de valentía para otros, para ella fue todo lo contrario. Kou se había sacrificado por ella, por lo mismo debía hacer lo mismo, tenía que salvarlo. Por ello, visualizó el objetivo, teniendo cuidado de que no hubiera nadie vigilando y decidió correr por él. Cuando sus miradas se encontraron una vez más, sintió como si nada en el mundo la fuera a detener y encontrarse con Kou. Estaba tan cerca, y a la vez tan lejos. Pero quería alcanzarlo, quería estar con Kou siempre, ser más que una simple compañera y ser su amiga.
Sin embargo, fue descubierta por nada menos que el mejor amigo de Kou y el chico de quien estaba enamorada su mejor amiga, Naitou. Por lo que tuvo que sentarse alado de Kou, para esperar que alguien los liberara. Quería salvarlo, pero no había conseguido hacerlo. Suspiró, sin embargo estar cerca de él de ese modo, la hacía feliz. Deseaba algún día estarlo en más de una oportunidad.
Cuando el juego terminó, se despidieron de los chicos para marcharse de regreso a sus casas. No obstante, justo cuando iba a mirarlo por última vez. A Naitou se le ocurrió la idea de que podría ir a dejar a Yumi, por lo que Tanaka debía ir a dejarla a ella. Aunque su sueño siempre había sido caminar junto a Kou, jamás hubiese imaginado que lo haría tan pronto.
Caminaron en silencio sin decirse una palabra, era una situación incómoda y no sabía si sería capaz de romper el hielo. No estaba preparada para caminar sola con él, pero quizás nunca lo estaría.
—E-Esto…Tanaka-Kun.
— ¿Qué sucede? Yoshioka-San. —Susurró sonrojado, estaba tan nervioso que no podía hablar.
— ¿T-Tienes más hermanos?—Fue la única pregunta que logró formular en ese momento.
—Sí, tengo un hermano mayor.
—Ya veo.
— ¿Y-Y qué hay de ti?
—No tengo ninguno.
—Ah creía que si tenías.
—Mis padres decidieron que no tendrían más.
—L-Lo siento, no debí preguntar.
—No te disculpes, está bien. Yo pregunté primero. —Susurró avergonzada. —M-Me divertí mucho hoy.
—Yo también. —Esbozó una gran sonrisa.
—Es la primera vez que juego con chicos…creí que no sería tan divertido.
— ¿No te agradan los chicos?—Preguntó sonrojado.
—P-Pues…—Era cierto, no le agradaban los chicos. Pero kou era diferente. —No todos, pero algunos sí.
—Ah qué alivio saberlo. —Sonrió.
Su sonrisa era tan peculiar, le encantaba como era. Lo que Tanaka-Kun le hacía sentir, no se comparaba con ningún sentimiento que habría tenido antes. Era la primera vez que en lugar de sentir desagrado por él al ser un chico, sentía lo contrario. Quería estar con él, vivir más momentos juntos y platicar a diario. Pero su timidez era un obstáculo para ello, cada vez que quería saludarlo por las mañanas, se paralizaba y sólo conseguía hablarle a través de miradas sigilosas, que podían ser correspondidas por él.
Se despidieron a unas cuadras de su casa, lo observó por última vez con su cabello un poco desordenado producto del viento que los rodeaba, sus ojos marrones se desviaban de los suyos, tiñendo sus mejillas de rojo carmín. Su mano izquierda cubría su boca, avergonzado por su presencia.
"H-Hasta mañana" Lograron articular ambos a la vez, para despedirse por última vez y marcharse a sus destinos. Quería irse sin mirar hacia atrás, pero no podía, quería verlo hasta que no quedara nada de él. Pero entonces al voltear, se percató que él ya se encontraba mirándola a la distancia. Lo que provocó como en ocasiones anteriores, que sus miradas se desviaran raudamente y siguieran sus caminos de una sola vez. Esperaba algún día, dejar de ser una cobarde cuando sus ojos se encontraban, y ser capaz de mirarlo fijamente por varios minutos, contemplar a Tanaka-Kun como era, con su tez blanca, sus ojos marrones tímidos y su cabello corto que deseaba acariciar.
