¡¡¡Hola!!!

¿Como están? Al fin puedo traerles el primer capi de esta secuela n.n

Primero que nada, debo advertir que si no han leído La Chica Lobo no entenderán el fics... ¡Así que primero a por él!

Este Capi se lo dedico a Macarena Lovegood n.n que está, muy a nuestra manera, beteando la historia... jejeje amiga gracias por ayudarme a pesar de todas las dudas en las que te dejo :)

Espero que este capítulo les guste ;D

Capítulo 1: Nueva Vida

Bella Swan

¡Por dios! ¡Estaba exhausta! Las cosas en el trabajo estuvieron muy pesadas hoy: primero un niño vomito en el suelo del Mcdonald y tuve que limpiarlo, luego, en la zapatería una niña malcriada corrió haciendo un berrinche volcando todos los zapatos; y al ser mi clienta, lo tuve que recoger todo para luego atender a un hombre exigente que me hizo llevarle pares y pares de zapatos para que a fin de cuentas no comprara ninguno.

Pero ya estaba en casa, al fin en mi hogar: un pequeño departamento a las afueras de Boston, a solo treinta minutos en auto de la costa. Deje mi abrigo en la pequeña sala donde un sofá de tres plazas, dos de una plaza, una mesita de centro y un mueble para el televisor, apenas me dejaban caminar con libertad hasta la ventana del fondo para abrirla.

Las paredes de la sala estaban pintadas, al igual que el resto de la casa, de color celeste y adornado por dibujos enmarcados, hechos por mi pequeña

Volví sobre mis pasos y me dirigí a la cocina, tan pequeña como el resto de las habitaciones; frente a la entrada pegada a la pared había una barra de desayuno con tres silla; junto a esta se encontraba el fregadero y al lado de este la estufa y el microondas; del otro lado de la pared, dejando espacio para que una persona se movilizara, estaba la nevera.

Me dirigí hasta ella, su puerta estaba cubierta de fotografías, tomé un vaso de jugo de naranja y revisé el congelador: apenas y quedaban tres bistec y medio pedazo de lasagna, eso no era suficiente para la cena, pero al menos no tendría que pensar en eso hoy.

Salí a la sala, donde descansaban los muebles; todos los había tenido que comprar en ventas de garaje por mi falta de dinero, pero no me importaba, los había adquirido con el sudor de mi trabajo y eso me satisfacía. A la sala llegaba un pequeño pasillo de unos dos metros que terminaba en la puerta de mi habitación, y que girando hacía la izquierda, conducía a la habitación de mi pequeña y al baño.

Entré en mi habitación: era pequeña, recostado en la pared de la derecha de la puerta había un pequeño closet con espejo, la cama anormalmente grande ocupaba casi todo el espacio, apenas dejando por donde caminar se hallaba paralela a la ventana que daba a la calle. Al menos la cama era de esas que poseen gavetas por debajo; había sido hecha por los chicos de la manada especialmente para nosotros: era de caoba con una cabecera tallada con la imagen de una manada de lobos aullando a una luna llena en la que se encontraban tres letras: B, J y N

Las paredes de mi habitación y el marco del espejo del closet, estaban llenas de muchos más dibujos hechos por mi pequeña, y fotografías de los últimos dos años en los que mi vida había cambiado tanto, esos dos años en los que había pasado por momentos verdaderamente felices y situaciones muy difíciles.

Me tiré a la cama intentando no botar el jugo; ahora que estaba de vacaciones en la universidad, no estaba tan atosigada y podía pasar más tiempo con mi familia a pesar de mis dos empleos de medio tiempo: el de la zapatería cuatro días a la semana, y el de Mcdonald los martes y sábados.

Escuché abrir la puerta del departamento mientras le daba un sorbo al jugo, y de inmediato escuché dos voces llamarme a la vez.

- ¿Bella?

- ¿Mamá? – La primera voz era masculina, algo grave y ronca, la segunda era femenina, suave e infantil.

- No estoy – Contesté con gracia, pensando en los dueños de esas voces: Reneesme y Jacob, mi pequeña familia.

En esos dos años Jacob se había vuelto aun más indispensables para mí de lo que antes había sido, él siempre fue mi puerto seguro, mi estabilidad emocional, y ahora era la mejor ayuda que podía tener en todos los sentidos de la palabra, tal y como debía ser una pareja.

