Hola chicas. Aquí os dejó este mini fic, son siete pequeños one shots. El título es Seven days with Emma and Regina, el original es en italiano y su escritora es SwanFangirl. Espero que os gusté. Hay de todo, amor, comedia y desamor.
Día 1: Mee-Cute
Nos vemos esta noche en el Rabbit Hole
Regina miró su teléfono, preguntándose quién diablos le habría mandado ese mensaje y por qué. Resopló, desconcertada, y respondió velozmente, para volver después al trabajo
Creo que se ha equivocado de número
Fueron solo necesarios pocos minutos para que su móvil vibrase, indicando la presencia de un nuevo mensaje, que Regina leyó rápidamente
En efecto, me he equivocado de número. Perdón, sea quien sea
Regina rio someramente, y dejando los papeles encima del escritorio, se mordió el labio y escribió un nuevo sms
De todas maneras puede que lo conozca. Sabe, Storybrooke no es muy grande…y yo soy la alcaldesa, así que conozco prácticamente a todo el mundo.
De repente se preguntó por qué había escrito eso. Habría podido sencillamente dejar de lado la cuestión y volver a prestar atención a sus cosas. En vez de eso, no, había tenido que continuar con aquel intercambio de mensajes, presa de la curiosidad por descubrir quién era esa persona.
A lo mejor a mí no me conoce. Yo he escuchado hablar de usted, Alcaldesa Mills, pero no creo que me la haya encontrado en persona. Sabe, no paso mucho tiempo en la ciudad
Entonces la morena se pinzo los labios, sin saber qué responder al misterioso habitante de Storybrooke. Pero no tuvo tiempo de decidir, porque otro mensaje de su parte llegó
De todas maneras, si quiere, podríamos vernos de verdad esta noche…Muchas personas opinan que usted es de las mujeres más fascinantes de la ciudad. Querría constatar si los rumores son verdaderos.
Regina se sonrojó, sonriendo inconscientemente.
Henry entró en la oficina de la alcaldesa en ese momento y, viendo a la madre sonreír irracionalmente al propio teléfono como nunca había hecho, frunció el ceño, Preguntó, haciendo que se sobresaltase.
«¿Quién es?»
«¡Henry!» exclamó ella, levantándose de la silla y andando hacia su hijo, besándole en la frente «¿Qué haces aquí?»
«He venido a buscar a mi madre» responde simplemente el muchacho «Entonces, ¿quién es tan bueno como para hacerte sonreír con un mensaje?»
«No lo sé» admitió ella, con una pequeña sonrisa culpable «Pero lo sabré esta noche»
«¿Tienes una cita?» preguntó Henry, atónito, dado que su madre no salía nunca con nadie, a parte de él.
«Por lo que parece sí» dijo Regina respondiendo al último mensaje
Allí estaré. ¿Cómo te reconoceré?
La respuesta llegó en pocos segundos, Henry asistiendo a todo, leyendo toda la conversación con ojos brillantes
Me reconocerá por la mirada de fascinación que le dedicaré, señora alcaldesa…A las nueve en el Rabbit Hole, la esperaré con ansia
«¡Fantástico mamá! ¡Lo has hecho!» exclamó Henry «Parece que ya le gustas mucho….¡Quién será!»
«No creo que lo conozcas, sea quien sea…En fin, si no lo conozco ni yo» respondió la morena, pensativa «Entonces, ¿te parece bien quedarte con Cora esta noche?»
«Sí, estoy seguro de que la abuela estará contenta de darme de comer cualquier cosa que haya en su despensa porque piensa que estoy flaco» dijo el chico de trece años, sacudiendo la cabeza con expresión divertida.
También Regina rio ante el comentario. En efecto, quizás su madre exageraba.
«Bueno, como compensación el abuelo me enseñará a jugar al póker» exclamó él, recordando la promesa que le había hecho el abuelo Henry.