Al día siguiente, Yumi le comentó que Naitou la había ido a dejar a su casa, habían platicado mucho sobre cosas del Instituto, incluso tuvieron ciertas confesiones. Su amiga no se había atrevido a decirle que le gustaba aún, pero esperaba hacerlo pronto. Naitou era un buen chico, con buen sentido del humor e inteligente. Todo lo que era Yumi, por ello creía que harían una buena pareja en el futuro. Los imaginaba juntos y se sentía feliz por eso. Gracias a Yumi, había comprendido lo que era querer a un chico, nunca antes se había sentido así, más bien cuando observaba al chico de alado, creía que simplemente sentía una leve admiración por él, por poder desenvolverse de esa forma con los demás. Sin embargo, gracias a que su amiga le habló de su amor por Naitou, se dio cuenta que la entendía. Porque era precisamente lo que le estaba sucediendo.
— ¿Y qué hay de ti? ¿Te gusta alguien? —Le sonrió Yumi, interesada.
—N-No…—No quería mentirle, pero no era capaz de decirle a nadie sobre eso. Además si era amiga de Naitou, Tanaka-Kun podría enterarse por ser su mejor amigo.
—Ah creí que te gustaba alguien de la clase de alado. —Suspiró. —Qué decepción.
Se preguntaba si ella con Tanaka, serían tan compatibles como lo era Yumi con Naitou. No obstante, no podía saberlo si no conocía muchos detalles de su vida. Lo único que podía saber de él, era como se mostraba en el Instituto, sonriente y tímido. Además de conocer de su propia boca que tenía un hermano mayor ¿Cómo sería? ¿Tendría la misma mirada de Tanaka-Kun? ¿O sería distinto? Se imaginaba una versión grande de él, quizás su hermano era la proyección de cómo sería físicamente en el futuro.
El verano había llegado en Japón, el cielo estaba tan hermoso esos días, el sol resplandecía como nunca, siendo acompañado a diario por sigilosas nubes que parecían haber sido pintadas con acuarela, por la intensidad de sus colores. Yumi le había avisado aquel día, que no podría acompañarla a casa, debido a que tendría ciertos asuntos que resolver. Por ello, decidió caminar a casa sola, porque además de Yumi, no tenía a nadie más.
Suspiró, pensando en qué haría cuando llegara a casa, no tenía tareas ni nada parecido. Sería un grandioso día para salir con amigas a divertirse, claro que no podía hacer ese tipo de cosas aún.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir como una gota de agua, caía sobre su cabello castaño raudamente, "¿Lluvia?" Pensó, mirando al cielo. No podía creerlo, era comienzo de verano y el día estaba hermoso ¿Cómo podría ser posible? Ignorando las gotas que seguían cayendo sobre su cabeza, siguió su camino en silencio, tratando de distraerse en otros pensamientos. Cuando se percató que las míseras gotas que la molestaban, ahora se habían convertido en lluvia. Tenía que correr a un lugar seguro, para resguardarse de la lluvia y no pescar un resfriado. Pero ¿A dónde iría? Su casa aún estaba lejos de allí. Entonces recordó que había un templo muy cerca de allí, quizás podría esconderse ahí mientras pasaba la lluvia.
Corrió a toda velocidad a él, sintiendo como la lluvia se apoderaba cada vez más de todo, debía encontrar un lugar seguro lo antes posible. Se detuvo bajo un techo de madera que estaba en el interior del templo, para poder secarse. Se preguntaba cuanto tardaría en que acabara, había sido tan repentino. Ni siquiera en el clima habían informado de ello, por lo que no habría traído un paraguas con ella. De pronto, sintió el sonido de alguien más cerca de ella, al acercarse más a la barrera que la separaba del otro extremo del templo, se dio cuenta que no estaba sola. Su corazón latió a mil, cuando vio a cierto chico de cabello negro y ojos marrones que llevaba el uniforme de Instituto. Se saludaron con un leve asentimiento de cabeza, sin decir nada más. El destino siempre parecía jugarle en contra, solían encontrarse en lugares que no tenían relación alguna con ellos.
