Hola chicos, espero que esta historia les guste, en primera estancia les aviso que si no les gusta la pareja Newt-Thomas o no están de acuerdo con los Slash, el lemmon, yaoi y relaciones entre el mismo sexo entonces no lean.

Los personajes no son míos, la historia si.

Mas que nada este primer capitulo es una introducción, espero sugerencias :)


Thomas POV.

-Tienes que irte –dijo firmemente con sus ojos fijos al piso.

-No te entiendo, últimamente no entiendo nada de ti, Newt –la frustración se apoderaba de mi como una descarga eléctrica, rápidamente y con dolor-. No se lo que hice.

-Solo… -sujeta su frente con su mano derecha, apartando un mechón de cabello rubio que caía sobre ella-. Necesito que te vayas.

-¡Me voy a ir! –grité, no me gustaba gritarle, pero simplemente no podía contenerlo-. ¡Pero me vas a decir por que! ¡Ya estoy cansado!

-¡Porque ya no quiero verte! –gritó igual de furioso, pero su rostro blanco ahora se teñía de rojo y sus ojos brillaban. Después del coraje que yo sentía, en el fondo, estaba preocupado, porque nunca lo había visto así. Y no sabía el maldito motivo de su coraje.

-¡Entro a mi casa y te veo acostado en el sofá revolcándote con Teresa!

-¡¿Y?! –alzo la voz como el, frustrado-. ¡No te molestaba antes! ¡Lo siento! ¡Me dejé llevar! ¡No quería que nos encontraras así! ¡Pero esa no es razón, Newt! ¡Algo más te pasa!

Doy un corto paso para poder sujetarlo del hombro, pero lo que iba a ser un agarre terminó siendo un empujón.

Sus ojos se abren como platos, igual de rojos y vidrioso.

-¿¡Cual es la maldita razón!?

-¡Que necesitas tu privacidad!

-¡Esto no es por mi, Newt! ¿¡Que mierda te pasa a ti!? –vuelvo a empujarlo pero ahora con mas fuerza, sediento de respuestas.

La frustración por esta tensa relación con mi mejor amigo, el coraje por la hermana de Brenda, mi despido en el trabajo y ahora sus gritos… todo se juntó y ahora lo estoy desquitando. Es una mala forma, pero ya lo dejé salir, no puedo contenerme ya.

-¿¡Que te está pasando!? –exijo de nuevo.

Coloco mis manos en sus hombros y sin esperármelo las sacude bruscamente con sus brazos. Sus manos sujetan mis muñecas y estalla:

-¡Porque estoy enamorado de ti! –La revelación me deja sin aliento y trato estúpidamente de descubrir si es una broma o no-. ¡Porque verte a ti y a Teresa me ponen frenéticamente inestable! ¡Yo no quise que pasara esto, Thomas! ¡No estoy orgulloso de esto! ¡No quiero estarlo! ¡No quiero sentir esto! –Las lagrimas acumuladas brotan por fin, eso solo hace que mi cuerpo pierda el calor-. ¡Necesito ya no verte! ¡Jamás! ¡Ya no puedo soportarlo! ¡No puedo… no puedo erradicar esto si sigo mirándote! ¡Lo siento!

Sus ojos siguen fijos en los míos, traté de hablar, pero mi garganta estaba seca, y la verdad es que no tengo palabras para decir.

Cuando tu mejor amigo te suelta una noticia como esa tu cerebro simplemente no lo procesa.

-Newt yo… -las palabras se traban antes de salir.

-No tienes por que decir nada –retira sus lagrimas bruscamente y me señala la puerta.

Agacho la cabeza, sin poder mirar sus ojos.

Cuando giro el picaporte me volteo lentamente, con mi cuerpo tenso, como en estado de shock.

Newt tiene el rostro entre sus manos.

No se en realidad como transcurren los próximos cinco segundos, pero de pronto ya estoy frente a el. Su mirada es curiosa y confundida. En realidad no me importa.

No me importa que me haya gritado, o que me haya corrido de su casa, o que sus mejillas estén empapadas de lágrimas. No me importa.

Y quisiera decir que lo siguiente tampoco me importa, pero es una vil mentira.

