N/A: Graciosamente a mi monótona vida llego una oportunidad de diversión garantizada, tuve una "Pijama Cibernética" con Rainbow quien tan amable me presto la atención que merecía después de que nadie me la ha puesto en días. Mientras su estéreo esperaba a reproducir un montón de canciones, nos centramos en una sola y comenzamos a platicar. A dar ideas y surgió esto, tan tonto, alocado y sin posible éxito, eso ya quedara a decisión de ustedes pero en fin…

El tiempo paso muy rápido, ya son vacaciones (o por lo menos aquí LOL), es verano y en las mañanas el sol achicharra, en la tarde llueve y en la noche hace frio. ¿Haya con ustedes como anda el clima? Espero mejor que el de México, hablando de mi país ya fueron las elecciones por culpa de eso lloro, lloro mucho en las noches LOL jajaja. (¿Aquí no debo de hablar de política verdad? XD Diablos, no me demanden aparte pues ya no se puede hacer nada LOL solo quiero hacer platica…)

Ya no los entretendré más pero si daré unos tediosos anuncios. Rainbow continuara con sus historias, en algún momento ahorita no tiene cabeza para mucho anda de loca, pero en fin. Yo comenzare a subir cosas a partir de aquí así que ya saben, las dos tenemos nuestra firma. Dense una vueltita por nuestro perfil aquellos despistados que aun no se enteran que Imperfect Lover es ahora "Rainbow_Pain" una cuenta compartida por dos psicópatas, Rainbow es la original Pain es la arrimada xD

Ya, ya me callo. Disfruten de esta loca cosa que llamamos Fanfiction, pórtense mal, cuídense y muchísimas gracias por leer.


Disclaimer: Nada nos pertenece, lamentablemente aún sueño con que algún día comprare la franquicia Harry Potter y seré tremendamente feliz, mi compañera aún piensa que Severus Snape la ama tanto que se declara él mismo de su propiedad. Sueños Guajiros. Solo nos pertenece la historia que leerán a continuación…


No One Will Know

( Nadie Lo Sabra)

―Muchacho, hemos llegado…― Albus Dumbledore salió lo más rápido que pudo de la chimenea cuando las llamas verdes de la Red Flú se habían extinguido por fin.― ¡¿Hijo, me escuchaste?

A sus espaldas aún atrapada en la humareda de polvo que se había levantado con el apagar de las llamas, Minerva McGonagall luchaba por tomar aún que fuera una bocanada de aire. Dumbledore rio suavemente ante la escena, le había caído a la mente un recuerdo de una de sus tantas aventuras; volvió a girarse, contemplando la desordenada y empolvada casa. Ésta hacía honor a los posibles 8 meses en los que su respectivo dueño no la había habitado y mucho menso visitado, hizo un leve mohín cuando había calculado que ya había pasado un minuto…

― ¡Muchacho, hemos llegado!― Minerva pudo escuchar a la claridad, entre su tos y la de su acompañante, de la potente voz del anciano director. También pudo identificar a la perfección el tono de inocente burla que había utilizado, y si era cierto todo lo que le había platicado sobre lo irritable que estaba el ocupante de esa casa suponía que en cualquier momento le gritaría un improperio y un serio "¡Cállate, perra!" sin importar que ella estuviera presente.

―Albus es posible que se moleste…― McGonagall había salido de la chimenea, dando algunos pasos dudosos ante el crujir de la madera. De vez en cuando daba pequeñas miradas asía la chimenea, que aún tiraba hollín y alguno que otro pedacito de piedra del acabado.

―Tonterías, Minerva, tonterías…―La indescifrable sonrisa de Albus, le implanto una duda en la boca del estomago prediciendo que en cualquier momento haría algo de lo más inmaduro.― ¡Sonorus!

Minerva se tapo los oídos, colocando sus manos de modo que cubrieran sus pequeñas orejas. De la chimenea emergía una pequeña queja y un gran pedazo del acabado de piedra caía inexplicablemente al piso, y entre todas esas acciones concluidas Dumbledore había inhalado el suficiente aire.

―¡SEVERUS SNAPE, ¡¿DÓNDE ESTAS? TIENES VISITAS Y TE ESPERAN!―

De la planta de arriba, se había escuchado un sonido seco acompañado de varías cosas cayendo al piso; después de aquello unos pasos apresurados de un tramo de algún pasillo y finalmente las escaleras. Rebelando al final del pasillo continúo a la sala donde se encontraban, un cabreado Severus Snape.

Minerva deseo reír al ver las fachas en las que el hombre venía, unos bóxer demasiado grandes a cuadros rojos y una playera blanca de cuello de "V" agujereada y manchada de algún líquido que no deseaba imaginar, color café.