—Cayó…de repente ¿no?—Susurró.
—Sí…—Asintió nerviosa. No sabía que más decir, se sentía nerviosa.
El silencio se apoderaba de ellos una vez más, no podía permitir que sucediera de nuevo, tenía que hablarle…era su oportunidad de hacerlo. Jugó con un mechón de su cabello nerviosa, para mirar a su alrededor si había algo que pudiera guiarla a iniciar la conversación. Sus ojos se detuvieron en un papel rojo que hablaba sobre el próximo festival que habría. Su corazón comenzó a latir, tenía que hacerlo.
— ¡Tanaka-Kun! ¿Irás al Festival? —Gritó.
— ¿Eh?—La miró confundido, provocando el rostro de Futaba como una tetera.
—Me pregunto si Yumi-Chan irá…debo preguntarle.
Se sintió una tonta, por no haberle hablado de nada más. Ahora Tanaka pensaría mal de ella, porque había permanecido en silencio. Sin embargo, no fue así. Porque cortó la distancia que había entre ellos, para prestarle su equipo de gimnasia para que su cabello se secara. Su aroma desprendía de ella, era tan agradable. La sostuvo con sus manos para secarse el cabello.
—Está bien. No lo he usado. —Susurró, tranquilizándola. —A excepción de una vez.
— ¡¿Eh?! ¡Entonces la has usado una vez! —Exclamó sorprendida.
Entonces Tanaka-Kun rió, haciendo que entrara en un estado de admiración, su risa era como música para sus oídos. No podía explicarlo, pero su voz suave y su risa le encantaban. Sentía que podía ver en él, lo que ella no era. Quería ser como él, que buscaba siempre su camino y era cada de disfrutar la simplicidad de la vida. En lugar de deprimirse por tonterías, como ella lo hacía.
Al día siguiente, le devolvió su equipo y le agradeció por ello. Pero entonces, se hizo la misma pregunta que ella le había hecho en esa ocasión.
— ¿Vas a ir al Festival de Verano? ¿O hiciste planes con tus amigos?
— ¿Eh? Todavía no…
— ¡A las 7:00 en punto! En el reloj del parque Sankaku.
Al decir esas palabras, Kou se cubrió los ojos con su mano, para evitar que notara sus sonrojos. Se sentía tan feliz, por primera vez podría salir con Kou y platicar más juntos. Si pudiera definir todo lo que pensó en una palabra, podría decir "Felicidad", eso era lo que sentía en esos momentos. Estaba ansiosa porque llegara ese día y estar con Kou, como siempre lo había deseado.
No obstante, producto de que Naitou le insistió mucho sobre su relación con él, logró enfadarse más de la cuenta y le gritó que odiaba a todos chicos. Ese era el motivo por el que los odiaba, eran muy insistentes, además de que se burlaban de los demás y no respetaban a nadie. No pensaba decirle eso, pero simplemente no pudo evitarlo. Kou que había escuchado todo, se marchó del lugar, provocando que se sintiera mal por ello. No podía odiarlo a él, porque no era como los demás, siempre pensaba en ello. Esperaba que lo entendiera y no se sintiera mal por ello.
Finalmente el día había llegado, por lo que se colocó su mejor vestido y se arregló como nunca para asistir al Festival de Verano. Muchas personas iban acompañadas, habían grandes grupos de amigos, familias completas e incluso novios. Se situó en el lugar indicado, bajo el reloj en el parque Sankaku, esperando que él llegara.
Lo esperó durante veinte minutos, creyendo que no llegaría, si era su culpa por haber dicho ese tipo de cosas, se odiaría por siempre. No podía haber perdido una oportunidad así, sus piernas temblaban, sintiendo como se formaba un nudo en la garganta, no quería entrar en casos, pero ¿Y si no llegaba…? Esa pregunta resonaba en sus oídos, acabando con ella. Cerró los ojos con fuerza, pensando en él "Yo no odio a Tanaka-Kun, no es así. Espero que no lo haya malentendido." Pensó en silencio. El reloj marcó las ocho de la noche, ya era hora de irse. Él no iba a llegar.
