•Te Encontré•


Sailor Moon © Naoko Takeuchi


•Rei&Yaten•


—"Una belleza tradicional, pero a la vez excepcional" —Evoca en voz alta, el menor de los Kou, mientras se desploma en el sofá y agita las manos en clara muestra de enojo —¿Qué quiere decir con eso?

Descarga la interrogante sobre su hermano mayor, que en ese instante es poseedor de un humor parecido al que manifiesta el platinado.

—No tiene caso que hagas uno de tus dramas, Yaten. Eso no es asunto nuestro —Responde Taiki, pasando de largo a Yaten en busca de su asiento favorito, su exclusivo e intocable reposet color caoba.

Calmo y entrecerrando los ojos se deja caer suavemente sobre él, experimentando al contacto esa sensación casi orgásmica de tranquilidad que ese lugar es capaz de brindarle.

Sumamente dispares son los hermanos Kou, pues mientras el de ojos verdes disfruta de repartir todo sentimiento negativo que lo acongoja, a diestra y siniestra, Taiki simplemente es partidario de despejar su mente, evitando desgastarse, y más tratándose de asuntos fuera de sus manos.

—No, no lo es, pero por lo pronto el video seguirá ahí —Vuelve a reclamar el chico de cabellos plata, a un volumen que logra incomodar a su hermano mayor.

—¿Y? —Cuestiona con parsimonia, removiéndose aún, buscando la posición idónea que su cansado cuerpo demanda.

Taiki, procurando mantener la calma, al menos en lo aparente, pues a nadie le incordiaba más el retraso de ya casi un mes, del video de su primer sencillo, simplemente por no hallar "la modelo adecuada"; como repetía hasta el cansancio el productor del mismo.

—"¿Y?" —Imita, como crítica a la pasividad reflejada en el tono empleado por Taiki, incorporándose levemente y dirigiendo una de sus nada extrañas miradas homicidas al mismo. —¿A caso el único preocupado por esta situación soy yo? A veces creo que sólo a mí me interesa todo esto, y actitudes como la tuya y la del idiota de Seiya me lo confirma. ¿Dónde demonios se metió?

Guarda silencio por un –para él- eterno minuto, sin escuchar palabras de vuelto a su apreciación.

—Taiki —No hay respuesta —Taiki —Y de nuevo —Taiki ¿Te quedaste dormido y me dejaste hablando solo? ¡Taiki!

—No, maldita sea, Yaten ¿Cómo podría alguien dormir con un insoportable sonido como el de tu irritante voz, molestando? —El castaño abre sus orbes violeta, correspondiendo la iracunda mirada de su hermano. —¿Qué propones?

—P-pues… —Titubeante y un poco aturdido por el disparo que acababan de darle ese par de brillantes y coléricos ojos, no supo qué decir. De pronto, todo desacuerdo espontáneamente había perdido sentido.

Y ¿Cómo no?

Si, Yaten era el menor, el de carácter férreo, el decidido y casi siempre dueño de la última palabra; sin embargo… contra un Taiki molesto en el nivel que sus pupilas reflejaban, dejar al silencio reinar siempre había sido la mejor de las opciones.

Mientras la discusión tomaba calor, un sonriente Seiya, despreocupado y animado, entraba al departamento, sin lograr obtener siquiera un poco de la atención de sus hermanos.

—No te quedes callado, Yaten, dime ¿Quieres que vayamos a la calle a buscarla nosotros mismos?

—La encontré.

—Cállate Seiya, esto es entre Yaten y yo; déjalo que… —De pronto el más alto, cayó en cuenta de que su hasta hace poco ausente hermano, se encontraba ya a su lado.

Pero ¿Qué acababa este de decir?

—¿Qué? —Un confuso e incrédulo Taiki, interrogó, mirando al recién llegado con el entrecejo arruado.

—Por favor, ¿Cómo lo escuchas siquiera? Está hablando Se-i-ya —Remarcó con mofa el más chico, el nombre del pelinegro.

—Si te escucho a ti, que generalmente sólo abres la boca para quejarte… —Y soltó al aire el resto, Taiki.

Volvió a fijar la atención en Seiya, haciendo una señal con su mano para que este continuara.

—La encontré —Reiteró con su flamante sonrisa.