En menos de un parpadeo ya mis dos soles estaban en la habitación, Jake llevaba el cabello por los hombros y había crecido un poco más en cuanto a estatura, hasta el punto en que siendo menor que yo, los vecinos del edificio pensaba que me llevaba, por lo menos cinco años.

Reneesme, mi hija, en cambio solo tenía dos años recién cumplidos, pero habíamos tenido que hacer creer a los vecinos chismosos que ella era mi hermana menor, mentira que habíamos tenido que repetir en otra oportunidad debido a su impresionantemente rápido crecimiento. Ahora Nessie aparentaba unos dieciséis años y llevaba la piel pálida, cabello largo café oscuro como el mío, que según ella, le gustaba mucho, el cual enmarcaba su rostro infantil en el que sus ojos azules me veían felices.

- Te trajimos Pizza – Dijo Jacob tendiéndome dos trozos envueltos para llevar; para luego acercarse a mis labios y besarme con dulzura. Dos años no habían bastado para disminuir la intensidad y el deseo que sentía desde que lo besé de verdad por primera vez.

- ¡Papá se comió dos pizzas enteras! – Lo acusó mi niña. Aunque su apariencia e inteligencia eran las de una adolescente de dieciséis, en ocasiones, sin quererlo, se comportaba como una pequeña de ocho.

- ¡Y tú te comiste seis de los ochos pedazos de la pizza que ibas a compartir con tu mamá! – La acusó Jacob siguiéndole el juego, ella le sacó la lengua divertida y se abalanzó sobre mí para abrazarme y después decir que vería televisión.

Jacob se semi acostó en la cama junto a mí, pasándome un brazo por los hombros. Recosté mi cabeza en su pecho cálido mientras le daba un mordisco a la pizza que aun estaba tibia.

- ¿Cómo estuvo el trabajo? – Me preguntó.

- Estresante, como siempre – Contesté entre bocado y bocado – Mañana vas a hacer dieta – le informé, él me miró intrigado – Solo quedan tres bistecs

- ¡Rayos! – Exclamó golpeándose con la mano libre la frente – Olvidé hoy hacer el mercado

- No importa – Le tranquilice – Como te dije, mañana harás dieta – Desde la sala mi pequeña rió, de seguro escuchándonos con su bien desarrollado oído. Jacob me hizo un gracioso puchero: debido a su voraz apetito, en casa se gastaba en alimentos el doble que con cualquier otra familia de tres personas, por lo que era su responsabilidad correr con esos gastos.

Estuvimos unos minutos en silencio mientras comía, hasta que él habló en un susurro apenas audible.

- Nessie está oyendo música con los audífonos puesto, ya no nos oye… - Gruñí sabiendo perfectamente de lo que quería hablar - ¿Qué decidiste?

- Sigo sin estar convencida – Contesté hablando en susurros al igual que él.

- ¿Por qué no? – Preguntó sin cambiar el tono – Va a ser el cumpleaños de Charlie, no lo has visto en dos años, deberías ir a verlo.

- No puedo – Me negué – Él va a querer ver a Reneesme… – Me reprendió con la mirada, no le gustaba que la llamara así. – y ella a él, y no es posible… y Ángela y Mike… sabes que si me aparezco por Forks no me dejaran volver aquí hasta verla.

Desde el momento que me fui de Forks con Jacob por el embarazo, solo había vuelto a la península de Olympia en Washington tres veces; y en las tres nos habíamos quedado en casa de Billy cosa que Charlie se enteraba de nuestra visita luego que volvíamos a Boston. Como es obvio, a pesar de llamarlo muy seguido, esta situación le deprimía mucho.

Recordé fugazmente esas tres visitas, todas habían ocurrido hacía más de un año; en especial la ultima ocurrida el verano anterior, habíamos ido para la boda de Emily y Sam y para eso nos habíamos quedado una semana; fue algo incomodo lograr presenciar la boda sin que Charlie notara que estábamos ahí; y eso no fue todo, el día anterior, por casualidad, todo mi grupo de preparatoria me vio en un parque en Port Ángeles, y me hicieron prometerle que la próxima vez que fuera al estado, llevaría a Reneesme para que la conocieran; por supuesto, ellos no sabían que la pequeña rubia de ocho años que jugaba en la resbaladilla del parque, era mi Reneesme.