No lo esperaba, ni el ni yo. Y yo fui quien lo hizo. Pero fue más bien como un impulso.

La calidez de sus labios se une a los míos. No puedo decir que fue mágico, o que sentí mariposas, por que no lo sentí. Pero no puedo negar que fue especial. Fue… diferente. No fue como besar a Teresa, tampoco como besar a mi mejor amigo.

No lo se. En estos momentos no puedo coordinar mis pensamientos.

Sus manos tiemblan mientras sujetan mi cadera.

Me separo de el, con esfuerzo, porque mi voluntad se niega a hacerlo. Puedo ver su alma en sus ojos. Puedo ver su interior a través del intenso color de su iris.

¿Puedo describir lo que acaba de suceder? No. No puedo. Tampoco puedo explicarlo.

Aunque, en realidad, no es que busque hacerlo.

8 meses antes.

-Señor ¿Podría apagar su teléfono por favor? Estamos por despegar –me dijo la bonita azafata en cuanto me trae la botella con agua que había pedido.

-Claro –le contesto amablemente, sonriendo.

A pesar de que el último año pasó con viajes constantes en avión, el vuelo aun me ponía nervioso.

Un minuto antes de que las instrucciones del vuelo comiencen un chico rubio se acerca a mí.

-Oye, ¿Están ocupados? –inquiera mientras señala el par de asientos a mi lado.

-No –respondo devolviéndole la sonrisa.

-¿Puedo ocupar uno? Estaba enfrente, pero junto a mi van un par de amigas que no dejan de platicar y no quiero un viaje entre gritos y risitas tontas.

Suelto una risa entre dientes y le señalo el asiento para que lo tome.

Yo voy en el extremo izquierdo, junto a la ventana y el se sienta en el derecho, dejando un espacio vacio entre nosotros.

-No te preocupes –aseguro-. Yo no hablo en lo absoluto.

-Eso es bueno –masculla-. No es que no me guste hablar –explica esbozando una sonrisa-. Es solo que prefiero dormir mientras volamos y odio los ruidos.

-Te entiendo, me pasa lo mismo –desvío la mirada de su rostro y me concentro en mantener los ojos cerrados para que los próximos minutos pasen rápido.

Para mi la peor parte del vuelo es el despegue.

Una vez estable el avión me relajo y tomo la tableta electrónica que colocan en cada asiento, para poner una película.

Los últimos días eh dormido tanto que podría estar despierto dos noches seguidas sin pegar el ojo.

-No había pensado en que hoy es 21 –se queja el chico a mi lado en cuanto nuestras miradas se cruzan.

-¿Qué tienes contra Enero 21? –inquiero sonriendo.

-Es el carnaval –responde con una expresión como si no fuera obvio-. ¿No eres de Philadelphia? –me pregunta al darse cuenta que no tengo la menor idea de lo que está hablando.

-No –respondo.

-Oh, pues, elegiste un mal día para viajar. Hoy hay un carnaval por todas las calles, dura por lo menos doce horas y llegaremos en el mejor punto. Cruzar del aeropuerto a los condados será casi imposible durante por lo menos todo el día.

-Bueno, supongo que puedo quedarme un rato en el aeropuerto –mascullo.

-¿Vas de vacaciones?

-Algo así –respondo.

-¿Viajas tu solo?

-Si.

-¿Tienes familia allá o algo?

-No, creo que no. Mi padre vivía allí.

Asiente, sonriendo amablemente.

-¿Y el no viene contigo?

Sonrío ampliamente. Me da gracia que se cambio de lugar por que sus compañeras no se callaban y el no deja de hablar. De todas formas, a mi no me molesta.

-Murió –respondo secamente. Creo que debí suavizar la respuesta por que su sonrisa desapareció y la disculpa que intentó mascullar después sonó algo patética-. No te preocupes –digo-. Tuve mucho tiempo para asimilarlo.

-Lo siento mucho –dice.

Me encojo de hombros.

-Mi… padre falleció hace una semana y mi mama hace tres años.

-Valla, debe ser muy difícil –su tono de voz cambia. Todas las personas sienten lastima de mi. Yo no quiero que lo hagan.

