Viñeta # 1. De rumores y hechos.

Desde que había sabido, o desde que había conocido a Seto Kaiba nunca había tenido una conversación decente con él. No sabía de sus gustos, de sus miedos, de sus sentimientos ni sus pensamientos, de su pasado o sus aspiraciones al futuro. Lo único que sabía del muchacho era que era uno de los adolescentes con más dinero en el mundo, y que lo más preciado para él era su hermano menor Mokuba. El resto de las cosas eran puras conjeturas y suposiciones que la gente alrededor de él sacaba.

Odiaba con toda su alma perder, y no le servían de nada las supuestas "enseñanzas" que la derrota traía como lo quería ver siempre Yugi, perder era perder y eso no estaba permitido en el apellido Kaiba.

Le daba igual lo que le pasara a otras personas, él se ocupaba de sus asuntos y le molestaba que los demás necesitaran ayuda para poder salir de sus problemas.

No tenía ningún miedo conocido, y pareciera que lo peor que le podría pasar en el cual cambiara un poco su fría postura era perder un duelo de monstruos.

Esto último le parecía ridículo, el tipo era el más importante empresario de Domino City y por lo único que le había visto perder la compostura era en un duelo.

Respecto a su pasado lo único que se sabía era que había tenido un padre peor que el suyo propio. Y que tenía un hermano perdido y digitalizado el cual parecía no importarle más que un programa de computadora. Noa era otro maniaco perfeccionista en el cuerpo de un niño. Estaba seguro que si su cuerpo se hubiese podido desarrollar normalmente, tendría la misma contextura que Seto, con el cabello azul. Una joyita como el mismo Kaiba.

Su futuro no era muy difícil de adivinar. Se haría asquerosamente rico y moriría viejo y solo con sus tantas pertenencias.

Joey no estaba muy seguro de todas aquellas suposiciones que se rumoraban del chico ojiazul.

Normalmente la gente sacaba todas aquellas suposiciones de solo ver al chico más rico de Domino e imaginarse su vida con lo poco que habían visto de él por la prensa o en sus muchos torneos.

Sin embargo, el rubio no estaba del todo convencido de ello.

De un tiempo a la actualidad Seto Kaiba le había estado pareciendo alguien que vale la pena mirar. Es gracioso, pero la gente normalmente lo ignoraba solo viéndolo trabajar e imaginándose que eso haría por el resto de las horas que estuviera sentado en un escritorio.

La primera vez se había quedado ensimismado viendo teclear al empresario con la vista fija en la pantalla, ignorando al resto del mundo. Le pareció extraño verlo de vez en cuando masajear el arco de su nariz, despegar su vista un momento de la pantalla y ver a la ventana. Extrañamente pequeñas criaturas como aves o mariposas eran abundantes en el instituto. Más extraño le resultaba que Kaiba se las quedara viendo cuando tenía aquellos pequeños 

descansos que había notado. Bien, no extraño, pero humano. Nunca se le había ocurrido hacer la simple ecuación de Kaiba humano.

Y desde ese momento se dio cuenta.

Kaiba no era un robot sin sentimientos, era una persona tan humana como los demás.

Aquella gente que hablaba de Kaiba no sabía que el caminaba de vez en cuando a su mansión desde el instituto, sin siquiera detenerse un minuto en la corporación Kaiba. Él había visto con sus propios ojos las sonrisas discretas que lanzaba por solo sentir el viento entre sus cabellos pensando que nadie lo miraba. Él había notado el cambio total de su expresión al llegar a su casa y hablar con sus empleados. De una totalmente relajada a una que siempre mostraba al mundo, seria y fría.

El lo insultaba siempre, claro, eso no iba a cambiar nunca.

Desde los 'quítate del camino, perro de cuarta' hasta 'no sirves para nada perro idiota'. Pero, eso era algo a lo cual ya estaba acostumbrado. Por mucho que viera mariposas y sonriera de vez en cuando su puesto en la vida de Kaiba, como el perro bueno para nada no cambiaría nunca.

"¿Acaso tengo monos en la cara, ignorante?" hasta ese instante no se dio cuenta que todo el tiempo había estado viendo a Seto, quizás ya por costumbre.

"No Kaiba, solo veía tus lindos ojos azules" dijo sin cambiar su expresión, esperando que el otro muchacho entendiera su idea de sarcasmo.

Kaiba se quedo perplejo ante esto, ¿acaso el idiota había enloquecido? Sin embargo, no pudo evitar que un leve, casi imperceptible rubor pintara sus mejillas mientras seguía con la vista fija en el rubio.

Joey casi quiso reír ante la reacción del mayor, sin embargo decidió que por hoy era suficiente lo que había aprendido del 'caso Kaiba' anotando mentalmente 'no esta acostumbrado a los cumplidos acerca de su belleza', y simplemente giró en sus talones y caminó hacia su asiento junto a los demás.

No supo otra vez de Kaiba hasta el fin de clases donde normalmente todos trataban de irse a sus casas lo más rápido posible y dejaban todo el salón en desorden total.

"Perro"

"hum" giró Joey, mirando a Kaiba.

Lo miró seriamente sin cambiar su expresión, alrededor de un minuto ninguno dijo palabra. Joey se estaba impacientando.

"Caminaré a casa hoy, ya que has estado siguiéndome por los últimos meses, quizás esta vez querrías caminar 'conmigo' en vez de 'atrás' de mi"

Esta vez fue el turno de Joey de sonrojarse.



Desde ese día aprendió más de Seto de lo que había imaginado saber.

Y quizás de una cosa estaba seguro, el tipo se haría asquerosamente rico en el futuro, pero definitivamente, no moriría solo.

NOTAS:

Espero que haya gustado. Este es un experimento para mi, ya que se han vuelto de "moda" en el fanfiction los drabbles y colecciones sin conexión entre ellas. Me encanta esta pareja, aunque aquí no hice mucho incapie en el "amor", pero es mi idea de lo que Kaiba es en realidad. La meta son 20! Va 1, faltan 19.

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