A través de la masacre, obtendremos abundancia de los cielos.

Ubicados en la primera fila, la caballería ligera se dedica explorar y detectar cualquier atisbos de enemigos. Si es que lo encuentran, se dirigirán hacia él y intentaran sacarle el mayor provecho en cuanto a información útil, para luego eliminarlos sin ninguna piedad. Esta última palabra no existe de ninguna manera en su natal vocablo.

Después y ubicados en la segunda fila, se encuentran los Mangudais. Fieros y rápidos, son capaces de poder atacar con gran eficacia a diversos enemigos ya sea que estos estén a pie o en monturas. Pero nada se compara cuando ponen en práctica su falsa retirada, para luego de forma inusitada, atacar con una cantidad considerable de flechas a sus perseguidores.

Finalmente, en el último lugar se ubican las armas de asedio, las cuales se componen de: catapultas/mangoneles-escorpiones-arietes y lanza-piedras/trebuchets . Conseguidos como un botín de la conquista del imperio chino, han servido de bastante utilidad para enfrentar a los diversos enemigos que han encontrado en el camino.

De pronto, una caballería ligera logra divisar un poblado teutónico. Ansioso, regresa al improvisado campamento ye informa a los altos mandos mongoles, los cuales de inmediato preparan y informar con anticipación a sus tropas del próximo objetivo enemigo.

Es la hora de partir para todos, el ejército mongol se dirige en un tormentoso galope hacia la comarca teutónica demarcada. Cada soldado siente la presente emoción no solo por la próxima lucha, sino también por las posibilidades de gloria hacia Mongolia.

Un mangudai con rasgos similares al difunto gran Khan, consigue asestar el primer flechazo en un monje; lo cual sirve como punto de partida para los mongoles. La gran masacre ha comenzado, pero para los esteparios es más la consagración de la vida.

La sangre enemiga cae a borbotones, juntándose en pequeñas lagunas las cuales son usadas por buitres. Los edificios también caen, levantando polvo y formando escombros. El fuego es lo último en aparecer, tomando todo en una cruenta danza de despida y olvido. Los mongoles, consiguieron dar vida a lo dantesco como macabro en un solo pero aniquilador ataque.

Han conseguido nuevamente derrotar a un enemigo considerable, sin embargo se ven más emocionado por los botines obtenidos. Bayas y cañones de artillerías; nuevamente han conseguido un pedazo de la abundancia celestial y cumplieron con enorgullecer de gloria otra vez a Mongolia.