-No es nada –aseguro firmemente-. Puedo decir que ya no duele, pero seria una mentira. Aunque superarlo es fácil, solo tienes que aceptarlo y dejarlo ir –sonrío.

Se queda en silencio un gran rato hasta que nuestras miradas se cruzan de nuevo.

Sus ojos son extraños, no se, como… diferentes. Parecen curiosos y extrañamente traviesos. Como esa mirada que tiene un niño pequeño cuando esta a punto de hacer algo indebido pero divertido. Y al mismo tiempo son muy profundos. Como si pudiera mirar dentro de el.

-¿Entonces vienes solo? ¿Qué te lleva a Philadelphia?

-Bueno, mi padre vivía allí. Cuando murió me quedé sin nada… quiero decir, sin casa ni bienes inmuebles. Con el dinero que dejaron mis padres puedo sobrevivir bastante tiempo, pero mi meta es trabajar para mantenerme y dejar ese dinero para emergencias. Iba a comenzar de cero en el pueblo donde vivía. Así que decidí comenzar de cero en un lugar mejor; Mi padre me llevó a Philadelphia hace un año, me gustó. Así que….

-¿Entonces vas para quedarte? –pregunta sorprendido.

-Así es.

-¿Y ya sabes a donde vas a llegar?

-No señor –respondo divertido-. Apenas hoy decidí a donde viajar. Es mas, llegue al aeropuerto y aun no sabía a donde me dirigía.

-Estas loco, hermano. ¿Qué vas a hacer cuando llegues?

-Lo primero, buscar un hotel. Y después buscar una casa para rentar o algún departamento. Después buscaré trabajo. Y ya.

Su expresión es de sorpresa.

-¿Qué? –pregunto, sonriendo.

-Que no entiendo como puedes aventurarte a algo así. Sin saber a donde vas y sin conocer.

-Yo tampoco –admito divertido-. Pero ya estoy arriba del avión. Demasiado tarde para pensarlo.

Se queda un momento en silencio cuando bajo la mirada para quitar la película que había puesto en la tablet.

-Tendrás buenas oportunidades –dice-. Hay mucho trabajo para jóvenes, y más si eres de tiempo completo. El salario es aceptable –se encoge de hombros.

-¿Trabajas? –inquiero.

-No, no en realidad. Estoy estudiando. Acabo de entrar a la universidad.

-¿Cuántos años tienes? –pregunto curioso.

-20 ¿Y tú?

-También –respondo.

-Me llamo Newt, por cierto –Se acomoda en su asiento para poder estrechar mi mano.

-Thomas –digo.

-Bueno, Thomas, a nombre de Philadelphia te doy la bienvenida.

-Gracias, ojala todas las personas sean como tu.

Esboza una amplia sonrisa y baja la mirada.

-Creo que te estoy fastidiando, ¿verdad?

-No, en lo absoluto –devuelvo la sonrisa.

-Bien, te dejaré descansar.

Asiento y sonríe de nuevo.

Me pregunto si no se cansa de sonreír.

Lo miro ponerse los auriculares y hago lo mismo.

A pesar de que no tengo sueño quedo dormido rápidamente. Tampoco es como que pudiera hacerlo durante demasiado tiempo, pero al menos el tiempo de vuelo quedará acortado un poco.

Cuando despierto mantengo mis ojos cerrados pero retiro los auriculares.

Necesito pensar.

Debería hacerlo, debería planear cada cosa que haré desde el momento en que llegue, pero no puedo. Mi instinto siempre me ha guiado bien. Confío demasiado en el. De todas formas, no tengo mucho que pensar. Lo esencial es buscar un buen lugar para rentar, un trabajo y lo demás vendrá por si solo con el tiempo.

Como quiera, algo dentro de mí se siente preocupado.

No me aterra el cambio, nunca lo ha hecho, pero la idea de llegar a una ciudad donde no conozco a nadie puede resultarme un poco preocupante.

Abro mis ojos y estiro mis piernas y mis brazos.

-Tienes que ver esto –masculla Newt y me desorienta un poco.