«Me conformo con que no te conviertas en un jugador empedernido» bromeó Regina, mientras recogía sus cosas y salía de la oficina junto al muchacho, para ir a cenar juntos delante de una buena película, como hacían prácticamente cada tarde.
Cuando Regina entró en el grande y bullicioso local, se sintió como pez fuera del agua. A ella ni se le pasaba por la cabeza entrar en estos antros, sin embargo aquel desconocido la había convencido a hacerlo, y en aquel momento se sentía algo incómoda. Especialmente por el modo en que la miraba la gente, no esperándose que la alcaldesa entrase en el Rabbit Hole.
Sacudió la cabeza y comenzó a mirar alrededor, sin divisar a nadie particularmente interesante. Cualquier podría ser la persona con quien había hablado, sin embargo ella tenía en mente una imagen que se había hecho en pocas horas y quería creer que ninguno de aquellos zafios era la educada y gentil persona con quien había hablado pocas horas antes. Ya, se imaginaba a una persona interesante, fuera de los esquemas, inteligente y fascinante. Quizás era esperar demasiado de alguien con quien solo había intercambiado algunos mensajes, sin embargo Regina siempre habían tenido grandes expectativas.
Se sentó en la barra y pidió un gin, esperando al desconocido. Mientras probaba su bebida, miró de nuevo a la gente que estaba dentro del local, esta vez con meticulosa atención. Su mirada, mientras terminaba su segundo gin, se posó en una muchacha rubia, que la miraba con una gran sonrisa en el rostro.
Era una hermosa muchacha, tuvo que admitir. Cierto, no se esperaba que una mujer fuese la que le hubiera mandado aquellos mensajes, pero si hubiese sido ella, no se habría echado para atrás. Al final era su primera cita con alguien desde hacía años, así que no le importaba mucho el sexo de la persona que hubiera querido conocerla.
De repente se dio la vuelta hacia el camarero, y cogiéndolo por el cuello de la camisa, se lo acercó a ella y le dijo
«¿Ve aquella rubia con la chaqueta de cuero roja?»
El hombre asintió, casi asustado ante el modo de actuar de la morena.
«¿Me está mirando?» preguntó otra vez Regina, recibiendo una señal de asentimiento «En su opinión, ¿lo está haciendo fijamente?»
«Creo que sí, señora alcaldesa» respondió finalmente el camarero, y entonces Regina lo soltó, pidiendo otra copa.
Cuando él le sirvió la tercera copa, ella se levantó y caminó con paso lento y sensual hacia la mesa de la rubia, que le sonrió de nuevo cuando se sentó frente a ella.
«Diría que se equivocan» fue lo primero que dijo la muchacha, encantando a la mujer con su voz ronca y profunda.
«¿Qué?» preguntó Regina, frunciendo el ceño y terminándose la copa, para dejarla en la mesa.
«Sobre el hecho de que usted es la mujer más sexy de Storybrokke» hizo una pausa, observando la expresión de desilusión de Regina «Usted es absolutamente la primera de cualquier lista»
Entones Regina le sonrió y le tendió la mano en un gesto amical.
«Regina» dijo solamente, pensando que hasta el momento la muchacha no la había decepcionado en sus expectativas.
La rubia le estrechó la mano, cubriéndola con el calor de su lisa piel.
«Yo soy Emma…Emma Swan» replicó, para después soltar su mano, casi sin quererlo «Entonces…realmente me quede sorprendida cuando aceptó venir. No creía que un lugar como este conjugara con una mujer elegante como usted»
«Sentía curiosidad por saber quién era» se justificó la morena con una sonrisa
«¿Y el descubrimiento la ha desilusionado por casualidad?» preguntó Emma, con una encantadora mirada.
«Diría que no…»
Emma se mordió el labio, vencida, y al final dijo
«¿Le apetece salir de aquí? Hay mucho ruido…y además caminando se habla mejor»
Regina rio ante aquella frase y asintió, cogiendo la mano que Emma le había de nuevo alargado…solo que esta vez ninguna de las dos soltó el agarre. Salieron del local y fue Regina la que habló primero.
