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EL GATO CARMESI

I n t r o d u c c i ó n

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Londres, Inglaterra.

Tomoyo giro sobresaltada al verse detenida por el brazo y no fue hasta que se encontró con la mirada chispeante de Eriol que se relajo un poco, dos años viviendo en la metrópolis londinense y ella seguía tan temerosa como el primer día, ¿Era posible que con veintidós años aún fuera tan cauta?

—¿Te asusté?- la voz grave de Eriol llamo la atención de las personas que pasaban cerca de ellas, algunas jóvenes reticentemente siguieron su camino, otras en cambio se detuvieron para ver bien al joven de porte atlético y sonrisa misteriosa—. Necesitaba verte con urgencia.

—Habíamos quedado para cenar- Tomoyo no dijo mucho más y se dejo llevar por Eriol, no le sorprendió cuando pararon en un puesto de comida y como venía siendo costumbre ella aprovecho para obsérvalo a momentos intrigada y en otros sencillamente embelesada por ese misterio que siempre envolvía a su amigo. Si bien a los diez años la reencarnación de Clow ya era un enigma con el paso del tiempo el rostro del mago no tenía nada por envidiar a la esfinge o al oráculo más impresionante.

Desde su llegada a Londres las tardes y en ocasiones la mayor parte del tiempo se podía ver a Tomoyo cerca de Eriol, una pareja atractiva era la descripción generalizada.

—Tengo una hora y después tendré que regresar a trabajar- anuncio ella.

—Tu jefa debe ser una tirana.

—No más que el tuyo- indico Tomoyo mientras tomaba un bebida que él le ofrecía.

—Mi jefe me dio el día, ¿Crees que la tuya te lo permita?

Tomoyo llevo los ojos al cielo, su única jefa inmediata era ella misma y Eriol recién empezaba una nueva empresa donde el único jefe era él. Le parecía extraño que fuera él quien pidiera salir con ella, esos días había estado ocupado y aunque vivían en el mismo edificio de departamentos el nunca le hacía ninguna visita, incluso cuando se mudo de Japón a Inglaterra él tardo en comunicarse con ella o en hacerle saber que existía. Las sospechas de Tomoyo apuntaban a que de alguna forma Sakura había presionado al mago.

—¿Sabes cuál es mi proyecto más cercano?

—Una empresa de arquitectura- Tomoyo sonrío al verlo asentir satisfecho—. Llevas hablando de ella desde la universidad.

—¿Cómo puedas tu saber eso? Solo compartimos un semestre juntos y en diferentes facultades, en verdad señorita Daidouji te estás haciendo una exagerada.

En un acto impropio de ella dio un ligero codazo al sonriente ojiazul.

—¿Qué pasa Eriol? Es muy raro que tu precises de mi presencia.

—Te veo todos los días, ¿Qué tiene de raro?

—Que soy yo quién siempre te busca- dijo ella con una sonrisa en los labios al ver como Eriol se quemaba con la bebida mirándola un tanto indignado por su accidente y por la afirmación.

Tomoyo mantuvo su sonrisa y su perfil sereno igual que cuando tenía diez años, aunque la niña había desaparecido dejando a una joven mujer de rasgos femeninos tan delicados como los que una vez habían pertenecido a la difunta prima de su madre y madre de Sakura, el carácter de aquella dulce joven aún persistía.

El pelo negro y lacio había crecido hasta la cintura, los ojos violetas enmarcaban el rostro de corazón y en más de una ocasión la diseñadora de modas se había visto en necesidad de presentarse como modelo aún cuando su trabajo era diseñar y crear ropa, no exponerla ella misma.

Le gustaba su trabajo, siempre le había gustado diseñar ropa, Sakura había iniciado toda esa revolución que en el presente le había hecho fundar una segunda tienda en el centro de Londres, los diseños de Tomoyo Daidouji y su marca eran ahora una gran referencia para la industria de la moda.

Cuatro años antes cuando había llegado a Londres primero para iniciar un ultimo curso de diseño y después para residir por un tiempo hasta tener una tienda en el continente viejo, no imaginaba lo popular que sería por su trabajo o lo inquietante que sería su posición de rica heredera, un titulo que había arrastrado consigo hasta Inglaterra, en respuesta a si tenía algún amigo en esa metrópoli su respuesta era siempre la misma: Eriol Hiragizawa.

Tarde se había dado cuenta que su amigo había tomado un lugar en su corazón que provocaba una enfermedad sin prescripción, no había deseado ni esperado que su mente se llenara de la imágenes de Eriol, que todo pensamiento se refiriera a él ni mucho menos encontrándose en una posición de desventaja, un amor no correspondido. Había visto todos esos sentimientos una vez, Meilling había sido su más claro ejemplo pero de poco le servio saber de amor, porque ninguna idea se acercaba al sentimiento que le provocaba Eriol.

