Los personajes de esta historia pertenecen a S. Meyer. Yo sólo escribo mi historia con el fin de recrear mi tiempo, y no gano nada a cambio.

Capitulo 1

Sólo las tres de la mañana, sin duda quedaba algo de tiempo aún antes de que Nessie regresara de cazar con Alice y Rosalie, era un día "solo de chicas" ya que Jasper y Emett se encontraban envueltos en una pelea de Karate con sus propias reglas bastante divertidas, solo de esa manera se podrían llegar a separar de sus eternas novias, accediendo sólo para encargarse de Nessie, por sus debidos cambios de ánimo desde que Jake se encontraba en un viaje a México obligadamente claro, de no ser estrictamente necesario para la tribu.

Si bien la tempestad acabo el día que los vulturis habían pisado Forks para reclamar y desatar una guerra innecesaria, en la cuál todos esos lobos enormes e imponentes, dieron gran ventaja a la rendición llamada "acuerdo" a la que se había llegado; pero los problemas a los que enfrentaría Jacob Black después de eso como jefe de la tribu, después de que Sam Uley decidiera envejecer junto con su amada Emily, cosa que no pudo reclamarle por lo que sabía que de cualquier manera, no podría negarse a parar de envejecer, ya que su lealtad se encontraba en la eternidad desde el día en que nació mi Renesmee.

El viaje de Jake a México debido a una encomienda de ir en busca de unos parientes perdidos, debía ser atendido personalmente por el jefe Quileute, no daba mas remedio que abandonar a Renessme por un corto tiempo, ya que a pesar de sus variados intentos, todos fallidos e de decir, por su parte de intentar llevar a Nessie consigo al viaje, a sabiendas del padre tan celoso y sobre protector que era Edward, al sólo al mencionar la ocurrente idea, bueno al no tener que mencionarla gracias al don no tan bueno ni tan oportuno en este caso, de lector de mentes, usado con el novio de su hija, finalmente su niña, le daban muchas veces razón de querer hechar a patadas literalmente al chucho como le gustaba llamar a Jacob, todos los intentos de querer llevar a Nessie a México fracasaron y terminaban en discusiones y berrinches de parte de Renesme que aunque sólo habían pasado 15 años desde su nacimiento, creía que era toda una mujer aunque en apariencia lo era, tan hermosa claro está, como lo es toda ella llena de gracia, belleza e inteligencia única en su especie, a pesar de todas estas virtudes, sin añadirles la confianza que se había ganado con su comportamiento todos estos años, no lograron que Edward aceptará el viaje de ambos a México alegando que sólo podrían viajar el día que estuvieran correctamente casados.

En fin Edward nunca cambiaría la manera tan rustica de pensar, cosa que en la mayor parte de las decisiones que tomaba me agradaba, peculiarmente en esta, ya que si bien Renesme nunca había dado pie a un regaño real, gracias a su debido, correcto y brillante comportamiento; pero la negación no se debía a la falta de confianza hacia ella ni hacia Jacob, se trataba sencillamente de mi naturaleza maternal, ya que ¡santo Dios! A los quince años yo no pensaba en viajar sola con mi novio, siendo diferente su naturaleza media vampiro, media humana seguía siendo humana, y conocía ala perfección esas hormonas tan alocadas, que se disparan cuando estas cerca de la razón de tus suspiros, al final sólo era mi bebe mi adorada y hermosa bebe, mi bebe con alocadas hormonas, si lo sabría yo…solté una suave risa solo de recordar, en lo que nos había metido esas hormonas, y gracias a ellas, aquí estaba la razón de la existencia de Edward y mía.

-¿serías tan amable de compartir esos pensamientos que provocaron esa risa?- pregunto Edward, que se encontraba momentos antes con los ojos cerrados, y sus brazos firmemente enrollados alrededor de mi desnuda cintura.

No contesté inmediatamente, lo que provocó que me apretara suavemente contra su pecho y susurrará directamente en mi oído:

-Oh bien, tal vez quieras que de por hecho que estás pensando en otra persona, la causante de tal risa- torció el gesto juguetonamente, causando que otra breve carcajada saliera de mis labios, pero seguí sin contestar sabía a donde quería llegar con esta pequeña riña.

-Isabella Marie Cullen, si no me informas en este instante que estas pensando lo lamentarás- habló con un tono de amenaza en broma-

-Oh, oh- contesté fingiendo miedo, y alcé las manos al cielo en forma de rendición.

-En t tal ca ca so, tengo que confesar ¿no?, o este moustro tan aterrador acabará con conmigo, ¿cierto?- hable fingiendo tartamudear para darle mas realismo al miedo que me ficticiamente me invadía.

-Buena elección señorita, que inteligente por su parte rendirse antes de mencionar cual será el precio a pagar, si se negase a cooperar, dijo suavemente, para después poner el dedo en mi barbilla y levantarlo suavemente.

-Entonces, ¿que recuerdos o pensamientos son los productores de tu risa?, espero que este presente en ellos, si no, créeme que habrá graves consecuencias- me amenazo, sin quitar el dedo debajo de mi barbilla.

-¿Que podría en el mundo evitar que estés fuera de mi cabeza?, ¡vaya¡ y yo que pensé que tenía un marido brillante, que decepción...- antes de que pudiera acabar de terminar mi broma atrapó mis labios con un suave suspiro antes.

Nunca dejaría de marearme al sentir la suave seda de sus labios, unidos a los míos.

No era el hecho de saber que tenía a un ángel como marido. Ni tampoco que era el ser sin duda alguna, mas hermoso que mi perfecta vista haya contemplado, tampoco era el hecho que toda su presencia y esencia era tan increíble e inéditamente perfecta.

Sin duda era sólo una palabra la que podría describir aquel mar de sentimientos que me hacía sentir cada vez que sentía su aliento tan magnifico en mi lengua, esa magia que lo provoca por que el amor es pura magia, si no como explicar el resultado de tantas acciones y emociones, sin duda, cada día increíblemente me enamoraba mas de Edward Cullen.

Me encantaría que me dieran sus comentarios, sobre que les parece la historia, y que les gustaría que mejorara.

Se que me falta mucho ya que soy nueva y apenas se manejar FF.

Gracias por tomarse su tiempo en esta lectura.

Yomara.