«¿A quién debía ver esta noche?»
«Nadie importante. Solo un amigo» respondió rápidamente la muchacha «Y usted, ¿tenía algún otro plan en mente?»
«Bueno, si usted no se hubiese equivocado de número…simplemente me habría quedado en casa con mi hijo» dijo Regina, aunque estaba segura de que esa información iba a espantar a la joven.
Pero Emma en cambio sonrió y preguntó
«¿Así que tiene un hijo?»
«Sí…» replicó Regina, respondiendo a la sonrisa, contenta de que Emma se lo hubiese tomado bien «Se llama Henry, tiene trece años»
«¿Y… -el tono de Emma se hizo más inseguro-…el padre?»
Regina suspiró
«No hay ningún padre. Lo adopté cuando tenía pocos días…y lo he criado yo sola, solo con la ayuda de mis padres»
«Creo…que se necesita un gran valor para hacer eso. No todos lograrían cuidar de un niño sin casi nadie al lado. Y eso confirma mi teoría de que usted es la mujer más interesante que nunca haya conocido» dijo Emma, acariciando ligeramente la palma de su mano.
El rostro de la morena enrojeció, y bajó la mirada para no hacérselo notar a la otra mujer.
Estaban caminando por las calles oscuras de Storybrooke, dadas de la mano, y no sabían realmente hacia dónde caminaban. Pero todo estaba bien así.
«¿Podemos tutearnos?» preguntó audazmente Emma
«Pero claro…» respondió Regina con una débil sonrisa «Entonces, ¿qué me dices de ti, Emma?»
«No hay mucho que decir. Soy una persona muy solitaria, por eso cuando me trasladé a Storybrooke, decidí coger una casa a las afueras de la ciudad. Vivo sola y tengo pocos amigos buenos» dijo la rubia, mordiendo los labios con nerviosismo «Querría también tener una familia, pero quizás no sea algo para todos»
«No creo que sea así» rebatió la alcaldesa, apoyando una mano en el hombro de Emma y colocándose en su frente, parando de caminar «Estoy segura de que encontrarás una familia, tarde o temprano. Todos merecen una»
Emma sonrió y murmuró
«Tengo miedo de que, si continuas siendo tan perfecta, me enamore de ti antes de que acabe la noche»
Regina rio débilmente y acarició la mejilla de Emma, antes de decir
«Bueno, estate tranquila, no creo que la cosa sea recíproca»
Emma se quedó ahí, con un palmo de narices y después exclamó, caminando detrás de la morena.
«¡Hey, no es justo!»
«Ha estado bien pasar tiempo contigo…» susurró Regina sonriendo a la rubia
Esta última tenía las manos en los bolsillos de los estrechos vaqueros, y miraba a la mujer con indecisión sobre qué hacer. Debería despedirse de ella, pero, ¿cómo? ¿Con un abrazo? No, demasiado amigable. ¿Con un apretón de manos? No, demasiado formal. ¿Qué diablos debería hacer?
Afortunadamente fue Regina la que decidió, facilitándole las cosas, y se acercó a ella, alzándose sobre la punta de los pies para poder besarla delicadamente y con un ligero toque sobre los labios. El beso fue dulce y duró solo pocos segundos, después de los cuales Regina se separó de ella y le dio una última sonrisa, antes de encaminarse hacia la casa, dejándola nuevamente atónita ante su comportamiento seguro de sí.
«Quiero verte otra vez» dijo recobrándose de esa especie de trance.
Regina se dio la vuelta y le dijo guiñándole un ojo
«Entonces bastará con que me mandes un mensaje»
Emma rio, mientras Regina cerraba la puerta de la mansión Mills. Cuando la mujer hubo entrado, Emma rozó sus propios labios con los dedos, incrédula de lo que hace poco había pasado…o mejor…de lo que Regina había hecho. Sonrió, feliz, y se marchó, prometiéndose a sí misma que le mandaría un mensaje de buenas noches a la mujer que le había regalado una magnífica velada.