― ¡¿Pero que mierda? ¡Cállate de una maldita vez, perra!― Dumbledore comenzó a reír a rienda suelta, ignorando los insultos del moreno. Severus no hizo más que fruncir el ceño.―Te escuche las dos primeras veces, deja de ser tan inmaduro hombre. Si no baje a la primera, y no conteste a la segunda ¿no te imaginaste que ni de putas iba a bajar?

―Oh muchacho, te mande varias lechuzas nunca me contestaste comenzaba a preocuparme. ¿Y que mejor manera de cerciorarme de que estabas bien? Viniendo en persona a tu hogar y dándote un vistazo.― El tono paternal de Dumbledore le dio un sacudón al estómago de Snape, confundiéndolo con hambre.

―Sí no te conteste es que no estaba en casa desde hace varios días, descubrí un "centro de fiestas" a varias cuadras de este nido de ratas…― Minerva abrió los ojos de par en par, sorprendida por la sínica declaración, mientras Dumbledore borraba toda sonrisa de felicidad y en sus ojos se instalaba una mirada de preocupación.

―Te había dicho que no podías salir, es muy peligroso y más en tu condición…― Severus Snape soltó una altanera risotada mientras procedía a caminar a paso lento y despreocupado, casi rosando a lo vagabundo, asía lo que parecía ser la cocina. Casi al instante los pasos de Dumbledore, ella y unos terceros zapatos lo seguían.

― ¿Mi condición? A las mujeres les parece interesante y hasta seductor no cualquiera tiene la mordida de una serpiente tan venenosa como ese gusano de Voldemort…― El moreno había utilizado un meloso tono que rosaba en lo obsceno, y sin más se había sentado de golpe en una silla de madera. Levantando una pequeña nubecilla de humo.

Dumbledore hizo un mohín, tomando asiento en una de las seis sillas que había entorno a la empolvada mesa de madera. Retiro el cojín que recubría el asiento y lo tiro al piso, haciendo aparecer también una pequeña nubecilla de polvo. Severus por lo tanto, había sacado su varita de un sitio que Minerva prefería no haber visto, moviéndola con gracia y provocando que la vieja nevera se abriera y sacara un contenedor de leche.

― ¿Cómo te sientes? ¿Ha venido algo a tu mente?― Minerva había preguntando hartándose poco a poco, de que Dumbledore y Snape sólo hablaran de cosas de tan baja importancia. Severus se volvió hacia ella, con una malévola media sonrisa.

―No, solamente he tenido sueños. Borrosos, agitantes y poco probables, descarto secuelas de videncia pero si posibles recuerdos.― Albus pudo percibir el hiriente y poco educado tono que Severus había utilizado, al igual que Minerva frunció el ceño levemente.

― ¿Qué has soñado? ― Dumbledore estaba curioso, su pregunta había sido si bien dirigida a Snape pero soltada frente a la ventana. El moreno había sacado de una alacena un vaso que milagrosamente estaba limpio, se había servido un poco de leche y guardado el empaque de leche de nuevo en la nevera, con el uso de la magia.

―Nada importante…―Con un gesto demasiado despreocupado, se encogió de hombros dándole un sorbo al vaso con leche. Luego se medio inclino en la mesa, mirando fijamente a Albus que, dado el movimiento de Severus le comenzó a mirar.― Por cierto, perdí la memoria pero no soy estúpido…

Con un movimiento más brusco, violento y rápido, apunto a un lado de Minerva. Quien a punto de dar soltar un Protego, observo que el hechizo no iba dirigido para ella. Maldijo por lo bajo cuando la capa de invisibilidad callo al piso, y ante la vista de todos Hermione Granger quedo descubierta.

― ¿Quién es ella, y que hace aquí?―

La pregunta pareció tensar el ambiente, y Hermione no sabía donde meter la cabeza. Estaba completamente roja de vergüenza, no por ver en paños mejores a su profesor por así decirlo considerando que siempre lo veía atrapado en sus siempre negros trajes. Mucho menos por las anteriores declaraciones de que había estado varios días de fiesta y al parecer haber visitado la cama de varias mujeres; Si no porque, al escuchar la sencilla y atractiva pregunta "¿Quién es ella?" en tan sensual y grave voz se había imaginado que podía tener una pequeña oportunidad con su maestro de Pociones…


Hasta aquí el inicio de esta rara historia. Ojala y le hayan entendido aun que sea un poquito, es el comienzo normal que este raro.

Ojala y les haya gusta mucho o poquito, pero que les haya gustado .

Un Review por favor, súbanos el autoestima.

Nos vemos luego, y gracias por leer…

Rainbow & Pain