Se cambia de asiento hasta ponerse a mi lado y señala la ventana, inclinándose para mirar.

Me junto hacia la ventanilla y trato de encontrar lo que el está esperando ver.

Al principio solo veo nubes y donde no hay nubes solo hay agua.

Poco a poco comienzan a aparecer pequeñas manchas verdes.

-Espero que las nubes no lo arruinen –murmura.

Estoy a punto de preguntarle que hay cuando aparece una gran extensión de tierra de todas las tonalidades de verde.

Aun a esta altura alcanzo a distinguir las montañas en el centro de lo que parece ser una isla. Hay muchos caminos de agua en toda el área.

-¿Es hermoso, no? –inquiere.

-No soy admirador de la naturaleza, pero si. Lo es.

Me quedo fijamente mirando como pasamos sobre ella.

-Siempre que paso por aquí me pregunto como seria vivir allí. Yo si soy gran admirador de la naturaleza. No todas las veces pasa justo por el mismo lugar, el avión, me refiero. Pero siempre pasamos lo bastante cerca como para verlo, y siempre me hago la misma pregunta… ¿Cómo será vivir en un lugar así?

-Tranquilizador –susurro-. Muchas veces desearía que la tecnología no existiese y poder tomar los recursos directos de la naturaleza.

-Yo también –concuerda el, ligeramente sorprendido.

Cuando el mar comienza ambos recobramos nuestra postura, pero el se queda en el asiento continuo al mío.

El resto del viaje ninguno de los dos habla, hasta que bajamos del avión y esperamos nuestro equipaje.

-Oye Thomas –me llama apoyando su mano en mi hombro-. Ten hombre, es mi número, si necesitas algo, cualquier cosa, me llamas. ¿Está bien?

-Gracias, Newt.

-No es nada, de verdad, no lo dudes. Yo se lo que es llegar a un lugar donde no conoces a nadie. Siempre es bueno tener a alguien para apoyo. Así que…

-Gracias, de verdad.

Nos entregan nuestro equipaje y salimos juntos de la sala.

-Suerte, Thomas. Y bienvenido a Philadelphia.

Asiento y sonrío.

-¿No vas a salir? –inquiero cuando lo miro dirigirse en dirección contraria a las puertas de salida.

-No, voy a comer algo. No creo que puedas salir fácilmente pronto –sonríe y no comprendo bien su punto.

Me despido con la mano y sigo mi camino.

No traigo mucho equipaje, solo un par de maletas. Mientras menos cargara sería mejor.

Veo a muchas personas en la sala de espera, algunas con cara de fastidio.

Salgo del aeropuerto y hay un campo verde grande, hacia mi derecha, en el fondo del paisaje, se ven los edificios de la ciudad. Como la mayoría de los aeropuertos, estamos alejados del centro.

Encuentro un taxi rápidamente y le pregunto al chofer sobre el hotel Empire.

-Es en el extremo norte, hijo, ahorita será imposible entrar al centro. Ningún taxi está funcionando a menos que vallas a la entrada de la ciudad.

-¿El carnaval? –pregunto.

-Efectivamente, por lo menos hasta dentro de dos horas se desalojarán las calles. Aunque quisiéramos, es imposible. Solo vamos a formar parte del trafico, se lo que te digo.

Me encojo de hombros.

Los edificios no parecen estar muy lejos, evalúo la idea de irme caminando. No me parece muy mala.

-Te lo dije –la voz de Newt resuena a mi espalda.

Sonrío y me giro para mirarlo.

-Voy a ir caminando –le digo.

-Estás mal, man. Venga, vamos a comer.

Me hace una señal con su cabeza para que regrese al interior y me quedo mirando cuando el se adentra.

Cinco segundos después ya estoy a su lado.

-¿De que es el carnaval? –pregunto.

-No tiene un fin en específico, solo la expresión. Todas las universidades, colegios, secundarias y primarias participan. También algunas empresas.

-Buena manera de empezar mi vida aquí –murmuro.

-Lo lamento –dice esbozando una sonrisa.

-No –volteo a mirarlo-. Es de verdad, hubiera odiado un día monótono en donde todo saliera como esperaba.

-Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Ya la hiciste

Sonríe.

-Ya, de verdad –se aleja un poco para mirarme bien.

-¿Qué? –pregunto divertido.

-¿Por qué hablas tan raro?

-¿Raro? –frunzo el seño.

-No hablas como si tuvieras tu edad. Hablas diferente.

-No se a que te refieres.

-Como sea, me gusta.

-¿Ah?

-Si, sabes, cuando hablo con los jóvenes de mi edad siempre, cualquier plática, termina en sexo, cerveza o sonidos extraños. Es que simplemente no puedes mantener una conversación seria.

-Pienso lo mismo. Por eso no tengo amigos.

-Yo tampoco –admite-. Prefiero hablarles a las chicas. Tienen más capacidad mental.

-Pues, digamos que no soy bueno para hacer muchos amigos.

Se encoge de hombros.

-¿Qué te apetece? –inquiere.

-Me da igual, solo quiero comer algo.

-Bien, hamburguesa.

Asiento y continuamos el camino en silencio.

Comemos lentamente, Newt asegura que las calles no quedarán libres rápidamente.

Cuando por fin podemos marcharnos tomamos el mismo taxi y presto mucha atención al entorno.

Newt se queda en silencio y se lo agradezco, "Disfrútalo en silencio" había murmurado en cuanto entramos a la ciudad.

Los grandes edificios brillan con la luz de la noche. Las calles están iluminadas por completo y hay muchos papeles de colores por todos lados.

No es como que trate memorizarme las cosas porque se que será imposible para el primer día. Pero si observo todas mis opciones. Restaurantes, hoteles, departamentos, gimnasios, escuelas, bares. Cruzamos toda la ciudad para llegar al hotel Empire, el que investigue en internet.

Newt me describía algunos edificios en cuanto pasábamos frente a ellos. Solo los importantes.

-Oye –me llama en cuanto el taxi entra al estacionamiento del hotel-. Yo se que es algo tarde para sugerirlo, y quizá no sea buena idea dado que me acabas de conocer, pero vivo solo. Mi departamento esta en el centro, puedes quedarte allí mientras encuentras un lugar donde quedarte.

-Oh, gracias Newt, pero ya hiciste suficiente por mi. No puedo aceptarlo.

-Hace poco llegue a una ciudad de Washington. Hubiera deseado tanto que hubiera alguien para ayudarme. De verdad, Thomas, lo he pensado y puedo ayudarte.

-Gracias, hombre, de verdad. Pero no pretendo ser una carga para nadie. De todas formas tengo tu número, por cualquier cosa.

-Bien, igual, si quieres pensarlo, no te cobraran nada si cancelas la reservación.

-No hice reservación, y no te preocupes, de verdad, lo voy a tratar de manejar yo solo.

-¿No tienes reservación? ¿Estás loco?

-No –rio entre dientes-. Tengo que irme, cualquier cosa te llamo, ¿Sale?

-Hecho, cuídate, hermano.

Le dedico una sonrisa y bajo del taxi.

El hotel no es tan lujoso pero por lo menos me di un lujo pequeño.

El interior es hermoso y elegante, lleno de luces y personas.

-Una habitación, por favor –pido cuando llego a la recepción.

-Señor, por el momento nuestra capacidad está completa, lo lamentamos –explica la chica.

-¿No hay nada? ¿De verdad?

-Lo lamento, en estas fechas todo es con reservación.

-¿Sabe si se desocupara alguna habitación pronto?

-No lo creo, señor, lo lamento.

-Bien, gracias.

-Tenga una buena noche.

Mierda.

No tengo otra opción más que regresar a buscar un taxi y encontrar otro hotel.

Cuando salgo, frente a la puerta, sigue el taxi con Newt dentro.

Sonrío y niego con la cabeza.

-Te lo dije –me dice en cuanto entro.

-No lo creí un problema. ¿Sabes donde podría hospedarme?

-Señor –me llama el taxista- dudo mucho que encuentre un buen hotel libre hoy. Hay muchos turistas por el carnaval y los eventos. A menos que quiera que lo lleve a un motel.

-No, gracias –responde Newt-. Vamos a Wichita con Hills, por favor.