- Podemos decirles cualquier mentira – Alegó Jacob sin subir la voz – Y no sé, llevar a Nessie y decir que es una amiga.

- No se… - Me moría de ganas por volver a ver Charlie, pero había otro motivo que me detenía, uno que me producía cierto temor – ¿y…los Cullen? – Él se tensó – Siguen en Forks ¿no?

- Si – Me confirmó – Y estaban cuando fuimos hace un año, así que no veo el problema.

- Las veces que hemos ido, vamos a La Push, no a Forks, es su territorio – Alegue - ¿Y si reconocen a Reneesme? –Volvió a torcer el gesto.

- Si cualquiera de esas sanguijuelas se acerca a Nessie… - Masculló entre dientes con ligeros temblores en las manos.

- No hace falta que te enojes – Susurre acariciando su pecho por debajo de la franela; sus temblores disminuyeron y su respiración se acopló al ritmo de mis caricias.

- Lo sé – Susurró sonriendo con disculpas – En cualquier caso Bella, deberías buscar una mejor excusa que esa… yo quiero ir a Forks, tú también, y estoy seguro que Nessie igual.

- Está bien, buscaré otra excusa – Dije, aunque no tenía ninguna – ummm… ¿el trabajo?

- Pediremos permiso – Dijo sencillamente – Todavía nos deben las vacaciones de este año.

- No tenemos dinero – Aventure

- Podemos ir corriendo – Me contestó – Si es necesario las llevo a ambas sobre el lomo – Rodé los ojos y el notó que se me acababan los argumentos.- ¿Entonces…? – Aventuró.

- Está bien, iremos – Mascullé

- ¡GENIAL! – Exclamó dándome un fugaz beso en los labios intenté prolongarlo pero el no me dejó, sino que exclamó sin apartar la sonrisa de sus labios - ¡Pequeña, en tres semanas vamos a Forks!

- ¡SIIIIII! - Al segundo siguiente tenía a una "adolescente" saltando sobre mi cama con alegría, contagiándome de su ánimo y haciéndome pensar así que quizás no me equivocaba de decisión.


Edward Cullen.

- ¿Estás seguro Emmett? – Le pregunté conduciendo mi Corvette; acababa de bajarme de un avión en el aeropuerto de la ciudad de Boston, dispuesto a continuar con la búsqueda de Bella y al menos informarme acerca de su nueva vida, cuando mi hermano me llamó para darme esa noticia.

- No tengo la menor duda – Me dijo – Vendrá a Forks para el cumpleaños de Charlie, pero el perro no estaba, de lo contrario Alice no hubiera visto nada.

Suspiré sin saber qué hacer con la información; desde hacía exactamente dos años dos meses y seis días que no había vuelto a ver a Bella u oler su aroma aunque fuese de lejos, y ahora que se me presentaba esa oportunidad, mi mente no podía creerlo, no podía concebir que luego de casi dos años buscándola sin resultado, ella llamara y me dijera podía verla solo con volver a Forks… no quería llevarme un fuerte golpe.

- ¿Cómo la ha visto? – Inquirí inseguro

- Yo que sé – Contestó él – Quizás se le piensa escapar al pulgoso – Bromeó, gruñí – Dame un segundo Edward… - Lo escuché moverse con prisa; no supe a donde hasta que habló – Me he alejado de casa, aunque igual Alice debe de saber lo que te diré – Exclamó.

- ¿Qué pasa Emmett?

- Edward, no sé qué diablos le pasa a Alice, pero estoy seguro que nos está ocultando algo – Fue directo al grano – No quería que te dijéramos que Bella vendría, y anda muy extraña desde que dijiste que ibas a Boston…

- Crees que Alice haya visto algo de…

- ¿De Bella?

- Si

- No lo sé, pero ella dice que vea lo que vea, a largo plazo su futuro sigue desaparecido

- Lo imagine – Suspiré con dolor. Supe que Emmett colgaría, pero había algo más que quería saber – Em…

- ¿Si?

