Prólogo
Aquel hermoso día, diez de marzo, la luna lucía con intenso brillo, era una noche hermosa. El Patriarca, Shion, contemplaba tumbado todas las constelaciones desde Start Hill. Estaba acompañado por su hermano, Arles. Desde esa colina se ven todas las constelaciones sea cual sea la época del año.
Algo en la constelación de Piscis hizo pensar al Patriarca.
—Esta noche la constelación de Piscis esta más brillante…—Shion se incorporo.
—Ya sabes lo que eso significa, hermano
—Mañana mandaremos una misión a la amazona de Piscis. Puede que ahora este descansando…—Arles afirmo con la cabeza. Shion siguió—Debemos comunicarle enseguida que el futuro Santo de Piscis ha nacido esta noche.
—Pero ahora deberíamos volver al Santuario a descansar
—Tienes razón es tarde
Se levantaron del suelo y se fueron al Santuario.
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Al día siguiente, muy de mañana; el Patriarca ordenó venir a la Amazona de Piscis, la única mujer del Santuario, su pelo azul turquesa y sus ojos… nadie lo sabe con seguridad, siempre estuvieron tapados por la máscara reglamentaria toda su vida. Su máscara poseía escamas doradas desde la oreja hasta el mentón, era una auténtica obra de arte.
Italiana, nacida en Venecia el veintinueve de Febrero (aquel año era bisiesto). Se llama Claudia.
La Pisciniana fue rápida en llegar hasta el Santuario, ya que Piscis es la duodécima casa del zodiaco, la más próxima al Templo del Patriarca.
Llegó hasta la sala donde se encontraba el Patriarca. Se arrodilló ante él y bajo la cabeza.
— ¿Me buscabais Señor?
—Si, tengo una misión importante para ti. Hoy mismo partirás del Santuario en busca de tu futuro discípulo, su nacimiento sucedió ayer, búscalo y sigue su pista hasta que la estrella dé la señal. No llames la atención.
—Si Señor, haré las maletas y partiré en busca del futuro aprendiz.
Claudia marchó del Santuario sin que nadie se diese cuenta.
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Tras buscar durante tres años llegó a suecia algo le decía que el pequeño se encontraba allí. Se recorrió toda Suecia; y en una pequeña ciudad llamada Göteborg tuvo una corazonada. Allí el clima era frío, pero no tanto como en Groenlandia donde la Amazona había entrenado. Se recorrió toda la ciudad sin que su presencia fuera notada; tal como le había dicho el Patriarca.
Al llegar al barrio del sur se encontró con unos campos llenos de hermosas rosas. Claudia se preguntó como harían para resistir al frío invierno.
A lo lejos se veía una pequeña casita con un pequeño jardín lleno de mas rosas, pero esas eran especiales como si alguien les hablara todos los días y las tratara como personas, solo que estas no se podían mover. Se acercó unos cuantos metros para ver a al niño que estaba sentado entre tantas rosas.
El niño se dio la vuelta y vio a la Amazona mirándolo, así que giró nuevamente la cabeza de la vergüenza que le daba que le observaran. Claudia no dudo aquel era el niño que estaba buscando. Aquel niño era bellísimo su cabello azul celeste, sus ojos como dos gotas de agua cristalina, una cara pálida, pero a la vez hermosa. Iba vestido con un pantalón vaquero, un jersey y por encima un chaquetón de pluma de forro polar rosa.
Todas las noches la pisciniana mira el cielo, sobre todo la constelación de Piscis a que le diera la señal para llevarse al pequeño.
Pasaron años y todavía nada. Hasta que un buen día por la mañana, violaron al padre a su padre, pensando que era una mujer, tenía un toque afeminado, sus labios finos, su pelo largo y brillante…en fin que parecía más mujer que hombre. Cayeron en tal depresión que él, y su esposa que llegaron al punto de suicidarse, dejando al pobre niño solo y sin familia.
Aquella noche la constelación de Piscis brillaba como nunca.