Era toda su culpa, no debía haber dicho esas cosas. Si tan sólo tomara las cosas con más calma, como lo hacía él, no habría causado ese tipo de malentendidos. Suspiró, comenzaba a hacer frío, debía marcharse.
—Yoshioka-San…
—T-Tanaka-Kun…Creí que no vendrías.
—Lamento la demora, tuve algunos inconvenientes. —Se sonrojó. — ¿Estás bien?
— Sí, no es nada. —Se limpió las lágrimas para luego sonreír. —Llegas justo a tiempo.
Caminaron por un sendero de antorchas, lucía tan bien con ropa casual, era la primera vez que lo veía sin el uniforme. Hoy era su oportunidad, para conocerlo más y platicar más con él. Era todo tan mágico, no sólo por los hermosos adornos que rodeaban el parque, porque la época que se encontraban, ni por la gente que había en ese lugar, sino porque estando con él…podía disfrutarlo mucho más.
"¿Quieres ir a jugar allí?" Le preguntó casi en un susurro, señalando un estanque de peces, no era muy buena en ese tipo de cosas, pero quería hacerlo. Se concentró en hacerlo, no tenía mucha paciencia en ciertas cosas, por lo que siempre fallaba tratando de pescar. Pero ese día era distinto, debía lograrlo. Observó cómo se encontraba él a su lado, sus ojos marrones se concentraban en el objetivo, mientras su mano movía con cuidado la red. Se veía tan lindo, que no era capaz de dejar de mirarlo. El tiempo se acabó y no fue capaz de pescar nada. Por lo que suspiró decepcionada, no obstante Tanaka-Kun la sorprendió entregándole su premio, era un pequeño oso de felpa que le habían dado por haber ganado. Lo sostuvo entre sus brazos, era tan tierno y suave.
—Gracias, Tanaka-Kun. Es lindo —Le sonrió.
—Q-Qué bueno que te gustara.
— ¿Vamos allá?—Le señaló otra tienda de juegos.
—Está bien.
Corrieron alrededor de la feria, disfrutando de cada momento que pasaban juntos, logrando vencer la barrera de la timidez que habría entre ellos, para poder pasar un grato momento. Luego de haber recorrido todo, se detuvieron frente a la rueda de la fortuna que solía instalarse en ese parque cada año. La castaña siempre había querido subirse en ella, ver el mundo desde esa distancia y disfrutar de la fría brisa de verano. Sin embargo, nunca había encontrado a alguien que la acompañara a hacerlo. Pero ahora no estaba sola en eso. Miró a Kou como si le transmitiera telepáticamente su idea y él asintió leyendo su pensamiento. Por lo que, se decidieron a subir en ella.
A medida que iban ascendiendo, sentía como su corazón latía a mil, era la primera vez que se atrevía a subir a la rueda de la fortuna. Había escuchado diversas historias sobre subir allí con un chico, algunas decían que era el lugar perfecto para dar el primer beso, otros mencionaban que si se le confesaba a alguien precisamente a las doce de la noche, justo cuando los fuegos artificiales estallaran, sería correspondido. Si bien no creía en gran parte de esas historias, siempre había querido decirle lo que sentía por él, pero no sabía si esa instancia era la correcta para hacerlo.
Cuando llegaron a la cima, el juego se detuvo inesperadamente, creía que se trataba de una una broma. Pero Tanaka que estaba más informado sobre el tema, le informó que solía detenerse unos minutos, y algunas personas tenían la dichosa fortuna de que se detuviera justo en la cima. Se preguntaba si esa era una señal del destino, para que atreviera a decírselo. Pero temía arruinar todo.
— ¿Te habías subido antes?—Le preguntó, mientras jugaba con un mechón de su pelo.
—Sí, hace algunos años. Me subí con mi madre.