- ¿No has sabido nada acerca de su…- La voz no me salía ante esa última palabra, una que me atormentaba cada segundo durante los últimos dos años – su… hijo?

Escuché como él suspiraba con abatimiento presintiendo la pena y el dolor desgarrador que me embargaba tan solo con preguntar.

- Creo que no – Dijo al fin – Como te he dicho, Alice mantiene un mutismo extraño al respecto, supongo que no puede verlo, lo cual es entendible si tenemos en cuenta quien es el pa… bueno, por el chucho.

- Está bien…- Susurré deprimido.

- Pero… - Emmett dudó un segundo – Hemos escuchado cosas en el pueblo, al parecer es niña y bueno… creo que a principio de mes cumplió dos años.

- ¿Principio de mes? – Mi mente intentó hacer cuentas mentales - ¿Nació prematura?

- ¿A tú ves, como diablos voy a saber cuando estuvo con el perro?... eh… lo siento Edward – Se disculpó al escuchar mi mutismo ¿Era necesario que me echara en cara que Bella fue, es y será de Jacob Black? – Eh… cuando te marchaste, yo aun no le notaba nada, así que supongo que sí.

- ¿Cómo se llama? – Pregunte, lo sé soy masoquista, pero la fascinación de tener alguna noticia de Bella o algo que se le relacionara, podía más que el dolor de pensar que Bella había estado, antes que conmigo, con el lobo y que había quedado embarazada de él; aunque bueno, conmigo nunca lo habría logrado.

- No lo sé – Se disculpó.

- ¿No lo sabes o no quieres decírmelo? – Cuestione mordaz – Así como no han querido decirme a donde se mudó.

- No lo sé – Rectificó él – Y en cuanto a lo otro, Alice ha convencido a Carlisle de que lo mejor es que no lo sepas.

Colgué la llamada enojado ¿Quiénes se creían para decidir qué es lo mejor para mí? Creo que ya estoy muy mayor para eso

Intenté concentrarme totalmente en la carretera, pero no pude; la mente de un vampiro es muy difícil de distraer, pero necesitaba hacerlo para no pensar en volver a Forks en ese mismo instante y esperar allí a Bella.

No, no podía volver, me había prometido a mi mismo no intervenir en su vida, no después que supe que ahora tenía una familia con el hombre que eligió para estar a su lado, y yo debía respetarlo, aunque el maldito elegido fuese Jacob Black.

Tuve que tranquilizarme cuando el volante amenazó con romperse en pedazos entre mis manos. Suspiré con dolor.

Ese no era el único motivo por el que me cuestionaba si volver a Forks a esperarla o no; desde mi partida hacía poco más de dos años, no había puesto un pie en el estado de Washington, no me sentía capaz de hacerlo si no la tenía a mi lado. Mi familia en cambio se quedó en Forks, ya que hoy día aun podían disfrutar de un año más sin levantar grandes sospechas. Al principio creí que así podría mantenerme enterado de lo que sucediera con Bella, pero además de su embarazo y su partida a sabrá quién donde, nadie en mi familia consideraba que fuera lo mejor contarme lo poco que sabían… y a veces me preguntaba si de verdad era poco.

Negué con la cabeza como si eso fuera a quitarme de la mente los pensamientos propios o ajenos; tomé la avenida principal para dirigirme al penthouse que Alice había comprado para que me asentara ahí los días que durara mi búsqueda de Bella en la ciudad; mientras intentaba, como había dicho Tanya en una oportunidad, sobrellevar mi existencia.

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¿Que les pareció?

Como les dije en el ultimo capi quizás quedaron O_O ¿Wath? ¿Dos años? ¿Cuando? ¿Y qué pasó aquí? Bueno, ya se irá viendo poco a poco.

Como ven, Nessie está presente; pero esta Nessie no es la misma de los libro ¿Por qué? pues sencillamente porque no fue concebida el mismo día, por eso a pesar de tener el mismo nombre, algunas cosas de ella han cambiado. Y por lo mismo no existe la Imprimación de Jacob... solo quería dejar eso en claro n.n

Por cierto Maqii, Totyland, ya ven lo que les dije: ¿Quien mencionó Forks para la secuela?

Espero sus comentarios diciéndome que tal estuvon.n

Nos leemos pronto

Besos n.n