Mi primer intento en el fandom, a decir verdad, la primera vez que escribo de una serie de tv. Espero no haberlo hecho muy mal. Contiene spoilers del 1x05 (Lancelot). Es una suerte de conexión entre el 1x04 (spoilers tmb de allí obviamnt) y el quinto. Algo que me apreció que faltó y bue, yo vengo a llenar xD. Perdón por la larga intro! (que gracioso que no empiece por mis parejas favoritas xDD!).
Parejas: Gwen/Merlin, Gwen/Lancelot
Spoilers: 1x04 & 1x05.
Similar no es igual.
Es difícil creer que ha sucedido cuando Merlín se encarga tan fácilmente de actuar como si no hubiera sido nada. A veces, Gwen piensa ha sido parte de su imaginación y quizás nunca sucedió como su mente se lo recuerda. Otras veces, cuando lleva sus dedos a sus labios y ensueña el momento, puede recordar sus palabras y el brillo de sus ojos. Entonces su corazón se acelera. Solo unos momentos, hasta que Merlín vuelve a tratarle como si el mundo no se hubiera detenido, si su muerte no hubiera sido inminente y ella no le hubiera besado. Pero nada puede quitarle a Gwen la felicidad de que Merlín siga con vida, entonces calla y rememora en silencio. Una parte suya buscando algo más de contacto, algo que le recuerde que no ha sido una fantasía y que los labios de Merlín saben a fruta fresca.
Los días pasan con una monotonía extraña que recuerda a los tiempos en que Merlín aún no se encontraba en Camelot. El silencio la perfora un poco, pero nunca borra la sonrisa de su cara, le aprecia demasiado para hacerse a un lado. Pero entonces existe un casi otra vez… solo que ahora no es Arthur el caballero salvador, sino Lancelot. Tan opuesto al joven príncipe y tan cercano a Merlín, que Gwen no puede evitar sonreír divertida. El joven es encantador, e inmediatamente le trata de halagos y términos que siquiera se aplican a ella. El calor en sus mejillas es casi tan grande como aquel día con Merlín y las sonrisas tímidas se esconden entre sus labios.
Es galante y torpe al mismo tiempo. Insistente y decidido. Gwen entiende enseguida que el destino de Lancelot está allí y no en otro lado, pero no puede evitar que su corazón se acelere (un poco casi como cuando recuerda el sabor a fruta en sus labios) o que le emocionen sus logros y el piso se vuelva arena bajo sus pies. Se mira incómoda con Merlín cuando toma sus ropas en un ataque de nerviosismo, y el caos revolotea en su cabeza. Pero la prueba de Lancelot vuelve a su mente tan rápido, que el latir de su corazón es de adrenalina y no de pasión. Para Merlín el mundo nunca ha parado y aunque ella desea interpretar esa pequeña incomodidad de otra forma, la victoria de Lancelot es suficientemente potente para querer tirarse a sus brazos y festejar la alegría de saberle vencedor.
Pero hay algo que Gwen entiende en algunos momentos más que en otros, porque es que Merlín y Lancelot no son tan diferentes, con su sentido del deber y su necesidad de morir por otros. La diferencia, que Gwen no puede dejar de notar es que él, Lancelot, sabe, ve, aprecia, que ella esté allí. Porque cuando Gwen está con Lancelot puede olvidarse de besos que quedaron en el pasado, o de amigos que actúan como si nunca hubieran sucedido. Porque para Lancelot, ella es allí y ahora.
Allí y ahora hasta marcharse.
