Gracias por aquellos que se tomen la molestia en leer esta serie de drabbles de diversas parejas, tendremos un poco de lemmon, malas palabras y sarcasmo.
Espero lo disfruten n_n
Pd. los personajes de hetalia no me perteneces, si fuera así la serie tendría más humor negro :D
Los cuentos de Corea del Norte
La nación más extraña del mundo tiene una forma muy peculiar de ver el mundo. Amigos, enemigos, Hyung-Soo silencioamente les ha visto a lo largo de los años y por fin ha decidido hablar de ellos.
La desgracia de ver a dos gordos copulando (Russamerica)
Uno no debe ilusionarse con la libertad apenas la recibe, en cuanto eres llamado 'hombre libre' secretamente hay una fila interminable de idiotas decididos a rebautizarte como su esclavo.
Iván era uno de esos idiotas.
Iván, Rusia, o gordo alcohólico (mi apodo preferido) tenía más defectos que virtudes, pero el peor de ellos se llamaba Alfred F. Jones. Gordo, idiota, simplón; nunca comprendí que fue lo que exactamente vio Iván en él, pero mi generoso maestro supo mantener la polla americana dentro de su culo durante varias décadas.
Tal vez los gustos de Iván hacia Alfred tenían que ver con la susodicha polla...
¿Han presenciado un accidente en medio de la calle donde la sangre y las tripas adoran el asfalto? Uno no puede dejar de mirar, por más que se quiera; algo similar me pasó cuando entré a la habitación de Iván y vi a 'los grandes señores de la guerra fría' fornicar como bestias salvajes.
No estaba seguro si se estaban matando o no, Iván brincaba sobre Alfred desesperadamente, el americano gritaba y presionaba la carne (extensa en cantidad) de Iván hasta enrojecerla. Se besaban, se mordían; no era sexo, era una pequeña guerra.
Me quedé hasta el final, ese gran momento de las películas porno donde el semen sale a chorros y el dios de su preferencia es invocado adornado de una maldición.
No fue una novedad para mi descubrir que Iván tenía la dulzura de un témpano de hielo, y para mi sorpresa fue Alfred quien intentó llenar el vacío emocional con caricias amorosas y palabras salidas de una novela romántica de supermecado, las cuales por supuesto, caían en oídos sordos.
Me he preguntado si estaban enamorados, no hay que amar para follar como ellos lo hacían, por lo menos como Iván lo hacía. Tal vez lo único que no ha sido una incógnita es la estupidez de Alfred.
Hay que ser retrasado para enamorarse de un témpano de hielo.