—Ya veo...—Susurró aliviada, creyendo que había sido con alguien más. —Yo no me había subido antes, esta es la primera instancia en que puedo hacerlo.
—Lo supuse, por la forma en cómo te comportaste cuando se detuvo.
—E-Esto…Tanaka-Kun ¿Te puedo hacer una pregunta?
—Sí.
— ¿Porqué quisiste…venir conmigo al Festival?
— ¿Eh? Eso es porque…—Su mano cubrió sus ojos para evitar mirarla, ocultando sus mejillas una vez más. —M-Me agradas, Yoshioka-San.
—Tú también me agradas, Tanaka-Kun. Y mucho… —Sonrió, no esperaba ese comentario. Pero no sólo le agradaba, también lo amaba más que a nada.
—A propósito de eso, hay algo que siempre he querido decirte. —La miró seriamente.
— ¿Qué es? Tanaka-Kun.
—Tú no sólo me agradas, Yoshioka-San. —Susurró, tenía que decirlo, no podía esperar pasar más tiempo. —Es más fuerte que eso, lo que yo quiero decir es que…
De pronto, el sonido similar a una bomba los detuvo, logrando que el manto de oscuridad de la noche, fuera acompañado de hermosos colores vivos, que hacían formas en el cielo. Como era la despedida del Festival de Verano, estaba programado que a las doce de la noche en punto, estallarían los fuegos artificiales que despedirían a todos con hermosas luces.
—M-Me gustas, Yoshioka-San. —Logró decir Kou.
—Tú también…me gustas, Tanaka-Kun. —Susurró Futaba con el rosto encendido. —Me gustas hace mucho tiempo, pero pensé que no sentías lo mismo.
— ¿De verdad?—Exclamó sorprendido. —Creí que me odiabas…porque te escuché cuando dijiste que odiabas a todos los chicos.
— No es así, no los odio a todos. Lo dije sólo por impulso. Jamás podría odiarte, Tanaka-Kun. Porque tú eres distinto.
—Ya veo, es un alivio oír eso. —Sonrió entre sonrojos. —Fue un malentendido después de todo.
—Sí...—Suspiró. —Pensé que no vendrías por ese mismo motivo, porque habías malentendido lo que le dije a Naitou.
—Dudé en hacerlo por un segundo, pero después recordé lo que habías mencionado el otro día. —Sonrió. —Por eso vine…me alegro haberlo hecho.
Se miraron en medio de la oscuridad de la noche, siendo iluminados tan sólo por la luna, que era la única testigo del amor que sentían el uno por el otro. Mientras los fuegos artificiales estallaban en cielo, de tal manera que se confundían con sus corazones latiendo a mil, por la felicidad que reprimían.
De camino a casa, siguieron hablando animadamente, ahora que ambos sabían sus sentimientos no sentían inseguridades. Por lo que, no eran las mismas personas que habían entrado a ese parque, ahora eran completamente distintas. Sonriéndose mutuamente y charlando de las locuras que hacían Naitou y Yumi en los pasillos.
Era el comienzo de una nueva etapa en sus vidas, una etapa en la que dejarían de ser simples compañeros de Instituto y crearían un lazo mucho más fuerte que eso…siendo novios.
Continuará…..
Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.
Este es mi primer fic de Ao Haru ride 3 Me encanta esta pareja, he leído tanto el anime como el manga. Por lo que puedo declarar que amo a Kou *-*
Si se dan cuenta, el primer capítulo está más relacionado con lo que pasó en sí, tanto en la serie como en el manga. Pero a partir del capítulo dos, va a cambiar todo esto. Lo hice así, porque podría ser como el capítulo 0, donde contextualizo lo que está pasando, desde el origen de la historia.
Pertenezco a la página de Facebook "Team Kou Forever", una página creada para fines de ocio, dedicada para todas las fans que apoyan a Kou y Futaba 3 amando a Kou por sobre todo.
Y la página de facebook donde aviso sobre las posibles actualizaciones, es Hinata-Sakuno fanfiction.
Espero que les guste y comenten.
Saludos