«Entonces…» comenzó Henry, con tono casual «¿Cómo fue tu cita de anoche?»
«Bastante bien» respondió Regina, mientras le cogía sus cosas «Pero todavía es pronto para predecir algo»
«¿Era como te lo habías imaginado?» preguntó él, obviamente refiriéndose al descocido del mensaje
«No. Pero soy feliz» sonrió la mujer
En ese momento, Cora y Henry-el otro Henry-entraron en el salón, ambos con una mirada de curiosidad en el rostro. Regina suspiró y dijo, aburrida
«Sé que os estáis muriendo por preguntármelo. ¡Venga, adelante!»
A Cora se le iluminaron los ojos mientras decía
«¿Quién es? ¿Lo conozco? ¿Es de buena familia?»
Regina sacudió la cabeza riendo, mientras su padre le hacía señas para que no respondiera. Pero ella quería responder, porque no veía la hora de hablar a su familia de ella.
«Se llama Emma Swan, tiene algunos años menos que yo, y es una mujer muy fascinante» respondió con una sonrisita en la cara.
Lo único que dijo Cora fue
«Sabía que era lesbiana»
«¡Cora!» exclamó el hombre, regañándola por el poco tacto
«¿Qué? Según tú, ¿una chica que rechaza a Leopold Blanchard puede ser hetero?» preguntó ella.
«¡Era viejo, mamá!» replicó entonces Regina
«Pero era muy fascinante. Quizás no como tu Emma, pero no estaba nada mal» comentó Cora pensativa
Henry resopló, mientras el nieto reía al escuchar esas pelas. Después el muchacho se puso serio y dijo
«Estoy feliz de que hayas encontrado a una persona que te ame, mamá»
«Yo…creo que es algo pronto para hablar de amor, ¿no crees, muchachito?» dijo, bromeando, aunque no tan segura ante aquella perspectiva
«Oh, pero estoy seguro de que, una vez te conozca mejor, se enamorará perdidamente de ti» dijo el padre, con dulzura
Regina abrazó a sus padres y salió junto con Henry, exclamando
«¡Nos vemos!»
Mientras ella y el chico caminaban hacia el coche, Regina pensaba todavía en Emma y en lo que le había dicho y cuando entraron en el vehículo y Regina hubo encendido el motor, le dijo al hijo
«¿Sabes, Henry? Quiero conocer a Emma un poco más, pero…si continua gustándome y ella sigue portándose bien conmigo, ¿tú querrías conocerla?»
«¡Claro, mamá! Es más, querría conocerla ya, enseguida!» respondió Henry, entusiasta.
«Vayamos con calma» sonrió la madre, conduciendo hacia la escuela «Creo que te gustará, ¿sabes? Es una muchacha solitaria, un poco como tú. Aunque no creo que lo sea por elección propia»
«¡Pero ahora ya no estará sola! ¡Es decir, estás tú!. Y además también podremos estar los abuelos y yo para ella, si nos la das a conocer» respondió Henry con una sonrisa «Nadie merece estar solo»
«Ya» dijo Regina, pensando en cuanto lo había sido ella en su vida; pero después suspiró, desechando los malos pensamientos, y dio un beso al hijo, que bajó del coche
«¡Vengo a recogerte a la salida!»
«¡Ok, mamá!»
Regina sonrió ante aquella sencilla palabra. Después su móvil vibró en su bolsillo y lo cogió, sonriendo todavía más mientras leía el mensaje que le había llegado.
¿Te apetece que nos veamos para un café? Ya te echo de menos…
Y ella le respondió velozmente mientras encendía el motor
En diez minutos en Granny, y lleva tus bellísimos labios porque también te he echado de menos
Se necesitaron pocos minutos para que llegase a destino. Antes de salir del coche, respiró profundamente. Después, más tranquila, caminó hacia la entrada y la vio, con su bellísima sonrisa. Y en aquel momento decidió: sería ella la familia de Emma.