El Patriarca, desde el Santuario, también la vio.
—Es el momento. Mañana, quizás pasado vendrá la Amazona de Piscis con su nuevo aprendiz.
Mientras en Suecia, Claudia buscaba al niño por los alrededores de la casa, pero no estaba. Buscó por casi toda la ciudad hasta que lo encintró llorando debajo del puente desde donde sus padres se habían suicidado. Ella se acercó lentamente. Le puso la mano sobre el hombro.
— ¿Cómo te llamas?—preguntó con su recientemente aprendido sueco.
—S… soy Car…l sniff, sniff… ¿Y tu? Sniff —El pobre niño siguió llorando.
—Yo soy Claudia, Amazona del signo de Piscis del Santuario Ateniense—
Cuando oyó que era Amazona; al niño se la abrieron los ojos como platos
—Así que es cierto que hay doce caballeros dorados en Grecia, que protegen a la diosa Athena… ¿O es que estas loca y cuentas mentiras?
—No te estoy mintiendo.
— ¿Y cómo lo voy a saber?
—Porque me manda mi Señor, a darte la oportunidad de formar parte del Santuario siendo mi aprendiz para convertirte en caballero dorado
— ¿Estas loca? Eso es pura mentira, solo te quieres aprovechar de mi porque estoy solo. Y además hay muchos niños más que puedan hacer eso. ¿Por qué debería ser yo?
—Porque tú, eres el elegido por la constelación de Piscis.
—Mmm...—Carl empezaba a dudar.
—Dime una cosa Carl…
— ¿Si?
— ¿Te gustaría venir conmigo a Grecia y entrenar para ser caballero dorado?
El niño se quedo sin respiración durante unos segundos, pero no respondió.
—Haber, te repito la pregunta… ¿quieres venir conmigo?
—N…no se.
—Venga… ¿qué vas a hacer aquí, además, no tienes familia
—Es verdad— pensó Carl, pero no lo dijo.
Hubo un largo silencio de unos minutos que parecían no acabar. Pero, de repente se oyó una vocecita.
—Si— Era Carl, pero estaba hablando para el cuello de camisa
— ¿Qué?
— ¡Que si! Que voy al Santuario.
—Muy bien coge tus cosas y nos vamos ahora mismo, el Patriarca estará esperando nuestra llegada.
— ¿A mí también me está esperando?
—Claro.
Carl se levantó del suelo muy animado, se sentía importante porque a él también lo estuvieran esperando.
—Pues vallamos primero a mi casa y luego…—respondió —¡AL SANTUARIO! .
La verdad es que el niño no iba muy convencido, porque Claudia era una persona desconocida para él; pero le daba igual, además ¿Qué podía perder, no tenía familia, y acabaría en un orfanato hasta que alguien lo adoptara, y aun así seguramente no tendría suerte y lo someterían a trabajos forzosos de sol a sol en alguna fabrica de muñecos o algo así. (Nuestro pequeño Afrodita, era muy (pero MUY, MUY, MUY) pesimista)
Pensó que se estaba pasando siendo trágico así que cambió de humor.
El pequeño estaba contento porque el Santuario sería como su casa, y los caballeros, su familia. Entonces llevó a Claudia hasta su casa y metió todo en su maleta.
Ella le estiro el brazo y él se lo agarró y se marcharon rumbo a Grecia.
Comentarios de la Autora:
Göteborg: Ciudad al noroeste de Suecia. La ciudad, fundada por el Rey Gustavo II, fue construida por holandeses; y en el siglo XVII el holandés, el alemán, el sueco y el inglés eran idiomas oficiales. La Göterborg moderna, con amplios bulevares, parques y casas de piedra, fue construida en el cambio de siglo (XIX – XX). La copa Volvo Ocean Race de vela, finaliza en el puerto de la ciudad Sueca.
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Un Prologo cortiro. Espero que os haya gustado y que me dejéis unos PRECIOSOS (y bienvenidos) reviews. Ojalá no haya muchas faltas...
Kissis