-¿Crees que pueda encontrar una habitación? –le pregunto.

-No lo creo, pero vamos a mi casa. Hombre, no seas penoso.

-No es pena, es solo que… bueno, como sea –en realidad no quiero discutirlo-. Gracias, pero pronto encontrare un lugar.

-No te preocupes.

El taxi llega rápido a nuestro próximo destino, Newt me ayuda con mi equipaje y me conduce hasta entrar en el edificio.

No conozco esta ciudad, pero por el tipo de comercio y los edificios puedo intuir que el departamento de Newt esta en la zona centro de la ciudad.

No es un edificio lujoso, pero tampoco es cualquier cosa.

Su departamento esta en el segundo piso, es pequeño, pero tiene cada detalle en su lugar. Los sofás de piel, la gran pantalla plasma, los detalles en madera de las paredes, los adornos. Es juvenil y estético.

-Creo que solo tendremos un problema –masculla.

-¿Qué pasa?

-Solo hay una habitación.

-Oh, bueno, no te preocupes por eso, puedo dormir en el sofá o en el piso, no es nada.

-Pues mira, mi cama es bastante grande; puede sonar raro, lo se, pero por mi no hay problema.

-Por mi tampoco –sonrío-. Pero el sofá se ve cómodo. No te preocupes por mí.

-Mira, man, voy a alistar la cama y la ducha por si quieres tomar un baño, hoy te duermes en mi habitación y mañana lo arreglamos, ¿Te parece?

-Te lo agradezco, pero no es necesario, no quiero invadir tu privacidad.

-Cual privacidad hombre, anda, déjame arreglar las cosas, puedes encender la televisión sin quieres.

Me recuesto únicamente en el sofá y comienzo a utilizar mi teléfono, reviso algunas noticias, mis redes sociales y reorganizo mis ideas en mi mente.

No se como acabé aquí, en la casa de un extraño.

Pero de todas formas no me sorprende, cuando me aventuré a venir a esta ciudad sin ningún conocimiento sobre ella sabía que me llevaría sorpresas.

-La ducha está lista –me avisa.

-Gracias –digo.

Tomo mis cosas y las coloco donde Newt me indica, me conduce hasta el baño y tomo mi tiempo para mi aseo personal.

Después de bañarme me pongo un conjunto ligero de short y playera y salgo hacia la habitación, Newt me espera sentado en su cama, con una toalla en la mano.

-Después de ducharme salgo para hacer algo de cenar ¿Te parece?

-Está bien –acepto.

Salgo hacia la sala y enciendo la televisión.

Diez minutos después Newt se sienta en el sofá frente a mí, únicamente con un short corto y el cabello húmedo.

Sin ropa no luce tan flacucho como se veía; sus músculos están definidos casi en su totalidad y las venas de sus brazos resaltan bajo la luz de la lámpara.

-¿Te apetece una baguete? –me pregunta.

-Lo que sea está bien –respondo.

Se pone de pie y lo sigo para ayudarle.

Junto a la sala hay una pequeña cocina con apenas lo básico y en la misma habitación hay una mesa con tres sillas de madera. Todos los detalles de todas las habitaciones son elegantes y exquisitos. Es como una mansión en miniatura. Literalmente.

Le ayudo a preparar la cena y después de pasar casi dos horas conversando mientras bebíamos un vino espumoso que abrió en ese momento nos vamos a dormir.

-¿Seguro que no quieres que duerma en el sofá? Puedo hacerlo –le digo una vez mas antes de recostarme en la gran cama.

-Seguro, duerme ya –apenas masculló.

Me había dicho que estaba muy cansado, que no había dormido mucho en los últimos días, y le creí cuando apenas y pasaron dos minutos y ya estaba dormido.

Yo en cambio batallé un poco mas, no estaba cansado ni adormilado, y la idea de que ahora estaba durmiendo en la cama de un chico al que acabo de conocer aun no se asimilaba en mi mente.

Como sea, quedé dormido minutos después de cerrar los ojos.


¿Continuo?

Ustedes tienen la ultima palabra, si quieren que continúe comenten!

Dejen su review :)