—Eso ya lo dijiste —Agregó Yaten con voz lenta, restregando en la cara de su hermano lo boba que era su respuesta —¿Qué fue exactamente lo que encontraste? Espero y sea algo que valga la pena y no le rompas el corazón… se ve tan ilusionado. —Ironizó, señalando al castaño, ganándose otra mirada violenta del intelectual.

—¿Qué creen que sea? Obviamente a la chica; encontré a la chica que necesitamos. —Confesó al fin con un aire o mejor dicho ventarrón de autosuficiencia atravesando su afilado rostro.

Mientras, Yaten, menospreciando sus palabras, soltó un sonoro resoplido denotando su escepticismo y se dejó caer nuevamente en al sofá, restando total importancia a lo que su hermano pudiera decir.

—Seiya no pretendas convertirte en el héroe; nunca termina bien.

—Esta vez es diferente.

—Diferente ciudad, diferente persona, mismo resultado —Desacreditando la valiosísima aportación del pelinegro. En un segundo, Taiki logró borrar la felicidad de Seiya. Como si de la nada el hilo negro que juraba haber hallado se hubiese resbalado de sus manos. —Ahora, te pediré amablemente lo que acabo de pedirle a Yaten: déjenme dormir.

Y con la aparente derrota sobre la espalda, dio media vuelta hacia su habitación, siendo observado de reojo por un Taiki con un creciente sentimiento de culpa.

—¿Tienes fotos? —Regalando el beneficio de la duda, consultó, el mayor.

Seiya Kou, siempre se salía con la suya.

—Eh… no.

—Dime su nombre —Presuroso, solicitó nuevamente, mientras sujetaba su Smartphone, listo ya para teclear el nombre de la modelo que Seiya hablaba.

—Rei —El ojiazul paseaba la mirada por todo el lugar, nervioso.

Taiki no la encontraría en la red, eso era seguro.

—Apellido —Demandó.

—No lo sé.

—Deberías venir, aparecen varias chicas con ese nombre.

—Mejor no.

—¿Es actriz o modelo?

Y un nuevo gruñido de Yaten se asomó.

—Cállate, enano miserable —Harto de sus burlas, Seiya arroja un insulto acompañado de sus llaves, fungiendo como proyectil que con suerte, Yaten logra esquivar.

—¡Hey, hey, paren! —Detiene la fugaz batalla, con voz autoritaria, Taiki, recuperando la atención de Seiya. —¿Modelo o actriz?

—Ninguna, y no la encontrarás ahí.

—Genial. Una novata —Despectivo agregó el platinado.

—Yaten, te voy a…

—Seiya, déjalo ya, ¿Por qué no la encontraré en la red? —De inmediato el castaño se percata de la evasiva mirada del ojiazul, traduciéndolo al lenguaje "Seiya Kou". Algo estaba escondiendo—Hay algo que no nos has dicho —Escudriñándolo con la mirada, afirmó Taiki.

Nadie conocía mejor a Yaten y Seiya que su hermano mayor.

—Es… una chica… —Expectante, lo observaba — de la cafetería del centro comercial.

Soltó.

Taiki imitó el resoplido de Yaten, volviendo a dejar caer la cabeza en la comodidad de su amado reposet, mientras que esta vez el ojiverde estalló en una carcajada, claramente burlándose de las irreverencias de Seiya.

—Lo sabía —Culminó una vez que dejó de reír.

—Oh, vamos, tampoco es como si tuviéramos otra opción ¿Qué se pierde con ir a verla?

—Olvídalo, Seiya —Firme, negó Taiki. —Déjame dormir, por favor.

—Taiki… Taiki… Taiki. Sabes que no te dejaré hacerlo, Taiki. Taiki…

Y lo consiguió.

Taiki, sin decir más, se puso de pie, tomó su chaqueta y caminó hacia la puerta. Al instante, Seiya salió tras él.

—Esperen, quiero estar presente y burlarme en el momento exacto. —Gritó Yaten, levantándose a toda prisa, presto a dar alcance a sus hermanos.

Y allí van los hermanos Kou, sin saber que uno de ellos hallará en esa chica más que una modelo para su video musical…


Intense Sweetness

Don't forget me.


25/07/14 –primer fic largo-

*Pretendo actualizar cada 15 días.

Gracias por leer.