La invitación de esas ideas siempre giraban entorno a pensamientos que ninguna persona había provocado hasta entonces, aún se veía a si misma suspirando por que llegará la hora de encontrarse, tal vez tomar un café o solo comer en uno de los atestados lugares de comida de la metrópoli inglesa, la ilusión siempre parecía mejor de lo que era en realidad.

—Tengo todo listo para mi empresa. Incluso los socios.

—Tu padre y Shaoran son tus dos principales inversores- Tomoyo miro con atención el semblante oscuro que se tornaba alrededor de él—. ¿Qué te pasa?

—Aunque tengo dinero propio y podría iniciar bien sucede que tengo problemas con los socios.

—¿Qué problema?

—Mi socio principal abandono y mi mejor amigo siguió el mismo camino, es una empresa arriesgada y yo un arquitecto joven, de poco me sirve ser mago en esta ocasión y no hablemos de tener mil años entre distintas vidas.

—Lo siento- Tomoyo acerco su mano pero antes de poder tocar al chico la ilusión se desvaneció.

—Deseo esa empresa y se que es arriesgada la clase de locura que solo a mi se me podría ocurrir, Tomoyo se que es poco ortodoxo que te citara así- Eriol giro el rostro hasta mirarla fijamente—. Quiero que me ayudes, si fracaso te llevare a la ruina eso lo sé pero por favor, ¿Podrías confiar en mi?

—Siempre- Tomoyo retiro la mano con disimulo intentando ignorar que era la primera vez que el la invitaba y no por los motivos más deseados—. ¿Cuánto dinero necesitas para empezar? ¿Tanto? Bien entonces será que me acompañes al banco. Socio.

Ese día Tomoyo no regreso a trabajar y la cena con Eriol fue cancelada, después de todo el ya había dicho lo que quería, una vez en su apartamento se encontró con la correspondencia desbordando por la mesa, la miro sin mucho interés y de no ser por el sobre lacrado habría ignorado la carta de su amiga Sakura Li Kinomoto.

Querida Tomoyo:

Probablemente y por sugerencia de mi esposo estarás pensando que soy la única persona que aún usa el correo para escribir a sus amigos ya se que el mail depende de un clic, pero las carta en papel y de mi mano siempre me han parecido más atractivas, ahora mismo Shaoran se burla de mí y parece concentrando en documentos de los que no entiendo nada por mucho que el insista en explicarme. Li te manda saludos y te agradece la cena que organizaste de nuestro aniversario, creo que aún recuerda la que yo organice y que le provoco gastroenteritis. Sin Comentarios.

Por aquí todo marcha de maravilla se que es raro pero soy una persona feliz y ahora papá esta más contento que nunca gracias a que Touya y yo dejamos el nido él pudo regresar a practicar arqueología en lugar de solo enseñarla a otros. Mi hermano, por si te lo preguntas, esta planeando ir a Inglaterra aunque ser médico a resultado demasiado demandante para él en ultimas fechas, desde luego que haya cedido gran energía a Yukito no le ayuda…aún me siento mal por ello.

Kero esta un poco más delgado y muy quejoso de que tu ya no estés tan cerca como antes para atiborrarlo de dulces, al menos Li y él ahora se llevan de forma más que aceptable aunque no puedo decir lo mismo de mi hermano que siempre que puede recalco los inexistentes defectos de mi esposo. Me siento rara escribiendo esposo debo confesar que a veces lo sigo llamando mi novio.

Si te preguntas por Rika y la forma en que está llevando tu tienda aquí en Japón debo decirte que no tienes de que preocuparte u ocuparte, todo marcha de maravilla. Yamazaki y Chiharu se ven felices, Naoko sigue teniendo éxito con la publicación de sus libros de suspense que algún día leeré cuando tome valor. Aquí todos te extrañamos.

Se que estarás ocupada y que siempre me estás ayudando, espero que no sea una molestia para ti pero estoy preocupada por mi hermano al que se le ve cada vez más delgado y con un desgaste evidente, incluso Li a notado cambios nada alentadores, las guardias en el hospital y las cirugías lo dejan agotado.

Este mes hará un viaje a Londres para tener una plaza como maestro en universidad, se que es pedirte demasiado pero Li me ha dicho que tu siempre entiendes y sabes observar a la personas, yo puedo dar buena fe de ello, por eso me atrevo a pedirte que lo ayudes, su vuelo llega a partir de una semana después de esta carta en el vuelo de las siete ¿Puedes ayudarme? ¿Puedes ayudarlo a él?

Lo que decidas lo aceptare. Tu hermana, amiga y busca problemas que te extraña.

Sakura.

—Sakura es un dulce- Tomoyo leyó inquieta la fecha de la carta—. La semana se cumplió ayer- atinó a decir antes de empezar su búsqueda de Touya Kinomoto.

Continuara…